He comenzado a escribir mi Endaki y aquí está el primer capítulo. Cuando comencéis a leer pensareis que es un Ichirika pero no, simplemente he metido a esta pareja. Ante todo es un fic Endaki. Espero que os guste. A ver si el capítulo queda largo y bien. Aclaro que este fic no tiene nada que ver con ninguno de los anteriores. Aquí habrá en principio pocas parejas.
Capítulo 1: La llegada. Educación.
Ichinose Kazuya, se hallaba aún durmiendo en su cama. Sonó el despertador, se revolvió entre las mantas y la almohada hasta que logró salir y apagar el despertador.
- Los despertadores tenían que ser ilegales. – Dijo Ichinose mirando al despertador con crueldad.
Él, apagó la alarma del despertador, sí, pero tras pasar un rato, no se molesto en mirar la hora. Eran pronto, apenas eran las diez de la mañana. Aún tenía tiempo para hacer varias cosas. Por ejemplo, avisar a sus compañeros de que se va. No los había avisado por mor de que intentaran que se quedase con ellos. Pero… ¿Con qué compañeros estaba? Pues con sus amigos de América. Él no había vuelto a Japón con el Inazuma ya que, podría jugar en la liga profesional de fútbol de América pero al final, no lo ficharon. Además, el prefería estar en Japón. Le gustaba más, el paisaje, las comidas, la tranquilidad, los compañeros… Pero en especial una persona, pero él no creía que esa era una de las razones para marchar, pero sí la era. Eran ya las once de la mañana, cuando se decidió por desayunar. Ya estaba peinado y aseado. Tras eso se dirigió a la cocina de su casa y cogió lo necesario para su desayuno. Leche, cola-cao y se preparó unas tostadas. Aún en pijama, subió a su habitación y se vistió. Mientras se ponía la camiseta pensaba – Estoy deseando que lleguen las doce para partir – Nuestro amigo creía que el viaje iba a ser larguísimo, ya que tendría que cruzar toda América, Europa y casi toda Asia hasta llegar a Japón. Después se dio cuenta de que puede hacer un camino mucho más corto si cruza el Pacífico. Se puede deducir que no es muy bueno en geografía…
Por fin se encontraba en el aeropuerto. Paso todos los controles que tenía que pasar y subió al avión. En cuanto pudo, cogió su MP4 y comenzó a escuchar música. Así, hasta llegar a Japón. Cuando llegó, Dylan le llamó por teléfono preguntando donde estaba a lo que contestó, que se había vuelto a Japón. Como bien sabía él, le leyeron la cartilla y a mitad del testamento colgó. No tenía ganas de escuchar pamplinas de su amigo. Cuando salió del aeropuerto, una limusina lo acompaño a su casa de Japón. Estaba en la puerta de la casa cuando rebuscando en sus bolsillos, no tenía las llaves… ¿Se las había dejado en América? No, una voz dulce y muy conocida para él, le dijo:
- Se le ha caído esto. – Dijo la chica enseñando las llaves.
Ichinose se giró y tomó las llaves. Cuando se dio cuenta de quién era esa persona.
- Gracias… ¡Rika! – Dijo el chico abrazando a Rika.
- ¡Cariñín! ¡Has vuelto sin decir nada! – Exclamó la peli-azul.
- Era para haceros una sorpresa pero se ve que me has descubierto. – Dicho esto, abrió la puerta de su casa e invitó a Rika a pasar la cual aceptó la invitación.
Rika nunca había ido a la casa de su Cariñín. Era muy bonita, estaba perfectamente amueblada, tenía dos pisos, cocina, salón, baños, habitación de invitados, salón de fiesta y más cosas propias de familia rica, como la del chico. Los dos se sentaron en un sofá del salón. Ichinose encendió la televisión y ambos la estuvieron viendo, pero no estuvieron atentos a ella. Ichinose no paraba de pensar en Rika y Rika no paraba de pensar en Ichinose. Rika comenzó a hablar y así tuvieron una corta conversación. Luego se miraron de frente, cerraron los ojos y cuando sus labios estaban a punto de juntarse sonó un móvil. Se separaron bruscamente y se sonrojaron fuertemente, Rika aprovechó el coger el móvil para que Ichinose no le viera la cara roja como un tomate. – ¡Aki me cagó en tus muertos!- Fue lo único que se digno a pensar.
Después de la llamada, ninguno se atrevió a entrarle al otro. Ya era tarde, ya que el horario de Japón es muy diferente al de América. Con lo cual Rika tenía que irse a su casa. Se despidió del chico y se fue de la bonita casa.
Al día siguiente, todos los del Raimon se encontraban entrenando, cuando se pudo divisar a alguien a lo lejos. Para Aki esa figura era imposible de no reconocer, era Ichinose. Por miedo a que no fuera él se quedo sentada donde estaba. El resto del equipo oyó lejanos pasos y se dio la vuelta. Quien venía iba lento caminando. A quien venía ya se le podía ver la cara y todos se dieron cuenta de que era Ichinose. Aki corrió hacia él a abrazarlo. Ichinose se dio cuenta de que era Aki y mientras pensaba en sabe dios qué sintió sus brazos. Aki le dijo:
- ¡Ichinose te he echado mucho de menos!
- Yo a ti también Aki. Pero ahora podremos vernos todos los días ya que he venido para quedarme.
Un Endou celosillo fue a junto los dos, especialmente por Aki. No le daba demasiada importancia a la llegada de Kazuya, le preocupaba que Aki tuviera novio. Ya que él tenía pensado declararse a ella pronto.
- ¡Hola Ichinose! Se ve que no sabes avisar de que vienes. – Dijo Endou para no quedar mal.
- No avisé porque quería daros una sorpresa. – Dijo Ichinose con su típica sonrisa.
- Nunca cambiarás. – Dijo entre risas Aki.
- ¿Entrenas con nosotros? – Le preguntó Endou a Ichinose para cambiar la situación.
- Aki, ¿y el que no cambia soy yo? Endou, siempre pensando en fútbol. Pero sí, juguemos. – Dicho esto fue corriendo hacia el campo.
En lo que no calló es que en cuanto llegará una nube de gente lo acorralaría y empezaría a hacerle preguntas. Cuando se quiso dar cuenta de su error, ya estaba en esa nube. Las gerentes desde el banquillo reían suavemente. Ichinose nada más que oía su nombre dentro de esa nube. De alguna de las maneras, consiguió salir. Los "periodistas" seguían pensando que Ichinose estaba dentro. Kazuya fue a junto de las gerentes y dijo:
- Por fin personas y no animales.
- Vaya saludo, ¿eh? – Dijo doña buenos modales; Natsumi.
- Ya me estas amargando la estancia. – Le dijo un desafiante Ichinose.
- A discutir a otro lado. – Añadió Haruna.
- ¡Hola Haruna! – Exclamó Ichinose. – Está bien, Natsumi, hagamos las paces, ¿sí?
- Está bien, pero lo hice para que te picarás. No lo tomes a mal. – Se disculpó la del pelo naranja.
- Tranquila te perdono. – Dijo Ichinose.
- ¡ICHINOSE! – Gritaba todo el Raimon mientras se dirigía en dirección a Ichinose.
- Oh no, otra vez no. – Decía Ichinose comenzando a correr como nunca corrió en su vida.
- Pobre. – Dijeron las tres gerentes entre risas.
A Aki casi la atropellan, justo volvió a junto de sus amigas por el camino de la marabunta.
- ¡Ah! – Gritaba Aki mientras se echaba hacia un lado para evitar ser atropellada.
- ¡Ichinose! – Gritaba la multitud.
- ¡Sabía que era famoso pero tanto…! – Gritaba Ichinose sin perder el ritmo mientras corría.
- Hola chicas. – Saludo Aki a las gerentes.
- Hola. – Saludaron ellas.
- Aki, ¿Tienes palomitas? - Preguntó Fuyuka.
- No, ¿Por? – Preguntó Aki algo extrañada.
- Para ver el espectáculo. – Dijeron las otras tres al unísono.
- Ah vale. Lo siento pero no tengo palomitas.
Ichinose acabó por tener que responder a todas las preguntas y demás cuestiones que le hacían los jugadores. Una vez acabado el entrenamiento era el turno de irse a casa.
- Aki, ¿Te acompaño a casa? – Preguntó Endou.
- Como quieras, Endou. – Respondió la chica.
- Vale, pues te acompaño, ¿Vamos?
- Espera, recojo esta y vamos.
Ya era noche, y que un chico acompañara a una chica a su casa de noche, era romántico, pero nuestro amigo Endou, no lo era así que estuvo todo el camino hablando de fútbol hasta que Aki se cansó
- Endou, ¿Podemos hablar de algo que no sea el fútbol?
- Y la Mano Celes… ¿Eh? … ¿Te aburre? Te entiendo, sé que soy un apasionado por el fútbol, seguro que preferirías estar con Ichinose. – Dijo Endou disculpándose.
- Espera… Creo que sé lo que pasa… Crees que me gusta Ichinose, digo más, crees que estoy saliendo con Ichinose, ¿Verdad?
- Sí..
- Vale… Pues estas muy equivocado, con Ichinose ya estuve saliendo hace un par de años, y acabé dejándole porque no sabía hacer nada más que hablar de fútbol, casualmente, después de que le dejara dejo de hablar tanto del fútbol, pero la oportunidad conmigo la gasto. – Le regaño Aki.
- Y ahora… ¿Quién te gusta? – Preguntó Endou ansioso de respuesta.
- Endou, no me agobies más. Ya hemos llegado a mi casa así que chao. – Dijo Aki un tanto molesta.
- Vale, chao, hasta mañana. – Se despidió Endou.
Al llegar a casa, Endou subió a su habitación y por primera vez en mucho, lo primero que hizo no fue coger un balón, si no mirar una foto en la que aparecían él y Aki solos, sentados en un banco. Inconscientemente dijo su nombre y después dijo "Te quiero". Se quedó pensando un rato y dijo:
- Espera… ¿Qué?
Endou estaba enamorado, enamorado de Aki, con quien guardaba tanta amistad, con quien le contaba todo, con quien compartía todo, con quien hablaba de lo bueno y de lo malo, con quien consolaba, con quien ayudaba, con su mejor amiga. Ni en la infancia Fuyuka había llegado a ser tan amiga del. Endou, presa de sus sentimientos, despertó por la voz de su madre que decía:
- Endou, ¡A cenar!
- ¡Voy mamá!
Endou fue a lavarse las manos sin que su madre tuviera que decirle nada. Endou se estaba volviendo responsable, ni él mismo se lo creía. Lo que hace el amor…
Cuando bajó, la madre fue quien de poder ver las limpias manos de su hijo, y no tuvo que decirle que fuera a lavarse las manos, ya se las había lavado.
- Mamá, ¿Qué hay de comer? – Dijo educadamente Endou.
- Este no es mi hijo… ¿Tan educado se ha vuelto? Hay una comida que te gusta mucho, hamburguesa.
- Que bien, seguro que está muy rica.
- Que educado se ha vuelto… Por fin podré fardar de hijo educado con las otras madres. Ya verás.
Endou comió la hamburguesa con cuidado de no manchar el uniforme ni de salpicar. Se había vuelto educado con tan solo un sentimiento, el amor. Pero su madre no lo sabía. Aunque era muy astuta, no podría adivinar si a Endou le gusta alguien, ya que él da a aparecer que quién le gusta, es el fútbol.
Al acabar la cena, Endou se lavó los dientes y se fue a dormir, sin protestar ni rechistar, lo hice él solo. Y se había prometido a si mismo, que al día siguiente no llevaría balón al colegio.
Por otro lado, Ichinose estaba algo molesto por no haber besado a Rika, lo que siempre deseo. Y no iba a besarla en público, sabe muy bien lo cotilla que es la gente.
Fin del capítulo
Que, ¿Os ha gustado? Creo que me ha quedado bien, pero juzgáis vosotros. Espero que os guste. No lo he hecho más largo por culpa de la inspiración. Bueno, nos vemos en el próximo capítulo. Chauuu, Jorge se vaaaa
