EL CABALLERO Y SU PRINCESA
En una época donde el honor y la lealtad primaban sobre todos los sentimientos de lo mundano, la Duquesa del Imperio de Tomoeda, Tomoyo, está próxima a cumplir la mayoría de edad. Como parte de la tradición de la familia Amamiya, es encargada a la tutela de un Caballero de la familia Hiragizawa. Los lazos prohibidos cobran mayor fuerza en medio de los secretos. Todo a partir de un contrato de lealtad absoluta
Universo Alterno
Eriol Hiragizawa y Tomoyo Daidouji
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Prólogo
"La hija ilegítima"
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Disclaimer:
Los personajes de Sakura Card Captors pertenecen al cuarteto de CLAMP
La historia es mía
Aquellas épocas en las que un beso en la mano era la promesa de un futuro en comunión, en donde el honor de una dama de la alta sociedad, debía ser respetado hasta el día de su matrimonio; bien podía representar para muchos una mirada hacía el romance de primavera o la plenitud para admirar la belleza de lo artístico; mientras que para las familias con títulos honoríficos, solo significaba ataduras y el inquebrantable respeto por sus principios.
Los pobladores desde sus pequeñas casas de esteras, miraban con ilusión y lejanía, el ostento que el palacio real les otorgaba a sus ojos. Oh, sí. Parecía que la vida de los adinerados era el máximo esplendor de la felicidad, no todos podían tener la dicha de haber nacido en una cuna de oro. Solo unos cuantos pudieron ser los escogidos para cargar sobre sus espaldas un título dentro de la alta sociedad y con ello, un sin número de facilidades y oportunidades. Desde la perspectiva del campesino común era visto de esa manera, el poder daba más poder, sembrando una vida de goces y dicha tras sí. Pero lamentablemente esa era la estrella ajena, solo había que celebrar los triunfos de los magnates de su querido Imperio Tomoeda.
Podría parecer perfecto a la vista de los terceros, pero no era así….
Desde la mirada de los condecorados, la situación era diferente. Tenían suerte los que amaban y cumplían a cabalidad lo que su reglamento oficial les imponía, pero resultaba una pérdida sin lucha, para los que deseaban seguir los designios que su corazón gritaba
—Ya casi, su alteza real —Dijo una mujer de edad avanzada con una euforia denotada en su voz
—Eres tan irresponsable Sonomi ¡¿Cómo se te ocurrió?! —El rey de la corte real, Masaki Amamiya, no podía contener la rabia que tenía dentro de sí
Entre un mar de llantos y dolores de todo tipo, Sonomi finalmente alumbró
Sonomi Amamiya, la nieta predilecta y selecta para seguir por las riendas del linaje a princesa, había fallado… ella había pecado antes de tiempo dejando a sus familiares en total incertidumbre.
La familia Amamiya era una de las más influyentes en todo el Imperio Japonés, no por nada, Masaki era quien ostentaba la batuta de Rey como máximo soberano de toda la región. Su imagen era una influencia total en las personas, cualquier incidente o suceso que se desatara en sus dominios, era inmediatamente reportado a él. Los pobladores le tenían un gran respeto, aunque en verdad eso solo ocultaba un miedo profundo por represalias y es que Masaki era así, toda una autoridad en Tomoeda
Aquel reinado, resultaba ser un vasto territorio lleno de riquezas en minerales y abundantes productos. Las personas se encontraban en el apogeo para poder satisfacer sus necesidades básicas. Por lo menos podían darle una vida casi digna a los niños del pueblo…
El Rey Imperial luego de enviudar y perder a sus dos únicos hijos varones, entró en un severo cuadro depresivo del cual parecía no poder salir. Sus decisiones y acciones con el tiempo se vieron mermadas a causa de sus grandes pérdidas… pero la vida de un soberano debía de continuar, pues toda una nación dependía de su jefatura. Fue de ese modo que para remplazar sus recuerdos vacíos por unos nuevos, empezó a dedicarle más tiempo a sus nietas: Nadeshiko y Sonomi.
Las dos, desde su más tierna edad habían resultado ser adorables y luego del fallecimiento de sus respectivos padres, fueron las que le brindaron el consuelo que tanto necesitaba su abuelo. Cada una de ellas tenía una particularidad especial. Nadeshiko, estaba más ligada a la parte estética y artística, seguramente en el futuro se convertiría en una promesa de dama elegante. La distinción de ella era exquisita y a pesar de no encontrarse en edad casamentera, ya le llovían los pretendientes. Sonomi no quedaba atrás, pues ella aportaba la parte perspicaz e inteligente del prospecto de mujer ideal. En su destino próximo, se vislumbraba el cargo de un gran poder imperial y es que entre ambas nietas, el Rey Masaki había puesto sus ojos en su nieta menor, en Sonomi. El aseguraba orgullosamente que sería la emperatriz perfecta cuando dejara su puesto. Su agilidad mental le facilitaría los mandatos dentro de la nación. Con una soberana como su nieta, no habría dudas de que su reinado se volvería el más próspero de toda la historia. Masaki había marcado su suerte con el sello del principado
Con el paso de los años, Masaki solo terminaba se convencerse que la decisión que tiempo atrás había adoptado, sería la más óptima. Pero entre los azahares de la fortuna, las cosas dieron un vuelco inimaginable. Sonomi, al igual que su prima Nadeshiko; había sido prometida en matrimonio con uno de los Duques de Tomoeda. Ambas tenían la suerte de estar profundamente enamoradas de sus novios, sin duda alguna, eso sería el mejor de los eventos de la Familia Amamiya, el matrimonio estaba a la vuelta de la esquina. Por cuestión de los principios familiares, Nadeshiko fue la primera en celebrar su boda con el Conde Fujitaka Kinomoto. Apenas cumplió la mayoría de edad se embarcó en esa nueva travesía de la vida marital, mientras Sonomi esperaba su turno para repetir el hecho. Un año transcurrió en sus vidas, Masaki había recibido una grata noticia por parte de su nieta mayor, ella estaba en su octavo mes de embarazo…
Tal y como lo había planeado, el Rey Amamiya le dio el comunicado a su nieta Sonomi, en el cual anunciaba que había sido escogida para asumir el cargo de Princesa del Reino una vez que cumpliese sus dieciocho años. Lamentablemente Sonomi en medio de su vergüenza, tuvo que confesar una verdad que la atormentaba desde meses atrás y es que Nadeshiko, no era la única que estaba en la dulce espera. La nieta predilecta de Masaki también estaba embarazada, cursaba su tercer mes de gestación. Lo que en otra circunstancia pudo haber sido una bendición para el Rey, en ese instante se había convertido en una desgracia latente. Sonomi no estaba casada y peor aun, ella no tenía la mayoría de edad para hacerlo tal como lo estipulaban las reglas de la familia Amamiya.
La decepción fue evidente en los ojos del Rey, viéndose en tan penosa situación, decidió otorgarle el puesto de Princesa a su nieta mayor, mientras que a Sonomi solo le esperaba la humillación… o eso creía… aunque por la benevolencia y como último regalo de parte de su abuelo, él la mantuvo a buen recaudo, oculta de las curiosas vistas de las personas… nadie sabía lo de ese embarazo, era un secreto que no debía de salir de las paredes del castillo
Pasaron los meses hasta que llegó el día en que Sonomi entró en trabajo de parto.
Con el padre de su bebé de un lado y su abuelo en otro, se mantuvo escondida en una cabaña alejada del palacio, en donde alumbraría al recién nacido… Había cometido el peor pecado de todos, embarazarse sin estar casada y aun siendo menor de edad… aunque los meses habían transcurrido todavía no llegaba el día que pudiera cantar victoria en su décimo octavo cumpleaños… razón de más para que…
Su abuelo idease otro plan… solo que esta vez… no sería nada bueno como el primero
—¡Lo lamento tanto abuelo! lamento haber manchado nuestra estirpe con esta deshonra —Chilló Sonomi mientras daba el último pujo
—Me traicionaste, me traicionaron los dos —Desafió con la mirada a su yerno, aunque aun no sostenía ese nombre a sus ojos— ¿Qué clase de Duque se involucra con su prometida antes de tiempo? Y tú Sonomi… pensé que eras más juiciosa, eres una desgracia total…
Un último grito se perdió en el aire y unos llantos ligeros los remplazaron. La partera sostuvo al bebé mientras la llevaba a un pequeño depósito de agua
—¡Es una niña! —Alegó la comadrona
Sonomi sonrió débilmente sosteniendo la mano del Duque Daidouji
—¡Quiero verla!
—En seguida se la llevo, Su Alteza
—Un minuto —El Rey se posicionó entre su nieta menor y la partera, con un rostro que reflejaba un tristeza oculta tras la seriedad— No le entregues a la bebé
—Pero su majestad….
—¡Es una orden! —Sonomi tembló aterrorizada al escuchar la potente voz de su abuelo. No podía ser cierto lo que estaba escuchando… le estaba prohibiendo ver a su propia hija. Podía esperar muchas cosas por parte del carácter impulsivo del Rey Amamiya, al final, ella había cometido el más vil de los actos, pero nada podía justificar lo que estaba sucediendo. Hacerle eso era no tener corazón
—No puedes hacerme eso padre, esa pequeña es mi hija, sea el que sea, el error que haya cometido, ella no tiene porqué pagar las consecuencias. Por favor, no me quites el privilegio de ver a mi niña —Rogó Sonomi intentando incorporarse del suelo mientras unas gruesas lágrimas resbalaban por sus tersas mejillas
—Lo lamento Sonomi. He sido muy condescendiente contigo al encubrir todo esto, pero no puedo hacerlo más… la única manera de dejar las cosas bien sin más trabas en el camino, se centra en ella— Masaki sostuvo a la pequeña entre sus brazos. No pensaba dejar que su madre la contemplara, pues de lo contrario, no podría llevar su plan correctamente, podría dejarse vencer por los sentimentalismos— He tomado una decisión que te favorecerá mucho. Podrás regresar al palacio como si nada hubiese sucedido, nadie lo notará a excepción de la servidumbre, pero de eso no te preocupes, todos están bajo amenaza
—Me resulta difícil de comprender lo que dices abuelo —Agregó ella con la voz resquebrajada— Yo tengo una hija, nada podrá volver a ser como antes. Todo lo contrario, esperaré unos meses para cumplir la mayoría de edad y así casarme en toda la ley ¿cierto? —Miró con esperanzas al Duque Daidouji quien con un gesto impecable asintió— Entonces, todo estará bien
—Te equivocas Sonomi, ya nada estará bien ¿no te das cuenta de la diferencia de tiempo? Notarán al instante que esa niña fue procreada fuera del matrimonio. De verdad, lo lamento nieta —Con la bebé arrullándose entre sus brazos giró con dirección a la salida
—¡¿Qué haces?!
—Me voy con la niña —Respondió evitando mirar a los ojos de su nieta menor— He cedido mi trono al Conde Fujitaka Kinomoto. Me iré a otros lares a criar a la pequeña, lejos de los miramientos y prejuicios de terceros. De esa manera tu nombre se mantendrá limpio e intachable, será como retroceder en el tiempo… solo que esta vez sí harás lo correcto y contraerás matrimonio en el momento adecuado
—¡No por favor! ¡Destiérrame! ¡Mátame! ¡Pero no me quites a mi hija!
—Fuiste mi nieta predilecta y en honor a ese recuerdo es que te devolveré a tu vida normal —La joven madre estalló en profundas lágrimas y gemidos que atravesaron las paredes de la cabaña. Estaba totalmente destruida, no existía ninguna clase de consuelo— Adiós… Sonomi
—¡Antes que te vayas! Con todo el dolor de mi corazón te pido que me dejes ver su rostro —Masaki negó con la cabeza sin retroceder ni un solo paso— Entonces… por favor, dale esto de mi parte… sea el que sea al lugar al que vayan… este símbolo, le hará saber que tiene una madre que siempre la estará amando hasta la eternidad
Puso su mano alrededor de su cuello y retiró con fuerza la cadenilla de plata que tenía colgando. Sin reparar en si su piel sangraba o no, extrajo el dije con el símbolo de la familia Amamiya y lo extendió en dirección de su abuelo. Ese sería el único recuerdo que su pequeña podría tener de su persona. Estaba segura que nunca más la volvería a ver, pues Masaki siempre cumplía con todos sus designios y este no pasaría por alto en lo absoluto… por lo menos quería darle la ilusión a su bebé… quería demostrarle que no era producto de una fantasía… que siempre tendría a sus padres orando por su bienestar… aunque estuviesen separados por una irresponsabilidad
Sonomi golpeó el suelo ferozmente hasta hacerse daño en las manos, quizás solo así podría llamar la atención de su abuelo. Si en algo mantenía el recuerdo de su cariño, entonces le haría caso en ese último deseo
—De acuerdo —El Rey tomó la cadenilla con cuidado. Dio unos pasos hasta detenerse en el umbral de la puerta indeciso. Una nueva oleada de osadía lo sedujo y adquirió ese valor faltante para abandonar el recinto entre los ruegos desgarradores de su nieta— Lo siento Sonomi
—Adiós mi pequeña…
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El tiempo pasa casi burlándose de los actos equívocos de las personas. Algunos lo superan mientras que otros se hunden en la desdicha. En cuanto mayor sea el delito, más difícil resulta borrar los rastros, esa era una ley irrevocable que se cumplía al pie de la letra
Un fresco viento rozó el rostro de Sonomi despertándola de su ensueño. Parpadeó un par de veces confusa. Volvió su mirada a la taza de té, reflejándose en el contenido. Habían eventos en su vida que jamás podría borrar de su mente y mucho menos de su corazón. Tanto daño era el que habían causado sus actos. Su existencia era a razón más grande de que los pesares de la realidad la persiguieran. A esas alturas casi nada parecía tener sentido… primero se fue su hija con su abuelo… y ahora afrontaba otra pérdida, la de su marido. ¿Es qué la vida solo quería verla derrotada?
—Oh Sonomi… estar triste todo el tiempo solo hará que enfermes —Dijo suavemente Nadeshiko sosteniendo a su pequeña hija en su regazo— La depresión fue la que hizo que…
—¡Lo sé Nadeshiko! Sé que por mi culpa mi esposo murió —Refutó alzando la voz. La menuda castaña, que reposaba en los brazos de su prima, pegó un brinco empezando a llorar. Sonomi se sintió culpable al notar lo que su irritabilidad era capaz de ocasionar. Siendo de esa manera, las personas terminarían odiándola— Perdóname, no debí de responder de manera tan agresiva —Musitó encogiéndose de hombros— Es solo, que ya sabes, de no haber sido por mí, tendría a mi hija y a mi marido conmigo de nuevo…
—No te culpes Sonomi —La calidez de Nadeshiko tocó las manos canelas de su prima— Somos seres humanos totalmente imperfectos, está en nuestra naturaleza cometer errores. Además no fue tu culpa que… el abuelo y la niña sufrieran ese atentado. Nadie lo predijo, de lo contrario, no dudes que hubiera hecho lo imposible por retenerlo
Recordar aquellos acontecimientos eran verdaderamente dolorosos, pero ya estaba grabado en su historia, nada podría hacer…
Meses luego que el Rey Masaki se autoexiliara en una aldea lejana… sufrió un atentado de uno de los emperadores enemigos. Las últimas noticias que tocaron a su puerta en ese entonces, fueron sobre la muerte de su abuelo y la pequeña niña. En ese enfrentamiento cuerpo a cuerpo con la guardia enemiga, ambos perdieron la vida por defender lo suyo… esas noticias fueron demasiado duras para todos… mas aun para su marido. Al enterarse que su primogénita había fallecido en aquel catastrófico incidente, él fue víctima de una insuficiencia cardiovascular que lo llevaría a la muerte
Entre ese nuevo destino, Sonomi se hallaba completamente sola. Nadeshiko tenía su propia vida, con su esposo y su hija en el palacio, mientras que ella vivía en la mansión de su difunto esposo, el Duque… molestar a su prima no era una opción; además siempre luego de conversar, ellas terminaban llorando por los recuerdos. Solo en ciertas oportunidades como en esas fiestas de té, ambas se daban el espacio para compartir las penas
—Sakura es la ternura expresa en persona, se parece a ti, Nadeshiko —La porcelánica mujer sonrió tímidamente acariciando la frente de su hija
—Mi pequeña está creciendo cada vez más rápido. Hace poco ha cumplido su tercer año y siento que debo de preocuparme por la celebración del próximo cumpleaños —Levantó la mirada rápidamente enfocando sus orbes esmeraldas en su prima. La tristeza que cruzaba por su rostro era indescriptible— ¿Sucede algo, Sonomi?
—Quizás lo has olvidado por las prisas que hay en tu vida, pero un día como hoy nació mi bebé, un tres de setiembre
Nadeshiko dio un respingo lamentando la pregunta
—Lo lamento, en serio lo lamento. Tú sabes que quizás no es lo mismo, pero… las puertas de mi palacio siempre estarán abiertas para ti. Sakura, Fujitaka y yo, estaremos complacidos en recibirte ¿cierto, muñeca? —La bebé entre sus brazos se apegó al rostro de su madre mientras le daba pequeños besos alrededor de sus mejillas
—Agradezco la invitación…
Unos ruidos provenientes del bosque las alertaron. Parecía como si alguien estuviera observándolas por los arbustos.
—¿Debería llamar a mi escolta, Sonomi? —Preguntó una nerviosa Reina Nadeshiko aprisionando a la pequeña Sakura contra su pecho
—No lo sé —Murmuró— Sonomi aventurándose dentro de la frondosa vegetación. Tenía un extraño presentimiento en relación a eso. Por alguna razón desconocida, sus pies la estaban llevando a ese lugar
—¡Es peligroso! ¿Qué locura estás haciendo? Puede tratarse de alguien del bando enemigo—Gritó de manera histérica la joven de cabellos platinados
Sus pasos la acercaban cada vez más a algo oculto. Empujó las ramas para hacerse camino entre los árboles que recién crecían. Los gustos de Sonomi eran más prácticos, era por eso que no de daba especial interés a las flores, ni vegetación como su prima; pero en ese momento se sentía maravillada por el paisaje con el que se deleitaban sus orbes
Escuchó nuevamente ese sonido propio de unas pisadas sobre el césped húmedo
—Sea donde sea que estés, no te puedes ocultar más
Un ligero lloriqueo la atrapó desprevenida desarmándola en todos los aspectos. Al dirigir la mirada al origen del sonido descubrió una menuda y pequeña figura dando torpes pasos. Una niña de triste mirada con los cabellos desordenados y el vestido rasgado, la observaba en medio de sus lágrimas. Tenía rasguños alrededor de su nívea piel, parecía como si hubiese estado andando perdida durante horas por ese bosque. La chiquilla se inclinó para acariciar sus pies cubiertos por lodo.
—Que belleza de ojos amatistas —Sonomi parecía completamente embelesada por la pureza que sus orbes expresaban
—¿Qué locura estás haciendo? —Preguntó la Reina platinada acercándose con cautela al lugar donde estaba su prima— Pero… si se trata de una niña —Ambas féminas se quedaron cautivadas observando cada uno de los movimientos de la pequeña
—Es muy linda
—Lo es, pero seguramente sus padres la deben de estar buscando
—¿Nadeshiko, no te das cuenta? Estamos a kilómetros del pueblo, el palacio está resguardado por todas las fronteras, es imposible que esta niña se haya perdido de la vista de sus padres… quizás fue abandonada —La nieta menor intentó acercarse a la chiquilla, pero esta ávidamente retrocedió un par de pasos— Quien sabe… hasta parece tener la misma edad que Sakura, quizás podrían llevarse bien…
Nadeshiko la observó confundida ¿No estaría planeando hacer lo que parecía que era?
—¿Qué estás pensando Sonomi?
—Lo que en este momento se está cruzando por tu mente —En su segundo movimiento, Sonomi logró concretizar su deseo. Pudo finalmente cargar a la niña entre sus brazos, tal y como lo hacía su hermana con su primogénita— Esta puede ser la oportunidad que me otorgó Kamisama para recuperar mi pasado
El brillo que con el paso del tiempo Sonomi había perdido por los desaires de la vida, volvía a resplandecer a través de sus ojos. Incluso su voz parecía diferente, era como si el alma le hubiese regresado al cuerpo, como si una nueva ola de ánimos la invadiese nuevamente
—En esta deplorable existencia he perdido a los seres más valiosos de mi vida… pero quisiera volver a darme el privilegio de amar, de sentir lo que en un tiempo se me prohibió
—Es hermoso lo que dices, Sonomi, no obstante, esta decisión… la de adoptar ¿No te traería problemas? ¿Qué hay de tu honor y la estirpe? No sería tu hija legítima después de todo
—Así es, pero hay un punto del cual estas olvidándote. Luego de mi embarazo, no he podido alumbrar nuevamente, aparte soy viuda y tengo mucho más que la mayoría de edad de mi lado. Un asunto como la adopción no significaría nada malo para los ojos del resto. Sería al contrario, un gesto noble… Además nadie podrá juzgarme si es que… La Reina Nadeshiko me da la autorización —La joven platinada sonrió débilmente colocando una mano sobre la cabeza de la pequeña amatista
—Entonces, de ahora en adelante, esta pequeña será tu hija… ¿Cómo es que la llamarás?
—A pesar de todos estos años, nunca he pensado en un nombre… pero si me das a elegir, la llamaría Tomoyo… por la sabiduría que he de transferirle y para que no cometa errores incorregibles en su vida —La niña aplaudió sonriente sin dejar de mirar a Sonomi
—Siendo así, la pequeña Tomoyo… Tomoyo Daidouji, será la luz de tus noches y tus días… como Reina, proclamaré el linaje de tu hija para que sea reconocida como descendiente de los Amamiya. De esa manera forjarás el destino de la nueva Duquesa Daidouji
—Para mí, será como si ella hubiese nacido un día como hoy —Hizo un largo silencio mientras le daba un pequeño beso en la frente— Feliz Cumpleaños número tres mi linda Tomoyo
—Vamos Sakura, saluda a tu prima Tomoyo
Aun sin conocerse ambas niñas entrelazaron sus manos como pudieron
Ese día se marcaría el inicio de una nueva vida dentro del futuro de una hija ilegítima, de una niña que tuvo la suerte de cambiar el rumbo de su destino y poder vislumbrar su camino dentro de la alta sociedad. Ella no sería más una niña cualquiera del amargo mundo, ahora Tomoyo asumiría su rol como Duquesa en los telares del círculo Imperial. El sino de la fortuna había tocado a su puerta sin saberlo
Continuará...
N/A: Hola nuevamente chicos, estoy en medio de una nueva propuesta que espero sea de su agrado
Para los amantes de las historias de época, les traigo este fic ambientado en siglos anteriores. Para mí es un deleite personal narrar esto, pues las altas dosis de romanticismo no se harán esperar.
Quizás este prólogo difiere en mucho de los normales, más que nada por el asunto de lo sobrecargado por las muertes, además que Tomoyo no tiene mucha participación... espero que la lectura no se haya hecho densa. Se los quiere por pasar a leer mi primer capítulo
De aquí en delante, desde el capítulo uno, será narrado desde la perspectiva de Tomoyo, dándole así un toque diferente del resto de mis escritos
Si me preguntan sobre la base de inspiración... sencillo, se lo debo a la canción de SNSD "Genie", el coro central se acopla perfectamente a lo que deseo plasmar
Para los que amablemente siguen mi otro fic "Su Primer Rechazo" estaré subiendo el siguiente capítulo muy posiblemente mañana en la noche o en el mejor de los casos, más tarde.
Saludos a todos... estaré subiendo la continuación dentro de unas dos semanas. Cuídense muchísimo beias personitas!
