Capítulo 1
-La familia Malfoy
-¡Ni hablar, no pienso permitirlo! –así había comenzado la primera discusión. El grito de Narcissa Malfoy, acompañado de un fuerte golpe en la mesa, que sacudió las copas, hizo que Lucius Malfoy se sobresaltara, y cerrara los ojos, para calmarse-. ¡Ya has perdido todo un año escolar, al ser tan estúpido como para negarte a presentar esos Éxtasis! ¡No nos estás dejando otra opción más que enviarte de nuevo al colegio!
-Soy lo suficientemente mayor para decidir que quiero hacer –contraatacó su único hijo. Draco se levantó de la mesa, pero el nuevo grito de su madre, le impidió caminar.
-¿Y ya está, no? Te niegas a terminar con la educación mágica que tu padre y yo nos hemos preocupado por darte…
-Ejem… -La fingida tos de Lucius Malfoy se escuchó levemente, pero solo había bastado eso para que su esposa se callara, y lo mirará-. Creo que desde el principio, la única que quería que Draco estudiara en Hogwarts, eras tú. Siempre he dicho que Draco debería de haber estudiado en Drumstrang…
-¡Eso ya había quedado claro! ¡Ni hablar! –volvió a gritar su madre, pero Draco ya había tenido suficiente. La pelea ya no era ni siquiera por él. Tomó su servilleta y la aventó contra la mesa, y se alejó caminando a grandes zancadas-. ¡Draco! –gritó su madre, viéndolo alejarse hacia el otro extremo del salón-. ¡Draco, vuelve aquí!
Pero el chico tenía los puños demasiado apretados (tanto que se lastimaba así mismo encajándose las uñas en las palmas) y la frente demasiado en alto, que dar media vuelta en ese momento, habría significado herir su propio orgullo.
Salió del salón, pisando fuertemente, y no se detuvo hasta llegar a su habitación, en el segundo piso. Cerró la puerta dando un portazo, y se aventó con fuerza en la cama, mirando el techo, con aire vacío y aburrido. ¿En verdad pensaba su madre, que le interesaba en lo más mínimo la idea de regresar al colegio a re-cursar séptimo? No le interesaban los títulos académicos, no le interesaba graduarse y trabajar en algo pomposo e importante, como su padre. Sabía que la riqueza de su familia bastaba y sobraba para que el pudiera vivir con lujos, sin tener que trabajar ningún solo día de su vida. Pero no, no era por eso por lo que no quería volver a Hogwarts.
-San Potter, doña repipi y la rata –dijo con la mandíbula fuertemente apretada. Apenas Harry Potter y sus dos compinches eran algo que le molestaran, aunque era cierto que ellos eran la punta de iceberg.
Hacía dos meses que la Batalla de Hogwarts había tenido lugar. Cerró los ojos, recordando aquella noche. Aquella noche que su padre lo había perdido todo. El Señor Tenebroso había sido derrotado, y pese a que muchos mortífagos habían huido, su familia se había quedado, sentada en un rincón del Gran Comedor, observando los acontecimientos.
Era cierto que nadie les había dirigido siquiera la mirada, pero Draco podía haber estado seguro, de que los seguían considerando el enemigo.
Se dio media vuelta sobre sí mismo, y empezó a golpear a sus almohadas.
Tan solo un par de días después de la batalla, habían intentado llevarse a su padre a Azkaban, sin juicio. Y si no hubiera sido por San Potter, así hubiera sido.
-Ese imbécil –se dijo al pensar en el chico Potter. ¿Quién le había pedido que intercediera ante sus padres? Había quitado la condena perpetua que se cernía sobre su padre, y también había abolido el juicio contra su madre. Y contra él mismo, contra Draco, no había dado posibilidad si quiera que se le llevara ante el Wizengamot.
Volvió a maldecir por lo bajo. Tomó una almohada y la arrojó con fuerza al otro lado de la habitación, donde chocó contra la pared, y cayó al piso, sin hacer ruido.
-No pienso hacer lo exámenes –se dijo-. No volveré a Hogwarts. No me obligarán…
Y con esto, dio por sentado el asunto, y se dispuso a tratar de dormir un rato.
Sin embargo, abajo en el comedor, el asunto no estaba dado por sentado. Narcissa tenía aún los nudillos blancos, por la presión que ejercía contra la mesa, y Lucius seguía sentado en la cabecera de la misma, mirando a su plato, a medio terminar. Sintió la mirada penetrante de su esposa, pero aún así se negó a mirarla él.
-Draco tiene que terminar la escuela –espetó ella-. Y eso no está a discusión. Tiene esta oportunidad única que la Directora Mc…
-No pronuncies su nombre en esta casa –le interrumpió su marido, mirándola por fin a los ojos-. No quiero oír nada de ellos.
-Ellos que justamente han perdonado tu trato y apoyo con el Señor Tenebroso. Ellos que han impedido que ambos fuéramos a Azkaban y dejáramos a nuestro hijo desamparado. Ellos que…
-¡Suficiente! –Lucius se puso en pie, mirando con coraje y miedo a su mujer. Pero Narcissa también levantó su tono de voz.
-No me interesan tus discusiones con el grupo que se hace llamar la Orden del Fénix, o cualquiera, que en este caso son todos, de los que estaban en contra del Señor Tenebroso. Nos han dado la oportunidad de seguir siendo una familia, una familia unida, y no voy a permitir que volvamos a cometer errores como los del pasado. Sangre limpia, sangre sucia, ¿hasta dónde nos ha llevado todo este odio y rencor?
La voz de Narcissa se había vuelto casi un susurro. Lucius abrió enormemente sus ojos, como si no diera crédito a sus oídos.
-No pienso cometer el mismo error –dijo ella nuevamente, ahora retorciendo sus manos-. Draco va a volver a Hogwarts este año. Y después, puede hacer lo que quiera con su vida.
Vaya, ¡qué nervios! Esta es la primera historia que subo aquí, y es el primer Dramione que he escrito en mi vida. Así que estoy muy nerviosa. Espero y este poquito haya sido de su agrado. Acostumbro a escribir capítulos muy largos, así que siento que esto y apenas ha explicado algo. ¡Pero era lo que tenía en la cabeza! Espero y no se aburran X_X
Y en verdad espero que les guste, y también espero sus reviews =)
