Otra vez ando por aquí con una de mis ideas locas, este de alguna manera es diferente (especial) porque está basado en como conocí a esa loca mujer, tiene algunos detalles salidos de la imaginación para darle más drama ok no u.u, espero que les guste.
Serendipia: casualidad, coincidencia o accidente
Capítulo 1: Descubrimiento
Iba despertando aquella mañana al tratar de levantarse un cuerpo extraño que no recordaba a que pertenecía se lo impedía, desconcertada de quien es voltea a ver de quien se trataba y sin imaginarse que era la diosa de cabellos castaños que la traía como idiota generando una sonrisa, no todos los días podías despertar con semejante visión. Necesitaba tomarse un tiempo para darse cuenta que no era uno de sus tantos sueños como en noches anteriores porque observarla plácidamente dormida sobre su pecho con esa hermosa sonrisa, esa piel medianamente iluminada por los primeros rayos del sol que se colaron por la pequeña ventana eran el paraíso.
Con delicadeza le acaricia el rostro para depositarle un tierno beso en la frente solo para asegurarse de que esta ahí con ella y no es solo una alucinación.
Había pasado poco tiempo desde que se habían conocido, aun podía decirles el día exacto y hora en que esa mirada de ojos esmeralda se había topado con esa hermosa mujer de piernas largas, esbeltas enfundadas en una falda que le llegaba a los muslos dejando un poco a la imaginación, esa figura perfectamente delineada por la caída de la blusa marcando con énfasis sus pechos y por ultimo su rostro delicado adornado siempre de una sonrisa y unas gafas Gucci que escondían su mirada del resto del mundo, como si este no la mereciera. Sin embargo lo que más llamo la atención de Natsuki es que no iba sola, a su alrededor iba un grupo considerable de "admiradoras" bastante molestas a su parecer.
D esde ese día había despertado en ella un interés morboso por esa mujer tan misteriosa, tan distinta que se paseaba con elegancia por las aulas de la universidad, de esta manera cada tarde al salir de sus clases la esperaba llegar para ver aquel ritual como si de una necesidad primaria se tratara. Pero algunos días ella no se paseaba por su facultad generándole fastidio y enojo que desquitaba con sus amigas.
-Natsuki te estoy hablando.
-¿Qué quieres Mai?-estaba enojada tenía diez minutos de atraso y seguramente ese día no iría.
-Que humos, yo solo te venía a invitar a comer hice ramen y hay una frasco de mayonesa esperándote.
"Eso es un golpe bajo, sabe que no podré decirle no a mi amada mayonesa con un buen plato de comida".
-Solo cinco minutos más.
Esas cuatro palabras no eran una petición sino más bien una orden que deben acatar los soldados sin cuestionar al general y su amiga lo sabía así que esperaría con ella pacientemente y sin decir una palabra, tantos años de amistad con la peli azul le habían enseñado que si no quería dar explicaciones no debía presionarla y que ella sola las daría cuando fuera el momento indicado. Por suerte para Mai el tiempo que espero para responderse fue corto.
Como si el clima supiera lo que sucedía dejo de correr aire para dar paso a esa figura que derrochaba feminidad, como siempre elegante escondiendo su mirada del resto y esa sonrisa que regalaba a esos molestos aduladores pero que no era sincera. Con el tiempo Natsuki había descubierto que esa sonrisa era falsa muy bien ensayada que lograba convencer a todos que era genuina, levantando un nuevo interés en ella: ¿Cómo se vería una de sus sonrisas?
-Así que te gusta Fujino-san.
"¿Que está diciendo?, de donde rayos la conoce"-pensaba Natsuki desconcertada.
-No me mires así
-Habla en este momento.
-Pues si alguna vez pusieras atención a lo que te cuento, o si se te ocurriera ser buena amiga y fueras a verme a mi facultad en vez de esperar a que yo venga a verte sabrías quien es.
-No estoy para tus berrinches.
-Está bien-sonríe con malicia-pero primero a comer.
Sin decirle nada más la toma de la mano y la arrastra hasta los dormitorios cercanos a la universidad el cual compartía con Mikoto. Una alumna menor a ellas que se encontraba en los primeros semestres de cultura física, siempre llena de energía un poco escandalosa y hostigosa que para suerte de la peliazul no se encontraba en casa.
-Ahora si piensas decirme que sabes de…
-Fujino-san, Shizuru Fujino
El solo escuchar el nombre de esa misteriosa mujer le había acelerado el corazón a Natsuki, era un nombre muy hermoso que concordaba con la apariencia de esa mujer, le sonaba el apellido de alguna parte pero no podía asociarlo a que, sin embargo este era un detalle menor que no importaba y no tenía idea de cuan equivocada podía estar.
-Mai sigue hablando o te aseguro que te arrepentirás.
-Primero vamos a comer-la empuja contra la silla haciendo enfadar a la peliazul pero ni su mirada asesina ni su anterior amenaza hacen que se inmute la ojilila, la cual se dirige a la cocina para preparar su comida y aunque siente como la observa Natsuki esta sigue haciendo su trabajo va a hacerla sufrir un rato por la semana que paso sin comunicarse. Seguía sin entender cómo es que la consideraba su amiga si era poco considerada con ella, pero en el fondo así la quería.
-Necesito saber más que su nombre
Vaya que su amiga era tan despistada y mucho más de lo que consideraba que una persona normal podía ser, esperaba que con el nombre pudiera identificar a su nuevo delirio pero al parecer tendría que explicarle quien es.
-Ya está la cena-dice sin decirle nada más, sirve dos platos y su frasco de mayonesa vería cuanto tiempo podía hacerla esperar sin sacarla de sus casillas, no importaba que pasara sería una tarde bastante entretenida de haber sabido que sus delirios amorosos eran hacia Shizuru habría ido antes a buscarla.
-Mai de verdad empiezo a perder la paciencia…
-Cachorra ya te dije lo que necesitabas saber-la interrumpe haciéndola enojar y puede notarlo tiene el ceño fruncido, con un puchero y luego se queja porque le dice cachorra mal humorada.
-Un nombre no significa nada, a menos que-se queda callada, al darse cuenta que era a lo que se refería la pelinaranja- pertenece al consejo estudiantil.
-Vaya que eres lenta.
Bien podía soportar que le dijera cachorra, que la hiciera esperar un largo rato para servirle de comer y decirle o que quería saber pero no permitiría que le dijera babosa, eso jamás así que se levanta indignada dispuesta a irse y no volver a buscar a su supuesta amiga.
-Natsuki regresa en este instante.
-¿Para qué me digas mensa?, no gracias.
-Siéntate-dice de manera autoritaria tal cual una madre haría, haciéndola regresar a su lugar en la mesa- no tienes idea de quién es Shizuru o me equivoco.
-Que más tengo que saber de ella-dice molesta por el hecho de saberla inalcanzable.
-Es la presidenta del consejo estudiantil, una de las alumnas más admiradas de la universidad y su novia es Hazuki…
-Si se quién es ella-dice desanimada quien no lo sabría-gracias Mai.
Se levanta en completo silencio y sale del departamento de su amiga dirigiéndose a su moto, su interes por conocer a esa mujer de repente se había esfumado y no era para menos, montada en su moto acelera esperando olvidar el trago amargo, por algo se llamaba amor platónico y así debía quedarse porque a pesar de que no podía decir que sentía amor por esa persona desconocida si le gustaba y atraía esa perfección encarnada mujer, el aura de misterio que la rodeaba, esa mirada que escondía de todos y que deseaba fuera inteligible. Porque otra vez había caído en esa trampa que parecía la vida se empecinaba en hacerla caer una y otra vez, no aprendía la lección: volvía a gustarle un inalcanzable, hace no mucho tiempo le habían dicho que debía ser paciente y esperar a que llegara esa persona que pondría su mundo al revés ya que si seguía buscándola no la vería llegar.
"No aprendes Natsuki, de verdad que no o tienes buen ojo para los imposibles-se regañaba mentalmente la oji esmeralda-Comparada a ella tu quien eres"
Claro cómo puedes tener una buena opinión de ti misma si sabes que eres una causa perdida, la rebelde sin causa que solo sabe causar problemas, esa que no tiene un futuro a pesar de que estas intentando labrarte uno, eres una persona difícil lo que ha originado en que tenga pocos amigos, introvertida, mal humorada y de pocas palabras, lo que no entienden los demás es que no te gusta hablar porque prefieres ver y escuchar eres un poco despistada pero de esta forma puede darse cuenta como son las personas, por eso la observaba a diario queriendo averiguar quién era porque esa sonrisa no era genuina, a pesar de estar bien ensayada y ser tan deslumbrante se dio cuenta que era una mentira aumentando su deseo en comprender que había más allá de ella y que se escondía bajo esas gafas.
Los días siguientes volvieron a su antiguo habito en cuanto terminaban las clases iba hasta su moto y se iba a donde ese día la levara, algunas tardes se iba con Mai a su apartamento y soportaba a la pequeña Mikoto, todo había vuelto a la normalidad como si nunca se hubiera encontrado por casualidad con Shizuru pero eso no quería decir que la olvido o que dejo de llamar su atención, aun se sorprendía al darse cuenta que estaba repasando sus bien torneadas piernas, con que atuendos se veía mejor, la curva que marcaban las blusas con sus pechos o esos labios tan delicados y carnosos que de manera elegante formaban esa sonrisa que se veía más deslumbrante con ese rojo intenso que ocupaba a diario y esos pensamientos la conducían nuevamente a esa necesidad insana de quedarse a verla desfilar por los pasillos de la facultad recordándole cuan débil podía ser ante esa diosa y hoy no había sido la excepción.
Durante sus primeras clases se descubrió pensando en ella otra vez, al verse vulnerable decidió que la siguiente clase se la volaría al fin no pasaría nada grave pues era una de esas clases de relleno que son tan aburridas pero según son importantes en su formación ética profesional y no sé qué tanto choro les conto la bruja esa que decía ser profesora, sus primeros días en la universidad los dedico en buscar los lugares más agradables para una pequeña siesta para momentos como estos y donde no la fuera a encontrar su escandalosa amiga, cerca de su facultad y de camino a la de su amiga encontró un pequeño pero hermoso jardín con un par de árboles que le ofrecían una buena sombra para pasar el rato cómodamente, además el lugar no era conocido por muchos estudiantes otorgándole un buen escondite bastante silencioso.
Lo que Natsuki no se imaginaba es que el destino tiene peculiares formas de trabajar y esta no sería diferente, al principio creyó que el lugar se encontraba en completa soledad por lo que se dirigía al árbol que mayor sombra podía darle y no la dejara a la vista de algún curioso. Al rodear uno de los arbustos abarrotado de maravillosas flores pudo escuchar unos sollozos y pronto localizo de donde provenía tal sonido al encontrarse con una silueta parada viendo hacia las flores, no se encontraba sola asombrándose al darse cuenta que era la culpable de que se encontrara en ese lugar.
Pues muchas gracias por haber leído todo, espero sus comentarios para saber su opinión no sé si pueda actualizar este fin de semana pero si no esperen el siguiente capítulo para a mediados de la próxima semana.
