Disclaimer: Personajes, como Ranma y Akane, sólo pueden existir en un mundo creado por Rumiko. Si me perfetencieran, habría hecho que se besaran muchas. muchas veces. Así que no, todo esto pertenece a Rumiko Takahashi.
Advertencias: Nuh.
Algún día iba a vencer
Akane Tendō se estaba volviendo loca.
Pero era una locura buena, de esas que hacían que su pecho vibrara y el nerviosismo le subiera por la espalda. Ranma la miraba. La estaba mirando intensamente, pero sin verla realmente. Él estaba pensando. Pensando en ella.
Akane no quería sonar pretenciosa, pero sabía cuando Ranma pensaba en ella porque fruncía el ceño y sus ojos brillaban, como si no se decidiera entre estar feliz o enojado. Ella lo sabía. Gastaba una cantidad ridícula de tiempo mirándolo a él, deseando saber qué pensaba sobre ella, deseando poder preguntárselo.
Apretó levemente a P-chan contra sí.
Esto era tan estúpido. Sentir algo por ese... hombre era tan estúpido. Incluso aunque ese algo fuera una mezcla indefinida de sentimientos, era tan estúpido y tan difícil de entender...
Ranma Saotome era un amisajo indescifrable de hilos enredados que había entrado en su vida y se había quedado ahí como un grano en el trasero. Era un idiota pretencioso, ególatra y grosero. Era una masa confusa de sentimientos encontrados que no hacía más que causarle problemas. Y ella lo odiaba.
Lo odiaba con tanta fuerza que su pecho se sentía estallar. Porque Akane Tendō odiaba a los hombres, los detestaba. Su odio a los hombres, el género masculino, era un hecho indiscutible. Todo el mundo lo sabía.
Los hombres eran inútiles, libidinosos, estúpidos y egocéntricos. Era amable con los que merecía la pena serlo, con los que sabía que jamás tendría problemas defendiéndose (como Ryōga) o de los que realmente creía que eran buenas personas (como Ryōga).
Pero Ranma... él era el peor de todos los hombres que Akane jamás hubiese conocido. Porque ella no sabía qué era lo que pasaba por esa cabeza suya y aunque supiera que pensaba en ella, no sabía que pensaba de ella.
La mayoría de las veces era fácil saber lo que los hombres pensaban acerca de ella. Y los repudiaba. Los odiaba un poco más. Los golpeaba y se iba. Sus pensamientos eran tan fáciles de leer que era obseno. Eran tan ridículos, básicos, y repetitivos que Akane no podía guardar más que desprecio hacia ellos. Los hombres la habían hecho fuerte. Habían hecho que deseara aprender a defenderse, a luchar. Habían hecho que dejara de preocuparse por ser femenina.
En ningún momento le había preocupado hasta que Ranma llegó y le soltó todo lo que ella ya sabía, todo lo que luchaba por esconder y disimular. "Marimacho. Poco femenina. Boba. Ilusa. Nada atractiva."
Ranma encendía aquello que a Akane le gustaba llamar instinto asesino. Aquel sentimiento de furia descontrolada. Porque además Ranma era un patán.
¡El pervertido tenía toda una colección de prometidas! Mujeres femeninas, atractivas, guerreras. Mujeres que eran lo que Akane desearía ser. Y los celos la consumían. Lo único que podía hacer era enojarse más y más con Ranma. Y temer.
Akane consideraba a Ranma su enemigo. Suyo. Ella se entrenaba, observaba, pensaba y vivía para conocer a su enemigo, y así, un día vencerlo. Algún día podría vencer a Ranma, al único hombre que había visto más allá de su máscara de vida perfecta para ver exactamente lo que estaba mal con ella, lo que le había sido arrebatado, sus defectos, y con algo de suerte, sus virtudes. Al único hombre que era totalmente sincero con ella, aún cuando su sinceridad resultara hiriente y encendiera su instinto asesino, aquel que le hacía odiarlo.
Algún día, Akane lo vencería. Vencería su terquedad, su orgullo y sus celos. Vencería a ese estúpido ególatra. Algún día se jactaría de aquel muchacho que siempre proclamaba no haber perdido un solo combate. Algún día le diría al mundo que ella era la única que lo conocía por completo, que lo conocía lo suficiente como para vencerlo.
Porque lo odiaba.
Porque el odio era la sensación más intensa que conocía. Y por Ranma, Akane juraba que podría encender una estrella de furia.
Aún así, ella no soportaba que la mirara. Era tan vergonzoso. Tan... perturbador.
—Ranma, ¿qué pasa?
Y se ponía su fingida máscara de furia, encendía su instinto asesino y hacía de Ranma el peor de los hombres.
—¿Estás bien? Me has estado mirando raro desde hace rato. ¿No será...? ¡Ranma pervertido!
Entonces él respondía hiriente, a la defensiva, ella lo odiaba un poco más y su pecho dolía.
—¡Yo no te estaba viendo, boba! ¡No hay nada que ver, de todas formas! ¡Eres tan plana que sería mejor mirar una mesa!
Se enfurecía. Su pecho se hinchaba. Ella luchaba contra él, decidida a vencer.
—¡Idiota! ¡Nadie preguntó tu opinión, fenómeno pervertido!
Lo veía. Estaba celoso. Él también se enojaba, él luchaba con intensidad.
—¿A quién llamas fenómeno, tú marimacho? Además siempre te la pasas con ese maldito cerdo. ¡Déjalo ya!
No entendía. ¿De qué tenía tantos celos? Sólo era P-chan, su lindo cerdo, inofensivo. Ranma era tan... raro.
—¿Qué tienes contra P-chan? ¿Acaso estás celoso, Ranma?
Él era tan incomprensible. La frustraba tanto. Oh, estaba haciendo ese gesto con la nariz... adorable. (No, no, no, nonono, nonono)
—¡Sólo déjalo, ¿quieres?!
Era débil. Akane no podía ganar, no aún. Cedió.
—¿Cuál es tu problema?
Y entonces Ranma se llevó a P-chan, Akane lo odió más, se frustró consigo misma por ilusa y prometió que lo vencería la próxima vez. Ranma Saotome no iba a librarse tan fácil esta vez. No iba a librarse de ella. Jamás.
[895 palabras]
Nota de la autora: ¡Holis! ¿Qué tal, cómo están? xd
Bueno, esto vendría siendo una parte alterna de mi otra historia (Alarma, se llama. Realmente los invito a que se pasen), esta vez centrada en Akane. Tendrá dos capítulos también, así que esperen el siguiente, que podría subirlo la próxima semana, o mañana, o algún día (?
Solo para aclarar, siempre pensé que Akane era un poco más apasionada respecto a su relación con Ranma (?, y que ella lo veía como el primer hombre que la había vencido, y por eso quiere vencerlo a toda costa. (Recuerden todo eso de que si vencías a Akane, podrías salir con ella) Pienso que eso es demasiado lindo. Ellos dos son tan lindos y assknskanmksns.
¡Espero que les haya gustado! ¡Nos leemos! :3
