Aquel 2 de Mayo acabo finalmente la batalla, Harry Potter el elegido, lo había conseguido, había derrotado al mago más tenebroso de los últimos tiempos, Voldemort. Pero no solo Harry lo había derrotado, todo mago y bruja que lucharon aquel día, o que lucharon antes y no llegaron a la batalla como Ojoloco, lo habían conseguido, también las criaturas mágicas que se revelaron contras las directrices que marcaban el lado oscuro de la magia. Y Harry sobretodo no lo hubiese conseguido sin ellos dos, sin Ron y Hermione, sus dos fieles amigos, sus compañeros de vida y de aventura, y es que aunque no compartían sangre esos dos se habían convertido en los hermanos de Harry Potter. El comedor, en el que antes rebosaba alegría, risas y un estupendo olor a comida recién hecha, ahora se respiraba tristeza, se oían llantos y olía a muerte…. Muchos magos buscaban entre la muchedumbre a sus amigos o familiares, se escuchaban algunos gritos de los heridos pero a su vez se escuchan risas, y ojos de felicidad, porque al fin y al cabo todo había acabado.
Harry noto como alguien le daba la mano, se giró y se encontró con los ojos avellana de su amiga, tenía mal aspecto, unas ojeras enormes, heridas por toda la cara pero aun así se dibujó una pequeña sonrisa al encontrarse con los ojos de su amigo.
-¿Todo bien Hermione?- preguntó él mientras también le agarraba de la mano
-Ahora sí, se acabó Harry, lo conseguimos- dijo con los ojos iluminados, y hasta ese momento Harry no se dio cuenta de la persona que tenía al lado, en ese momento pensó como su amiga lo había dejado todo atrás por ayudarle a él en su búsqueda, como se había sacrificado por un mundo que a veces la repudiaba, como había dejado atrás a sus padres, como dejó atrás a Ron por ayudar a la causa, por mejorar el mundo en el que vivía y entonces lo supo, supo que la persona que tenía enfrente iba a llegar muy lejos, y él lo iba ver.
-Gracias, Muchas gracias Hermione- dijo apretando su mano
-¿Por qué?- Preguntó sin entender muy bien
-Por todo, por ser como eres, y por acompañarme en el peor viaje de mi vida
-No seas tonto Harry, no me des las gracias
-Has hecho más de lo que te imaginas Hermione, hemos ganado gracias a ti.
-¿Pero qué dices? Has sido tú el que ha derrotado a Voldemort.
- Pero si no me hubieras apoyado no hubiese tenido la fuerza para llegar hasta aquí- y la abrazó- ¿Dónde está Ron?
-Con su familia, deberíamos ir Harry, no están bien, la muerte de Fred….- pero su voz se quebró y no pudo continuar.
-Ve tu Hermione, Ron te necesita.
-Nos necesita, a los dos.
-Pero, no creo que… que yo tenga que estar ahí
-Oh vamos, ¿No te echaras la culpa de lo de Fred, no?
-No, de lo de Fred, Remus, Tonks…
-Cállate Potter, no han muerto por ti, han muerto por un mundo mejor por un mundo sin clasificaciones de sangres, sin muerte, sin terror, por eso han muerto, ellos querrían que tu estuvieses con ellos, así que vamos.- y tiró de él para que avanzara entre medio de la multitud. La familia Weasley al completo estaban en las puertas del gran comedor, en el pasillo estaban puesto los cuerpos sin vida de todos los magos caídos en la batalla, Harry pudo ver a George sentado en el suelo con la cara enterrada entre sus manos, su hermano Bill le pasaba un brazo por los hombros, Charlie estaba abrazado a su madre, mientras que Percy y el señor Weasley permanecían de pie mirando al gemelo que lloraba, y Ginny se refugiaba en los brazos de su hermano mayor Ronald. Hermione y Harry se quedaron paralizados mirando la estampa que tenían delante, no sabían muy bien qué hacer, si acercarse o dejarles espacio para estar en familia pero en ese momento la señora Weasley levantó la cabeza y los vio, ninguno de los dos había visto jamás tanta tristeza en la cara de Molly Weasley, la mujer se separo de Charlie y se dirigió hacia los dos jóvenes
-Harry, Hermione- y los abrazó, y la escucharon llorar. Hermione con el brazo que le quedaba libre la abrazó, y Harry la imitó- no os podéis imaginar la alegría que me da veros, de verdad, mis niños…- se separó y le agarró la cara a Hermione- hija, gracias, gracias por cuidarlos a los dos, sé que sin ti…. Ay no quiero pensar que hubiese pasado, eres la mejor bruja que he visto en mi vida Hermione- provocó que Hermione se sonrojara- ay pero que mala cara tienes querida, tienes que comer más, estas muy flacucha- se acercó a ella y le dio un beso en la frente.- Y tu Harry… has sido muy valiente, te has sacrificado por todos, lo has hecho, le has matado , gracias Harry, sino fuese por ti… ahora ya toca descansar, te toca ser feliz- y también le planto un beso maternal en la frente. Los agarro por el brazo y emprendió el camino con ellos al lugar donde estaba el resto de la familia. Todos los Weasley se acercaron a abrazarlos, al fin y al cabo todos formaban una gran familia, Ginny se quedo abrazada a Harry, mientras que Ron escondió su cara en el cuello de Hermione
-¿Cómo estás?- preguntó ella mientras le acariciaba la cabeza
-Ahora mejor- y aspiro el perfume de ella, no se podía explicar cómo aun podía oler también
-Ron…siento mucho lo de Fred… yo…
-Shhh, lo sé- y una lágrima inicio una carrera por su mejilla, Hermione lo separo de ella y lo miró, miró esos ojos azules que ahora desprendían tristeza, y le partió el alma verlo así, jamás lo había visto llorar, una a una le fue limpiado las lágrimas y luego le dio un beso en su mejilla, muy cerca de sus labios.
-Hermione…- dijo la voz rota de Ginny, y las dos amigas se fundieron en un abrazo.
La mañana pasó así, todos juntos, cada vez se respiraba un aire más entretenido y tranquilo, los elfos prepararon comidas para todos y se sentaron a comer con el resto de magos y brujas, cosa que provoco una gran sonrisa en Hermione. Vinieron medimagos de San Mungo, y aurores del ministerio, del ministerio que había antes que lo controlaran los mortifagos, la prensa también estaba allí pero McGonagall los mantuvo lejos de todos ellos y del castillo.
En un momento de la mañana justo después de comer Ron, cogió a Hermione de la mano
-¿Puedo hablar contigo?- Intento decir lo más bajito que pudo pero toda su familia lo escucho, y todos se imaginaron lo que Ron iba a decirle a Hermione, lo que provocó una sonrisa incluso en George
-Claro- dijo esta agarrándole la mano. Juntos y de la mano todavía, anduvieron por el castillo en ruinas, vieron los estragos de la guerra en los muros del castillo, de su hogar. Fueron andando y andando, Ron no sabía muy bien dónde ir, no quería ir a la sala de los menesteres, así que decidió ir a la biblioteca.
-¿Qué hacemos en la biblioteca Ron?- dijo Hermione curiosa, la biblioteca no era el lugar con más dañado de todo el castillo, pero tampoco estaba perfecto
-Estaba buscando un lugar cómodo para hablar, y no creo que a la señora Prince le moleste
-No, no lo creo- le contestó con una sonrisa- bueno… ¿de qué querías hablar?
-Sé que quizás no es el mejor momento para hablar de esto, pero si algo me ha enseñado esta maldita guerra es que no sabes cuándo puede ser tu último día, y yo no me puedo morir sin decirte esto Hermione, demasiado cobarde he sido ya como para seguir callándome…
-No eres cobarde Ronald- le replico Hermione apretándole la mano y sin poder apartar la mirada de esos ojos azules que tanto la enloquecían.
-Lo fui, pero ya no Hermione, y llevo tiempo queriendo decirte esto, pero tenía miedo, mucho miedo de que me rechazaras, de que por bocazas perdiera aunque fuese nuestra amistad, pero ya no puedo vivir sin que escuches esto, y es que me gustas… yo te…- aun no estaba preparado para decir te quiero, pese a que lo sentía, un rechazo a esa palabra lo mataría- quiero estar toda la vida junto a ti, te necesito, y sé que he tardado tiempo en de…- pero se vio interrumpido. Hermione coloco sus manos en la cara de él y lo atrajo hacia ella, era un beso suave, dulce, tierno, queriéndole decir todo lo que sentía, sobraban las palabras, los labios pueden decir muchas cosas sin articular palabra. Poco a poco se fue separando de él, la intensa mirada azul se clavo en esos ojos marrones que desprendían alegría, y en los labios de ella se instauro una pequeña sonrisa.
- A veces sobran las palabras Ronald, tu también me gustas, pero creo que eso ya lo sabías- dijo apartando su mirada de los ojos de él para fijarse en su boca, y como leyéndole la mente, Ron la agarró de la cintura y la atrajo hacia él, esta vez el beso se intensificó un poco, ambos abrieron sus bocas un poco más, dando pie a una nueva guerra entra sus lenguas, querían recuperar los años perdidos, querían decirse lo que tanto habían callado. Hermione fue la primera en darse cuenta de que aquello se les estaba yendo de las manos y decidió pararlo- creo que nos deberíamos de controlar un poco- le dijo aun sonrosada por el beso.
-No tienes ni idea de lo feliz que me has hecho Hermione, yo nunca pensé… nunca creí que te llegara a gustar- le confesó aun con sus manos en la cintura.
-Venga ya… si fui yo la que te besó…. ¿Cómo no lo vas a imaginar?- le dijo con una sonrisa picara en sus labios.
-Pensé que eran los nervios del momento, el miedo por poder….morir
-Claro, y por estar nerviosa voy a ir besando a todo chico que se me cruce ¿no?
-No sé…. Pero ¿yo?
-Si tú ¿Por qué no?
-Eres guapa, muy guapa, estas bastante bien, eres inteligente, la mejor bruja del colegio, eres admirable, luchas por las injusticias, has tenido detrás a verdaderos galanes del quiddicht, ¿y te fijas en mi?
-Habría que estar loca para no fijarse en ti, por mucho que tú te infravalores, eres genial Ron, eres guapo y estas bastante bien, eres bueno, eres divertido, guerrero, noble, cabezota y lo más importante, a mi me vuelves loca- Ronald simplemente sonrió, sonrió de verdad, y se olvido que estaban manchados de sangre, se olvido que acababan de librar una guerra, se olvido que había perdido un hermano, solo podía pensar en ella, en sus ojos, en su sonrisa, y ahora en sus besos.
-Ahora no te vas a poder librar de mi jamás
-Esa es la idea- y se acercó para darle un corto beso en los labios- será mejor que volvemos, no es momento para estar alejados del resto- y Ron agacho su mirada, sus ojos se aguaron , y la expresión de felicidad que tenía hace solo dos segundos dio lugar a una tristeza inhumana. – eh, ¿sabes que estoy aquí, no? No vas a estar solo, no te voy a dejar ¿sí?- y él simplemente asintió con la cabeza. Los dos volvieron de la mano hacia el gran comedor donde se encontraban los demás Weasley, nada más verlos pudieron ver una gran sonrisa en la cara de la señora Weasley.
-Por fin queridos, por fin una buena noticia- dijo acercándose a ambos y dándoles un sonoro beso
-¿Qué hablas mama?- preguntó Ronald, y como respuesta su madre miro las manos entrelazadas cosa que provocó que Ron se pusiese mas rojo que su pelo.
-Ahora que solo nos rodea destrucción, muerte, sangre….dolor, es bonito que el amor se abra paso, que veamos todos que hay luz después de este oscuro camino, y mas con vosotros dos, mis niños cuanto habréis pasado… os lo merecéis, os merecéis ser felices- a esta alturas los dos jóvenes estaban rojísimos mientras escuchaban las palabras de Molly. Sentaron junto a los demás Weasley, esperando que alguien viniese, que les dijeran cual es el siguiente paso. La señora Weasley estaba aferrada a la mano de su hija pequeña, mientras que en el otro lado tenia a Percy, también agarrado a su mano, no paraba de mirar a esa familia que había formado y que hoy lloraba la pérdida de uno de sus integrantes, también se fijo en esas dos personas que ahora y desde hacía ya algunos años formaban parte de su familia, vio lo que esas dos personas habían ayudado a su familia, como Harry, le había dado a Ron la confianza de tener un amigo, y como le había dado a Ginny la capacidad de amar sin límites. Después se fijó en Hermione, sabía que iba a acabar con su hijo mucho antes de que ellos dos lo supieran, ya cuando ellos cursaban tercero vio en ellos una química poco común y como madre que era lo supo, y se alegraba que una mujer como Hermione, porque después de todo lo vivido ya era una mujer, estuviera al lado de su hijo, porque ella aportaría la sensatez que a su hijo le faltaba. Se fijó como Hermione soltó la mano de su hijo para quitarse la chaqueta vaquera que llevaba y que estaba manchada de sangre, vio como se remangaba las mangas de la sudadera rosa que llevaba y le volvió a dar la mano a Ronald mientras una sincera sonrisa aparecía en su rostro. Pero entonces la señora Weasley se dio cuenta de una marca que la joven tenía en el brazo, agudizo mas la vista para así poder ver mejor que clase de marca era, y cuando la vio, necesitó unos segundos para asimilar lo que Hermione llevaba escrito en el brazo. Un sentimiento de ira le recorrió el cuerpo, y sin poder evitarlo apretó las manos de sus hijos.
-Ay mama, que me haces daño-se quejó Ginny- ¿Qué te pasa?- pero la señora Weasley no contesto, sino que se quedo mirando fijamente a Hermione, que ahora también la miraba al igual que el resto de la familia Weasley después de los quejidos de Ginny
-¿Quién te hizo eso?- preguntó sin más
-¿Qué?- y entendió lo que quería decir cuando su mirada se concentro en su brazo, y por un alto reflejo Hermione se bajo la manga de la sudadera
-¿Quién fue? ¿Cuándo?
-Mama, creo que no es el momento de contarlo-repuso Ron
-Me he llevado un año, un año, sin saber dónde demonios estabais, si estabais bien, si no lo estabais, sin saber si os habían atrapado o si os había matado, creo que me merezco saber que ha pasado en este tiempo. Y más ahora viendo lo que algún indeseable le ha hecho esa marca a Hermione en el brazo, lo que quiere decir que al menos a ella la atraparon- a esas alturas todos los Weasley miraban fijamente a Hermione y a su brazo, como si pudieran ver a través de la manga de la sudadera.
-¿De verdad queréis saberlo, ahora?- pregunto Harry
-Si- sentenció la señora Weasley. Harry miró a sus dos amigos, y decidió que no quería alargar más esa agonía.
-¿Sabéis que son los horrocruxes?- Empezó a contar Harry, poco a poco y con la ayuda de sus dos compañeros de aventura fue narrando todo lo que habían hecho, saltándose a posta el momento en el que Ron se fue, fue hablando y hablando hasta llegar al momento de la casa de Malfoy- Entonces a mí y a Ron nos llevaron al sótano mientras que Hermione se quedo arriba sola con Bellatrix- y la miró para que continuase con el relato, esta suspiro, y aferrándose como nunca a la mano de su ahora novio, que raro sonaba, comenzó a hablar.
-Yo me quede arriba con todos esos mortifagos, comenzaron a torturarme, no sé cuantos crucios me lanzaron, lo que sí sé es que perdí el conocimiento y solo me despertaba el dolor de las maldiciones, después noté como alguien me cortaba el brazo con algo afilado y cuando me pude fijar en lo que me estaban haciendo vi esta marca - y se levantó la manga para que todos pudieran ver la palabra sangre sucia tatuada en la piel, Ron apartó la vista de la marca, Ginny ahogó un gritito y el señor Weasley suspiro con resignación, los Weasleys siempre habían detestado esa palabra. Con la mirada, la matriarca Weasley le estaba preguntado quien fue- Ella, Bellatrix…- y nada mas pronunciarla Hermione se desmayo como si le hubiesen tirado una maldición.
Inmediatamente todos los Weasley se levantaron y se dirigieron hacia ella
-Hermione….Hermione- la llamaba Ron, que se había agachado para quedar a su lado- Hermione…por favor….
-Vamos a llevarla a la enfermería- dijo Bill, que inmediatamente se acerco a ella y la cogió en brazo, su hermano Ron estaba demasiado nervioso como para llevarla. Bill comenzó a andar con Hermione en brazos hacia donde estaban los demás heridos de guerra, y detrás suya, como si de una procesión se tratase iban todos los demás Weasley y Harry. Llamaron a la señora Pomfrey que se acerco enseguida al ver a Hermione en brazos de Bill completamente inconsciente.
-¿Qué le ha pasado?-preguntó mientras que con sus manos le indicaba a Bill que la dejara sobre la camilla que tenía delante.
-No lo sabemos, estaba hablando y de repente pum, se desmayó- le respondió Harry
-¿Cuánto tiempo llevaba sin dormir?- ante esta pregunta Ron y Harry se miraron, y fueron consciente del tiempo que levaban sin dormir
-Eh... Dos días y medio…-aseguró Harry
-Seguramente sea eso, entre el cansancio de no dormir y el esfuerzo de la batalla, tiene que estar agotada, vamos a dejarla descansar, ¿Ha sufrido alguna maldición en la batalla?- volvió a preguntar, mientras que le ponía por encima una manta a Hermione
-No, le lanzaron de todo pero las esquivó -esta vez fue Ron el que habló que ya estaba más tranquilo.
-Bien, entonces dejemos que duerma y ya veremos cómo se encuentra cuando despierte, venga vamos, dejarla sola- exigió mientras que hacía gestos con sus manos para que se fueran de ahí.
-¿No nos podemos quedar con ella?-preguntó Ginny con un tono de preocupación en su voz
-No pretenderá que deja a casi 10 personas aquí con una joven que solo está cansada ¿verdad?
-¿Y me puedo quedar yo aunque sea?-pidió Ron
-Uno si puede quedarse
-Bien, seré yo-dijo mientras miraba al resto de la familia
-Avísanos cuando despierte, Ron-pidió la señora Weasley.
-Vale mama- y se quedó ahí de pie mirando como su familia se alejaba de ellos, cuando ya no los veía se dio la vuelta y se sentó en el borde de la cama. Nunca se había podido detener a observarla de esa manera, dormida, en paz, se dio cuenta de que tenía la cara demacrada, tenia cortes por todas partes, unas ojeras de campeonato y aun se le veía el corte que Belltrix le hizo en el cuello y pese a todo seguía guapísima. El pecho de Ron empezó a latir con más fuerza casi descompensado cuando se dio cuenta, de que si no la cagaba esa podía ser su imagen todos los días nada mas despertar y se puso rojo al pensar de esa forma de Hermione, ya que al fin y al cabo no dejaba de ser Hermione Granger su amiga de toda la vida, y a la vez la persona que más quería en el mundo y se dio cuenta de la suerte que tenía ya que Hermione sentía algo muy parecido por él. No hubiese aguantado perderla en la batalla, o en la mansión de los Malfoy, era algo que su corazón no podía soportar y otra vez se volvió a poner rojo ya que eso era demasiado cursi hasta para pensarlo. Sentado en la cama y observando a Hermione, así se llevo al menos media hora, hasta que notó como sus ojos empezaban a cerrarse y decidió tumbarse junto a ella, y así descansar un poco, hasta que finalmente se quedó profundamente dormido.
Espero que os haya gustado este primer capitulo!
