Disclaimer: Pokémon no me pertenece y con pokémon quiero decir a sus personajes y demás dicho esto no violo ninguna ley de derechos de autor.
Fanfiction: Sin nombre (aun).
Nebraska (mi nuevo name XD lo recordé hace poco jeje) les da un cordial saludo y les anuncia que este fic es totalmente amour, un escritor me pidió trabajos amour y aquí esta sin embargo esta obra es original de mi querido amigo Luis Andoni : ) yo solo lo publicare y aportare algunas ideas para el amour n.n espero lo disfruten asa como él y yo disfrutamos escribiéndolo y pensando en grandes ideas de antemano les digo que este fanfic es un poco corto no obstante los sabremos compensar con otro trabajito amour…
Capítulo 1 "Confabulación".
Kalos, una región que a pesar de no ser tan extensa como otras cuenta con pueblos, ciudades, pokémon, y atracciones tanto para pequeños como para grandes, al grado de no sólo gustar sino también enamorarse, haciéndole honor al origen de su nombre con una estrecha relación al arte; belleza. Sin embargo, hasta en los lugares más atractivos hay percances, queramos o no….
—Mm… Qué lástima —dijo una voz varonil entre leves ventiscas del interior de un edificio que parecía más una congeladora por sus estructuras de hielo—. Y pensar que te haces llamar el líder gimnasio más fuerte de Kalos, siendo el último obstáculo para los entrenadores antes de la Liga Pokémon —avanzó en línea recta un hombre de gran físico, de considerable estatura y larga cabellera así como su barba, acompañado de un león de melena bicolor—. No me hagan reír. —¿Quién eres?, ¿qué quieres? —cuestionó un anciano de largos bigotes que yacía sobre el suelo con suma dificultad para reincorporarse; por más que quisiera no podía, debido a los daños sufridos en su cuerpo tras una aparente feroz batalla.
—Desafortunadamente no puedo contestar a tu primera pregunta, pero sí a la segunda; busco un "mundo más bello" —respondió, estando al nivel de altura de su víctima. —¿A qué te refieres con un "mundo más bello"? —preguntó de nueva cuenta, viendo de frente a un varón peli naranja. —Je… —río levemente, seguido de dicho acto puso un pie sobre la espalda del anciano de tal manera que esta vez quedara sobre el suelo sin posibilidad de levantarse—. Es algo muy complicado y que difícilmente llegarías a entender porque no posees la misma visión que yo. —No sé qué es lo que estés tramando, pero… nunca te saldrás con la tuya, imbécil —contestó el bigotudo.
—Qué persistente —dijo el hombre de cabello anaranjado, retirando su pie de la espalda del mayor de edad—. Nos vemos —y lentamente avanzó hacia la puerta de salida—. Tú, al igual que todos los de la Liga Pokémon pronto sabrán quién soy. —Bastardo… —finalizó el viejo con un susurro, viendo casi borroso cómo se retiraba aquel galeno de intimidante apariencia como su pokémon seguido por personas de vestimenta blanca y naranja.
Mientras tanto, un grupo conformado por una infante de cabellera rubia con un hámster dormilón adentro de su bolso, un chico inventor también de cabello amarillo, una castaña amante de la moda, un despistado entrenador azabache y un ratón amarillo con cola en forma de rayo finalmente llegaban a una ciudad destacada por un gran meteorito que se veía a lo lejos en la parte noroeste; la moderna Ciudad Anistar. —Qué viaje tan más ajetreado… —dijo con flojera el joven amante de la ciencia. —Anímate Clemont. Debemos admitir que fue muy divertido —dijo el chico que llevaba un Pikachu sobre su hombro. —¿Lo ves, hermano? —comentó algo molesta la más pequeña del grupo—. Ash siempre es positivo y no se queja de nada. Deberías ser menos quejumbroso.
—Lo dice la niña que no come sus vegetales y se quedará así de enana toda la vida —respondió. —¡Saben feos! —reprochó la infante—. No dejaré que un simple engaño infantil creado por los adultos me haga caer en la trampa de comer esos alimentos creados por Giratina. —Vamos, vamos, no peleen —dijo la chica que portaba un sombrero rojo y una vestimenta casi parecida a la caperucita roja—. Clemont, como hermano mayor y modelo a seguir en la familia deberías ser más cuidadoso con lo que dices, recuerda que es apenas una niña. —¡Peh! —se burló la pequeña loli sacando su lengua. —Y tú Bonnie, a tu hermano mayor lo debes respetar porque te cuida y se preocupa por ti. —Serena tiene razón, amigos. En las buenas y en las malas siempre hay que estar juntos —comentó el azabache con su habitual carisma. —Perdón —se dijeron los hermanos, terminando todo en un abrazo entre ambos. —Pi pika —pronunció alegre el ratón de mejillas rojas. —Bueno, ahora vayamos al centro pokémon para descansar un poco y después al gimnasio —sugirió Ash, a lo que nadie del grupo se negó y lo siguieron.
En su trayecto hacia el centro pokémon notaron algo extraño; casi no había gente circulando por las calles, y la mayoría de los locales así como tiendas estaban cerradas. Pensando en que posiblemente era por vacaciones o algo por el estilo decidieron no darle importancia y seguir su camino, mas sin embargo, pronto la verdadera respuesta vendría a ellos. —Pika —dijo el roedor, señalando con su patita un grupo de oficiales que rodeaban al centro pokémon y a uno que otro camarógrafo acompañado de su reportero. —¿Porqué estará toda ese gente? —se preguntó Clemont. —¿Ya vieron? También está la campeona Dianta —dijo Serena maravillada por ver a la hermosa mujer. —Preguntémosle qué ocurre —dijo Ash yendo en dirección a la entrenadora más fuerte de todo Kalos, pero al buscar pasar uno de los oficiales lo detuvo. —Lo lamento niño, pero no puedes pasar. Si vienes por los servicios del centro pokémon tendrás que esperar hasta nuevo aviso —advirtió.
—Pero si sólo quiero hablar con Dianta. —Si buscas un autógrafo viniste en el peor momento, porque ahora mismo la señorita Dianta se encuentra ocupada y ella es la que nos ha dicho no dejar pasar a nadie. Si no te importa, retírate. —Está bien, nomás antes ¡suéltame! —se quejó el azabache al ver que lo tenía suspendido en el aire como una niña haría con su muñeco. —Bien —respondió rápidamente y lo soltó sin previo aviso, lo que llevó a que el chico se llevara un fuerte golpe contra el suelo. —¡Oye, qué te pasa! —se levantó molesto el morocho. —¿Quieres problemas? Porque ya sacaste boleto —sacó el policía una pokebola de su bolsillo. —¡Pi pika pi! —respondió el pokémon por su dueño, sacando chispas por sus mejillas. —¡Ash! —exclamó Serena, quien apenas venía llegando junto con Clemont y Bonnie. La performer sabía que todo lo que tuviera que ver con una batalla Ash no se negaría fuese quien fuese, por lo que tenía que buscar cómo detenerlo—. Espera, es un oficial y si te metes en problemas pueden venir más. —Tch. Vámonos, Pikachu —dijo Ash, dándose media vuelta. —¿Qué ocurre mocoso? Sé un hombre y afronta tus consecuencias.
—El que va afrontar consecuencias va a ser otro, oficial —dijo una voz femenina, posando una mano sobre el hombro del oficial, quien al sentirla sintió escalofríos. —Se… se… ¡Señorita Dianta! —exclamó, poniéndose en posición de firme. —Sé que dije que no dejaran pasar a nadie, pero, que si preguntaban por mí me avisaran. Ahora, hágame favor de retirarse en lo que pienso qué reporte darle a la oficial Jenny para su castigo —retiró su mano y el sujeto sin decir más se fue—. Una disculpa por esta escena. —No es nada. A propósito, ¿porqué están todos estos oficiales aquí? —preguntó el entrenador pokémon. —Lo que pasa es hace unos días la líder de gimnasio de esta ciudad fue gravemente herida y ella y sus pokémon están siendo atendidos en este momento.
—¡Qué! —exclamó el grupo. —Tal y como escucharon. Lo que empeora la situación es que esto ocurrió también con el líder de gimnasio de Ciudad Snowbelle. No sabemos quién fue, por lo que se me encomendó la tarea de investigar y necesito que Olympia se encuentre estable para ver qué tanta relación tiene con el caso del otro gimnasio. —Ahora todo tiene sentido —dijo Clemont. —¿Y si se tratara de un pokémon salvaje? —opinó Bonnie. —También había pensado en eso, pero… —se llevó la mano a su quijada y cambio su expresión a una seria—. Dudo mucho que se trate de uno, porque usualmente andan en manada y los daños habrían sido menores, sobre todo con Wulfric que es el líder más fuerte de esta región.
—Entonces se trata de un entrenador muy fuerte —dijo Serena. —Eso es más creíble. Lo malo de todo es que no puedo afirmar nada hasta no analizar las explicaciones, y hoy debo dar mi respuesta. —Señorita Dianta, la líder Olympia ya puede recibirla —notificó una enfermera Joy que llegó inesperadamente. —Muchas gracias. ¿Creen poder esperarme aquí? Este asunto es aún delicado y aunque yo esté aquí dudo que los demás oficiales les permita pasar. —Claro —contestó el grupo al unísono. Transcurrió alrededor de un par de horas y en ese lapso gente de prensa y noticias comenzaron a llegar por montones dado a que Dianta llegaría a una conclusión este mismo día. Se armó un pedestal con un micrófono, vocinas, acomodo de cámaras de video, área para los fotógrafos, área para los reporteros en primera fila listos para cualquier tipo de pregunta, y muchas otras cosas más que los medios de comunicación organizaban para transmitir a toda la región. —No me imagino estar ante miles de cámaras —decía Serena, dando gracias a Arceus por no tener que ser alguien que llamase la atención. —Yo tampoco —agregó su hermana—. Pero esto no es nada para Dianta. —Eso es lo que se obtiene al ser campeón de una región. ¿No te preocupa eso, Ash? —preguntó Clemont. —A decir verdad no. Yo sólo quiero vencer a los mejores y ser un maestro pokémon —contestó el chico. —Creo que no me entendiste, je —río levemente—. Cuando eres campeón estás sujeto a dar conferencias de prensa, comerciales y otros detalles para promocionar alguna batalla o la liga que ganaste. —¿En serio? Bueno… ya pensaré en ello después.
—Miren, Dianta ya hablará —avisó la performer, viendo al igual que sus amigos cómo la hermosa fémina pasaba al pedestal. —Muy buenas tardes a todos, como podrán saber han ocurrido incidentes en dos de los gimnasios más fuertes de la región Kalos, y tras haber escuchado la versión de Olympia que concuerda con la que me dio Wulfric, he decidido recurri a la ayuda de los otros campeones de la Élite 4 que residen en distintas regiones; ya tengo la contestación del campéon de Kanto y del campeón de Sinnoh, quienes no dudaron en hacerlo. —¿Porqué razón recurrir a otros campeones?, ¿realmente es grave la situación? —cuestionó un hombre. —Un grupo desconocido que jamás habíamos visto por nuestra hermosa región es el probable causante de estos sucesos lamentables. No sé cuál sea el objetivo de estas personas, pero parecen ser peligrosos aún para los entrenadores más experimentados. —¿Entonces qué ocurrirá con los gimnasios pokémon? —preguntó otro galeno. —Como mencioné en mi anterior respuesta, estos sospechosos son sumamente peligrosos, así que he decido toda actividad de gimnasios y performance pokémon sean suspendidos de manera temporal —contestó, ocasionando varios murmullos de asombro por tal noticia—. Nuestra prioridad es no exponer a más personas a peligros que pueden poner en riesgo sus vidas y tomar cartas en el asunto con el personal adecuado —dijo seriamente, pausando los comentarios entre prensa y policías presentes—. Esto no es oficial aún, para eso tengo que pasar mi reporte a la Liga Pokémon y den el visto bueno, pero es un hecho.
¿Qué ocurrirá de ahora en adelante? ¿Qué estará pensando Ash y compañía? ¡Averígüenlo en el próximo capítulo!
To be continued…
