Nacional City, 22:30 horas.
Oficinas de L-Corp.
Lena se encontraba en su laboratorio, había pasado tantas noches en ese lugar que había perdido la cuenta. Ella había dejado a cargo a James Olsen de la dirección de CatCo. Lena había tomado el rol de proteger Nacional City de los ataques de Reign y de sus aliados.
Había tratado de encontrar la manera de detener a Reign pero nada resultaba. La kryptonita fue la primera arma que se utilizó contra Reign, dando como resultado un atisbo de debilidad en esos ojos, sin embargo, no fue suficiente para detenerla por completo.
Lena, junto con Alex, habían estado trabajando juntas por el mismo bien común. Pero el haber unido fuerzas, no traía cambios radicales a la situación por la que pasaban. Reign seguía provocando destrucción, Supergirl no reaccionaba y Kara, no había aparecido desde entonces.
Eso le preocupaba a Lena, y aunque Alex, le hubiera asegurado que Kara se encontraba bien, Lena no estaría tranquila hasta verla por su cuenta.
Otro caso que preocupaba a Lena, era la repentina ausencia de Sam, ella últimamente se había mostrado extraña y había faltado a cotas importantes de trabajo. Lena no le tomó tanta importancia pues sabía que su amiga tenía una hija la cual atender, pero también sabía que tenía asuntos por resolver con su madrastra.
No podía acusarla ni culparla de nada.
—Debe haber algo con lo que nos podamos apoyar —susurró una desesperada Lena mientras dejaba de lado una carpeta llena de documentos.
Había pospuesto sus horas de sueño para intentar encontrar una ventaja sobre Reign, pero por más que buscara, las respuestas parecían no llegarle a ella. Podía trabajar con la kryptonita y, realizar algún cañón o misil que explotará y cubriera la atmósfera con las partículas de kryptonita, pero eso significaría dañar a Superman y por ende, a Supergirl.
Era lo que menos quería. Además, Reign no era como ellos, la kryptonita no parecía tener efecto en ella, lo que complicaba más las cosas.
Lena salió de su laboratorio, estaba cansada, no había dormido bien en días, había dormido diez horas máximo en esas dos semanas. Necesitaba un descanso y después de eso, volver al trabajo.
—Te ves horrible, Lena. —Lena sonrió de medio lado mientras caminaba al sofá que se encontraba en su oficina en L-Corp.
—Y tú no te ves mejor que yo, agente Danvers —respondió después de haber tomado asiento.
Cada noche desde que Lena se había encerrada en su laboratorio, Alex iba a visitarla, tan sólo para saber como iban las investigaciones y para asegurarse que Reign no hubiera atentado contra Lena. No podía permitir que Lena resultara herida.
Alex había insistido tanto en que Lena apoyara al DEO, sin embargo, John no veía eso como una posibilidad, no podían arriesgarse a que un civil supiera del DEO o en su caso, de las investigaciones que se realizaban.
Para Alex, el contar con el apoyo de Lena era un gran paso. Lena era lista, inteligente, fría y calculadora. Ella podía servir de mucha ayuda en el DEO y ayudar a Alex a encontrar una respuesta.
—¿Aún nada? —preguntó Alex tomando una pieza de ajedrez que estaba sobre el escritorio de Lena.
—No, he intentando todo, y cada una de mis creaciones pueden dañar tanto a Superman como a Supergirl.
Se notaba el cansancio en la voz de Lena, pero sobretodo en esa mirada adormecida. Los párpados le pesaban, era muy difícil mantener abiertos los ojos.
—La kryptonita no le afecta, no como a Supergirl —comentó Alex pensando en Kara y en lo que ella debe estar pasando, dos semanas desde esa pelea y ella no despierta—. Debe haber algo que pueda funcionar.
—Debe haber algo y lo vamos a encontrar —sentenció Lena levantándose del sofa—. Seguiré buscando y tratando de crear algo.
Alex dejó la pieza de ajedrez y se acercó a Lena, quien miraba más que decidida hacia un punto inexistente en la pared.
—Primero que nada, debes descansar, estás agotada, Lena —dijo Alex mientras tomaba a Lena de los hombros—. Debes dormir y comer algo.
Fuera más sencillo si Kara estuviera aquí, pensó Lena sintiendo tristeza y preocupación por Kara. No había sabido nada de ella, más lo que Alex le informaba.
—Claro, pero antes, dime cómo está Kara —indagó Lena, como lo hacía cada día desde que no supo más de Kara.
Alex se aclaró un poco su garganta, a pesar de saber que Lena preguntaba diario sobre el estado de Kara, ella no podía acostumbrarse ni crear una mejor mentira para hacer sentir bien a Lena. Todos los días era la misma respuesta, salvo con unos pequeños cambios.
Alex ya no sabía como seguir mintiendo, menos a la persona que parecía tener tanto cariño y aprecio a Kara.
—Ella... —calló de pronto Alex sin saber que decir, se notaba que estaba nerviosa, preocupada, ella no estaba segura si Kara reaccionaría—. Ella está mejor, ya solucionó las cosas con nuestra madre.
Alex intentó que su mentira sonara como una cierta verdad. Sabía que Lena no se tragaba las mentiras pero no insistía en saber más o no pedía la verdad.
—Me alegro —dijo Lena con fingida emoción—. Ella regresará pronto.
Después de eso, Lena y Alex caminaron hacia el exterior de L-Corp. Las calles vacías, oscuras, no había individuo que anduviera en la calle a esas horas. Nadie se sentía valiente de andar rondando las calles, no cuando los worldskillers habían hecho acto de presencia.
Lena subió a su auto, debía ir a casa, dormir un poco y por la mañana, regresar al laboratorio y continuar con su búsqueda. Si tenía suerte, lograría encontrar algo antes del anochecer, se lo comunicaría a Alex y juntas intentarían detener a Reign por unos días.
Era lo mejor que tenían hasta que Supergirl regresara.
Alex siguió de cerca el auto de Lena, al no haber tráfico en las calles, llegaron pronto a su destino. Sabía que Lena estaría bien en su casa, el DEO vigilaba de cerca y se le informaría de cualquier movimiento extraño.
Debían cuidarse entre ellos y no permitir que Reign acabara con todos.
