CAPÍTULO 1
Luffy y los demás se dirigían hacia el reino de Arabasta para acompañar a su nueva amiga Vivi. Llevaban aproximadamente dos días navegando después de haberla conocido en Whiskey Peak, y aunque al principio no parecía ser muy de fiar, ahora se había ganada la confianza de todos los de la tripulación. Decía ser la princesa de ese reino, además, les contó los múltiples problemas que tenían con el agua en su tierra, la alzada de los rebeldes en contra de su padre, el rey Cobra, y del sospechoso individuo que estaba al mando de Baroque Works, lugar donde ella y Igaram se había infiltrado para conocer la identidad de Mr. 0.
Los Mugiwara empezaban a aburrirse, demasiadas horas en el mar y muy pocas cosas que hacer. Nami ordenaba sus cosas; Chopper, junto con Sanji, preparaba una deliciosa comida para los demás; Zoro, dormía plácidamente apoyado al mástil; mientras que Luffy y Usopp se divertían intentando pescar alguna cosa.
-¿Hay algo?-preguntó Vivi asomando la cabeza entre ambos piratas.
-Todavía nada, pero estoy seguro de que con este cebo conseguiremos un buen pescado para la comida...-decía Luffy mientras se lamía la boca.
-¿Qué...cebo...?-inclinó un poco más la cabeza y se dio cuenta de que se trataba de Carue, su mascota y su fiel compañero-. ¡Carue! ¿¡Qué se supone que intentáis eh!?-les dio un puñetazo a cada uno en la cabeza-. ¡Intentáis matarlo o qué!-ambos se disculparon con la peliazul mientras esta abrazaba a Carue.
-Es que nos estamos aburriendo mucho, en este barco no hay nada divertido que podamos hacer...-Vivi se sentó en el suelo suspirando; esos dos idiotas la acabarían matando de un susto.
-¿Por qué no nos cuentas alguna historia de esas de tu reino?-dijo Usopp emocionado.
-¡Si!-dijo eufórico Luffy mientras aplaudía-. De terror, de aventuras, ¡de todo un poco!
-¿Una historia? Parece un buen modo de tenerles quietos por un momento...-se rascó la barbilla pensativa Vivi-. Esta bien, entonces os contaré una historia que sucedió hace 15 años.-el resto de nakamas salieron al encuentro de éstos tres para escucharla.
-¡Me gustan las historias!-dijo Chopper corriendo hacia allí-. Pero no me gusta que sean de miedo...
-Tranquilo Chopper-dijo la peliazul con una sonrisa-. Pero debo advertirte que es muy, cómo decirlo, trágica y algo triste, así que si no estás preparado para escucharla es mejor que te tapes las orejas.
-¡Empieza!-decía Luffy animado.
-Hace exactamente 15 años, una princesa tuvo que casarse con un príncipe de una dinastía importante que habitaba una isla cercana a la suya. Ella no quería ir, le suplicó y le suplicó a su padre, pero éste decidió enviarla allí, parecía que si se casaba con aquel príncipe, la economía de ambos países mejoraría, y así sucedió. La princesa aceptó casarse con aquel chico, que parecía ser de su agrado …
-No me gustan nada esos matrimonios …-opinó Nami.
-El anterior rey de esa dinastía murió por una enfermedad, así que su hijo, fue proclamado rey 8 años después del casamiento con esa princesa. Claro, por ende, ella también fue coronada reina. Todo pareció ir bien, hasta entonces. Un año después de que fue coronado rey, empezaron las rebeliones, las organizaciones en contra de la realeza...
-¿Y eso por qué?-preguntó Sanji.
-El actual rey, se volvió loco de poder. Empezó a ordenar asesinatos injustos, hizo que la estabilidad de aquel reino retrocediera, muchos quisieron huir, pero ya era demasiado tarde-todos hacían cara de espantados-. La reina, asustada al ver a su marido así, decidió contactar con su hermano para que intentara frenarle los pies al rey. Pero cuando su hermano llegó, todo estaba en ruinas, todos habían muerto, peleando unos contra otros...-decía ahora un poco triste Vivi-. Y la peor parte se la llevó la reina y el pueblo... Ella también murió, a manos de algunos ciudadanos ciegos por la ira. Y bueno, ese es el fin...
-Esa historia se parece mucho a una que escuché cuando era niño...-dijo Sanji pensando.
-Esa historia era la que nos contaba mi padre a Eider y a mi cuando éramos pequeñas-dijo abrazándose a ella misma recordando esos momentos con su hermana.
-¿Eider?- arqueó una ceja Luffy, algo confuso.
-Sí-asintió Vivi-. Es mi hermana pequeña.
-¿Tienes una... hermana... pequeña...?-dijo Sanji imaginándose como sería aquella hermosura.
-Ella fue la que inició la investigación de Mr. 0. No quiso de ninguna manera que yo me uniera, pero salí ganando, o perdiendo, depende de como lo mires-relataba Vivi.
-¿Vive en Arabasta?-preguntó Nami.
-Sí. Cuando iniciamos nuestra investigación, la banda de Baroque Works le designó un sitio por los alrededores de Arabasta. Ella... ella es muy fuerte, tiene un gran coraje, des de pequeña siempre ha sido la más atrevida de las dos, la que más aventuras y experiencias ha tenido. Le gustan mucho las katanas, como esas, y tiene un gran dominio sobre ellas-señaló las katanas de Zoro que las miró.
-¿Katanas eh? Será interesante conocerla...-dijo Zoro haciendo una pequeña mueca.
-Siempre va con la suya, des de que tengo memoria siempre ha estado entrenando y intentando mejorar, y eso es lo que ha hecho. Su espada es digna de ser portada por ella, además es una de las espadas más buenas de todos los mares, todavía no se por qué ella tiene una así ni cómo llegó a sus manos...-decía pensativa, al igual que Zoro, que no dejaba de imaginarse como sería esa katana y todo al contrario que Sanji, que no dejaba de pensar en cómo sería aquella chica.
-¿Cómo es esa katana?-preguntó Zoro intrigado.
-Oi, oi, ¡marimo!-dijo Sanji-. ¿Te preocupas por cómo es la katana y no por la chica?-dijo enfureciendo.
-Seguramente tiene 5 años menos que tu y yo, no querrás ser un pederasta-dijo tan pausadamente Zoro que dejó pensativo a Sanji.
-Hahahahaha-empezó a reir Vivi-. Solo tiene un año menos que yo, 15 años...-dijo recordando a su hermana mientras miraba hacia el mar-. Eider...-dijo en un suspiro.
-¿Hace tiempo que no ves a esa hermana tuya, cierto?-la peliazul se giró, sorprendiéndose de quien era.
-Zo... Zoro...-dijo sorprendida-. Hace... hace un año que no se nada de ella, y respecto a tu pregunta, su katana es de las más buenas por que está hecha del mejor hierro que existe, además que es el que más corta, hace maravillas con ella.
-Me gustaría probar su fuerza con la espada.-dijo mirando como relucía una de las suyas-. Será interesante este viaje.
-Seguramente no la conozcáis nunca-dijo girándose para mirar a los demás-. Ella... ella está más encaprichada que yo en este asunto, no se anda con tonterías en asuntos serios.
-Jooooo, yo quería conocer a la hermana de Vivi-dijo Luffy mientras se cruzaba de brazos.
-Yo también- hacía lo mismo Chopper a su lado.
-¡Hágamos una cosa!-dijo Luffy mirando a Chopper-. Cuando encontremos a ese Mr. 0, y todo haya terminado, la buscaremos, así Viví y ella también se podrán encontrar, ¿qué dices Vivi?-el mugiwara miró a la peliazul que sonreía de una manera triste.
Hacía demasiado tiempo que no se veían, alguna vez coincidían en palacio, pero después de su infiltración en Baroque Works, nada volvió a ser lo mismo. O incluso antes, cuando ellas dos empezaron a distanciarse, cuando ella tuvo que educarse para ser princesa. ¿Qué estaría haciendo ahora? Se preguntaba una y otra vez Vivi, ¿Estará bien?
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En una ciudad cercana a Arabasta, una joven que solo dejaba ver su cara tras una vestimenta típica del desierto, se acercaba hacia las dunas del reino para visitar a una antigua amiga que siempre había tenido a su lado.
-¿Está por aquí Rasa?-preguntó la joven de ojos color miel a un hombre bastante regordete, con la barba despuntada-. ¡Oi! ¡Barbar!
-Ah, ¡Eider!-dijo despertándose repentinamente-. Si, Rasa estaba terminando de reparar uno de nuestros barcos, así que debe estar por aquí.
-Gracias-le sonrió mientras le daba una bolsa llena de comida-. Os traigo una pequeña ayudita para este mes-dijo la joven haciendo que aquel hombre sonriera.- Voy en su búsqueda, ¡ha sido agradable volverte a ver después de tantos meses Barbar!-decía mientras se alejaba y le dejaba allí sentado de nuevo.
-¡Lo mismo digo Eider!-se despedía levantando una mano-. Es demasiado bueno para tanta injusticia que ha recibido en el palacio...-dijo mientras con la mirada la seguía-. Bueno, voy a ver que hay aquí-dijo mirando dentro de la bolsa.
Eider corría y corría deslizándose por las dunas hasta que vio la silueta de Rasa. Sonrió al volver a verla, habían pasado dos meses des de que no se acercaba por allí, y gracias a un pequeño tiempo de descanso que ella misma había decidido, volvió a las dunas como cuando era pequeña.
-Oi, Eider-decía Rasa mientras terminaba de meter unos clavos.
-¡Rasa!-dijo la joven mientras sonreía-. ¿Te puedo ayudar en algo?-dijo echándole un vistazo al barco-. Parece que tiene bastante falta de reparar...
-Cierto-dijo quitándose el sudor de su pelo azul-. Por eso, ¡échame una mano!-le tiró el martillo que con facilidad pudo coger; así que la joven Eider, empezó a ayudarle-. Ha pasado mucho tiempo esta vez...-decía la de pelo azul oscuro mientras trabajaba.
-Tienes razón...-le miró de reojo Eider-. Esta vez he estado ocupada, estoy a nada de saber quien es ese tal Mr. 0, y sabré el por qué de los enfrentamientos, y muchas más cosas que...
-No tienes que hacerte ilusiones...-le cortó Rasa-. Siempre te he dicho que meterte en esos asuntos no es nada bueno, puedes salir perjudicada-y era verdad, cuando eran pequeñas, Rasa era quien le sacaba de líos bastante gordos.
-Me he hecho mayor, además ya no eres esa joven de 15 años que tenía que cuidar de una pequeña de 9, se valerme sola, ¿o es que a caso no lo ves?-dijo mientras hacía una pequeña mueca.
-¿Recuerdas aquel día en el que nos conocimos? Eras una niña bastante problemática a pesar de ser de la realeza-descansó un poco la joven-. Recuerdo como te salvé de aquellos bucaneros que te quería quitar una pulsera de oro que llevabas... y que todavía llevas gracias a mi. No dejaste de perseguirme, querías aprender a defenderte. Ni si quiera sabías mi nombre y ya me agarrabas de a mano para caminar por el desierto...-decía rememorando.
-¿Esa era yo? Ni si quiera recuerdo haberte cogido de la mano, hahaha.-dejó el martillo a un lado-. Es broma, lo recuerdo yo también. Los guerreros del palacio sabían enseñarme bien con la katana, pero si no llega a ser por ti, no la dominaría tan bien-sacó la espada reluciente que por dentro del filo tenía símbolos de oro.
-Ni si quiera se cómo te ha llegado esa katana...-dijo impresionada Rasa, cada vez que la veía, se sorprendía.
-Yo tampoco lo se.-se la guardó y cambió un poco su aspecto facial-. ¿Sabes si Vivi ha...?
-No la he visto por aquí, y sabes que para ir a Arabasta se tiene que pasar por aquí...-explicó Rasa.
-Ni si quiera los altos cargos de la organización me dejan preguntar por ella, todo es demasiado secreto … Hace mucho que no la veo...
