UNA VEZ AL AÑO, NO HACE DAÑO
Sip, ese soy yo, el delfín que sobrevuela los cielos en un trineo de acero, que ahora mismo esta pasando por una tormenta de nieve y que maldice una y otra vez por no tener algo con que abrigarse. ¿Cómo llegue aquí? Buena pregunta, pero para entender correctamente los hechos, debemos regresar algunas horas al pasado…
El último segundo dio por terminada la espera, la alarma comenzó a sonar, indicando que ya eran las ocho en punto de la noche. Una langosta se acerco a panel de control y presiono un botón, provocando que el sonido de la alarma cesara. Al instante en la enorme pantalla del monitor, había aparecido la imagen de una nítida luna llena, la misma que gobernaba el cielo de aquella noche.
La puerta principal de la sala de comando se había abierto de par en par y varias cabezas curiosas se había girado para ver como su líder se abría camino hasta el centro de la sala.
La irregular risa del delfín inundo la habitación, provocando el miedo de algunos de sus secuaces, mismo que prefirieron concentrarse de vuelta en sus respectivas actividades
-¿esta todo listo ya, Termidor? – pregunto Espiráculo, viendo la pantalla en la pared
-todo listo, doctor – aseguro la langosta levantando una tenaza – pero…. ¿podría explicarnos para que hacemos todo esto?
-veras, mi descerebrado amigo, he construido un nuevo rayo, uno que perjudicara radicalmente a la raza humana. No es uno de mis mejores proyectos, pero al menos será divertido… - el cetáceo hizo una pausa para presionar un botón de su Scooter, haciendo que emergiera dramáticamente del suelo un aparato de tamaño considerable. La mayoría de las langostas habían detenido sus tareas, para fijar su atención en aquella extraña maquina
-¿Cómo se llama? – se escucho una voz entre los crustáceos. Espiráculo presionó otro botón y de los altavoces se escucho una voz que decía "desorientador". Al instante siguiente una expresión de asombro general se hizo presente en un "oooh"
-este aparato ridículamente complicado, fue diseñado para deshabilitar cualquier materia inerte de su estado natural y llevarlo a otro completamente inusual – había explicado el delfín científico inflando el pecho con orgullo, pero al ver las expresiones de completo desentendimiento de sus secuaces, decidió aclarar – vuelve locas las cosas – de inmediato otro "oooh" se hizo presente entre el ejercito de langostas. El doctor rodó los ojos con fastidio para luego darse la vuelta
-permítanme darles una pequeña demostración – a la orden del líder, una langosta cercada movió una palanca del teclado, provocando que el techo de la guarida se abriera en dos, y dejara ver perfectamente hacia el cielo – la luna desempeña un papel esencial para bienestar del medio ambiente en el planeta. Si mi rayo impacta contra ella y funciona…. (y estoy seguro de que lo hará), habrán terriiiiiibles consecuencias – dijo el delfín con una sonrisa malvada. Un murmureo comenzó a escucharse entre los animales mas pequeños, el mismo fue silenciado cuando el doctor Espiráculo se acerco a su malvado invento y puso una aleta sobre el botón de inicio – que comience la cuenta regresiva – todo estuvo en silencio hasta que a lo lejos una de las langostas comenzó a contar
-cinco… cuatro… - todas las miradas se posaron sobre la punta del rayo, que apuntaba directamente hacia la enorme esfera brillante y plateada que flotaba en el cielo – tres…. Dos… - varias pupilas se ensancharon esperando el gran momento - AHORA – justo en ese momento el cetáceo presionó el botón con ansias, esperando que un rayo verde saliera de la punta de artefacto…. Pero nada sucedió. Algunas langostas se quedaron en estado de shock, otras miraron confundidos a su alrededor esperando que algo sucediera y las demás cruzaron miradas sin saber que rayos era lo que había pasado.
-¿eso… fue todo? – se atrevió a preguntar uno de los crustáceos. La respuesta del doctor no fue otra, más que una mirada asesina que hizo retroceder a su secuaz. Luego volvió su vista de nuevo al "desorientador", para presionar una y otra vez el botón de encendido perdiendo rápidamente la paciencia. Todas las langostas dieron un paso atrás al sentir la ira de su líder, el cual golpeaba enojado su invento al tiempo que decía "¿Por qué no funcionas aparato inútil?". Todos estaban tan concentrados en eso, que nadie se percato de que en ese instante, una extraña figura pasaba volando en frente de la luna, esparciendo polvos dorados a su andar ¿Qué era aquello? A nadie le importo, al menos no hasta que un rayo había salido sin previo aviso de la punta de la maquina y había impactado de lleno contra él.
Todos lo que en tierra estaban, alzaron su vista al cielo, esperando ver cualquier cosa, menos un trineo volador cayendo sobre ellos. De inmediato el ejército de langostas comenzó a correr esparciéndose por todas partes, sin saber exactamente a donde ir. El delfín se mantuvo en su lugar, tratando de ignorar los gritos de sus secuaces, con una expresión de completo desconcierto ¿Qué demonios era eso a lo que le había dado?
Aquel objeto se venia abajo a gran velocidad, tratando de mantener el equilibrio, cosa que llevaba a cabo sin mucho éxito. Finalmente un giro inesperado lo había hecho mantenerse estable, pero también había hecho caer un bulto rojo de él. Sin embargo, el trineo pareció no percatarse de aquel detalle y siguió su camino como si nada.
El bulto reboto un par de veces en el techo y el piso, Espiráculo se hizo hacia atrás y este cayó justo en frente de él. Al instante las langostas dejaron de correr, y un silencio expectante se hizo presente. "¿Qué rayos?" esas habían sido las únicas palabras provenientes del delfín que habían interrumpido el silencio. Lentamente algunas langostas se habían acercado al bulto que yacía inerte en el suelo, con un poco de inseguridad, al tiempo que salían preguntas al aire como "¿Qué paso?" ¿Qué es eso?" "¿esta muerto?". Espiráculo se había inclinado un poco hacia delante para examinarlo mas de cerca
-¿pero que es esto? – pregunto picando el blando y aterciopelado bulto con la punta de su aleta
-es… un cuerpo, señor – interrumpió una de las langostas, su líder lo miro con algo de fastidio
-¡se que es un cuerpo, idiota! La pregunta es…. ¿Quién rayos es? – pregunto de nuevo, poniendo su aleta derecha en jarra
-yo se quien es – hablo otra langostas, ganándose la atención de la mayoría de los presentes, mismo que voltearon a verlo – si, he visto a este sujeto en varias ocasiones…. Él es…. Santa Claus
-¿Santa Claus, en serio? – Hubo unos segundos de total silencio, hasta que de repente el doctor decidió estallar en risas – ay por favor, no digas tonterías – espeto entre carcajadas – Santa Claus no existe. Es solo un cuento bobo, inventado para engañar a niños ilusos y hacer que se poten bien en navidad – agrego después bastante serio. A lo lejos una de las langostas, pareció entristecer bastante y bajo la cabeza
-¿pero si no es él, entonces quien es?
-pues… no lo se, seguramente algún loco sin oficio que creyó que hoy era Halloween – respondió restándole importancia al asunto con un ademán de su aleta. Luego se separo del grupo de crustáceos y se dirigió al "desorientador" con una expresión de molestia en su rostro – por lo visto aun no esta perfeccionado – comento, refiriéndose al aparato en frente de él. Suspiro con resignación antes de volver a hablar – en fin, me encargare de eso después – dijo mientras se daba media vuelta, preparándose para salir de la sala de control, pero justo en ese momento, la voz de su fiel servidor lo detuvo
-oiga, Doc, ¿y que hacemos con el loco sin oficio?
-lo quiero fuera de mi laboratorio – respondió el otro como si fuera lo mas obvio, dándose la vuelta
-¿A dónde lo llavamos?
-mmmm ¿a que hora pasa el camión de la basura? – al oír eso, Termidor abrió los ojos como pelotas de tenis
-¿en serio quiere que…?
-ok, ok, has lo que quieras, no me interesa, solo lo quiero fuera – dijo dirigiendo su scooter hasta la salida – ahora, si me disculpas…. Estaré dedicándole una hora a mis cremitas – y sin decir nada mas, desapareció por el umbral, cerrando estruendosamente la puerta tras de si
Y así, señores, fue como comenzó todo. Si, ya se que aun no contesto a la pregunta inicial, pero apuesto a que se preguntaran que sucedió luego, ¿eh? pues yo les diré que paso. Luego de haber disfrutado de mi tiempo libre, decidí dedicarle tiempo a ese inútil aparato que no había funcionado bien antes, si, hablo del desorientador, en fin, ahí estaba yo, tranquilamente, cambiando un par de fusibles quemados sin molestar a nadie, cuando de pronto escuche ese incesante y diabólico tintineo
Espiráculo limpio un inexistente sudor de su frente y se inclino hacia delante, para poder ver mejor las diminutas piezas averiadas de su invento "con que este es el problema ¿eh?" dijo para si mismo, examinando cuidadosamente el fusible quemado. Luego tomo un par de pinzas del escritorio, preparándose para extraer la pequeña pieza, pero justo en ese momento, un tenue y casi inaudible sonido, interrumpió su trabajo. Él alzo la cabeza y miro en todas direcciones con una ceja enarcada, luego se encogió de hombros, pensando que solo había sido producto de su imaginación y se inclino de vuelta a su labor, pero un par de segundos después, la alegre musiquita volvió a su canal auditivo, haciéndolo fruncir el cejo con fastidio. Nuevamente el delfín alzo la cabeza y arrojo las pinzas sobre la mesa de trabajo sin delicadeza alguna. Luego salio de aquella habitación y recorrió los pasillos, tratando de descubrir de donde provenía aquella inusual musiquita. Finalmente no se sorprendió al terminar parado en frente de las puertas de la sala de control, las mismas seguían cerradas, tal y como él las había dejado cuando salio de allí la ultima vez
Sin pensarlo dos veces, apretó los dientes y abrió ambas puertas de par en par de un solo golpe, al tiempo que decía "¿QUIEN ES EL REPONSABLE DE ESE INFERNAL RUID….?" Pero no termino su oración. Al ver el interior de la habitación, no hizo más que dejar caer su mandíbula inferior. El lugar parecía el centro de patinajes Rockefeller. Un montón de adornos navideños, de quien sabe donde habían salido, guindaban de todas partes. El techo aun seguía abierto, permitiendo que los copos de nieve se filtraran libremente al interior de la sala. Una fina capa de hielo había cubierto el liso piso de acero y algunas langostas patinaban alegremente sobre él, al ritmo de la música, sin percatarse de que un delfín los miraba con un tic en su ojo
-feliz navidad, jefe – una voz lo había hecho salir de su letargo. Espiráculo bajo la vista, encontrándose con la alegre mirada de uno de sus secuaces, que le extendía un pequeño regalo con una de sus tenazas
-¿Qué fue lo que dijiste?
-¿feliz navidad? – volvió a repetir el crustáceo, bajando el obsequio. El villano de piel tersa, alzo nuevamente la vista y miro el resto de la habitación, percatándose de algo que no había notado antes
-¿Quién es él? – pregunto, apuntando al hombre gordo, vestido de rojo, que estaba sentado en medio del salón, repartiendo regalos
-pues… es el sujeto que derribo del cielo hace un par de horas, señor
-¿y que hace aquí?
-usted dijo que hiciéramos lo que quisiéramos con él
-DIJE QUE LO QUERIA FUERA – grito casi perdiendo los estribos
-pero, Doc, no podemos hacer eso
-¿a si? ¿y por que no?
-afuera hace frío y… esta nevando
-¿y creo que eso me importa?
-pero… él es el verdadero Santa Claus
-oh ¡¿el verdadero Santa Claus? – Hablo Espiráculo, mientras aplaudía, fingiendo una alegre emoción – y dime, ¿Quién te dijo eso? – pregunto con un inusual todo de voz y una sonrisa
-pues… saco todos estos adornos de la nada y… esta haciendo un montón de juguetes… mire – dijo la langosta, exhibiendo la pequeña esfera de cristal que llevaba en su pinza – creo…. Que es magia
-magia... si…. Aja…. ¿Quieres hacerme un favor? Eh… - Espiráculo movía su aleta en círculos continuos, tratando de recordar el nombre de su secuaz
-Matt
-si, Matt….. ¿QUIERES DEJAR DE DECIR TONTERIAS? – grito con fuerza, y sin esperar siquiera una reacción por parte del crustáceo, se aparto de él, dirigiéndose al hombre gordo, el cual despedía una langosta con un regalo y un "feliz navidad"
-oiga, usted – Santa Claus alzo la vista para encontrarse con la del delfín que se acercaba a él, apuntándolo acusadoramente con una aleta
-jo jo, feliz navidad, muchacho – saludo cortésmente el anciano, extendiéndole un regalo. Espiráculo bajo la vista hasta el objeto que tenia el hombre en sus manos y una expresión de horror se hizo presente en su rostro
-¿pero que…? Esas son…. ¿piezas de mis láseres? – instintivamente giro su cabeza en dirección a la mesa donde solían estar los susodichos inventos. Un tic se formo en su ojo al comprobar que allí ya no había nada - ¿QUE LE HIZO A MIS PRECIOSAS ARMAS? – pregunto horrorizado llevándose ambas aletas a la cabeza, luego se giro a ver a Santa con odio en su mirada, para después apartarse de él, sin pensar recibir respuesta. El hombre gordo, solo lo miro extrañado, luego se encogió de hombros, le dio el regalo a otra langosta, siendo acompañado de su frase celebre "feliz Navidad"
Al escuchar su nombre, Termidor se dio la vuelta, esperando encontrarse con cualquier cosa, menos con la mirada furiosa de su líder, cosa que lo hizo atragantarse con su bebida
-hola – saludo nerviosamente deshaciéndose de su baso
-¿puedes explicarme que sigue haciendo ese sujeto aquí? – pregunto apuntando a Santa Claus – te dije que lo quería afuera, AFUERA, ¡ya le lavo el cerebro a Max
-Matt
-COMO SEA, también destruyo mis armas
-um….. Bueno…. Es que… vera, es una larga historia…
-solo pasaron un par de horas…. – hablo el cetáceo con tono aburrido
-oh… cierto…. Jeje…
-olvídalo, me desharé de él yo mismo – dijo arto, apartando a la langosta, para tomar un rayo que había sobre e escritorio detrás de él. Termidor no hizo más que quedarse en silencio, viendo con asombro, como su líder apuntaba a Santa con aquella arma y luego presionaba del gatillo sin titubeo o piedad alguna. Pero en lugar de unas ardientes llamas, de la punta del artefacto habían salido una hilera de burbujas de jabón. Espiráculo las miro como si se tratase de una nueva especia de criaturas mutantes, luego desvió su vista a Termidor, en busca de alguna explicación lógica.
Él solo se encogió de hombros y el delfín rodó los ojos deshaciéndose del arma, para luego sacar un bate de quien sabe donde, poniéndolo en sus aletas de una manera amenazante, al tiempo que decía "bien, tendrá que ser a la antigua"
Mientras tanto, en ese mismo momento, un grupo de langostas observaban expectantes como Santa convertía un montón de basura en un perfecto carrito a control remoto. "oooh" exclamaron todos con asombro, mientras uno de ellos recibía con alegría el regalo
-feliz navidad para ti también, pequeño amigo, jo jo jo…. OUCH
Las langostas fijaron su vista en el humano, para ver como este se tambaleaba, mientras balbuceaba cosas, hasta finalmente caer inconsciente al piso. Detrás de él había aparecido Espiráculo con una malvada y victoriosa sonrisa estampada en su cara
-oh si, amigo, eso es lo que pasa cuando te metes con las armas de un delfín supervillano – decía con arrogancia apuntando a cuerpo desmayado en el suelo, luego dedico algunos segundo para un pequeño baile de la victoria y finalmente miro a sus secuaces de una manera seria – USTEDES…. – todos los crustáceos dieron un paso atrás con miedo – LES DIJE QUE SE DESHICIERAN DE ESTE SUJETO….. AHORA HABLO EN SERIO, SAQUENLO DE AQUÍ, O SINO LOS HASARE A TODOS A LA PARRILLA – grito bastante furioso, pero aun así, las langostas no se movieron
-¿y bien? ¿Qué rayos es lo que esperan?
-n-no… no podemos hacer eso….
-¿y quien dice que no?
-si hacemos eso…. Estaremos en la lista de los malos….
-¿lista de los que?
-la lista de los ma...
-¿TIENES IDEA DE PARA QUIEN TRABAJAS? – grito, finalmente fuera de quicio, hubo un momento de silencio, hasta que este fue interrumpido por los extraños balbuceos del sujeto tirado en el piso, de repente Santa comenzó a volver en si y pestaño varias veces alzando la cabeza
-¿d-donde estoy? – Pregunto robándose la cabeza y mirando a todos lados – ¡ santos bastones de caramelo! Es tarde, el trineo, los regalos, LOS NIÑOS…. OUCH – el anciano dejo de hablar cuando Espiráculo decidió crearle un segundo chichón en la cabeza. Todos los demás solo miraron como el hombre gordo caía inconsciente al piso nuevamente
-oh cielos, los regalos – se alarmaron algunas langostas….
-¿de que demonios están hablando? – pregunto el doctor mirando a su ejercito, una de las langostas dio un paso al frente y decidió hablar
-como sabe, Santa siempre entrega los regalos todos los años en navidad…. Si este año no pasa, será horrible, ¡debemos hacer algo! – al escuchar esa propuesta, algunos comenzaron a emocionarse, estando evidentemente de acuerdo con eso "si es cierto" "debemos hacer algo" "hay que entregar los regalos" "A SALVAR LA NAVIDAD"
-wow wow, wow… alto ahí… parece que ya olvidaron cual es su papel…. ¿Se les subió la azúcar? Somos villanos, VI-LLA-NOS… no podemos ir por ahí, brincando como ponis encantados a salvar la navidad – interrumpió Espiráculo haciendo desvanecer el animo de los demás – ¿tiene idea de lo que pasaría si los demás se enteraran? Seria el hazme-reír, mas aun, si los pinguinines se enteraran…
-pero señor, nadie tiene por que enterarse, será nuestro secreto – propuso otro de los secuaces
-olvidenlo, ya tome mi decisión…. NO – sentencio, dejando caer el bate al piso para salir de la sala de control, pero un grupo de langostas se interpusieron en su camino…
-por favor - dijeron todos al unísono con enormes ojos de cachorro, su líder los miro enarcando una ceja
Y obviamente respondí que NO…. Como unas…. 53 veces…. Seguidas. Finalmente mi corazón creció una talla, y acepte como por arte de "magia", con cordialidad y sin pedir absolutamente nada a cambio…
-¿MALDICION, SI DIGO QUE SI, ME DEJARAN EN PAZ?
Y así fue como termine montándome en un trineo que creí que nunca mas volvería utilizar. Claro que no me fui sin dejar al "loco sin oficio" encerrado en una de las celdas diciendo incoherencias. Supongo que fue debido a la contusión cerebral que le provoque…. En fin… claro, solo tenia una cosa en mente en ese momento… elevarme en el cielo por unos minutos, deshacerme de las langostas que me acompañaban y regresar a la guarida diciendo que el viaje había sido maravilloso….
ACONTINUARA…
