El emisario de la oscuridad.

Eran diez los hombres que estaban reunidos en esa habitación oscura, iluminada solamente por unas cuantas velas que se encontraban en medio de una vieja mesa con un ojo sin parpado en medio del lugar. Todos ellos vestían hábitos negros y portaban yelmos de metal oscuro, los cuales creaban la imagen del rostro de los lobos enfurecidos, a excepción de uno de ellos, en cuyo habito estaba pintado un dragón de color escarlata, su yelmo reflejaba un dragón con grandes cuernos y en su mano derecha portaba un báculo plateado, cuyo tamaño superaba fácilmente al de su portador y en uno de sus extremos se formaba la imagen de una serpiente. Este último era el líder del grupo que se encontraba presente y fue el primero en hablar.

- Mis estimados hermanos, me alegra que hayan llegado a esta reunión sin ningún tipo de incidente. Y es que la ocasión de adelantar nuestra reunión es de vital importancia para el concilio que presido, al punto que jamás llegara a ver una ocasión como esta en nuestras vidas.

- Señor Uroloki – le respondió uno de los presentes- he de pedirle que vaya al grano. Si el asunto es de la importancia que nos habla, entonces aplazarlo de la forma que lo esta haciendo no hará ningún bien.

- Tienes razón, no hago bien al aplazar esto, porque lo que diré ahora es lo que esperábamos desde hace años, algunos desde nuestra infancia. Hermanos, falta muy poco tiempo, tal vez solo unos cuantos días, para que el elegido se presente ante nosotros.

El silencio se apodero de los presentes. Las miradas se enfocaban al que llamaban "Uroloki" pero no parecía que ninguno tuviese algo que decir. El molesto silencio, que duro menos de lo que los presentes llegaron a pensar, fue finalmente interrumpido por el que estaba sentado a lado izquierdo del "Uroloki" y su reacción no fue la que su líder hubiese pensado.

- Señor, espero que se de cuenta la magnitud de que pueda respaldar lo que usted esta asegurando. De lo contrario deberá asumir las consecuencias de asegurar algo tan delicado como esto; las cuales me temo son sumamente graves para su persona.

- Me decepcionan hermanos – respondió con un tono que parecía mostrar tristeza- Después de tantos años ya deberían conocer perfectamente la pasión que tengo hacia el concilio y la Legión y algo tan bajo como el perjurio no entraría en mi mente. ¿Acaso, mis estimados hermanos, dudan de mi palabra?

- Por supuesto que no, mi estimado amigo – Respondió el que estaba a su lado rápidamente – pero necesitamos saber como llego a esa conclusión. Después de todo hace tanto que esperamos que este día llegue, y lógico que solicitemos la prueba en que se basa para asegurar algo de tan gran envergadura.

- Muy sencillo, Yo se lo dije – respondió una voz desde un rincón donde la luz de las velas no podía llegar.

Todos los presentes voltearon a ver y se sorprendieron de ver a quien hablaba. Aunque fuese un eterno espectador de las reuniones del concilio, el que estaba ente ellos no había hablado desde hace un par de años. Una capa negra le cubría prácticamente todo el cuerpo, exceptuando parte de su cabeza y su brazo derecho, mostrando en este ultimo una manga larga ajustada al brazo y un grueso guante, todo de color negro, y este portaba además una guadaña plateada, cuya cuchilla salía de las fauces abiertas de la imagen de una amenazadora serpiente. Pero si algo sobresalía del, era su contrastante mascara, totalmente blanca y que no reflejaba ninguna clase de rostro, exceptuando dos agujeros por donde eran visibles los ojos de su portador. Su forma de andar era lenta, pero segura, y fue de esta manera como este se acerco a la mesa donde estaban reunidos la mayor parte de los presentes.

- Leales miembros de este concilio – continuo el enmascarado al llegar a la mesa y colocándose atrás del Uroloki – No hay razones por la que deben dudar de la palabra del señor del concilio, ya que fui yo quien le dijo que el elegido ya estaba por aparecer. Debo decir que me decepciono un poco la reacción de todos ustedes, especialmente cuando esperaba una reacción llena de jubiló. ¿Acaso la fe en mi ha desaparecido?

Inmediatamente todos los presentes, incluyendo al Uroloki, se levantaron de sus asientos y se tiraron al piso, al tiempo que iniciaban un coro de disculpas. La patética escena no duro mucho tiempo, ya que el que estaba armado con la guadaña dio la orden de sentarse en sus puestos inmediatamente.

- Si creen que humillarse de esa forma desaparecerá mi disgusto, entonces este consejo a caído mas bajo de lo que incluso había llegado a pensar. Con todo, he decidido perdonarles, ya que la ocasión es demasiado importante para entretenernos con cosas tan tontas como esas. Escuchen bien, fue hace tres días que tuve la visión y es ahora que debo comunicárselos. Uroloki, continúa en mi lugar.

Al escuchar la orden, este se puso de pie y coloco su báculo sobre la mesa. Una vez que se aseguro que tenía la atención de todos los presentes comenzó a hablar.

- Hermanos, ahora les narrare la visión tal y como se me contado ha contado, pero solo lo haré una vez, así que presten atención. :

"Me encontraba en una ciudad, en un principio irreconocible a mis ojos. Todo era normal, inclusive tuve tiempo de reconocer el lugar en el que estaba soñando y camine en ella hasta encontrar un parque. Mientras meditaba el significado de un sueño tan insignificante, el cielo se oscureció y cayeron rayos por todo mí alrededor. Todas las edificaciones cayeron desde sus cimientos y todo ser vivo caía sin vida. Alce mi vista y pude verlo en el cielo, portando una maravillosa espada y una armadura también negra, en su espalda habían dos maravillosas alas negras, pero si lo mas maravilloso era una gran puerta, de un frío metal oscuro, que se abría lentamente, permitiendo entrar a un ser mas magnifico todavía. Y fue que me di cuenta que tenia ante mí, la visión de la llegada del elegido. Y eso es todo lo que te diré"

En cuanto se detuvo, todos los que lo oían mostraron señales de aprobación, ya sea por un grito o golpeando la mesa, todos menos uno, el mismo que anteriormente había expresado dudas ante el Uroloki. Este se levanto, y con un tono humilde dio muestras de sus reservas.

- Señor, usted sabe bien mi nivel de lealtad y entrega a la legión – le dijo al de la mascara blanca – y se bien que usted no nos mentiría jamás, pero no fue usted el que acaba de decir el mensaje, sino que fue el Uroloki, y aun cuando sea nuestro líder y hermano, todos sabemos bien que el no duda en mentirnos para cumplir un plan, especialmente cuando el resultado puede llegar a ser desastroso en las mas diversas formas. Lo que quiero decir, es que sospecho que usted no quiere decirnos algo y, aunque la llegada del emisario es un hecho, el concilio se vera afectado terriblemente y para ocultarlo ha hecho que el Uroloki sea quien nos de el mensaje.

Toda la mesa se lleno de expresiones de disgusto ante este comentario, pero tanto el Uroloki como el de la mascara blanca se mantuvieron impasibles. Esta último dio una señal para que todos callasen y dio una respuesta al punto de vista que acababa de escuchar, una que termino sorprendiendo a los presentes.

- Señores, me temo que he sido descubierto. Si, el concilio sufrirá terribles consecuencias para que esto se vea realizado, pero les aseguro que no es nada que no se haya previsto antes. Lo único que tal vez llegásemos será la perdida de nuestro anonimato. Sin embargo les prometo que, aunque debemos cometer las más viles acciones y sin duda algunos llegaran a tener perdidas, nuestra victoria hará que todas estas desgracias valgan la pena. ¿Algo que deseen agregar, soy todo oídos.

Nuevamente hubo silencio, hasta fue sustituidos por los murmullos que provoco cuando nuevamente el que mostraba sus dudas se puso de pie. Pero se calmo ante la pregunto que formulo y que causo satisfacción en todos los presentes.

- ¿Cuándo empezamos?

- Muy pronto, solo debemos preparar el escenario.

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Era una tarde completamente normal en la torre de los titanes, y eso significaba que tanto el Chico Bestia como Cyborg peleaban por alguna tontería y Raven tenia que soportarlos mientras trataba de leer. Y como era también común, no podía evitar hablar con su tono irónico para tratar de callarlos.

- ¿Por qué no gritan con mas fuerza? Seguramente en la india tendrán curiosidad de saber si encontraran el control remoto.

- Raven – le respondió Cyborg – que nunca tendríamos estas discusiones…¡¡SI NO FUERA PORQUE EL CHICO BESTIA EXTRAVIA Y DESTRUYE LO QUE TOCA!

- NO HACES MAS QUE EXAGERAR, SI ALGO TE SALE MAL LO UNICO QUE HACES ES ECHARME LA CULPA.

- ah, discúlpame bestita, tienes razón estoy exagerando, después de todo no has hecho mas que unas pequeñas torpezas, ¡COMO DESTRUIR UNAS DE MIS MAQUINAS DE SERVICIO, MANCHAR DE TOFU MI AUTO, EXTRAVIAR MIS DISCOS, TOMAR COSAS DE MI HABITACIÓN Y PERDERLAS TODAS!.

- LO DEL AUTO NO FUE MI CULPA Y TU LO SABES PERFECTAMENTE

- ¡ERES EL UNICO AQUÍ QUE LE FACINA EL TOFU!

- Quisiera decir que me parece fascinante la conversación que tienen entre ustedes dos, pero en realidad ya me esta aburriendo, así que porque no toman el control remoto, que por cierto esta atrás del sillón y dejan de gritar.

En realidad esto no hizo más que aumentar la fuerza de la discusión, ahora culpándose entre los dos por no haberlo visto antes. Raven ya estaba muy fastidiada, pero si hubo algo que podía ponerle los pelos de punta fue sentir ese olor extraño que venia de la cocina, y que le recordó que nuevamente Star Fire estaba cocinando comida de su planeta. Cuando alzo la vista y vio a Star Fire acercarse con ese extraño batidillo, se dio a la idea que era inevitable que le pidiera que probara un poco. Pero parecía que tenia la suerte de su lado, porque Robín cruzo la puerta y parecía tener un asunto urgente que tratar con el equipo.

- Equipo, tenemos algo muy urgente de lo que debemos hablar.

- Robín, que bueno que llegas – le dijo Star Fire - ¿No te gustaría probar lo que hice para cenar?

- Emmm… mejor en otra ocasión. Además es mejor que les hable de esto lo mas pronto posible para estar preparado.

- ¿Qué ocurre? – Pregunto el Chico bestia – no me digas que alguien muy peligroso escapo de prisión de nuevo. Sabes, creo que deberían dejar de etiquetar a esa prisión como de seguridad máxima.

- No chico bestia, es otra cosa. Acabo de recibir un mensaje de Interpol, al parecer han circulado mensajes parecidos a todas las estaciones de policía, investigación y vigilancia del país y nos piden que nos pongamos en alerta máxima. Nos advierten que un grupo criminal muy peligroso planea mudar sus operaciones de Europa a alguna parte del país.

- Si nos piden entrar en alerta máxima por un número de criminales que no nos especifican, entonces deben estar exasperados – Respondió Cyborg – a menos que estos sean tan peligrosos que sean capaces de poner en alerta a la Interpol. Dinos Robin, contra que nos enfrentamos.

- En realidad todos los papeles que están distribuyendo no son muy completos que digamos. Según parece, se trata de una banda con un numero no especificado de integrantes que se dedicaron al robo de obras de arte y su método preferido consistía en entrar directamente en los museos y llevarse todo lo que viesen. De alguna manera que no se ha descubierto actuaron sin dejar ningún rastro, por lo que fue difícil saber el número exacto de robos que cometieron, pero todo cambio en el museo del Cairo, donde se volvieron repentinamente agresivos y terminaron asesinado a los guardias. Una semana después mandaron una carta a una estación de policía inglesa y encontraron en una bodega más de mil obras que se habían reportado robadas en más de tres años.

- Un momento, no entiendo – interrumpió el Chico Bestia – si devolvieron todo lo que habían robado ¿porque existe la urgencia de atraparlos y si son tan cuidadosos como supieron que están en camino al país? – Al oís esto, Robín se cruzo de brazos y les hizo una pregunta.

- ¿Se acuerdan del desastre que ocurrió en una estación en una estación de policía en Viena?

- ¿Te refieres a la terrible explosión por un coche bomba que ocurrió la semana pasada, y en la que hubieron mas de treinta muertos? – Contesto Raven - ¿Acaso ellos lo colocaron?

- No hubo ningún coche bomba. Fue para disminuir el impacto de lo que realmente ocurrió. Cuando encontraron las obras robadas en el almacén, también había una nota de de advertencia dirigida a Viena; al mes de esto, dos desconocidos entraron y causaron una masacre. Las cámaras no captaron como causaron la explosión, pero se prefirió decir que todo fue culpa de un ataque terrorista a decir que un grupo no superior de cinco personas pudieron acabar con más de sesenta policías e hicieron volar un edificio completo.

El rostro de los presentes fue de malestar ante lo que oyeron. Era obvio que tenían que detenerlos, y debían hacerlo rápido, pero para hacerlo debían saber donde es que se encontraban.

- Hace dos días - prosiguió Robín- se encontró una nueva nota en las oficinas de Scotland Yard. Era una carta de despedida y en la que avisaban que se mudarían a América. En este momento les mostrare las únicas fotografías que se han tomado de la banda en la pantalla y tendremos que estar atentos a…

No alcanzo a terminar de decir lo que deseaba, cuando fue interrumpido por la señal de alerta. Todo el equipo tuvo un mal presentimiento por la coincidencia que la alerta se accionara en ese preciso momento.

- Robín – dijo Star fire – ¿crees que se trata de ellos?

- Así parece – le respondió mientras revisaba la computadora- al parecer un par de terroristas tomo rehenes antes que iniciara una fiesta en una mansión, solo déjenme comprobar una cosa – Robín inserto un disco y en la pantalla se vio la imagen de dos personas caminado hacia un edificio, una de ellas tenia armas muy pesadas en sus manos. Casi inmediatamente, Robín descargo una segunda imagen, en donde la misma persona apuntaba a una cámara de las cámaras de seguridad de la mansión en la que se encontraban los terroristas. No había duda, se trataba de ellos.

- VAMOS EQUIPO, DEBEMOS DETENERLOS DE UNA VEZ – grito Robín antes de que todos se dirigieran a la puerta, con la misión de detener al que sin duda se trataba de un equipo sumamente peligroso, aunque no supieron que tanto lo era hasta que pelearon frente a frente.