Gaban: ¡Hey! Hola todo el mundo, bueno... ya se que debería estar actualizando mis otras historias, pero como no tengo terminados los capítulos que deb subir, he venido a traerles una nueva historia. Hace tiempo había subido una con el mismo título pero como no me había convencido demasiado terminé por desecharla, esperemos que no pase lo mismo con esta. Antes que nada quiero decirles que cualquier idea que tengan para mejorar la historia, es bien recibida, siempre me viene bien para cuando me quedo sin inspiración o cosas así. Bueno, y sin más que decir aquí les dejo la historia.

Inner: Gaban-chan no es dueña de Naruto ni ninguno de sus personajes.


El Clan Haruno

Prólogo:

*~Normal POV~*

Era una noche cálida de primavera en la aldea de Konoha, algunos se encontraban dirigiéndose a casa y otros se dirigían a encontrarse con amigos en algún negocio. Dentro de la torre Hokage se podía apreciar al Sandaime, Hiruzen Sarutobi, observando su pueblo por la ventana mientras que en sus brazos descansaba una pequeña bebe de no más de 3 años.

¿Usted quería verme, Hokage-sama? –una voz hizo que el Sandaime dejara de observar por la ventana y su vista se centrara en la persona que ahora se encontraba dentro de su oficina.

Ah, Kakashi –el respetado anciano sonrío al ver al alumno del difunto Yondaime– Que bueno que ya estás aquí…

Si, ¿De qué quería hablar conmigo? –preguntó Kakashi, aún no se percataba de la pequeña criatura que cargaba el Sandaime.

Primero quiero que sepas que esto solo puede quedar entre nosotros dos, es muy peligroso que alguien más se entere de esto –dijo con seriedad, Kakashi simplemente asintió e hizo un gesto para que comenzara a hablar– ¿Te acuerdas de Lucy Haruno? –ante la mención de aquel nombre el semblante de Kakashi cambió de la indiferencia a la tristeza.

Claro que la recordaba. Aquella chica de cabellos rojizos y ojos color jade había sido la única persona que él había amado, la única persona a la que le había confiado sus secretos, pero por razones que el aún no lograba entender ella se había marchado de la aldea y no la había vuelto a ver.

Si, ¿Qué sucede con ella? ¿Ha vuelto a la aldea? –preguntó esperanzado, tenía ganas de volver a verla y decirle todo lo que sentía, preguntarle donde había estado.

Me temo que no –contestó el Hokage acabando con las esperanzas del peliplata.

¿Entonces qué? –preguntó triste.

Tal parece que ella había estado oculta con su clan en la frontera entre el país del fuego y del viento. Me ha contado varias cosas sobre su clan y me ha pedido que cuidáramos de su hija –dijo dejando a la pequeña bebe sobre la mesa, fue entonces que Kakashi se dio cuenta de su presencia.

¿H-Hija? –repitió Kakashi, ahora si todas sus esperanzas habían sido aplastadas. Se tomó unos minutos viendo a la pequeña, tratando de calmarse hasta que finalmente se volteo a ver al Hokage– ¿Por qué?

Tal parece que su Clan estaba bajo ataque, dice que esta pequeña es muy importante y que debe ser protegida, no me ha dicho mucho más que eso y no logro entender muy bien que quiere decir con importante, pero confío en las palabras de Lucy –explicó Hiruzen.

¿Y qué tengo que ver yo en todo esto? –pidió saber el peliplata.

Lucy quería que tu fueras el encargado de cuidar de ella –fue la respuesta que obtuvo.

¿Por qué yo?

No lo sé, Kakashi… Pero eso fue lo que pidió Lucy, ella te encargó esta labor…

Esta bien, me encargaré de ella –dijo finalmente Kakashi luego de varios minutos pensando.

Me alegra oír eso Kakashi, pero recuerda… Nadie puede saber de esta conversación, ni tampoco se puede saber que esta es la hija de Lucy –dijo serio el Hokage.

Entiendo –dijo Kakashi tomando en brazos a la bebe. Se tomó unos segundos para observarla, ella era realmente hermosa con sus mejillas regordetas, nariz pequeña y piel blanca como la nieve, en su cabecita se asomaban pequeños mechones de cabello color rosa como los pétalos de las flores de cerezo, un color bastante extraño pero hermoso– ¿Cuál…? ¿Cuál es su nombre? –preguntó.

Sakura, su nombre es Sakura Haruno, aunque tendremos que cambiar su apellido ¿Te parece llamarla Sakura Hatake? –preguntó el Sandaime. Al oír el nuevo nombre Kakashi sintió una calidez invadir su corazón, una calidez que no sentía desde que Lucy se había ido.

Esta bien… –contestó y en ese mismo instante los ojos de la pequeña se abrieron rebelando dos gemas preciosas, eran de color jade como los de su madre y dejaron hipnotizado a Kakashi que la niña al verlo comenzó a reír y agitar sus manitas tratando de tocar su rostro. Le tomó unos segundos a Kakashi salir de su aturdimiento y sonreírle a Sakura– Bienvenida a Konoha, Sakura…