Los personajes y el marco de esta historia no son míos, son de J.K. Rowling . Yo sólo pongo el argumento.
Amor adormilado.
Últimamente a Remus le gustaba mirar como dormía Sirius. Se levantaba a media noche, cuando sabía que todos dormían para poder observar el dulce sueño de su amigo.
Sirius se había dado cuenta un par de noche atrás, sintió un pequeño movimiento en la cortina que lo despertó. Abrió lentamente los ojos y se encontró a Remus, allí sentado en el baúl, mirándolo y el corazón le dio un vuelco, mientras pensaba que hacer.
Él nunca había estado con un chico, pero tenía la sensación de que eso iba a cambiar.
Sirius no sentía celos (Remus prácticamente no calía con muchas chicas, lo veían sólo como a un amigo), pero sabía que amaba a Remus, e intentaba seducirlo, aunque cuando lo intentaba, Remus desaparecía, nadie sabía donde se metía, pero Sirius nunca lo encontraba sólo, y eso lo cabreaba un poco, era como si huyera, pero no era posible que Remus supiera lo que sentía por él.
Él sabía que el licántropo sentía algo, si no, ¿por qué noche tras noche se levantaba de la cama para observarlo dormir?
Dios, Sirius no se podía creer que fuera gay, él se habría reído de si mismo de no ser él. Pero, era la cruda realidad, le atraía uno de sus mejores amigos, lo deseaba (en demasiados sentidos xD), aunque no podía hacer nada más, sólo esperar a que cayese en su trampa.
Esa misma mañana Sirius decidió que ese lobito no se iba a escapar de sus garras, y se decidió a conquistarlo ese mismo día.
Fueron a desayunar, todos se encontraron a Sirius demasiado callado, y en efecto, estaba demasiado callado, lo único que hacía era reflexionar en como engatusar a su lobo.
Por la tarde, al salir de clase, Sirius se fue directo hacia el cuadro de la fruta, rasco una pera y entró en la cocina. Le pidió a un elfo dos tabletas de chocolate y un biberón de sirope del mismo.
Remus ese día se ducharía tarde, bastante más tarde que el resto. Era viernes y al día siguiente todo el mundo se iría a Hogsmeade, pero Remus no iría, McGonagall lo había castigado por haber pegado al techo a un Slytherin de 4º curso.
Cuando Remus volvió de las duchas Sirius estaba tumbado en uno de los cómodos sofás de su sala común.
A Remus le dio un vuelco el corazón cuando lo vio, sin camisa, sólo con el pantalón de pijama, relajado y ahora, mirándolo.
-Oye Moony ¿puedes venir?-Sirius estaba muy sexy, pero Remus se empezaba a poner rojo como un tomate.
-Pad, ¿para que quieres que vaya? Me gustaría irme a dormir, si no mañana no podré estudiar.-Remus esquivaba sus miradas mientras continuaba caminando hacia las escaleras.
-Yo si fuera tú no iría a la habitación…-Sirius parecía alegre, tenía un tono cantarín y de niño pequeño.
-¿Por qué no?-Remus parecía alarmado ¿y si le habían destrozado todas sus cosas? ¿Habrían roto su gramófono? Oh, no, su querido gramófono.
-Pues, porque James está haciendo un experimento-su sonrisa se convirtió en algo malévolo, Remus se quedó anonadado.
-¡¿Un experimento?! ¡¿Con qué?! ¡¿Qué ha roto?!
-Remus… ¡Remus! Relájate, está utilizando a colagusano para ello, y baja el volumen, vas a hacer que baje todo Gryffindor.
Remus soltó un leve suspiro de alivio, volviendo hacia atrás y dejándose caer sobre el sillón contiguo el sofá donde estaba tumbado Sirius.
En cuanto se dio cuenta de la situación en la que estaba, a Remus se le empezó a calentar la sangre concentrándose toda esta en un punto fijo bajo su vientre.
Sirius totalmente relajado pero consciente de la situación, sus brazos tras su cabeza, tocando su nuca, para dejar más a la vista sus preciosos abdominales.
A Remus la temperatura corporal le aumentaba por momentos, su cara estaba tan roja que un tomate en plena maduración habría parecido estar verde.
-Moony…
Sirius sonreia de oreja a oreja esperando alguna respuesta de su amigo (en secreto muy excitado).
-¿Qué?-El tono de la voz de Remus parecía molesto.
-Estas enfadado conmigo?
-No- Su voz era cortante.
-Y entonces ¿por qué ya casi no me hablas? Estás muy raro.
Remus se incomodaba por momentos, no sabía que responder, tenía la mirada fija en el fuego que desprendía la estufa encendida, y sabía que su amigo lo miraba fijamente.
-Si que te hablo, sólo que estamos de exámenes y me paso el día estudiando.
-¿Por eso me esquivas? ¿Por eso esquivas mis notasen clase? – Sirius se había sentado, estaba serio- ¿Y por eso te levantas noche tras noche cuando todos estamos dormidos y te quedas mirándome?
Remus se había quedado boquiabierto, no sabía que decir, su amigo no apartaba su mirada de él.
-Eh… Y-yo… ¿Qué quieres que te diga?-Remus no se sentía capaz de levantar la cabeza, estaba confuso y muy avergonzado por el hallazgo de su amigo.
-La verdad Moony, ¿tú eres…? Quiero decir, ¿a ti te gusta…? pero que coño digo, ¿te pongo Moony? ¿Te atraigo? –Lo digo casi gritando, no pudiendo creerse que había sentido vergüenza al intentar preguntarle tal cosa a su mejor amigo.
Mientras el lobo avergonzado intentaba decir algo, Sirius se puso de cuclillas, se acercó a él, le cogió la cara con ternura y le dio un precioso beso, que fue un primer momento muy dulce, pero el ansioso Padfoot no podía reprimir sus instintos mucho más y deslizó su larga y suave lengua por la boca del avergonzado lobo, al cual la sangre, a cada momento más caliente, se le iba concentrando cada vez más rápidamente en un mismo punto.
Repentinamente Remus se separó de su amigo bruscamente, alarmado.
-¿Qué ha sido eso?- Miraba a Sirius, como si él hubiera hecho algo.
-¿El que?
-Ese ruido, ¿no lo has oído?- sirius negaba con la cabeza- era como si alguien se hubiera golpeado contra un mueble.
Sin previo aviso una sombra seguida de su dueña salían de detrás de una estantería.
-Valeee... He sido yo, es que no quería interrumpíros, estábais tan a gusto que.. no sé...
-Oye Evans... ¿se lo vas a contar a alguien?- Sirius la miraba seriamente con sus ojos fijosen aquella angelical carita de niña buena e inteligente.
NOTA: Espero que os este gustando, en poco subiré la continuación y creo que os va a encantar!
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