¿Al gatito acaso no le gusto la leche?

Disclaimer: Saint Seiya no me pertenece.

N/A: Después de casi diez años, se me ocurre re-editar este fic dándole un final más épico (si claro) y comenzar una saga de nuevos personajes que ingresaran de una u otra manera al Santuario. Faltas ortográficas, échenle la culpa al Señor Word. Gracias a mi lector de prueba EDWIN.

Pensamiento en cursiva.

Diálogos en negrita y cursiva.

Gracias por leer.

Capítulo 1: "Hello Kittie"

SANTUARIO DE ATENAS- ALGUNA HORA DE LA MAÑANA (tipo doce cuando comienza a picar el hambre)

El día amaneció nublado, algo inusual por cierto, aunque los Santos de Athena mucho no les importaban, estaba más interesante el partido de fútbol que se llevaba a cabo en el coliseo. El espectáculo era observado por la mayoría de los HABITANTES del Santuario con excepción de alguno que otro bronceado que le tocaba hacer una supuesta guardia, mejor dicho supervisar a los soldados que cumplían esa labor.

En los límites del Santuario, precisamente en el sector sur, un guardia escuchaba muy atentamente el partido de futbol Chile vs Corea de clasificación para el próximo mundial mientras hojeaba una novela romántica de bolsillo (gentileza de algún turista perdido), había descuidado el portón sin notar que una figura ingresaba dejando a su paso un delicado olor a rosas.

Mientras tanto el Guardián de la cuarta casa se paseaba de un extremo al otro del arco sin tomarle importancia al partido.

-Death Mask, idiota de primera, cubre bien ese ángulo... no ves que van por el quinto gol... - Un muy desesperado Shura hacia señales de humo para hacer aterrizar al despistado arquero.

-Eh ¿qué? Así si- DM miraba con mucha atención al Santo de Leo. - Cuando se entere seguro que le da un paro cardiaco... jajaja como me voy a reír de eso, solo espero que no sufra mucho la pequeña-

En las gradas, Aioria conversaba muy tranquilamente junto a Marín. Hacía tiempo que este tenía la sensación de olvidar algo muy importante pero no recordaba que era. Acaso se había olvidado de regar las plantas, pagar las facturas, o era actualizar el estado de Facebook. Realmente no sabía que era, pero mejor intentaba sacar a flote todas sus dotes de galán. Pero Marín sentía pena por el idiota, como decirle que ella ya estaba saliendo con otra persona, bueno tarde o temprano le tendría que decir la verdad seria mejora temprano que tarde.

-Este Aioria ¿sabes que yo ni te… - el comentario fue interrumpido ante aquel grito que resonó por todo el Santuario.

Shura de Capricornio se revolcaba en el piso, mientras sujeta su pierna izquierda, que curiosamente tenía una extraña forma. Pero como llego a este estado, bueno retrocedamos uno minutos antes.

Aldebaran no tuvo mejor idea que tratar de imitar a aquel portero (arquero) que había realizado un gol, y sin más comenzó a travesar todo el campo llevándose aquel que estuviera en su camino, la mayoría de los jugadores optaron por retirarse (guerrero que huye sirve para otro partido de futbol), pero la cabra no estaba a gusto para un sexto gol, así que quiso detener al toro y bueno ustedes ya saben el resto.

-Nooooooooooooooooooooooooooooo- fue el grito masivo escuchado en la tribuna.

La situación en si era extraña, tenemos por un lado un jugador gritando en varios idiomas cosas irreproducible para esta escritora amateur, por otro lado una muchedumbre alrededor de un par de Santos Dorados que recibían dinero al grito "PAGUEN SUS APUESTAS".

-Permiso, urgencia médica – Una voz de una muchacha resonó entre los presentes. Sin mediar palabra empujo a un par de los presentes consiguiendo llegar hasta el herido. – A ver dime del 1 al 10 cuál es el grado de dolor que sientes

-¡Me siento como si me hubieran atropellado una estampida de toros! – Grita Shura mientras trataba de levantarse sin ayuda.

- Muy bien, creo que el daño es leve ya que puedes articular más de una oración completa, así que solamente debe ser el daño en tu pierna, si dejas de moverte podría aplacar el dolor -

La muchacha comenzaba a revolver su mochila – Mira sé que te duele, pero necesito que te quedes quieto para entablillar y llevarte a un lugar menos concurrido para poder tratarte - Miro alrededor suyo comprobando que había muchas personas prestando atención - No Soy muy buena trabajando bajo la mirada de cientos de ojitos, ¿me entiendes? – Le dedico una mueca que a Shura se le hizo difícil descifrar si era una sonrisa o bufido.

- Disculpe Señorita, pero ¿Quién demonios es usted?- Un hombre de larga cabellera de color azul oscuro con varios reflejos blanco que caían como cascara sobre sus anchos hombros, vestido con ropas de entrenamiento en color verde oscuro, miraba detalladamente a la muchacha que estaba terminando de entablillar la pierna de su compañero. Esta se volteo lentamente mientras extendía una carpeta de color azul.

-Primer Oficial Medico, Lythos de Crisalis. Enviada por Cassias de la orden de Acrópolis para ocupar el puesto de Jefe Médico por pedido de la Señorita Atena, aquí se encuentra la documentación que acredita mi identidad y lugar a ocupar – Le extendió la carpeta que fue tomada por Saga.

-Saga de Géminis – Saludo sin mayor cortesía el guardián de la tercera casa.

-¿Princesa Sapo, ya estás trabajando? – El italiano se acercaba cautelosamente ante la muchacha que se hallaba extendiendo la carpeta a Saga.

Lythos sonrió ante el saludo, aunque hacía mucho tiempo que no visitaba el Santuario, pero seguía al tanto de lo que pasaba gracias a su hermano. - ¿Y tú sigues de portero príncipe cerdo?

Al escuchar el nombre de Lythos entre la multitud, Aioria por fin recordó que era lo que se había olvidado durante doce largos años.

CONTINUARA