Disclaimer: Percy Jackson no me pertenece.

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Dolor sin nombre

Lo había hecho otra vez.

Di inmortales. ¿Por qué, porque otra guerra? ¡La última había sido hace nada, alrededor de 200 años! No quería ser Minerva, lo odiaba con toda su alma inmortal. No solo era la sed de venganza que le corroe, verse confundida y aturdida sin acceder a su ominosa inteligencia.

¿Cuántos de sus hijos iría para que murieran? ¿Cuántos fracasaron en un intento de rescatarla en su nombre, de parar a aquellos que deberían estar muertos y la irrespetaron? Incluso en su creación, como un regalo para ella, murió por su creación.

No quería perder más hijos, no quería que los estúpidos romanos siguieran metiéndose donde no debían y subestimando a alguien que les gana en sabiduría. Annabeth era su nueva favorita, una de las que más había pagado por las profecías, ahora reposaba otra en sus hombros y todo era su culpa.

Solo podría rezar, y esperar que saliera bien.

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Seré sincero, Atenea no me inspira; pero quería seguir con el ultimo así que qué chuchas.

No tengo nada más que decir, ¡al último drabble de los dioses!

Lira.