La Noche Antes De Los Juegos.
Historia: Hunger Games
P.O.V. Peeta.
La luz entra parcialmente por las ventanas, claro, no le puedes pedir más oscuridad a las noches en el Capitolio.
Soy consciente de que ambos estamos despiertos, pero no quiero molestarla, no ahora que está tan tranquila, tan… guapa.
Su rostro está vuelto hacia un lado sobre mi pecho, justo en el punto el cual mi corazón late con fuerza.
La rodeo con mis brazos y hundo la cabeza en su pelo oscuro, su cuerpo tiembla, y lo noto enseguida, está llorando en sollozos silenciosos.
-Vuelve a casa, Peeta-, susurra-. Por mí, por Prim, por Haimitch.
La hago callar con una caricia en su mejilla y un soplido entre dientes que la llega a tranquilizar un poco.
-Katniss, tú vas a volver, por todos-. Susurro. su pelo huele a bosque, a menta y a frutos silvestres.
Sé que ninguno de los dos sabe a tiro fijo si esto es de verdad, o si es todo una mentira para engañar al Capitolio, pero supongo que a ella ya no le importa. Si no fuera así no estaríamos aquí, en este mismo momento abrazados, solos y sin cámaras ni micrófonos delante, en su cuarto.
-Te quiero Peeta-, susurra y me doy cuenta de que todo esto es real... pero... ¿Cómo me quiere? ¿Para qué? Me ve, tal vez como un amigo con el cual dormir junto a él significa no tener pesadillas... o de otra forma.
No tengo nada claro, eso seguro.
-Y yo a ti, Katniss.
Besa mi cuello con labios húmedos por las lágrimas.
-No, me refiero a que...
-Lo sé-. La interrumpo-. Como un amigo.
-No-, susurra, luego besa el hueco de mi garganta-. Te amo de verdad.
La beso, como muy pocas veces la he besado, como nunca la he besado, siendo consciente de es de verdad, sin multitudes observándonos, sin cámaras grabándonos.
La beso, si, pero por primera y última vez sabiendo que es de verdad.
Bueno, si muero en estos juegos moriré sabiendo que es de verdad, que por lo menos la he besado una ves a sabiendas de que me ama, de verdad.
