Capítulo 1: Stop crying your heart out.

Ya había llegado la Navidad. La calle estaba a rebosar de gente que paseaba mirando los escaparates en busca de regalos, comida y decoración variada. El sol caía por el cielo pintándolo de colores anaranjados y rojizos, dejando paso a la luna llena y con ella, la noche. Las luces de los edificios se comenzaron a encender una a una, con ellas ya era suficiente para alumbrar todas las avenidas pero aún así también se encendieron las de las farolas.

Ryuuji paseaba por una calle no muy transitada mientras miraba a un punto fijo, en el horizonte, con la mirada perdida. No sabía muy bien a dónde ir, simplemente caminaba recto, dejándose guiar por la gente. Quería despejarse un rato y respirar un poco de aire fresco. El frío le calaba los huesos haciendo que se estremeciera y colocara de nuevo su chaqueta, metiendo sus manos en los bolsillos. Pisaba fuerte las hojas con aire de melancolía y sin saber muy bien porqué acabó en la puerta de su instituto.

Se quedo mirándolo, de pie en la puerta. Y así mirando el cielo.

FLASHBACK

Mira, un velo. dijo Taiga, colocándose la sábana en la cabeza, sonriendo.

Taiga… Em… yo, Takasu Ryuuji… eh… ¿Qué debería decir?

Los dos estaban de pie, uno frente del otro. Se podía admirar la pequeña estatura de Taiga al lado de Ryuuji, la cual la hacía parecer una muñeca, tierna y delicada.

No importa, di cualquier cosa.respondió, mirando hacía el suelo avergonzada.

¿C-Cómo no puede importar? Em… tomo por esposa a Aisaka Taiga

Taiga le golpeó en la barriga, empujándole mientras gruñía.

Cómo pensaba todavía no quieres comprometerte.

¡¿Qué?! ¿No fue esta tu idea desde un princip

¿Recuerdas lo que dijiste antes?decía mirándole fijamente a los ojos.

¿Eh?

"Desde tiempos remotos, el dragón ha sido la única bestia que ha podido igualar al tigre." Por eso, aunque no nos comprometamos, siempre estaremos juntos, ¿verdad? —

Sí. Tai— dijo acercándose un poco más a ella.

Tus ojos están rojos. Tu respiración es muy rara.habló mientras miraba aquellos ojos que a tanta gente le parecían de delincuente violento, sin embargo a ella le encantaban.

¡Cállate!

Tus labios están partidos. Te dolerían si nos besásemos.

No es eso…— decía mientras se tapaba la boca con su mano.

Si nos besásemos, te dolería… mucho.

Ryuuji se destapó la boca, acercándose a Taiga. Puso sus manos en los hombros de ella y la besó haciendo que los almendrados ojos de Taiga se abrieran por completo, sorpendida.

Los dos parecían avergonzados.

¿Qué tal fue? preguntó Ryuuji con timidez.

Tal y como esperaba… fue como un desierto áspero, seco. Pero también fue muy, muy cálido… hey, hace frío, hagámoslo una vez— Taiga no pudo acabar la frase, los labios de Takasu ya rozaban los suyos. Otra más…— pidió Taiga.

Ryuuji la besó aún con más ganas, colocando su mano en la suave tez. Taiga se puso de puntillas Otra más... —

FIN DEL FLASHBACK

Eran aproximadamente las ocho menos cuarto de la tarde, debía ir a casa antes de las ocho para preparar la cena de Navidad la cual pasaría solo con su madre, como cada año. Sin embargo, Ryuuji seguía con la esperanza de que éste año fuera diferente.

El recuerdo de aquella noche le golpeó fuertemente en el corazón, cómo si alguien le hubiera clavado una espada, haciendo que Takasu se apoyara en la puerta de hierro y se deslizara suavemente hasta llegar al suelo. Colocó las manos en su cabeza y echó a llorar, sin más.

Ni siquiera sabía por qué lloraba, ¿la echaba de menos? ¿Era el miedo de que jamás volviera? ¿O simplemente tenía miedo de que prefiriera a Kitamura? Estas palabras cruzaban su mente en todo momento, haciendo que llorara más y más cada vez. Aún hacía más frío, quería moverse e ir hacía a casa pero decidió esperar a dejar de llorar para regresar, si su madre le viera llorar… él no quería preocuparla y mucho menos en Navidad.

Pasaron unos quince minutos, eran las ocho en punto y su teléfono le vibró.