Este es mi primer Wincest, espero que os guste y que dejeis vuestros comentarios, me gustaría conocer vuestras opiniones al respecto.
Apoyado en la columna del bar y con la botella de cerveza en la mano, Dean se sorprendió a si mismo, mirando con suma atención a su hermano, mientras hablaba con una chica de una mesa, al otro extremo del local.
Normalmente, Dean habría conocido también a alguna chica y estaría intentando ligar con ella en ese preciso momento. Pero, por extraño que le pareciera a él mismo, no estaba haciendo nada de eso. Durante los últimos minutos¿o tal vez habría pasado más rato sin que se diera ni cuenta?, había permanecido allí de pie, como hipnotizado por la conversación de su hermano y que ni siquiera podía escuchar desde donde se encontraba.
La chica se rio y Sam acercó su mano al pelo de ella, colocándole un mechón que se había escapado de su sitio y luego, haciendo que pareciera de forma casual, acarició su mejilla.
Una terrible punzada de dolor, atravesó el interior de Dean. Se sorprendió al no saber de que se trataba, aunque realmente y en su interior, si que lo sabía muy bien, por mucho que tratara de ocultarlo. "¿Celos?", se preguntó¿Estaba celoso de su hermano? Aquello no era posible, nunca le habçia ocurrido eso con relación a ninguna chica con la que hubiera salido Sam y esta, tampoco era una excepción para Dean.
Sam se acercó a ella de nuevo y tras susurrarle algo al oído, le besó. En un acto reflejo y por algún extraño motivo, Dean desvió la mirada ante aquella acción. De nuevo, en su mente apareció la palabra "celos"; pero para entonces, ya se había dado cuenta de que no se trataba de celos por el ligue de aquella noche; si no que los celos eran, precisamente, hacia ella, por estar junto a Sam, porque estaba coqueteando con él, porque había conseguido que le besara.
Dean giró sobre sus pies y salió del bar, dirigiendose hacia el coche. Desde la mesaa, Sam lo vio alejarse y tras disculparse con su acompañante, se levantó veloz y también salió del bar detrás de su hermano.
"¡Dean!" Su hermano ni siquiera se giró al escuchar la llamada de Sam, sólo quería entrar en el Impala, poner la radio a todo volumente y hacer que los extraños pensamientos que estaba invadiendo su mente, se marcharan de una vez.
Sin embargo, no pudo subir, cuando ya estaba abriendo la puerta del coche, Sam apareció justo detrás de él y poniendo su mano sobre la de Dean, cerró de nuevo.
"¿Se puede saber que es lo que te pasa esta noche?"
Dean casi pudo sentir la respiración de su hermano en su propia nunca de lo cerca que se encontraba de él. "Por faver Sammy, no me hagas esto." Pensó Dean, mientras su corazón comenzó a latir con mayor intensidad a cada momento, que pensaba en la proximidad de su hermano, pero no dijo nada al respecto.
Suspiró y nos segundos más tarde contestó a Sam, tratando de ocultar unos nervios cada vez más intensos, que estaban creciendo dentro de si mismo y que no podía detener.
"Nada, es que me apetecía estar sólo un rato, eso es todo."
Por mucho que lo intentaba, Dean nunca era capaz de menitr a su hermano y que este no se diera cuenta y mucho menos, cuando si propia mente no hacía más que mostrarle imágenes de Sam y de si mismo, que no sabía ni que tenía guardadas ahí dentro.
Sam colocó su mano sobre el hombro de su hermano, lo que provocó que Dean se sobresaltara al sentir el contaco y lo obligó darse la vuelta y colocarse frente a él. La mirada baja de Dean, tratando de parecer ausente y distraido, todo lo contrario a su verdadero estado en ese momento, descolocó todavía más a Sam.
"Dean¿que es es lo que te preocupa?"
Dean apenas podía resistirlo ya, estaban siendo demasiadas emociones en un mismo momento, demasiados sentimientos nuevos, o tal vez no tanto, hacia su propio hermano, que nunca hubiera creído que existían en su interior y todo ello lo estaba intentando ocultar a la única persona a la que no era capaz de esconder nada y mucho menos engañar.
Respiró hondo, profundamente y levantó los ojos. Estos se encontraron con los de Sam, aunque ahora le parecían distintos, más brillantes y luminosos, como si nunca se hubiera fijado en ellos con lo estaba haciendo ahora, lo cual era completamente cierto.
"Tu eres lo que me preocupa." Sam iba a contestarle que no podía volver al mismo tema de siempre, a aquello de que Dean debía protegerlo, le iba a decir que tenía que tomarse un respiro de vez en cuando; pero su hermano no le permitió decir nada, porque continuo hablando. "En realidad, soy yo el que me preocupa en este preciso momento; esta noche."
"¿De que estas hablando?"
Para Dean era muy complicado llegar a explicar a su hermano lo que estaba pasando por su cabeza mientras lo tenía delante de sus ojos, los sentimientos que de la, aparente, nada, había aparecido en su corazón y que a duras penas estaba reprimiendo mientras trataba de hablar con él. Era tan sumamente difícil, que las palabras que quería decirle, se estaba amontonando en su cabeza, unas sobre otras, tanto, que estaban impidiendo formar frases lógicas y coherentes.
Finalmente, decidió actuar, tal y como hacía siempre en las cacerías; dejándose llevar su propio instinto, pero sin pensar en las posibles consecuencias que sus actos pudieran conllevar, según como reaccionara su hemano, pero no le importaba, para entonces, su mente estaba hecha un lío y ya no le importaba nada de lo que pudiera ocurrir después.
Empujó bruscamente a Sam contra el coche, que casi pareció quejarse, produciendo un extraño sonido. Agarró la cazadora de su hermano y le besó, sintiendo que Sam apenas se resistía a él.
Sus manos, temblorosas, como nunca lo habían estado en ningún momento de su vida, a causa de los nervios del momento; recorrieron la espalda de Sam; mientras sintió las de su hermano rodeando su cintura, poco a poco, timidamente al principio, para atraerlo hacia si mismo.
Mientras la lengua de Dean recorría lugares que nunca hubiera creído que podría llegar a conocer de Sam, sintió la respiración en el pecho de su hermano, por la cercaní de los dos cuerpos, entrecortada y agitada. Durante ninguna de las cacerías que habían compartido había notado a Sam tan excitado como en ese momento, tan excitado como se encontraba el mismo al tenerlo entre sus brazos.
Al contrario de lo que hubiera creído que iba a pasar en un principio tras saltar al vacío, Dean escuchó, lo que sin duda alguna era un corto, pero intenso gemido, saliendo de Sam, mientras permanecía, ahora, completamente quieto, abrazando con fuerza a Dean, sintiendo el cuerpo de su hermano, en tensión, tan cerca, que apenas le permitía respirar. Pero no le importaba, Sam se sentíabien.
Aquella situación, totalmente inesperada y que le había cogido de improviso, cuando Dean había decidido besarse, resultaba ser una de las más placenteras de su vida.
Por ese motivo, cuando Dean, finalmente, separó sus labios de los de Sam y sus ojos se volvieron a encontrar, fue Sam quien, dejando que una mano se deslizara tras la nunca de su hermano, lo hizo acercarse más a él y dejó que sus bocas se volvieran a juntar de nuevo, sintiendo el aliento de Dean, como si atravesara todo su cuerpo en una corriente eléctrica.
Ahora era él, el pequeño Sammy, quien, mientras jugueteaba con mechones de pelo de Dean, recorría con su otra mano la espalda de este y poco a poco la hizo desaparecer bajo la ropa de su hermano.
Sam cerró los ojos mientras inspiraba el dulce aroma del cuerpo de Dean, mientras una ráfaga de viento lo hizo tiritar y notando el fuerte abrazo de su nuevo amante para transmitirle su calor y mientras en la oscuridad de la noche el Impala era el único testigo de la noche más apasionada de toda su vida.
Durante un segundo, deseó interiormente que pudieran permanecer así eternamente, juntos y convertidos en un sólo ser, perdidos en un intenso momento de pasión y placer, por el resto de sus vidas.
Ya se que me ha salido un poco corto, pero me cuando lo escribía me gustó dejarlo así. Como ya he dicho, espero saber lo que os ha parecido para saber si lo continuo o no.
