El final de la primera quincena de junio se aproximaba y con ello el verano. En pleno Londres no es que aquello se tradujera en un calor achicharrante, pero sí significaba el comienzo de las vacaciones de verano y Clarke no podía estar más agobiada por ello.
-De verdad, es que no lo entiendo - Suspiró frustrada.
-Tiene mucha cara, y no es justo que ahora te haga esto - La apoyó su amiga Octavia.
-Tres años jodiéndome para tener la puñetera custodia compartida, ¿y ahora dice que se va todo el verano? - Bebió un sorbo de su café mientras intentaba relajarse inútilmente.
-¿Y no hay nada que puedas hacer? - Preguntó Raven.
-¿Qué quieres que haga? ¿Retenerla? - Preguntó irónica Clarke - Si se quiere ir se irá, y a mí me deja el marrón, porque a ver ahora con quién dejo yo a Alycia.
-Clarke, sabes que casi siempre o Raven o yo estamos en casa, puedes dejarla con nosotras siempre que quieras - Propuso la de ojos claros.
-Lo sé, y os lo agradezo, pero esa no es la solución, no puedo dejárosla cada vez que tenga guardia, Alycia tiene que estar en casa...
-¡Oye! - Exclamó Raven de repente, haciendo que Clarke la mirara con interés - ¿Y si buscas una babysitter o una au pair?
Clarke miró a su amiga unos segundos con el ceño fruncido. No había sopesado esa idea en absoluto desde que su ex mujer, Nylah, le había dicho que no iba a poder quedarse con la hija que tenían en común en todo el verano.
Clarke trabajaba en el hospital de Ealing, al oeste de Londres, era una doctora excepcional, a la que todos admiraban y respetaban. Muchas veces tenía guardias interminables y eso era lo único que odiaba de su trabajo: pasar tantas horas lejos de su única hija.
La pequeña Alycia estaba a punto de cumplir 6 años, y tenía una especial debilidad por su madre. Ambas estaban muy unidas y Clarke sentía que no necesitaba más que el amor de esa pequeña niña rubia en su vida.
Cuando Nylah le dijo que se iría, su cabeza empezó a llenarse de pensamientos para averiguar cómo podría hacer para tener a su hija bien atendida cuando ella estuviera trabajando.
-No sé, Raven... - Dijo de repente - He escuchado algunas historias bastantes espeluznantes sobre las au pairs.
-Sí, pero no todas - Intervino Octavia - Una amiga mía, Harper, tiene una que lleva con ellos ya más de un año y es como una más en la familia. Los niños la adoran y ella le tiene mucho aprecio, según me ha dicho.
-Yo creo que si haces entrevistas en persona puedes encontrar a alguien que te vaya bien, además seguro que a Alycia le encantaría tener una chica con la que jugar.
-Eso es cierto - Admitió Clarke - ¿Sabéis cómo funciona todo esto? ¿Qué he de hacer?
-Creo que te tienes que registrar en una página web - Dijo Octavia - ¿Tienes el portátil por aquí?
-Sí - Dijo Clarke mientras se levantaba para buscar el ordenador - Aquí está - Dijo una vez que volvió con él.
-Vale, busca "Au Pair World" en Google - Le indicó Octavia. Clarke lo hizo y al instante una web con esas misma palabras apareció en el buscador - Vale, pincha en esta.
Lo hizo y la web se cargó con diversas opciones: para Au Pairs y para familias.
-Supongo que tendré que registrarme aquí - Dijo Clarke, indicando el lugar dónde indicaba para las familias.
Estuvieron varios minutos leyendo las normas de la web y procedieron a inscribir a Clarke y a la pequeña Alycia en la web. Subieron algunas fotos de ambas donde salían riendo juntas y completaron cada apartado con los datos que le pedían. Al final tenían que rellenar un espacio dónde tenían que describir cómo eran como familia y qué buscaban exactamente.
Tras casi media hora, ya lo tuvieron perfecto.
-Vale, ¿qué os parece? ¿Ha quedado bien?
El perfil quedó bastante llamativo, con las fotos de Clarke con Alycia, indicando que buscaban a una chica de 20 a 25 años y que se quedara con ellas por un periodo mínimo de seis meses.
Clarke pensó que una vez que la chica se instalara en su casa, sería muy difícil para la pequeña Alycia despedirse cuando le hubiera cogido cariño, así que quería que el tiempo de estancia fuera lo más largo posible.
A parte de esa descripción, estaba el texto que Clarke escribió con ayuda de sus amigas:
¡Hola! Somos la familia Griffin. Yo me llamo Clarke y mi hija se llama Alycia, tiene cinco años (dentro de poco 6) y es una niña estupenda. Buscamos a alguien que se pueda quedar con Alycia siempre que yo tenga que trabajar, que la trate bien y le de cariño como si fuera su hermana. Nosotras a cambio te trataremos como parte de la familia e intentaremos hacer que tu estancia en la magnífica ciudad de Londres sea maravillosa. Si te interesa, por favor, ponte en contacto conmigo. Será genial recibirte en nuestra casa.
Clarke y Alycia Griffin.
-Creo que ha quedado estupendo, Clarke - Dijo Raven con una gran sonrisa.
-Sí, seguro que viendo la descripción de tu perfil y las fotos tan adorables que hemos colgado tendrás muchas interesadas y podrás elegir a la mejor - Añadió Octavia.
-Muchas gracias, de verdad - Suspiró Clarke aliviada - Tal vez sí sea una buena idea.
Unos minutos después, Raven y Octavia se despidieron de su amiga y la dejaron sola en su hogar. Clarke pensó que tenía mucha suerte de seguir teniendo a esas dos chicas a su lado tras todos aquellos años de amistad.
Raven, Octavia y Clarke habían sido siempre un grupo inseparable desde sus primeros días en la universidad, y aunque un par de años después la amistad se transformó en algo más para los dos morenas, eso no cambió en absoluto la maravillosa relación que mantenían hasta el momento con Clarke.
Ella estaba encantada de que sus dos mejores amigas estuvieran tan enamoradas, y ya que su matrimonio no había salido como a ella le hubiera gustado, era feliz sabiendo que Raven y Octavia seguían queriéndose como el primer día y, aunque ellas hubieran decidido no tener niños, cuidaban a la pequeña Alycia como si fuera suya propia, y eso Clarke lo agradecía más que nada en el mundo.
Minutos más tarde, el timbre de la puerta sonó y la sonrisa de la rubia se ensanchó, sabiendo perfectamente quien se encontraba tras ella. Fue rápidamente hasta la entrada y abrió, encontrándose con la pequeña Alycia y la cuidadora que se encargaba de llevarla todos los días a casa tras salir del colegio.
-¡Mami! - Exclamó la niña rubia mientras se abalanzaba a los brazos de su madre.
-Hola mi vida - Dijo Clarke mientras se acuclillaba frente a ella para recibirla - ¿Te has portado bien hoy en el cole?
-Sí, y me han dado una medalla porque he recogido todo la primera, ¡mira! - Le enseñó aquella pequeña medalla hecha de cartón con todo el orgullo que podía mostrar.
-Es maravillosa, cariño - Le dijo mientras dejaba un beso en su frente y luego se dirigió a su cuidadora - Muchas gracias por traerla, Rachel.
-De nada señora Griffin, ¡hasta mañana! - Se despidió efusivamente y tanto Clarke como la pequeña la despidieron.
-Vamos dentro, cariño, que tengo que contarte una cosita - Clarke se puso de pie de nuevo y caminó hasta dentro de su casa con su hija.
-¿Qué pasa mami? - Dijo la pequeña, sentándose en el sofá.
-Verás mi amor... - Clarke tomó asiento a su lado - He hablado con mamá Nylah y me ha dicho que no podrá estar este verano contigo - Los ojos de Alycia pronto se humedecieron.
-¿Mami no me quiere?
-No cariño, no digas eso, mami te adora, al igual que yo - Le dijo dejando un besito en sus pequeñas manos - Pero le ha surgido algo y tiene que irse todo el verano - Odiaba mentir y más para encubrir a su ex mujer, pero evitar que su hija sufriera estaba por delante de todo aquello.
-¿Entonces estaré todo el verano contigo? - Clarke asintió.
-Así es, pero como ya sabes, mami tiene que trabajar y a veces pasa la noche en el hospital.
-¿Me iré a casa de tía Octavia y tía Raven?
-Había pensado en que una chica viniera todo el verano a cuidar de ti, ¿qué te parece?. Una chica con la que pudieras jugar siempre que yo no esté - Los ojos tristes de Alycia parecieron iluminarse ante la noticia.
-¿Y será mi amiga? - Su madre asintió - ¿Cuándo viene? - Preguntó emocionada y Clarke rió, sintiendo que su hija era el ser más adorable de la tierra.
-Todavía no he decidido quien será cariño, tenemos que ver a varias candidatas, pero te prometo que estará aquí lo antes posible, ¿está bien?.
-¡Voy a tener una hermana mayor! - Dijo Alycia emocionada.
-Así es, princesa - Y se acercó a ella para darle un abrazo.
-Te quiero, mami - Le dijo mientras le daba un tierno beso a Clarke sobre la nariz.
-Y yo a ti mi amor, y yo a ti.
Lexa estaba desesperada.
Se dejó caer sobre el sofá y hundió la cara en uno de los cojines que había sobre él, ahogando un grito de frustración.
Había llegado a Londres hacía más de tres semanas y no encontraba ni un mísero trabajo.
-Ey... - Sintió la voz de su hermano cerca y, a continuación, cómo se sentaba a su lado en el sofá y ponía una mano sobre su hombro - ¿Estás bien?
-No encuentro nada, Lincoln... - Murmuró, aún con su cara contra el cojín.
-No te preocupes Lex, encontrarás algo pronto, estoy seguro - Lexa se incorporó mirándolo con furia.
-¿No lo entiendes? No puedo estar aquí ocupándoos el piso a Anya y a ti para siempre. Se supone que había venido para empezar una nueva vida y no ser una mantenida.
-Pensaba que habías venido para...
-Sí, también vine para olvidar lo de estos meses - Le cortó - Pero quiero sentirme útil, no tener que dormir en un sitio donde sé que molesto y ganar mi propio dinero.
-Aquí no molestas, Lexa - Dijo su hermano.
-Tal vez ahora no, pero si sigue pasando el tiempo no te hará gracia verme aquí de gratis cuando tu trabajas cada día para pagar este sitio.
-Bueno, no te preocupes, seguro que encontrarás algo pronto.
-¿Pasa algo? - Anya, amiga de Lexa y Lincoln, apareció con cara adormilada por el marco de la puerta que conectaba el pasillo de las habitaciones con el salón.
-Lexa, que está torturándose otra vez con lo del trabajo - Le informó Lincoln.
-Oye peque - Se acercó, arrodillándose frente a ella y cogiendo sus manos - No te preocupes, ¿vale?. Es normal que se tarde un poco.
-Pues vosotros dos según tengo entendido encontrásteis trabajo a los cuatro días de llegar - Le recordó Lexa.
-Sí, tienes razón, pero eso fue suerte. En serio, Lex, ya verás como todo va bien.
-Oye, mirad esto - Dijo Lincoln, que había cogido un periódico y lo ojeaba por encima, haciendo que las dos chicas le prestaran atención.
-¿Qué pasa? - Preguntó Lexa con curiosidad
-Mira aquí - Señaló un pequeño anuncio de periódico, que hablaba sobre una agencia Au Pair - ¿Y si pruebas suerte como babysitter o Au Pair?
-¿Qué? - Dijo Lexa incrédula - No, ni de coña.
-¿Por qué no? A mí me parece una idea muy buena.
-Porque cobran nada y menos y encima tendría que vivir en la casa.
-A ver, Lex - Dijo Anya - Piensa un poco: cobrarías unas 100 libras semanales y no te tienes que preocupar de la comida ni nada, y además no tiene por qué ser definitivo, puede ser durante unos meses mientras buscas otra cosa mejor.
Lexa se quedó pensando unos segundos.
Cuando decidió ir a Londres a buscar suerte, lo último que se le habría pasado por la cabeza era ser Au Pair. No es que no le gustaran los niños, pero a veces había oído en la tele las malas experiencias que habían tenido algunas chicas, cuando las explotaban, las trataban como empleadas del hogar o, simplemente, no les pagaban.
La idea de ir a Londres había surgido a raíz de que meses atrás descubriera que Costia, la chica con la que llevaba saliendo más de dos años, la había estado engañando casi la mitad del tiempo de su relación.
Lexa se había sentido tan dolida que cada lugar al que iba era un recuerdo horroroso de ella, y dado que ya había acabado los estudios, decidió irse para poder despejarse de todo aquello y empezar de nuevo.
Tal vez ser Au Pair podía entretenerla y acabar sonriendo mientras jugaba con los niños de la familia en la que estuviese.
-Vamos Lex, piensa que además, si pasase algo, nos tienes a nosotros aquí - Dijo Lincoln - No eres como esas chicas que no tienen absolutamente a nadie y se encuentran solas cuando la familia les hace una putada.
-Además, que seguro tienes suerte y te toca una familia estupenda - Añadió Anya.
-Bueno, podemos probar a ver - Dijo aún no muy convencida.
-¡Así me gusta! - Exclamó Anya contenta - Pero ni de coña lo haremos con una agencia, que te clavan. Tengo una amiga que encontró familia a través de una página web.
Rápidamente, Anya trajo su iPad y comenzó a buscar la web que conocía, puso en el filtro de resultados que la familia estuviera en Londres y que buscaran a alguien para empezar cuanto antes y enseguida los resultados empezaron a aparecer ante ellos.
-Mira, aquí hay una familia con dos hijos que parecen muy agradables - Señaló Lincoln la pantalla.
-Pero mira lo que cobra y las horas que hace - Dijo Anya - Creo que la explotarían un poco - Mira esta otra, parece ideal.
La familia que señaló Anya esta vez constaba de un matrimonio y un niño de ocho años, las condiciones parecían favorables y el horario le pareció genial a Lexa.
-Oh mierda - Dijo Lexa de repente.
-¿Qué ocurre? - Preguntó Lincoln.
-Mira lo que pone ahí - Señaló un apartado del perfil de la familia donde indicaba que la candidata tenía que tener carnet de conducir.
-Joder, es que tendrías que habértelo sacado - Le reprochó su hermano.
-Bueno, no pasa nada - Dijo Anya - Sigamos buscando.
Pasaron un par de páginas buscando perfiles, casi todos eran bastante buenos pero siempre había alguna condición que Lexa no cumplía.
Estaban a punto de rendirse cuando la pequeña de los tres vio uno que le llamó la atención.
-¿Y este? - Puntualizó de nuevo la pantalla, señalando un perfil donde salía una chica rubia y una niña pequeña, que supuso era su hija.
-Tiene bastante buena pinta... - Dijo Anya.
-Joder, y la madre también - Añadió Lincoln, abriendo los ojos como platos, llevándose un manotazo por parte de su hermana.
-Pues aquí dice que buscan una chica para lo más pronto posible y que lo que quiere es que cuide a su hija, Alycia se llama, cuando ella no esté - Apartó la vista del aparato y la dirigió a su amiga con una sonrisa - Vamos, que seas como su hermanita.
Lexa miró y leyó el perfil unas cuantas veces.
-Parecen bastante adorables, ¿no? - Dijo de repente.
-La verdad es que sí - Le concedió Anya - Mira, aquí está escrito el número de la madre, se llama Clarke Griffin, ¿por qué no llamas?
-¿Ahora? - Preguntó Lexa confundida.
-Claro, Lex - Dijo Lincoln - No tienes nada que perder y si tardas más, quizá ya hayan encontrado a alguien para entonces.
-Tienes razón.
Lexa sacó de su bolsillo su móvil y marcó el número que había sobre la pantalla, mientras se ponía de pie y se alejaba de allí un poco.
Después de sonar un par de tonos, alguien contestó.
-¿Diga?
-¿Señora Griffin?
-Sí, ¿quién es?
-Hola, verá... Me llamo Lexa, he visto su perfil en la página de Au Pairs y me interesa bastante.
-Oh, vaya, hola - Dijo aquella mujer, con un tono simpático - No pensaba que nadie fuera a contestar tan rápido.
-Pues justo estaba mirando la página y su perfil ha sido el único que ha encajado con el mío.
-Genial, Lexa, ¿cuántos años tienes?
-Tengo 23.
-Maravilloso - Dijo aquella mujer - Bueno, como ya habrás visto en mi perfil, busco a alguien que se encargue de mi pequeña Alycia cuando yo estoy fuera. Puesto que soy médico, a veces no estoy por la noche y me gustaría alguien responsable con quien pueda quedarme tranquila. No espero que limpies la casa ni mucho menos, tan sólo tu habitación y si cocinas, pues que lo dejes limpio, pero ya está. Por lo demás, lo único que esperaría de ti es que tratases a Aly con mucho amor, como si fueras su hermana mayor.
-Me parecen estupendas esas condiciones, señora Griffin.
-Puedes llamarme Clarke - Le corrigió - ¿Estás en Londres, Lexa?
-Sí, estoy quedándome con mi hermano, que vive aquí.
-Estupendo, ¿quieres venir mañana a casa para que nos conozcamos un poco mejor y ya decidimos si quieres empezar a vivir con nosotras? - Le preguntó Clarke.
-Claro, eso sería estupendo.
-Bien, pues vivimos en el número 10 de Pendlewood Close, en Ealing. ¿Puedes venir a eso de las 12? Así tengo tiempo para conocerte bien a ti y luego cuando Alycia venga del colegio a las 12.30 la conoces a ella.
-Esa hora es perfecta señora Gr... Clarke - Oyó una pequeña risita procedente del otro lado del teléfono.
-Genial, Lexa, muchas gracias por tu llamada, y nos vemos mañana.
-Gracias a ti, hasta mañana.
Lexa colgó y se dirigió a su amiga y su hermano.
-¿Y bien? - Preguntó Lincoln.
-Tengo entrevista mañana - Dijo Lexa con una gran sonrisa.
-¡Bien! - Exclamaron los dos a la vez.
-Me he puesto nerviosa de repente - Dijo Lexa, entre risas.
-¿Ves? - Le dijo Anya - Ya verás como todo irá genial y seguro que son adorables.
-La verdad es que la madre parecía muy simpática por teléfono.
-Va a ir todo genial, tú sólo confía - Le dijo Lincoln, acercándose a ella para abrazarla.
Y Lexa sonrió, porque tal vez aquello de ser Au Pair no era tan mala idea.
Bueno, nueva historia. Esto va a ser bastante diferente a lo que he escrito hasta ahora pero espero que le deis una oportunidad y que os guste.
Decidme en los comentarios qué os parece este primer capítulo.
Pronto más y mejor (y también lo poco que queda de And We Met Again)
Twitter: humvnkru
