Gracias a los poquitos que siguen mis fic nwn

Yaoi/: Nesscas y Clausten, tendrá lemon, advierto así que este tipo de historias no es de tu agrado te pido que te retires de aquí. Después no te quejes por favor si no consideras esta advertencia desde ahora.

Los personajes no son míos, pertenecen a Nintendo u.u

Los comentarios constructivos y positivos son bienvenidos.


Ninten

Hace casi cuatro meses atrás conocí a mi gran amigo Lucas. Eso pasó un día en que mi padre me llevó a ver el partido de béisbol de Podunk versus Tazmily... eso fue horrible, nos humillaron y nos aplastaron, fregaron el suelo con nosotros. Él señor es Flint "que es amigo de mi padre" había llevado a su hijo Lucas.

Ambos habían apostado. El que perdía pagaba un almuerzo para los cuatro. Como papá perdió nos llevaron a mí y a Lucas a un restaurante de barrio, ellos pidieron carne mechada y bebidas alcohólicas. Bebieron y bebieron y bebieron muchísimo, nos ofrecieron, pero yo solo tengo dieciséis años y Lucas es un año mayor, por eso negamos con la cabeza. Yo le pedía a papá que se detuviera y Lucas hacía lo mismo con el suyo. Nos pidieron papitas fritas para callarnos la boca y la camarera nos trajo una gran bandeja para los dos y resulta que no teníamos ketchup. Nos quedamos mirando nuestra comida sin hacer nada.

—¿Vamos por ketchup? —Le pregunté a Lucas. No le había hablado antes porque no sabía que decirle.

—¡Vamos!

Ese día nos hicimos muy amigos. Lucas me decía que era fanático a morir de Bon Jovi y se notaba porque usaba hasta camisetas y accesorios del cantante. También me había dicho que antes era fanático de Gackt.

Yo de lo único que si soy aficionado es de un jugador de béisbol, pero nada se compara como el fanatismo de Lucas a su gran ídolo Bon Jovi.

Mi papá es jefe de la policía y ha trabajado como guarda espaldas dos domingos seguidos para mi gran ídolo del béisbol "el astro de Onett". ¿No es genial? si hasta me trae autógrafos del jugador estrella.

—¡Ninten, Ninten! —Me gritaba Lucas.

—¿Que sucede? —Le pregunté.

—¿A ti te gusta el béisbol verdad?

—¿Que pregunta es esa? Sabes que me encanta.

—Ah, perdón, es que quería estar seguro porque tengo una entrada doble para ir al estadio.

—¿De donde sacaste dinero para una entrada y porque compraste una entrada si ni sabes de béisbol?

—Me la regaló mi hermano.

—¿Por qué te regaló tu hermano una entrada doble cuando puede ir él contigo?

—Es que la compró para ir con Fuel, pero Fuel también había comprado una igual.

—Entiendo, ¿y para que partido es?

-Onett los Bounders Contra la Chommo tigres.

—¡Madre mía ese partido valdrá oro! ¿Cuándo es?

—Mañana.

—¡Rayos! y no me había enterado de nada, papá me va a envidiar, yo y él somos fanáticos de Onett y su jugador estrella el capitán del equipo.

—Mi hermano también.

—¿También qué?

—Le gusta ese equipo. ¿Vienes conmigo entonces?

—¡Por supuesto!

—Pero debes quedarte en mi casa, porque es temprano y papá nos llevará en su carro.

—No hay problema, voy a casa ahora mismo a pedir el permiso, papá me dejará. Llegaré a tu casa en un par de horas.

—Vale, te esperaré entonces.

Papá se moría de la envidia cuando le conté que Lucas me había invitado al partido. Me dejó ir y corrí a mi alcoba, tomé mi mochila y le puse mi pijama, toalla, cepillo de dientes, ropa de cambio, mi último paquete de Oreos y mi billetera con seis dólares, mi mamá me dio otros diez.

En menos de dos horas llegué a casa de mi amigo Lucas y toqué el timbre para que me abriera la puerta, justó él abrió y se movió para dejarme entrar.

—¡Hola otra vez Ninten!

—Hola.

Me di cuenta que había alguien sentado en el sofá grande mirando la televisión y no era su papá. ¿Lucas tenía un hermano?

—¡Claus te presento a mi amigo Ninten! —Chilló Lucas y el joven no despegó sus ojos de la televisión. Por lo que me di cuenta estaba viendo un partido de Onett contra un equipo desconocido para mí, seguro era de otro lugar.

Me quedé mirando la televisión al igual que su hermano, pero a la distancia.

—Ninten ese es mi hermano gemelo, es mayor por minutos, anda toma asiento mientras yo te traigo algo para que bebas. ¿Que se te apetece?

—Nada, gracias de todas formas.

—Vamos, no seas tímido.

-Nada. -insistió.

—Eres mi visita y debo traerte algo. Insistiré hasta que me pidas algo.

—¿Leche?

—¿Qué? —Me preguntó sorprendido.

—Por favor.

—Está bien, pensé que pedirías una soda o algo así, ¿con sabor a chocolate verdad?

—No, blanquita.

—¡Pero que sano eres caray!

—¿Claus vas a querer algo tú?

El chico le subió el audio a la televisión y Lucas se encogió de hombros, me miró y se fue a la cocina. Me senté en el sofá individual para mirar el partido. Me di cuenta que era una repetición del canal de deportes, yo me lo vi enterito y aunque sé que ganó obviamente Onett me emociona, es como si fuese para mi algo nuevo.

Después de unos pocos minutos viendo el partido saqué mi paquete de galletas Oreos para tenerlas listas cuando Lucas llegase con lo que le pedí, me encanta untar las galletas en la leche. Lucas estaba tardando y se me hacía agua la boca por una galleta, entonces dispuesto a dar un mordisquito nada más; abrí el paquete con desesperación, pero se hizo pedazos porque fui muy bruto y todas mis galletas cayeron al sucio suelo... Me quería morir, de verdad.

¡Soy un idiota, un maldito pecador! Estaba apunto de ponerme a llorar.

El hermano de Lucas estaba mirando las galletas en el suelo, había separado su vista de la televisión y la pausó con el mando solo para presenciar mi desgracia, tenía de esos aparatos para pausar y hacer lo que se le diera la gana con los canales de deportes, como si fuese una cinta de VHS. Él miró cada una de mis galletas y después me miró a mí.

—¿Estás bien? —Me preguntó. Seguramente me lo preguntó por mi cara de angustia, le levanté un pulgar para que entendiera que si me encontraba bien, aunque por dentro me quería morir y si no hablé es porque seguro la voz me saldría con pitos y lo que menos quería era llorar.

—¿Qué pasó aquí? —Preguntó Lucas con sus manos ocupadas con lo que le había pedido.

—Se le dieron vuelta. —Testificó el hermano de Lucas—.Traeré una escoba y una pala.

Tenía que ser fuerte y asumir que mis pobres galletitas se irán a la basura, el hermano de Lucas las tiraría y yo esperaba contenerme las lágrimas.

—Mejor llama a Boney —repuso Lucas—, el las comerá con mucho gusto.

—Buena idea Lucas, ya lo traigo —respondió el mayor de los gemelos.

El hermano de Lucas abrió la puerta trasera de su casa y dejó entrar a su mascota: un tierno perrito. Tierno hasta que comenzó a devorar mis galletitas con tanta desesperación que me dieron ganas de... patearlo, ¡es un monstruo come Oreos ajenas!

—¿Estás bien? —Me volvió a preguntar el hermano de Lucas—. ¿Por qué debería de estar mal?

—Ninten, no es para tanto —dijo Lucas—. ¿Es necesario que te arrojes al suelo a llorar?

Lucas es malo conmigo, él no sabe lo que se siente ser yo, de verdad que es muy cruel de su parte. Debería estar consolándome porque además soy su mejor amigo.

—Lucas tú también haces eso y con más escándalo —dijo el hermano de Lucas en mi defensiva.
¿Cómo era que se llamaba y porque me defendía de Lucas?