Todo es mentira

Mi nombre es Jack Meilt, tengo 16 años, mis padres se divorciaron cuando yo tenía 8 años, desde entonces vivo con mi madre, o es lo que se podría decir. Sale todos los días gracias al trabajo. Realmente no me importa ya que siempre he estado solo incluso antes de que mis padres se divorciaran estuve solo, por lo que me siento más tranquilo.

Estudio en el instituto Gaburei, Siempre estoy solo y lo único que me consuela es el taller de artes, siempre he participado en concursos y ese tipo de cosas, a mi madre le fascina que me guste estar en cosas y no estar en la delincuencia como niños que ella conoce.

Era lunes en la mañana cuando mi madre me despertó.

-Jack, querido arriba o vas a llegar tarde al instituto, arriba… ¡JACK MEILT!

Cuando mi madre decía mi nombre completo un escalofrío recorría mi espalda, me levante y restregándome los ojos, me dirigí al baño, una ducha caliente me calmaría como todas las mañanas salí del baño y mi madre desde el primer piso me grito

-¡Jack me voy el desayuno esta sobre la mesa de la cocina! ¡Cuídate amor! -Tome el desayuno de malas ganas, me coloque mis audífonos y me encamine al instituto, como siempre todos me saludaban y yo no les prestaba la más mínima atención, como esto ya era habitual solo algunos me saludaban y otros me hacían un gesto con la mano, yo por cortesía les devolvía el saludo.- Estas mierdas, no se pueden dejar de meter en la vida de otros- pensé.

-Estábamos en el cuarto periodo, cuando llego el director a la clase y me llamo la atención.

-Jack, sé que esto será duro pero tienes que afrontarlo, tu madre fue atropellada- Esas palabras hicieron que se me helara la sangre y que comenzara a sudar frío, no lo podía creer todavía estaba tratando de procesar la información que me habían dicho ¿era cierto? ¿Estaba solo?

–Está bien, ¿en qué hospital esta?- Fue lo único que reaccione a decir- No te preocupes te llevaremos ahí enseguida.

En el momento en el que los funcionarios del instituto me dejaron en la sala en la que supuestamente estaba mi madre, también estaba mi padre para mi sorpresa con una niña pequeña y un chico de mi edad más o menos. Se me acerco para abrazarme pero lo detuve lo único que quería era ver el cadáver de mi madre, en esos momento sentí una fuerte mirada sobre mí, el chico no me dejaba de mirar y en el momento en el que lo vi me estremecí por sus ojos color carmesí, cabello negro y de piel blanca, lo que hacía que relataran sus ojos son igual que los de mi padre, yo me parecía a mi madre por lo que mantenía unos ojos color plata intensos, mi piel blanca y mi cabello con un color en tono plata.

-Desde ahora en adelante vivirás con tu padre- dijo una voz que nunca había escuchado en mi vida.

- ¿Por qué? – Pregunte desafiante – Por qué es lo que la ley dice…

Me importa una mierda lo que la ley dice, lo único que quiero en estos momentos es irme con mi madre ya que ella fue la única que se preocupó por mí, y era la única amiga en el mundo.- conteste con lágrimas en los ojos, mi padre se acercó al abogado y le dijo que lo discutiríamos en otros momentos, para que no me siguiera alterando más de lo que ya estaba. Me sentía hecho una mierda…