Hola…pues quiero avisar que este fic lo voy a rehacer, le incluiré cosas y le cambiare algunas otras, aun no se cuantos fics modifique pero pues espero les guste :P el fic es de romance y tragedia. Y pues sin más que decirles los dejo con el fic

Pensamientos '…'

Diálogos -…-

Disclamer: los personajes que uso pertenecen a su autor, yo solo los tomo prestado.

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Capítulo 1

Recuerdos

Por Kira

La noche cubría al pequeño pueblo con su gran manto negro, pequeñas estrellas apenas visibles iluminaban un poco al pueblo, la gente se encontraba descansando en sus hogares, no había nadie en las calles excepto dos personas que caminaban lentamente por un parque lejano a los edificios, el joven tenía una mirada seria y veía un punto fijo en la nada al parecer venía pensando en diversas cosas. En cambio la joven tenía una mirada más alegre, no tenía una expresión tan pensativa como él, solo recordaba todo lo que había pasado en las últimas 3 semanas, en parte se sentía feliz, pero por otra parte sentía un vacío…

Flash back

Era una noche fría, una muchacha se encontraba corriendo por las calles sin destino alguno…momentos anteriores había tenido una fuerte discusión con sus padres, desesperada y harta salió corriendo de su casa no quería saber nada más solo quería huir de aquel lugar e irse lo más lejos posible. Pequeñas lágrimas salían de sus ojos constantemente, no se fijaba por donde iba hasta que chocó con una persona, ambos cayeron al suelo.

-Discúlpeme, no fue mi intención- se disculpó la joven intentando secar un poco las lágrimas.

-No tienes porque disculparte- sonrió -no vi por donde iba, creo que también tengo la culpa- decía mientras se iba levantando y cortésmente extendió su mano para ayudar a la chica.

-G-gracias- tomó la mano de aquel joven, pero al momento la sintió extremadamente fría y la soltó como una reacción.

-Estás bien, ¿te sientes mal?- comenzó a preguntar preocupado.

-No perdón, estoy bien…es solo que, su mano esta fría- respondió a sus pregunta, el miró su mano y repentinamente volvió a ver a la chica con una mirada que estremecería a cualquiera. Sus hermosos ojos color lavanda se habían vuelto amarillos y sus pupilas se alargaron como los ojos de un gato. Ella no supo como reaccionar.

-¿S-se e-encue-ntra b-bien?- dijo muy bajo al ver ese cambio tan drástico en su mirada, la había dejado paralizada por un momento.

-Y-yo- comenzó a hablar -n-no…t-tengo sed- agachó su mirada pareciendo apenado, aunque la iba mirando de reojo para ver todo lo que hacía 'que acabo de hacer, la espante…debo controlarme no puedo espantarla…ahora que la veo ella es muy hermosa' pensaba, y en efecto ella era de piel blanca, sus ojos eran de un azul muy pálido, tenía el cabello recogido en una trenza y caían pequeños mechones en su cara, el color de su cabello era un negro azulado y a pesar de tener un poco de rímel corrido se veía preciosa. Sus rasgos eran muy finos, sus labios, su nariz, hasta sus cejas, y también tenía un buen cuerpo, daba a decir que era atlética.

-¿Quiere que le consiga algo de tomar?- se levantó agitada, no podía describir la forma en que el joven la había visto instantes antes pero algo no estaba bien y no podía dejarlo así.

-No- respondió secamente, seguía viendo el suelo.

-¿Entonces que puedo hacer por usted?- olvidó que era el quien inicialmente le había preguntado lo mismo.

-Me podrías acompañar a mi casa, no creo poder seguir solo- subió su mirada, para encontrarse de frente con esos ojos azules que lo miraban con preocupación.

-Claro- respondió muy segura -dígame si necesita cualquier cosa en el camino ¿de acuerdo?- a lo que recibió un movimiento de cabeza afirmando que lo haría. Así que comenzaron a caminar, ninguno dijo nada en el transcurso…aquel hombre no dejaba de ver a la joven de reojo, hasta que decidió romper aquel silencio tan incómodo.

-¿Cómo te llamas?- comenzó a preguntarle, no podía quedarse sin saber el nombre de aquella joven que aceptó acompañarlo sin siquiera conocerlo. No muchas chicas habrían hecho lo que ella en su lugar.

-Kurayami- respondió sin voltearlo a ver, estaba buscando una forma de ubicarse en aquel lugar a donde él la estaba llevando, conforme más caminaban el lugar se volvía más oscuro, casi no había casas y mucho menos personas -¿perdón pero dónde queda su casa?- comenzó a preocuparse, en el camino pudo pensar lo que había dicho y hecho, tanto con aquel joven con lo de su familia.

-No falta mucho…ya casi llegamos- siguió caminando –tu nombre es japonés…o me equivoco- el proseguía con su plática.

-Esta usted en lo correcto, soy originaria de Japón- volteaba para todos lados, se percató que iban a un lugar mucho más cerrado.

-No me hables de usted por favor, dime Shido- aclaró, ya que cuando le decían señor sentía que se veía de más edad y eso no le agradaba.

-Claro, Shido- corrigió, lo vio a la cara y se percató que la mirada del hombre había cambiado, eran nuevamente aquellos hermosos ojos lavanda.

-Aquí vivo- se paró enfrente de una pequeña casa, estaba ubicada detrás de unos enormes edificios.

-Ah- logró decir Kurayami, no podía creer lo que veía…la casa estaba en pésimo estado, las ventanas en su mayoría se encontraban rotas, la puerta era un tramo de metal que apenas cubría toda la entrada, el techo también tenía hoyos –vaya- no atinó a decir más.

-¿Qué edad tienes?- preguntó ignorando completamente la reacción de la joven.

-Tengo 17 años- respondió un poco dudosa, cada vez le inspiraba menos confianza -¿me puedes dar la hora por favor?- su voz fue firme en este momento.

-Claro- levantó la manga de su saco y observó su reloj -van a dar las 12- la chica se alarmó mucho, inmediatamente pensó que sus padres estarían preocupados por ella.

-No puede ser, me tengo que ir seguramente mis padres me han de estar buscando- se estaba comenzando a alterar.

-No quieres quedarte aquí, digo si quieres…aparte ya es muy tarde y las calles en este barrio no son muy seguras para que una hermosa joven como tú se vaya caminando- al decir esto ya la había tomado de la muñeca y la estaba guiando hacia aquel lugar que decía ser su casa.

-No quiero, es necesario que regrese ya a mi casa, si no mis padres se van a preocupar de más- se intentó zafar pero Shido la agarraba cada vez más fuerte -me puede soltar, en serio no quiero, mis padres, por favor-

-Tranquila, no te haré nada…solo esta noche- entraron a la casa pero Kurayami seguía luchando para zafarse. Al entrar violentamente la aventó en un pequeño sofá del cuál salió polvo al contacto, ahora si estaba muy preocupada no tenía la menor idea de que hacer en esos momentos ya que el estaba justo enfrente de la puerta y no podría salir corriendo, volteó a ver ventanas, hoyos cualquier lugar por donde salir corriendo, él se acercaba más y más. -¿Te gustaría vivir eternamente conmigo?- preguntó Shido y se sentó en una pequeña mesa de madera podrida enfrente del sofá.

-A que se refiere…de que me habla- no entendió la pregunta, era algo muy ilógico que preguntara, como logró se hizo para atrás hasta llegar al tope del viejo sofá.

-Quisieras rondar por el mundo sabiendo que nunca morirás- continuó sin hacerle caso a Kurayami -vivir eternamente conmigo, saber que nunca morirás- no dijo más parecía esperar una respuesta pero lo único que recibió fue un largo silencio y una cara de confusión. -Piénsalo- se levantó y se dirigió a un cuarto que solo lo cubría una manta colgada -si quieres cualquier cosa, solo toca la pared- entró, no supo porqué había dicho todo eso, solo esperaba escuchar el ruido de pasos de la joven para salir corriendo.

'A que se refería cuando dijo eternamente' por un momento calmó su nerviosismo y trató de pensar claramente a que se refería con eso. Volteó a ver el lugar por donde Shido había entrado, pero no lograba ver nada, supuso que se habría ido a dormir 'creo que después de todo tiene razón, no puedo irme de aquí sola, afuera está muy oscuro y sinceramente no se en que lugar estoy' se acomodó en el sofá, pues no sabía que más hacer, cerró los ojos y cuando menos se dio cuenta cayó profundamente dormida. Unas pocas horas después la levantó un extraño sonido, no sabía de donde provenía así que se levantó para averiguar que estaba ocasionado aquel ruido, se asomó por una de las ventanas y al ver lo que había afuera se aterrorizó. Dio unos pasos para atrás pero tropezó con la mesita y cayó de sentón sobre ella, pronto vio ojos rojos asomarse por la ventana, entró en pánico y como pudo se comenzó a hacer para atrás, cayó al suelo y se iba acercando más a la pared. Aquellas cosas comenzaron a entrar por las ventanas y la puerta, se iban arrastrando hacia donde ella estaba. No sabía a donde correr o si gritar para que aquel joven despertara, fue lo más lógico de hacer así que gritó en ese momento aquellos seres comenzaron a atacarla, le soltaban rasguños, ella solo se podía proteger con los brazos. Kurayami pensó que ese sería su final, sentía que no podría aguantar más en esa posición de defensa, pero de repente se percató que había menos personas contra ella, y poco después ya no había nadie. Intentó abrir sus ojos lentamente, enfrente de ella estaba él -Sh-Shido- logró pronunciar, le dolía el cuerpo.

-Perdón, perdón- no paraba de repetir esa palabra, se acercó y se dejó caer de rodillas.

-No tienes porqué pedir perdón- aseguró ella.

-Claro, esto fue mi culpa, no debí traerte aquí- agachó la mirada, observó que no solo sus brazos estaban terriblemente lastimados, si no sus piernas y un poco de su abdomen –este lugar no es seguro para un humano-

-¿Un humano? ¿a qué te refieres, que acaso tu no eres una persona?- preguntó con voz muy débil.

-Pues…yo- dudo en decirle la volteó a ver a los ojos y vio la seguridad en ellos, si le decía la verdad no sabía si podía confiar para guardar el secreto.

-Vamos, quiero saber…no creo resistir mucho así que por favor dímelo- dijo muy firmemente, sentía como su cuerpo dejaba de reaccionar, ella sabía que no estaba bien, aun así no quería voltear a ver su cuerpo.

-Yo soy…soy…un vampiro- miró al suelo, no es que eso le avergonzara, pero por eso ella estaba en ese estado –y por eso te he causado problemas-

-¿Problemas?- su mirada cambió, parecía haber esperanza en aquellos ojos.

-Si no hubiera sido porque choqué contra ti- comenzó a hablar Shido, pero sintió un dedo posarse sobre su boca, inmediatamente volvió a subir su mirada hacia Kurayami

-Nada de esto fue tu culpa, no se que hayan sido esas cosas, pero si me trajiste aquí es porque sabías que aquí estaría segura, y aparte yo acepté a venir contigo- aclaró –y acepto- dijo en voz baja

-¿Aceptas?- preguntó desconcertado, por más bajo que dijo esto la chica su oído pudo captar perfectamente lo que dijo

-Quiero vivir eternamente contigo- respondió, Shido no pudo creer lo que había oído.

-¿Estás segura?- no pensó que ella si pensaría lo que le había dicho, ya que en ese momento estaba confundido al haberse encontrado con esa chica tan bella y no pudo resistir en preguntarle.

-Si, se que al principio dude de ti y lo siento…pero quiero vivir, aun no estoy lista para morir- comenzó a ver un poco borroso.

-Pero…entonces vivirás eternamente, no podrás morir nunca- el no haría nada si sabía que ella lo hacía solo por las circunstancias.

-Lo se, eso es lo que quiero- hizo una pequeña mueca intentando sonreír –por favor nunca me voy a arrepentir, por favor- apenas podía ver a Shido.

-De acuerdo, solo espera un poco- tomó ambos brazos de la chica y los levantó dejando que saliera más sangre, era necesario que estuviera a punto de morir, podía escuchar su corazón dejar de latir, ahora era el momento. -Ya no hay vuelta atrás- fue lo último que dijo y que logró escuchar la chica, Shido hizo un pequeño corte en su muñeca y dejó caer unas gotas en la boca de la joven. No tardó en reaccionar y se levantó aferrándose a su brazo tomando aquel líquido que le traería la inmortalidad, pocos segundos después separó su brazo y la herida sanó. La joven comenzó a retorcerse, la transformación estaba comenzando y poco a poco su parte humana dejaba de existir. Pasaron unos cuantos minutos cuando su respiración se normalizó.

-Shido- mencionó -¿qué me pasó?

-Tu corazón dejó de latir, es la parte más dolorosa del proceso, pero ya acabo pequeña…ahora eres como yo- le extendió la mano y la ayudó a pararse –espero que no te arrepientas-

-Eso nunca pasará, quiero pasar mi eternidad contigo- aseguró, al incorporarse abrazó a Shido.

Fin Flashback

-Llegamos- dijo Shido fríamente, aquel recuerdo no dejaba de perturbar su mente.

-Que lindo lugar- exclamó, volteó para todos lados muy emocionada.

-Por algo te traje aquí Kurayami- sonrió –tu mereces esto y más, pero todo a su tiempo querida-

-G-gracias- apareció un sutil sonrojo en sus mejillas, Shido pocas veces sonreía y para ella significaba mucho un gesto así de su parte. Sabía que tenía que hacer algo por la felicidad de los dos, y haría lo posible por conseguirlo.

TBC…

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Vaya xD poess por fin pude rehacer este fic :D sinceramente espero les guste x-x porque voy a cambiar los siguientes capítulos para bien jiji…bueno eso espero io verdd :P en fin espero que me dejen algún review por ahí grax por los que pasan a leer:D

° Kira Hiwatari Ivanov °