Cada noche recuerdo su llanto como si ese momento se repitiese siempre fuera del tiempo mismo, la habitación blanca del hospital con algo de voces que ignoraba porque solo dos cosas en el mundo me importaban más que cualquier cosa ahora. Ella me miraba cansada pero feliz después de su arduo trabajo mientras me entregaban un pequeño bulto donde estaba aquel bebe que jamás pensé que tendría en mis brazos, mi sangre pero más importante su sangre, su hermoso cabello rubio fino y largo junto a sus ojos color miel eran el mayor recuerdo que amaba de ese día al tenerla frente a mí, y en mis manos a mi hijo que solo lloraba con fuerza.
"Bienvenido Hyodo Tatsuya"
Las palabras salieron de mi boca como si fuesen instinto, aquel pequeño era algo hermoso en mi vida pero sabía que yo era lo peor que debía caer en el como padre.
Salí de la sala para despejarme entonces recordé más de lo que quería.
"Issei"
La voz de mi amigo Gasper me trajo de vuelta, los anos le habían caído bien al mostrarle que no debía usar ropa de mujer y parecer más hombre.
"Gracias por venir"
Le dije mientras se me acercaba colocando su mano en mi hombro mirándome con una sonrisa.
"Es lo que puedo hacer por mi amigo, venir a conocer a su hijo"
Al escuchar las palabras de su boca sentí que la estaba forzando para que solo fuese mía y eso era cierto Tatsuya era mi hijo, mío y de ella no de alguna de las mujeres con las que estaba destinado a estar por la eternidad al ser un dragón y ellas seres capaces de vivir tanto como yo, las amaba tanto como a ella pero había una mísera diferencia que para ellas no sería nada pero para solo pensarlo me dolía.
"¿Ella lo sabe?"
Pregunto Gasper serio mientras caminábamos hacia donde estaban los bebes, yo había estado ya antes aquí cuando mi primogénito nació ya hace 3 años ame ese día tanto como este y pensé que podría ver a Tatsuya como le veo a él pero no puedo.
"Aun no"
Le respondí bajando la mirada.
"Jamás espere que escondieses esto Issei, ellas de seguro estarán celosas"
Sus palabras eran animadas como siempre sin rasgo de alguna mentira solo inocencia algo que me demostraba que podía confiar en el para esto.
"Ellas jamás lo sabrán, nunca deben saber la existencia de Tatsuya o Cecilie"
"¿Por qué? Ellas deben saber sobre tu hijo más que yo"
"Dime hasta hoy, ¿sabías sobre esto?"
"No"
"Ese es el punto lo he ocultado hasta ahora y seguirá así, mi hijo debe vivir alejado de nuestro mundo"
"Ambos sabemos que eso no podrá ocurrir lo deberías ver mejor que yo, con esa aura tu hijo jamás será humano"
"Lo será hasta que él lo quiera, lo ocultare mejor si me ayudas ¿lo harás?"
"Está bien"
Gasper sabía lo desesperado que estaba por lo que acepto ocultarlo también para así Tatsuya viviese una vida como la que merecía junto a su madre alejado de mi vida como tal era en realidad.
Saliendo del recuerdo me levante para mirar las estrella en el mundo humano desde Japón mi origen, desde hacía años esto me calmaba recordando ya hace más de 20 años mi vida escolar y a mi hijo que ya tiene 6 años...y Cecilie a la única que tuve que alejar de este mundo.
"Tatsuya, Cecilie los extraño"
Años después, en algún lugar del inframundo:
Las llamas doradas quemaba los cuerpos de los agonizantes seres que no importaba su especie solo yacían inertes en el vasto terreno dejando de existir para el mundo y entre todos ellos los sobrevivientes luchaban contra una figura joven vestida tan solo con un traje negro y mascara sin ninguna protección observando como lanzas de luz era apuntadas en su dirección.
"Aprendan de una vez"
Su voz distorsionada como si fueses decenas de voces que no carecían tener edad o genero definido le daban un toque siniestro que causaba un escalofrió a sus enemigos.
Un círculo mágico se generó frente a él sin siquiera hablar o levantar sus manos que detuvo todas las lanzas.
"Ahora si me disculpáis debéis de morir"
Las propias lanzas fueron devueltas como si nada hubiese ocurrido atravesando a cada uno de los que haya estado allí sin que aquel individuo se moviese hasta ahora, caminando entre los cuerpos con las manos en sus bolsillos observo a uno de los que aún no morían tratando de levantarse sangrando ya de una manera que debería haberle matado hace mucho.
"no te levantes, ustedes ya deberían descansar en paz"
"maldito demonio ustedes son lo peor"
"me lo dice un ángel caído…pero para tu desgracia no soy un demonio sino un humano"
"no me hagas reír maldito monstruo ni tú te la crees"
"cállate"
De un momento a otro las estacas de hielo aparecieron empalando al caído como si fuese papel y luego siguieron con todos los cuerpos en caso de que siguiesen con vida quedando la sangre como la muestra de su poder mientras a la lejanía la guerra ocurría sin que ellos supiesen lo que habida pasado aquí.
"el mundo está bien así"
Con solo esas palabras desapareció en un portal que jamás se sabría su paradero.
"aquel que busca a la humanidad cuando es más humano que cualquiera, aquel que nació con un poder que era capaz de destruir el mundo, aquel que prefirió alejarse de su linaje para ver lo que ellos dejaron de ver, aquel que prefirió que le odiasen a ser amado y que aun en la oscuridad o la luz él era seguido por todos, no, él era aquel que seguía la sombra desapareciendo en ella solo para estar en el olvido eso lo que significaba la vida para él".
