Era una noche silenciosa y lúgubre en Vice City. Ni un alma se veían por las calles y únicamente se alcanzaban a distinguir un Perennial y un Regina aparcados en las frías calles de Little Havana. Es justo en ese momento cuando se escuchan unos pasos. Un sujeto corría por la acera mientras dos tipos más lo perseguían. Con ojos rasgados, una amarillenta cara con gotas de sudor corriendo alrededor de ella y su delgado cuerpo moviéndose al ritmo de sus piernas, un joven asiático huía despavorido de los dos personajes que lo perseguían, que se distinguían por ser un tipo pelirrojo y otro de cabello castaño. Los dos portaban un distintivo chaleco con la insignia de un tiburón en la espalda.
- ¡Ya basta! ¡Déjenme en paz! - dijo el asiático, que comenzaba a cansarse debido al sprint que estaba efectuando para alejarse de sus perseguidores.
Justo allí, el pelirrojo mete una mano a su bolsillo derecho y saca una pistola, a la que rápidamente le quita el seguro y suelta un disparo. El cuerpo de Lee cae seguido de un grito de dolor. La pierna izquierda de Lee había recibido la bala y el coreano se arrastraba, en un último intento por intentar huir de forma desesperada. La pareja de sujetos se aproxima a Lee y el castaño le pone el pie en la espalda.
- No era mi intención... Díganle a su jefe que no volveré a correr, lo prometo. - comentó el asiático mientras veía como el pelirrojo le acercaba la pistola.
- ¿Crees que ésa es excusa suficiente como para que te perdone la vida. Nos desafiaste, aún y cuando el jefe te lo advirtió. Ahora pagarás con sangre tu osadía. - dijo el pelirrojo mientras preparaba la pistola.
Un último tic se vio en el ojo de Lee y un disparo se escuchó. A la mañana siguiente, el mismo lugar estaba rodeado ahora por cintas policiales, mientras se observa a un policía mirar una infracción que tenía el dibujo de un tiburón. Uno de los oficiales, moreno, de estatura baja y vestido con el típico uniforme de la policía, mira al cielo, como si supiera de que se trataba lo ocurrido. Cerca del lugar, un Deimos SP amarillo se paseaba por la zona, con un joven hablando por teléfono a bordo. Su voz se escuchaba mientras se detiene en un semáforo.
- Perfecto. Entonces prepara la carrera en la noche y avísale a Steven. Viceport a las diez, no lo olvides. Ciao.
El joven cuelga el teléfono y cuando ve, el tráfico lo evade mientras algunos conductores le insultaban o le sacaban el dedo, debido a que el semáforo llevaba un buen rato en verde. Un policía, aprovechando la cercanía, se acerca y silenciosamente le pide los papeles, cosa que el joven entrega, para finalmente terminarse comiendo una multa. Sin decir palabra alguna, el joven se va y mete la infracción en un cajón lleno de ellas. Conduciendo por la avenida Bayshore a toda velocidad con el sol reflejando en sus cristales y el mar a su derecha, el corredor acelera a toda velocidad. Pasando por los lugares más reconocidos de la ciudad, se observa como han cambiado varias cosas. Un espectacular muestra la fecha actual, 21 de septiembre de 1997, anunciando un concierto de los Love Fist.
Finalmente, y luego de dar unas cuantas vueltas, el corredor llega al [[1412 Hotel]], ahora renombrado como "Sapphire Hotel". Luego de aparcar su vehículo, el joven baja, mostrando ser un joven de estatura promedio, cabello negro y parado, tez caucásica, vestido con una camisa negra y unos jeans. Sin tardar mucho, el joven entra al hotel y luego de unos minutos aparece frente a una habitación, a la cual toca a la puerta sin pensarlo mucho. Segundos después de que el joven tocara la puerta, es recibido por otro tipo caucásico de barba de chivo, lentes, cabello negro, ondulado y largo. Con una sonrisa en la cara, el recién salido le da un abrazo al chico de cabello punteagudo como si acabaran de ganar el Super Bowl.
- ¡Nick! ¡Qué gusto volver a verte! – comentaba el joven de cabello largo mientras abrazaba a su amigo, el cual se notaba incómodo y se podía notar por el continuo movimiento de sus ojos negros.
- Hola, Steven, yo también estoy feliz en que nos veamos de nuevo – decía Nick mientras se quitaba a Steven de encima con una cara que no reflejaba ese estado de ánimo que decía tener.
- ¿Qué te pasa? Tantos días sin vernos y vienes con esa cara de niño con fiebre.
- Muchos problemas, Steven, ya sabes, en especial por lo económico. Empiezo a quedarme sin monedas y se empiezan a notar mis carencias.
Steven siente un poco de lástima y piensa en un buen comentario para animar a Nick mientras se da cuenta como éste miraba el apartamento sorprendido. Nick estaba impresionado de lo bien amueblada que estaba el lugar donde habitaba su amigo, aunque sin ánimos de mostrar una aparente envidia, no dijo nada, pese a que Steven se dio cuenta.
- Si quieres te puedo ayudar con dinero, por mí no hay problema.
- Agradezco tu caridad, Steven, pero si vine aquí era para pedirte un consejo. No quiero endeudarme con nadie, ni siquiera contigo, pero es en momentos como éste donde me he replanteado… Ya sabes, volver a correr.
- ¿¡Estás bromeando!? Te matarían. Sabes lo que le hicieron a Kevin, Michael y Sco…
Al decir estas últimas palabras, Nick no pudo evitar bajar la cabeza mientras un silencio tenebroso azotaba el lugar. Steven sabía que la acababa de cagar con lo que dijo, por lo que comenzó a tartamudear intentando formular una disculpa.
- Lo-lo-lo siento, Nick, no era mi intención recordar…
- No te preocupes, Steven, de todas formas ése fue un buen consejo. No veo necesario seguir exponiendo mi vida, pero es que si no me matan esos psicópatas lo terminará haciendo el hambre.
Steven continúa sintiendo pena por Nick. Él sabía que Nick tenía razón y que ante su negligencia por recibir ayuda, no había esperanza para él. Por su mente pasaban recuerdos de aquellas razones por las que tanto Nick como él abandonaron las carreras clandestinas, pero justo cuando iba a decir algo, su teléfono comienza a sonar. Steven camina hacia su mesa y lo toma, escuchando una voz apresurada que le decía algo que Nick no alcanzaba a escuchar.
- ¿¡De qué estás hablando!? Mierda, eso no es posible… Dile a TJ que no podré este fin de semana. Adiós.
El joven cuelga y da un profundo suspiro, volteando a ver a Nick con una mirada que pocas veces se le había visto. Sus ojos mostraban una mezcla de arrepentimiento e incertidumbre, pero Nick no sabía que le habrían dicho a Steven en esa llamada para que su estado de ánimo cambiara tan drásticamente. Sin mucho que decir, Steven se acerca a Nick con la misma mirada, aunque intentaba cambiarla con una falsa sonrisa.
- Steven, ¿Qué ocurre?
- Nada, Nick. ¿Sabes? Creo que es mejor que te vayas ya que ahora mismo debo ir a arreglar unos asuntos.
- ¿Estás seguro de que todo está bien? ¿No quieres que te acompañe?
- Son cosas privadas, Nick, pero no te preocupes, todo estará bien. Nos vemos al rato en Viceport, allí estaré con mi V8 Ghost listo para romperles el culo a Danny y a ti – dijo Steven con una risa un poco fingida, pareciendo más una risa nerviosa.
- Te notas tenso, Steven, pero confío en ti. Te veo al rato y espero que todo salga bien.
- No te preocupes, ya nos veremos luego.
Nick sale de la habitación mientras Steven toma la puerta, pero cuando Nick sale y Steven se prepara para cerrarla, Nick pone una mano en la puerta, evitando que la cierre.
- Steven, antes de que me vaya, dime una última cosa, ¿Estás seguro de que no estás metido de nuevo en las carreras?
- No, ¿Por qué lo dices?
- Nada, paranoias mías. Lo siento, Steven, buena suerte.
Nick se va y Steven regresa a su habitación, notándose cada vez más su faceta nerviosa, que poco a poco pasaba a convertirse en una de desesperación. Una silueta en ese mismo pasillo donde se encontraba la habitación observa a Nick irse mientras que comienza a caminar hacia la habitación de Steven. Muchas horas después, la noche cae en Vice City y la hora de la reunión entre Nick, Steven y el mencionado Danny llegó. En Viceport, un tipo blanco, de cabello amarillento, con algunas pecas en la cara, conflexión robusta y vestido como si fuera temporada invernal se encontraba caminando de un lado a otro.
- Carajo, se supone que ya deberían estar aquí – decía con una voz que tenía un tono infantil, pero con el típico sonido de voz grave adulta.
Pronto, una sombra se ve acercarse a la espalda del sujeto y le toca el hombro con la mano, causando que el sujeto grite del susto y que sus ojos azules casi se salgan de su órbita. El sujeto voltea asustado y observa a Nick, el cual no puede evitar reír después de observar la expresión de su amigo.
- Sorpresa, Danny – dice Nick mientras dobla su cuerpo tocándose el estómago debido a que no podía controlar su risa luego de ver a Danny responder de esa manera.
- Joder, casi me matas del susto. No me vuelvas a asustar así.
- Oh, vamos, no seas llorón, ¿Dónde está tu vehículo?
- ¿Mi Phobos? Está allá atrás aparcado.
Danny apunta con el pulgar hacia atrás, donde se ve un Phobos VT azul con una raya blanca en el centro aparcado. Nick mira el coche de Danny con un poco de desprecio, pero luego mira a la avenida, donde ve que no hay rastro de Steven.
- Vaya, Steven, aún no llega. Espero que esté bien.
- Preocúpate mejor porque nosotros estemos bien. Con este ambiente, ya sabes, uno se pone tenso. Dicen que los haitianos acostumbran a venir a asaltar gente por estos lares.
- Ya, no te asustes, Steven no tardará en llegar.
El reloj de Danny mostraba que eran las 10:00 de la noche, pero luego el mismo reloj muestra que eran las 11:25. Había pasado más de una hora y Steven no se aparecía. Nick estaba sentado en el suelo mientras Danny se rascaba la cabeza, pero no puedo contener su estrés y explota.
- Te seré franco, creo que Steven no vendrá. O lo olvidó o le importó un carajo.
- Él me dijo que vendría. Pero aun así no ha puesto su culo en este barrio asqueroso, ¡Hemos estado más de una hora aquí!
- Hay que tranquilizarnos, Nick, mejor empezamos la carrera tú y yo. Será divertido.
- Oh, claro, Danny, muy divertido. Si tan solo no te quedaras a 20 millas de nosotros siempre.
- Bueno, yo no soy el loco que siempre quiere poner en riesgo lo único que le queda.
- ¿Te estás burlando de mi economía?
- No, no, solo decía que... no quiero dañar mi coche, ¡Es mi tesoro! Tú sabes lo que le pasó a mi último coche. Está "cosa" no se compara con mi Uranus... – comentaba Danny hasta que un motor ensordecedor lo silenció.
Un V8 Ghost blanco había llegado al lugar, y con la ventana abajo, se alcanza a ver a Steven, el cual ni siquiera baja para saludar a sus amigos.
- Suban a sus latas con ruedas, tenemos que terminar esto rápido.
- Es todo lo que dices luego dejarnos una hora parados como imbéciles. – dijo Danny luego de escuchar la frase de Steven, pero es interrumpido por Nick, el cual lo empuja hacia su vehículo.
- Ya olvídalo. El chiste es que Steven ya está aquí.
- Empecemos, no tengo mucho tiempo.
- Ok, señor prisas... todos a los autos. – ordenó Danny mientras corría a la puerta de su Phobos VT.
Danny, Nick y Steven se ponen en la entrada de Viceport, en paralelo y haciendo ruido con sus motores. Con los dedos en el aire, Steven hace la seña de "3, 2, 1" hasta que los tres arrancan a toda velocidad. Steven se pone a la cabeza con Nick siguiéndole detrás por muy poco. Danny se queda varios metros atrás, intentando acelerar su vehículo para darle alcance a sus dos colegas. En una de las casas cercanas a Viceport, un hombre se despierta por el ruido y, con una cara de enfado, toma su teléfono y llama al 911. Por su parte, el trío pasaba el Small Road Bridge y se acercaban a la entrada de Starfish Island, donde en cadena Nick y Danny aprovecharon el rebufo de su respectivo rival para adelantarse, quedando los tres a la par. Es ahí cuando Nick presiona un botón que activa el nitro de su vehículo, dejando a Danny y Steven sorprendidos.
- No creía que lo usaría tan pronto. Es mi turno – dijo Steven mientras ponía su dedo en su botón también.
El Deimos SP y el V8 Ghost se mueven tan rápido como balas mientras el Phobos VT de Danny se queda atrás, debido a su falta de nitro.
- ¿Nitro? Eso es trampa…
Steven se aproxima al coche de Nick y toma su walkie-talkie, preparado para hablarle a Nick. El joven del Deimos seguía a la cabeza, viendo como pasaba ahora por el Moist Palms Hotel y acercándose a la entrada del centro de la ciudad.
- ¿Hasta dónde la carrera? – preguntaba Steven por el walkie-talkie, por lo que Nick toma el suyo y responde – Hasta The Greasy Chopper, el bar motero –
Danny, mientras tanto, se da por vencido y frena en la entrada a Little Haiti, aparcando en la acera y viendo como sus amigos se alejaban. Por otro lado, Steven intenta golpear la parte trasera del coche de Nick, pero éste acelera y se acerca a aquel bar que denominaron como la meta. Justo antes de llegar, Nick ve que Steven toma rebufo y lo rebasa, casi ganando, pero Steven comienza a fanfarronear al usar una escalera de un local para pararse de dos ruedas, presumiéndoselo a Nick, sólo para finalmente darse cuenta de que Nick lo rebasa una vez más aprovechando un poco de nitro sobrante. La sonrisa de Steven desaparece y Nick gana satisfactoriamente, pero justo cuando pensaba detenerse, varios Cheetah de la policía lo interceptan, por lo que Nick los evade y mantiene su rumbo en la carretera. Steven también se ve agobiado por los coches de policía, así que se pone a la par de Nick y le habla por el walkie-talkie.
- Gran victoria, Nicky, pero hay que deshacernos de los maderos.
- Separémonos. Que cada uno pierda a los suyos, de ahí nos vemos en Tacopalypse.
Steven y Nick se dividen. El V8 Ghost de Steven dobla hacia la comisaría y el Deimos SP de Nick continúa el camino hacia el norte. Los VCPD Cheetah deciden separarse, siguiendo dos a Nick por ser el más rápido y uno a Steven por ser más lento. Mientras tanto, Danny sale de su coche y observa el cielo recargado en él, pero su tranquilidad se ve interrumpida cuando un tráiler Flatbed carmesí pasa a toda velocidad por la avenida Bayshore, dirigiéndose hacia el norte también.
- Hasta ese Flatbed es más rápido que yo. Bendita suerte, otra carrera, otro tercer lugar.
Por su parte, Nick se veía agobiado por los VCPD Cheetah, llegando al final de la avenida, donde usa un derrape para dar una vuelta en la intersección y finalmente aprovechar para tocar dos botones en su panel de control que activan una gran cantidad de nitro que deja atrás a los VCPD Cheetah en cuestión de segundos. Los policías quedaron atónitos e incluso uno de ellos pierde el control y choca de frente contra la pared del final de la avenida. Nick se aleja riéndose mientras ahora se dirige al Tacopalypse. Nick toma el walkie-talkie e intenta contactarse con Steven, haciéndolo luego de unos segundos.
- ¿Lograste perder a tu madero, Steven o ya estás listo para compartir celda con un negro?
- Muy gracioso, pero lo dejé tragando moscas cuando chocó con un poste de luz. Mantente alerta, no dudo en que hayan pedido refuerzos.
- Encontrémonos en Tacopalypse y luego larguémonos. Por cierto, no hay rastro de Danny.
Nick ríe ante su último comentario mientras a lo lejos el Flatbed lo persigue, aunque el corredor logra distinguirlo en su retrovisor. Nick acelera y se dirige al restaurante que se encontraba a la vuelta de donde él había aparcado. El Flatbed se detuvo un poco más adelante, por lo que Nick lo miraba con sospecha luego de pasarlo. Ya en el restaurante, Nick se detiene y a los treinta segundos, el V8 Ghost se ve a lo lejos, haciendo que Nick sonría, listo para restregarle su victoria en cara a Steven. El Flatbet acelera de nuevo y a toda velocidad da la vuelta y se dirige hacia Steven. La sonrisa de Nick desaparece cuando observa como el Flatbet golpea de lleno el V8 Ghost de Steven, que por el impacto sale disparado por los aires quedando volcado junto a una palmera. El Flatbet sigue pero por la colisión se desvió un poco y acaba chocando con una pared. Nick se acerca corriendo hacía el vehículo de Steven, mientras que del camión se ve bajando a un tipo pelirrojo que huye a un callejón.
La cara de Nick se transforma en un nido de impotencia y angustia, bajando de su coche y corriendo a auxiliar a su amigo. Nick trata de abrir la puerta, pero le es imposible. Sólo observa como un pequeño charco de sangre sale del quemacocos del V8 Ghost, causando que un par de lágrimas corran por el rostro de Nick, el cual escucha las sirenas de policía a lo lejos como Steven supuso. Ya no se podía hacer nada, Steven estaba muerto.
- Steven, ¿¡Por qué pasó esto!? Amigo, no te mueras, te lo ruego… ¡STEVEN!
El desgarrador grito se escucha por todo el barrio y Danny seguía tranquilo en la avenida Bayshore, regresando asustado a su vehículo cuando vio un par de haitianos salir de una calle. Luego de acelerar, el walkie-talkie de Danny recibe una frecuencia. Era Nick, por lo que Danny alegremente contesta.
- Sí que me dejaron como basura. Espero que le hayas ganado a Steven, con eso de que nos hizo esperar…
- Ve a tu apartamento y espérame allí. Tengo cosas que decirte. – comentó fríamente Nick, escuchándose melancolía en sus palabras.
- Nick, ¿Está todo bien? ¿Perdiste con Steven?
- ¡¿No lo terminas de entender?! ¡STEVEN ESTÁ MUERTO!
Danny queda en shock ante la revelación, evitando hacer un comentario más y dando la vuelta para dirigirse a su apartamento. Mientras, Nick seguía cerca del lugar del impacto, donde ve por su retrovisor el reflejo de las sirenas policiales en la pared y el coche destrozado de Steven. Alejándose del lugar, Nick comienza a sentir como pensamiento de impotencia llenan su cabeza.
- Juro que encontraré al responsable de tu muerte, Steven, lo juro por mi vida... – murmuraba mientras bajaba la cabeza y se apartaba de la zona.
