Estos personajes no nos pertenecen, todo es de Fox, excepto nuestra imaginación ;P
Después de que un despiadado hombre disfrazado de Santa se hiciera estallar mientras yo estaba a pocos metros de él y, de que todo el equipo Jeffersonian me tratara como una "prueba" diciendo que "podría haber restos del hombre en mi ropa", yo me encontraba encima de una mesa de autopsias en una habitación del gran laboratorio forense del Jeffersonian, con mi compañera y antropóloga, Temperance Brennan.
- ¿Oíste algo de vuelta en aquel taxi? – Dijo Booth para sacar conversación mientras Brennan le sacaba partículas de su nueva chaqueta.
- No, pero Cam está en contacto con el hospital – Al final logró sacar la última partícula – De acuerdo, ahora tengo que quitarte la ropa.
- ¿Por qué? –Dijo extrañado
- Bueno, puede que haya partículas
- Partículas –
- Pruebas para Hodgins y carne para Cam.
- Sabes, el de la bomba dijo algo sobre responder "la llamada", ¿Qué crees que significa? - Volvió a sacar tema de conversación, pero esta vez para no pensar en la hermosa mujer que le estaba quitando la chaqueta en esos momentos -
- Algunos terroristas sienten que están actuando por mandato divino.
- No creo que fuera un terrorista. Creo que sólo era un atracador de bancos.
- Creo que hay salpicaduras en la parte posterior de tu cuello.
- ¿Salpicaduras? –
Después de quitarle la corbata, empezó con su camisa.
- Puedo quitarme mi propia camisa – Dijo Booth al ver que las manos de Brennan empezaban a desabrocharle los botones-
- No, no… comprometerás la prueba – Dijo Brennan quitando del medio las manos de Booth.
- De acuerdo – En el fondo a Booth le gustaba ese momento, que la mujer que formaba parte de sus sueños ahora le estuviera desnudando, pero lo que no entendía era el ¿Por qué no se sentía cómodo con eso? Supongo que había imaginado que este momento tan deseado pasaría de otra manera y con otro contexto. Pero le gustaba observarla, mirarla de tan cerca sin poder evitar que una pequeña sonrisa le saliera de la boca.
"Un botón, dos botones…" pensaba ella, debía mantenerse enfocada en lo que estaba haciendo y por sobre todas las cosas no debía mirar a Booth a los ojos porque se dejaría llevar por lo que sea que estuviese sintiendo en ese momento así que simplemente se limitó a tratar de observar cada milímetro de piel que iba descubriendo.
-Yo voy a tener una cena de navidad en mi casa este año, con mi padre…- le dijo-…considerando que has sido dejado de lado por tu propia familia me… gustaría invitarte- terminó de quitarle la camisa-
- Esta es una bonita invitación – Le volvió a salir una sonrisa de la boca.
- Entonces… ¿Vendrás?-
- No lo sé. – contestaba mientras Brennan le terminaba de quitar la camisa por detrás. – Estaba pensando en subir a Quebec a ver a Parker. Realmente no me importa lo que piense Rebecca.
- Bueno, si haces eso ¿no tomará represalias ella insistiendo en venir en todas tus ocasiones especiales con Parker? – No podía evitar mirar esa perfecta espalda que tenía delante; tan cerca y tan lejos a la vez.
- Si – contestó él.
- Tienes una apófisis acromial perfecta. Levántate.
- De acuerdo
- Fuera de la mesa.
- Oh… ¿Hay de "eso" en mis pantalones?
- Si, tejido vascular en la chapa de 'Cocky' de tu cinturón.
- Oh, vale. Muestras fuera y hemos terminado. – Booth se estaba poniendo nervioso con las manos de Brennan desnudándole tan lentamente.
- No – dijo mientras se levantaba a dejar el cinturón en la bandeja de pruebas.
Brennan volvió a girar la cabeza para incorporarse a terminar su trabajo cuando Booth le privó el paso con su rostro. Fueron pocos segundos, pero parecieron una eternidad. Sus miradas anticiparon el instante, y las bocas se acercaron tímidamente. Dulcemente. Entonces, mientras el tiempo desaparecía entre la pasión del momento, un leve ruido les hizo volver a la realidad, dejando atrás ese momento otras veces soñado.
Después de la inoportuna aparición de Cam en la sala de autopsias, el día siguió tranquilo, con la típica rutina de trabajo: Brennan buscando las causas de la muerte y Booth el causante. En esa rutina también entraba la visita de Booth al salir del FBI al despacho de Brennan, y obviamente el discurso para que parara de trabajar a esas horas de la noche.
Brennan se encontraba sentada en el sofá, con su PC encima de sus piernas. Booth se acercó sigilosamente por detrás, se agacho un poco y la saludo.
- Hola… - dijo susurrando. Probablemente era la única palabra que se habían dirigido desde lo sucedido esa mañana en la sala de autopsias.
- Ho…Hola…- le dijo nerviosa cuando giró su cabeza y se encontró a pocos centímetros de él.
- ¿Qué haces? – dijo solo desviando un segundo la mirada hacia la PC.
- Escribo un capítulo de mi libro, le prometí a mi editor que lo tendría para mañana-
Booth, al ver que Brennan giraba la cabeza y volvía a centrarse en su trabajo decidió sentarse a su lado.
- Es tarde y tienes que comer – Dijo él mientras que con su mano cerró la PC de golpe. Ella, molesta se giró y se le quedó mirando. – Nos vamos al Dinner. – Y le dedicó una sonrisa.
-No, Booth… tengo que trabajar, además ya he comido.-
- ¿Cómo? ¿Sin mi? ¿No me esperaste? ¿Por qué?
-¿Querías que te esperara para desayunar?- le miró curiosa.
- ¿Desayunar? – Abrió los ojos como dos platos – ¡¿Me estás diciendo que no comes desde el desayuno?!
-Exacto, ya sabes que tengo mucho trabajo y perdería bastante tiempo en el que podría avanzar con varias cosas si lo hago-
- Vale, se acabó. Ahora mismo nos vamos al Dinner y te comes un buen plato de… de lo que sea. –
Booth se levantó, le cogió las manos y suavemente la intentó poner de pie, pero ella se resistió. De tal forma fue, que sin saber cómo, él terminó encima de ella. Sus miradas se cruzaron igual que la última vez, hasta centrarse en un punto fijo; sus manos se entrelazaron para no soltarse nunca más y sus corazones latieron uniéndose de nuevo en un maravilloso sentimiento. Le miró de frente, con esa muda curiosidad que era característica de ella; Con esos ojos mágicos que lo extasiaban. Rodeó su cintura con un brazo y ella sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo; Él sonrió de esa manera tan especial que sólo ellos conocían, que la enmudecía. Estaban ahí, ajenos a todo y a todos. Nada importaba en ese momento, sólo ellos. Ya no había temores ni barreras, todo se había desvanecido. Se quedaron ahí, con la calidez de sus respiraciones agitadas por la emoción y sellaron el esperado reencuentro con un nuevo beso de amor eterno.
Cuando minutos más tarde se separaron para respirar ambos sonrieron y silenciosamente acordaron en que debían hablar de lo que les estaba ocurriendo por lo que Booth se levantó y le ayudó con sus cosas con el fin de salir del Lab lo más rápido posible. El camino hacia el apartamento de Brennan fue silencioso pero a la vez tremendamente cómodo, ambos necesitaban ordenar sus pensamientos y buscar una forma clara y precisa de cómo explicar sus sentimientos hacia el otro. Una vez que llegaron a su destino Booth llamó a un Tailandés pidiendo su comida favorita mientras Brennan cogía desde la nevera una cerveza y un poco de vino.
-¿Esperaremos a que llegue la comida?- le preguntó mientras se sentaba en el sofá y bebía un poco de su copa.
- No puedo permitir que mueras de hambre – bromeó
Ella asintió con la cabeza para luego mirar al piso.
-¿No quieres… hablar?-
Booth suspiró. – Sí, creo que sería lo mejor.
-Pues adelante, comienza tú… eres quién más entiendes de éstas cosas…- comenzó a juguetear con sus manos.
- Está bien. Para empezar, mírame.
-No… no puedo- se alejó un poco de él.
- ¿Por qué?
-Porque…- levantó la mirada un segundo y volvió a desviarla- Porque si lo hago me darán ganas de besarte otra vez…- se sonrojó.
- Hazlo – Booth sonrió – no veo inconveniente. – Booth se acercó a ella lentamente.
-No debo hacerlo, Booth… hay una línea ¿Lo recuerdas?, tú mismo me lo dijiste…-
- Si Huesos, hay una línea. Pero… esa línea estaba para protegernos, y si ahora la mantenemos, lo que lograremos es hacernos daño.
-¿Y eso como lo sabes?- le miró a los ojos- ¿Y si nada resulta como esperamos? ¿Si todo termina mal?-
- ¿Cómo lo sé? No lo sé. Pero si sé que debemos intentarlo. – dijo acercándose aún más a ella.
- Pero… luego te aburrirás de mí y terminarás abandonándome como lo han hecho los demás, no quiero arriesgarme a que eso suceda.-
- Jamás. Nunca te abandonaré, y lo sabes.
-Lo sé…- se quedaron en silencio unos minutos y luego ella volvió a hablar- Ni siquiera soy de tu tipo…-
- Odio que digas esto… sólo… limítate a creerme cuando te digo que te quiero. – Después de esa palabra se quedaron mirando unos segundos, en silencio, sin pronunciar una palabra y sin ni siquiera moverse. – Yo…
- Tu…
Se acercaron lentamente y cuando comenzaron a sentir la respiración del otro sobre sus labios, llamaron a la puerta, señal de que la comida que minutos antes Booth había pedido, esperaba por ellos. El cerró los ojos fuertemente deseando con todas sus fuerzas de que el tipo del delivery se desvaneciera pero pasados unos segundos volvieron a llamar y sintió como Brennan se alejaba de él lentamente, levantándose a abrir la puerta.
-Gracias…- le dijo Brennan al repartidor antes de cerrar la puerta.
Booth la miraba mientras ella se movía despreocupadamente entre la cocina y la mesa llevando platos y cubiertos, se levantó lentamente del sillón y se dirigió a la cocina también, necesitaba hacer algo antes de comer, si no lo hacía no podría concentrarse en nada más.
-Booth, ve a lavarte las manos- le dijo ella cuando lo vio a su lado en la cocina, pero cuando iba a coger la comida para llevarla a la mesa él la cogió de la cintura y la volteó - ¿Qué estás haciendo?- las palabras apenas salieron de sus labios cuando Booth ya la estaba besando, por tercera vez, en menos de veinticuatro horas.
Cuando ese beso apasionado terminó, Booth tomó la iniciativa y empezó a hablar.
- ¿Y bien? ¿Lo intentamos? – Dijo con una gran sonrisa
- Solo si me prometes que jamás me dejarás… aun así si esto no funciona…-
- Te lo prometo, y créeme, funcionará. – Y le dio un tierno beso en los labios.
Gracias por leer el fic. Esperamos que os haya gustado.
Admitimos quejas y sugerencias.
¡Pronto subiremos el segundo!
;)
