Me gusta mucho esta pareja, ¿por qué? No lo sé, solo sé que son diferentes y eso me agrada, así que escribí algo de ellos, en serio que son lo más! Me pareció divertido de escribir so... Espero que les guste, y también, sus comentarios ;)

Hetalia no me pertenece, es de Hidekaz-sempai y su mente retorcida y genial!

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- D-Detente Gilbert, hazlo de una vez por favor...

- En serio, ¿en serio quieres detener al grandioso yo de quererte?

- ...

Ella no respondió, no era capaz de hacerlo, se sentía acorralada, sofocada, todo al mismo tiempo, y todo era culpa de ese tonto, todo culpa de él. Aunque la verdad no entendía como llego a esa situación, ni si quiera recordaba cómo es que ella había acabado en esa así, no tenía sentido, el se encontraba sobre ella, acariciando su mejilla, haciéndola sonrojar como tonta

- P-Por favor... Bájate, te m-matare Prussia

- ¿Y si me niego que? ¿Qué le harás al grandioso yo? No lo niegues Hungría, se que te gustan mis asombrosas caricias

Y no, ella no era capaz de negarlo pero... ¿Por qué no hacía nada? ¿Por qué se quedaba quieta mientras él le daba suaves caricias a su rostro y a su torso? ¿Por qué no hacía nada respecto a los pequeños besos que dejaba con sutileza en su cuello? Jamás creyó que ese idiota pudiese ser tan... Gentil, tan delicado, tan nada propio de él, estúpido albino cabeza hueca

- Te... Te pateare el trasero, pedazo de idiota

- Esa ni tú misma te la crees -soltó una risotada, pero no era como las de siempre, era bastante más calmada -eres una marimacha Hungría, pero no puedes negarte a las súper caricias del gran y supremo yo

- C-Cállate, maldito narcisista

El rio, una risa tan baja que la hizo preocupar, usualmente el era un soberano escandaloso, siempre había sido así, hablaba mucho y hacia poco aunque... Ahora estaba demostrando lo contrario, ella decidió no quejarse más por qué Demonios! Lo estaba disfrutando, a quién iba a negárselo, no se sentía mal, en lo más mínimo, al contrario... Se sentía muy bien, quien iba a creer que a ella le gustara tal comportamiento de semejante... Sujeto

- ¿No piensas quejarte más de mis geniales atenciones a tu persona?

- Cállate, que puedo cambiar de opinión imbécil

- Como digas

Y se callo, milagro entre todos los milagros, obedeció a la chica mientras esta aun permanecía bajo el, siendo acariciada y sutilmente besada, no podía hablar, solo sentir, sentirse totalmente genial, ella no se lo diría porque aquello seria agrandar su ya enorme ego.

Luego paso lo que ella temía, lo esperaba si, pero lo temía, como se atrevía el a desatar su camisa? La camisa era desabotonada uno por uno con insana delicadeza cuando ella sintió que una mano (demasiado pequeña) le halaba la manga de la camisa

- H-Hungría-san -aquella voz era demasiado dulce y chillona para ser de Gilbert

- ¿Eh?

- ¡Hungría-san despierte por favor! -ella abrió los ojos y a su lado, vio a un niño pequeño con su ropa

- ¡ITALIA!

- Waaaa por favor no me golpee -el pequeño se arrodillo mientras la castaña hiperventilaba - ¿está bien Hungría-san?

- ¿Qué? A si Italia, no te preocupes por mi

- A-Austria-san dice que tiene visita, que por favor vaya a la sala

- Ok, ya bajo Ita-chan, gracias -el niño sonrió y, silbando, salió dejando a la chica sonrojada sobre el sillón

¿Había sido todo eso un sueño?

Ella se golpeo a sí misma, no puede ser ¿Por qué tenía esa clase de sueños con... Con ese tipo? No podía ser, había algo mal con ella, necesitaba urgente un terapeuta, un baño y algo de comer

Bajo a la sala aun sonrojada y algo adormilada, allí estaba Austria, sentado en un sillón bebiendo te tranquilamente

- ¿M-Me llamaba Austria-san?

- Si Hungría, aquí está este idiota que quiere decirte no se que

- Señorito-podrido Debería referirse a mi gran persona de otra manera ¿sabe? Podría invadirlo cuando a mi me de mi grandiosa voluntad de hacerlo, y sabe que yo ganaría, ¡no puedes contra el grandioso yo!

- Ohh Cállate ya

- ¡Prussia! ¿Qué haces aquí? -después de aquel sueño quería ver a cualquiera, menos a él, se colocó aun mas roja pero veía a los lados para que no lo notará

- Como soy grandioso, y la gente grandiosa como yo debe ser justa, vine a decirte por nuestra vieja amistad que te alejes de el -señalo a Austria -si no quieres acabar lastimada

- Mira, me da igual lo que digas, sabes que puedo patearte donde quiera cuando quiera Gilbert Beilshmidt

- Como digas -él se rio nerviosamente -me voy, pero no digas que no te advertí Hungría... Oh, pudimos ser tan felices juntos

Ella se sonrojo mas y tomo un florero que tenía cerca, muy lindo con adornos de pinturas, se notaba que era realmente viejo, pero eso no le importo ya que ni siquiera lo miro, se lo arrojo y él lo esquivo, se rio estruendosamente y luego se fue

- ¡Ese idiota!

- Cálmate Hungría, y dañaste un florero muy bonito, era de Sacro Imperio Romano así que luego te las ves con el

- ¡No sabía! Lo lamento, es que... No podía pensar con claridad

Él le dirigió una mirada comprensiva y la invito a sentarse a su lado, ella no podía pensar en nada, rayos, aquel tarado... En serio que la sacaba de sí misma, en muchos sentidos.