Pequeños pasos.
Katekyō Hitman REBORN! Pertenece a Akira Amano y Editorial Shueisha
Capítulo 1 "El primer celo"
Los temblores en su cuerpo comenzaron a ser más violentos, el calor se incrementaba, un olor dulce se propagaba por toda la habitación y la lubricación propia de un celo dio comienzo.
Su cuerpo ardía y cada roce que tenía con su ropa se volvía insoportable, su miembro chorreaba semen y su entrada se contraía, boca abajo, frotándose contra el frío piso en busca de alivio, de manera inconsciente levanto su parte inferior a la espera de un alfa que pudiese calmar sus instintos.
Con la poca conciencia que tenía, deseaba que nadie entrase al lugar, estaba avergonzado, se sentía humillado y tenía miedo de lo que pudiese pasar. Era su primer celo, y no tenía la más mínima idea de lo que debía hacer. Ni siquiera sabía a quién recurrir y aun cuando pudiese hacerlo, los únicos que se encontraban en la mansión además de él, eran los empleados, pero todos ellos eran Betas.
La puerta fue abierta y un olor característico de un alfa le inundo por completo las fosas nasales, saboreo el fuerte aroma y con desesperación y necesidad se arrojó a los brazos de aquel que había entrado. Antes de que pudiese hacer algo, para aliviar su malestar, sintió un doloroso pinchazo en el muslo izquierdo y su conciencia le abandono.
El calor agonizante, la hipersensibilidad y el deseo insaciable de ser tomado por un Alfa, fue sustituido por un sutil alivio.
Lo último que recuerda fue una voz ronca acompañada de una especie de gruñido, donde le hacía mención de que todo estaría bien, fue levantado entre unos firmes y cálidos brazos que le envolvían de manera dulce y protectora llevándole lejos de ahí.
Después la oscuridad le envolvió.
Trato de abrir sus ojos, le costó tanto que apenas y pudo mantener sus párpados entreabiertos, una rendija que le permitía ver en donde se encontraba, al parecer estaba en su habitación y por algún extraño motivo, un aroma a menta dulce invadía la estancia, reconocía ese olor, Hibari se encontraba con él, su cuerpo le pesaba y al parecer el calor del mismo no había desaparecido como creyó, trato de incorporarse pero un dolor insoportable recorrió todo su ser.
—Nos tenías preocupados Bebé —una firme pero suave voz se hace escuchar.
—Y es hora cuando quieres desempañar un delicado papel —contesto con sarcasmo, apenas audible —además odio que me digas bebé —reprocho en un tono cansado —Mi nombre es Reborn —exclamo lo más alto que pudo.
—Hmp, un bebé seguirá siendo un bebé —menciono con burla. —El mocoso actuó rápido, aunque el supresor que te inyecto fue demasiado para tu organismo, después de todo el primer celo es el más importante y debe de manejarse... —ante la expresión compungida del menor Hibari hizo una pausa —Lamento no haber estado aquí bebé. —tras lo último el mayor acaricio suavemente la cabeza de Reborn, dejando salir sus feromonas para darle tranquilidad.
Reborn quería morir porque además de sentirse avergonzado, se sentía humillado, su celo llego de una manera inesperada, sabía que llegaría en cualquier momento, después de todo él siempre supo que era un omega, pero nunca creyó que su primer calor llegaría tan pronto, apenas tenía doce años, ahora entendía un poco a sus compañeras de clase cuando las escuchaba quejarse de como la menarca les llegaba sin aviso alguno, esto era algo parecido, el primer celo llega de esa forma, sin avisar y en el momento menos oportuno. Pero la gran diferencia en ello, era que se sentía humillado y débil. Caer ante los bajos instintos de su naturaleza, en busca del primer Alfa que pudiese calmar sus necesidades, le hacían sentir como una mera puta, e incluso creía que tenían más dignidad que él u otros de su especie.
Después de que Hibari dejase de sacar sus feromonas para tranquilizar a Reborn, decidió dejarlo solo. Tenía que terminar unos proyectos de la universidad antes de tiempo, después de todo quería estar al lado de Reborn hasta que su celo terminase.
— ¿A dónde vas? —pregunto el menor con un tono de inseguridad.
—Necesito terminar unos trabajos de la universidad, terminare pronto —hizo una pausa mientras se acercaba nuevamente al menor —Estarás bien, sé que duele como el infierno, pero tu celo volverá, por ser el primero debe de manejarse correctamente, el supresor que el mocoso te inyecto no funcionara como debería, solo hasta que termines tu primer celo. —la mirada de Reborn mostraba impotencia y decepción, Hibari volvió a soltar unas cuantas feromonas más, para tranquilizarle mientras posaba su mano fría sobre la piel caliente del menor, ante este acto Reborn gimió quedito, y después dejo soltar un suspiro de alivio.
—Entonces… fue la vaca estúpida —afirmó Reborn. Hibari le miro, atento a cada uno de los cambios presentados en las facciones del menor, en realidad, Hibari no debería de estar en la mansión, se encontraba en clase cuando todo pasó, el llamado insistente a su celular fue una clara señal de alerta, después de todo la familia sabía que no podía ser interrumpido por ningún motivo sin importancia, y la mayoría de los guardianes se encontraban fuera del país en distintas misiones. Se sorprendió mucho cuando escucho la voz al otro lado de la línea, su Omega tembló ante el jadeante y necesitado tono del Alfa que llamaba.
"Reborn entro en celo"
Eso fue lo único que logro escuchar, el tono de la llamada finalizada fue el interruptor que le dio vía libre al razonamiento de Hibari para que saliera apresurado de la universidad.
En la entrada de la mansión, pudo ver a un jadeante Lambo, tratando de contenerse, mientras se mordía una y otra vez el antebrazo, si no fuera porque Hibari estaba marcado tal vez su Omega hubiese respondido ante el necesitado Alfa, con el esfuerzo más grande del mundo Lambo le explico lo que había hecho con Reborn y donde le había dejado.
Y por eso se quedó al lado del menor, para expandir sus feromonas y calmarlo un poco, darle una sensación de confort, así como Haru había hecho con él cuando llego su primer celo.
—Así es, Lambo Bovino llego hoy y fue él quien te inyecto —reafirmo Hibari ante lo dicho por Reborn. Con el bochorno a flor de piel Reborn se escondió entre las sabanas que de alguna extraña manera se sentían frías al tacto, con la interrupción provocada, Hibari no pudo evitar retirar su mano —Debes estar muriéndote por dentro —menciono con tono burlesco para después irse de la habitación, no sin antes cerrarla y activar el mecanismo de cuarentena, mecanismo del cual solo los Omegas de la mansión tenían acceso.
Definitivamente Reborn quería morirse, la vaca estúpida le había visto en la peor de las condiciones.
Tal vez estaba dentro de un sueño.
Si era así, quería despertar lo más pronto posible.
— ¿Cómo se encuentra?
—Un mocoso nunca dejara de ser un mocoso —Hibari le miro con represalia —El supresor le ayudo, pero al ser su primer celo, no le servirá de mucho, ahora durara más de lo esperado. Tal vez termine hasta el fin de semana, ahora solo queda esperar su próximo celo para saber cuántos días tendrá que estar en su habitación.
—Lo siento, yo… no sabía que más hacer, además su olor era tan dulce q-que yo… —Hibari levanto su mano derecha como indicio para que el joven se mantuviera cayado.
—Hiciste bien —la mirada de Hibari se suavizo, cambiando a su habitual mirada de indiferencia. —El bebé quería ser marcado, su Omega se lo pedía… y tú eres un Alfa, si hubiese sido cualquier otro tal vez el bebé ahora… —Hibari detuvo sus palabras ante la mirada llena de horror que se formó en el rostro Lambo. —Muy dentro de si él tenía miedo, todos tenemos miedo, porque no sabemos qué hacer, es algo que debería de mantenernos con la cabeza en alto, debemos de estar orgullosos de eso, pero no es así, la sociedad te hace creer puras mierdas, en realidad es humillante y la impotencia hace mella en ti cuando te encuentras en una situación tan delicada.
Lambo le miraba, con algo de sorpresa en su rostro, después de todo el joven -como muchos otros Alfas- no era consciente del desgaste emocional que podía provocar para un Omega, el entrar en celo cuando no se posee una pareja.
—Debo darte méritos por tu gran hazaña, tal vez ahora dejare de llamarte mocoso y por fin tendrás el privilegio de ser llamado por tu nombre, Lambo Bovino. —tras lo último Hibari se dirigió hasta su habitación, debía terminar pronto sus proyectos y trabajos.
Lambo le vio marcharse por lo largo del pasillo, después de perderlo en la lejanía, poso su mirada al piso superior que era de donde había venido Hibari y donde se encontraba -por supuesto- la habitación de Reborn. Tras un largo suspiro Lambo decidió que lo mejor era pasar la noche en casa de Lancia.
Algo parecido a una lamentación se dejó escuchar en la habitación de hotel que compartían dos jóvenes.
— ¿Ahora que mierda te pasa, idiota del béisbol? —pregunto con cansancio el hombre de cabellos plateados, piel nívea y ojos color esmeralda.
—Mi bello Hibari~ quiero estar con él —mencionaba un hombre de tez bronceada cabellos azabaches y ojos color café claro. —Gokuderaaaaa ¿Cuándo terminaremos? ¿Nos falta mucho? Ya quiero estar en Japón —ante cada pregunta el tono con el que hablaba se escuchaba como un reproche pero también se mantenía impregnado de un ligero aburrimiento.
— ¡Maldición! ¿Por qué de entre todos tenía que haber venido contigo? Lo que debería de estar haciendo ahora mismo es mantenerme al lado del décimo, ¡Demonios! —maldecía Gokudera, mientras prendía otro cigarrillo y posaba su atención en las pantallas frente a él, que le daban una clara imagen de sus objetivos.
—Hibariiii~ Hibariii~ Hibariiiiiiii —el tono se volvió lastimero, Yamamoto estaba colmando la poca paciencia que Gokudera poseía.
— ¡Con un demonio! ¡YA CALLATE!
Para Gokudera era difícil tratar con alguien como Yamamoto, después de todo los dos eran Alfas y Yamamoto no desempañaba su papel como tal, a la vista de cualquiera que no le conociese, el moreno no sería nada más que un simple Beta, y si les corrigieran ante tal afirmación estarían sorprendidos. Eran pocas las veces en las que se podía ver a Yamamoto como un verdadero Alfa.
—Ha comenzado —hablo Gokudera, de pronto Yamamoto se puso serio y tras tomar su katana se dirigió a la puerta. Una sonrisa ladina se posó en sus labios, el fuego ardia en su mirada y su pose era de admirar.
Eran estos momentos en los cuales Yamamoto dejaba ver a su Alfa y Gokudera por más molesto que le encontrase, lo admiraba por ello.
—Es hora de terminar con los contrabandistas —menciono el moreno mientras abria la puerta y se dirigía hasta su objetivo, Gokudera se quedó en la habitación, meditando sobre los grandes cambios que podía sufrir la personalidad de Yamamoto, sin duda el décimo no se equivocaba cuando les ponía juntos para alguna misión, porque gracias a como era Yamamoto, podían tener una convivencia medianamente sana entre Alfas, con el ceño fruncido ante el pensamiento de la palabra "buen amigo" Gokudera salió de la misma forma en la que Takeshi lo había hecho.
Ya era hora de terminar el trabajo y volver.
— ¡¡¡¡¡Fue tan extremo!!!!! —exclamo Sasagawa Ryohei mientras levantaba los brazos en su típica postura, para darle más realismo a sus palabras.
A su lado su esposa le miraba con una sonrisa producto de su resignación, Ryohei nunca cambiaria, Kyoko y Haru se mantenían expectantes ante el relato del mayor.
— ¿De verdad termino con ellos como si no hubiese pasado nada? —preguntaba Haru con estupefacción.
— ¡No fue nada difícil! ¡Siempre hay que ir por lo extremo! —contestaba Ryohei con exaltación.
—Lamento esto Kyoko, al parecer eran sus vacaciones y terminamos con ustedes. —susurraba Hana a su mejor amiga mientras dejaban que Haru y su esposo continuasen con su charla. Kyoko negó con la cabeza.
—En realidad, estoy muy feliz por verlos, Tsu-kun dijo que les había enviado a una misión y estuve muy preocupada por ello, así que verlos bien me hace muy feliz, y Haru está preocupada por Gokudera-san.
—Y tú estás preocupada por Sawada —afirmó Hana, ante esto Kyoko asintió levemente. —Estará bien, después de todo está con Mukuro y Crhome. Kyoko asintió con una ligera sonrisa en sus labios tratando de aligerar la tensión de su cuerpo con las palabras dichas por su amiga.
— ¡Cariño!
—Ryohei, no necesitas gritar cuando me tienes a menos de un metro —reprocho Hana — ¿Qué sucede?
— ¡En vista de que terminamos nuestra misión antes del plazo marcado, tengamos un tour extremo! —exclamaba el moreno mientras levantaba ambos brazos en pose de triunfo.
Kyoko logro olvidar sus preocupaciones, al igual que Haru, haberse encontrado con su hermano y Hana fue relajante. Pero también se sentía un poco avergonzada con su mejor amiga, si habían terminado la misión significaba que tal vez querían su tiempo a solas.
Pero al ver a su hermano tan feliz y la expresión de completa satisfacción que mostraba Hana, desecho el último pensamiento.
Kyoko estaba ansiosa por ver de nuevo a su esposo.
—Así que el chiquillo entro en celo —afirmo Lancia en forma de pregunta, Lambo le miro con cierto desinterés, pero expectante a lo que el hombre le diría —Hiciste bien niño —continuo Lancia mientras se sentaba frente a su invitado. —Debió de ser muy difícil para ti, controlarse ante un Omega en celo es demasiado difícil para un Alfa, aún más cuando es el primer celo, las feromonas son más fuertes.
Lambo se encogió de hombros, y desvió su mirada hasta el televisor inmenso que se encontraba cerca de la pared en medio de la habitación.
—Puedes quedarte aquí, el tiempo que necesites, tengo entendido que todos en Vongola están fuera, a excepción del guardián de la nube y el arcobaleno del sol y el de la lluvia, ante el último mencionado Lambo presto total atención a Lancia, la sorpresa se reflejaba en su rostro, mientras pedía explicación con la mirada, Lancia capto esto y prosiguió —Al parecer Colonnello fue acogido por el joven Vongola, desconozco los detalles pero ahora trabaja para Vongola, si no me equivoco Lal Mirch le había ofrecido un puesto para la CEDEF, pero Colonnello lo rechazo y decidio quedarse directamente con Vongola —Lancia hizo una pausa meditando lo que Lambo le había contado y su sorpresa ante la mención de Colonnello — ¿No le viste?
Lambo tenía a su alrededor un aura depresiva, su mirada mantenía un brillo que expresaba anhelo, pero a la vez una inmensa tristeza y el dolor gritando en silencio.
—No percibí su olor en ningún momento. —respondió el menor apenas audible. La culpa mostrándose en cada uno de sus sutiles movimientos.
Lacia comprendió que hablar de Colonnello no era una opción.
Sabía que en el pasado habían tenido una especie de relación, pero cuando se dio la ceremonia de sucesión en la Vongola, su relación se había marchitado, lo último de lo que se había enterado fue de un accidente que imposibilito a el arcobaleno de la lluvia.
Colonnello había perdido la capacidad de procrear y su aroma se había apagado.
El sonido de la lluvia incesante se hizo presente, la noche seria larga, Lambo no parecía querer hablar más, así que Lancia decidió retirarse y dejar al joven para aclarar sus pensamientos.
Lo había visto.
Y en el peor momento posible, estaba nervioso por la reacción que tomaría al verlo en la mansión, y esperaba que se diera cuenta de su presencia, pero la realidad le llego de golpe y recordó que su aroma se había extinguido junto con su olfato, así como el deseo de procrear. Colonnello se había vuelto algo así como un Beta, incluso más bajo que eso, porque hasta un Beta podía tener la oportunidad de tener hijos.
Hizo un gran esfuerzo en retener las lágrimas que amenazaban con salir, con todo el esfuerzo que pudo obtener, se acercó a pasos lentos hasta donde Lambo, pero los detuvo cuando le vio correr en dirección a la habitación del guardián de la nube. Le perdió por unos momentos, pero después le volvió a tener en su campo de visión, llevaba consigo un cilindro que supo distinguir como uno de los supresores de Hibari.
El estado físico de Lambo era terrible, su frente se encontraba perlada de sudor y su respiración parecía dificultarse un poco, pero pese al gran esfuerzo que parecía suponerle, Lambo corrió en dirección a la sala de música abrió ambas puertas de manera estrepitosa y se adentró dentro de esta de forma apresurada, Colonnello le siguió despacio preguntándose muchas cosas, hasta que pudo visualizar a la figura que se mantenía agonizante en el suelo y que al darse cuenta de la presencia del joven, se lanzó contra él.
Colonnello se encontró horrorizado, tenía que apresurarse y alejar a Reborn de Lambo para poder atenderlo, si las cosas continuaban así Lambo terminaría tomando a Reborn… pero ante todo posible pronostico Lambo se había mantenido firme y logro inyectar a Reborn con el supresor.
Entonces Colonnello se dio cuenta de muchas cosas, cosas que había enterrado hace cinco años, cosas que salieron a flote sin permiso alguno, nuevamente su corazón fue herido y lo peor de todo es que no tenía derecho a sentirse así, con el silencio propio que su mera existencia poseía, se alejó del lugar, tratando de contener sus lamentos.
Las cosas ya no podian volver a ser las mismas, lo supo desde que le informaron de su gran perdida, lo supo desde que Lambo le miro con la culpa tatuada en su rostro, lo supo pero nunca lo quiso creer.
Y ahora se encontraba en su habitación, se sintió muy culpable por haber dejado a Reborn solo, pero después de todo no era como si pudiese hacer mucho por él, ya no era un omega, no podía desprender hormonas de cuna como cualquier otro y se había desecho de todas sus pertenencias como Omega.
Sabía que Reborn estaba bien, había dado un último vistazo a su habitación, Lambo le dejo sobre la cama y se marchó, pero Colonnello sabía que el supresor no sería suficiente y que en poco tiempo Reborn volvería a presentar su calor, salió de la habitación del menor y busco a las mucamas, les pidió que lo ayudasen para cambiar las cobijas de la cama de Reborn por las sabanas especiales para el celo, se sorprendieron ante la petición y con prisa le ayudaron, cuando Reborn ya se encontraba entre estas, les pidió a las Betas salir de la habitación, Colonnello se haría argo de cambiarle la ropa y arroparlo.
Al terminar, no conto con encontraste a Hibari Kyoya recargado en el marco de la habitación, le miraba de manera escrupulosa y Colonnello se sintió un tanto incómodo.
— ¿Te encontraste con él?
La sonrisa triste que mostro Colonnello fue suficiente para que Hibari entendiera.
—Me hare cargo de esto… lo mejor para ti ahora es pensar las cosas con calma.
La alondra tenía razón, debía de pensar en lo que haría una vez que Lambo estuviese frente a él, las cosas que le diría y el como quería que su convivencia se desenvolviese.
Ahora ya tenía en claro lo que le diría, le daría las gracias por todos sus momentos felices, los tristes, los peligrosos e incluso los más tontos, le pediría perdón por haberse marchado sin decir ni una sola palabra, por haberse escondido de él por tanto tiempo.
Había muchas cosas más que quería decirle, pero por ahora esperaría nuevamente hasta su llegada.
En el silencio de la habitación Lambo meditaba cada una de las palabras dichas por su amigo Lancia, Colonnello se encontraba en Vongola, Colonnello estaba en la mansión y él no pudo detectar su presencia, y ahora se sentía un completo estúpido por haberlo buscado durante dos largos años.
Le había pedido perdón tantas veces que Colonnello solo podía decir que no existía nada que perdonar, pero siempre que lo hacía le miraba de una manera dolorosa y triste.
Lambo siempre se culpó.
Aun cuando el rubio le daba la contraria. Para Lambo el que Colonnello lo perdiera todo como Omega, había sido solamente culpa suya, Lambo era el culpable y nadie más.
Faltaban cuatro días para el fin de semana, y parecía que serían los días más endemoniadamente largos.
Una solitaria lágrima cayó sobre su mejilla, esta era la oportunidad de su vida, debería de aprovecharla, pensaría detenidamente en lo que le diría a Colonnello cuando lo tuviese enfrente.
Eran tantos recuerdos que simplemente no quería dejar atrás.
NOTAS: O.O si, esto es un Universo Omega, la primera vez que escribo algo así, yo sé que se nota, pero bueno~ hace no mucho leí un Fanfic que recomiendo muchísimo para las personitas que gustan del RL o LR como yo, se llama "El dilema de Reborn" lo pueden encontrar en AmorYaoi o aquí en fanfiction xD y pues en esa pequeña historia, la autora manejo a un Reborn en plena adolescencia . y un Lambo un poco más maduro, simplemente me encanto, y pues anoche soñé con un Reborn Omega y un Lambo Alfa, algo así como lo que acaban de leer, así que decidí compartirlo con ustedes.
Muchísimas gracias por haber leído hasta aquí, me gustaría mucho que me dieran sus opiniones respecto a esto.
De nuevo gracias y nos leemos en el siguiente :D
