Prologo
Hinata, hija mayor de la familia Hyuuga, sufre la más horrorosa de las perdidas. A costa de esto; su novio, Sai, le confiesa que su amor por ella solo era una pantalla de la falsedad que de unos meses una carta logra sacarla de las precarias condiciones en las que esta obligada a vivir, pero esto la llevara a su futuro como la señora de la casa. Al encontrarse con el señor, ella queda impactada con sus ojos y el le señalará un acuerdo que le convendrá a Naruto, el llamado señor de esas tierras, cuando la conoce no la ve como una mujer para el, ya que se le ve menor, aun así cuando sus ojos chocaron con los de ella todo su cuerpo se estremeció, y algo muy cálido nació desde lo más escondido de su acuerdo hace que las cosas entre ellos mejoren, relativamente se les ve como una pareja de casados común, pero escondían el secreto de no compartir el lecho matrimonial. Al pasar el tiempo se ve envuelta en el amor que él le entrega sin notar que; él, esta sintiendo lo mismo por ella. Para ellos el mundo ya era rosa, pero, siempre hay un pero, un reencuentro y la verdad mas cruda golpea. Sin mas Naruto tendrá la tarea de hacerle saber que se le ah colado hasta los huesos y que cada parte de él la ama.

Capitulo uno.
Francia.
Estaba sufriendo como nunca y cayendo cada vez mas en un abismo profundo y oscuro, con sus ojos cerrados se aferraba hacia su misma persona, tratando de encontrar inútilmente algo de abrigo, que parecía ser opacada por el mismo clima de la ciudad. La precaria luz que asomaba sobre su ahora frágil cuerpo no daba para calentarla en aquel frío invierno y las insuficientes condiciones en las que vivía no daban abasto para satisfacer las necesidades más básicas, como lo era comer algún bocado. No se hallaba en el momento mismo en que fue arrastrada a tal bajeza para con su persona, parecía no importarle a nadie como se estaba sintiendo, como era que moría a cada instante mientras las demás personas quienes creyó amigas la dejaban de lado sin mas en una de las mas crudas etapas de su joven vida. Cruel destino le fue deparado para ella. Su vida había descendido de posición luego del martirice día, su alma fue despojada de ella misma sin mas, dejándola sin intenciones de sentir, inmóvil, casi inhumana… sus ojos miraron un lugar fijo en aquella habitación y ladeó su cabeza instintivamente, lloró con pena nuevamente.-Tu estado cada día es peor- era lo único que le iba quedando dentro de todo ese mundo tan cruel, es que, la muerte de los seres queridos atrae a un estado de soledad y casi infierno…
Entonces….
Todo oscurece de pronto…
Ella levanto su miraba y pudo ver la imagen mas fría, incluso mas fría que ese mismo invierno.-Sai-repitió lo que su mente reprodujo en ese momento. Casi inexistente para el, ahora era inútil sin el seno que le proporcionaba el apellido Hyuuga y el nombre de su padre que descansaba en su tumba, o se retorcía en ella al ver la actitud que mostraba ante ella, la persona que decía amar. Se encontraba en un rincón de aquella habitación de albergue o posada, en donde se veía la pobreza a ras de piel, ésta contaba con solo un dormitorio y el baño, sin agua caliente, y condiciones mínimas de comodidad, pero ella no estaba acostumbrada a nada de eso, su padre, se había encargado de que nunca viera esa etapa de la vida, en la cual se debía trabajar para llevar el pan a la mesa. Hinata lo tuvo todo, buena educación y comodidades dignas de una princesa, aun así no fue nunca una niña mimada, con la muerte de su madre al nacer su hermana ella pasó a ser la segunda opción para su padre. Luego de comprobar que su hermana sería una mejor opción para los negocios que ella. Sin embargo Hiashi escondía en lo mas profundo de su alma el amor que aguardaba para su hija mayor,Hinata.-Hinata-en forma de afirmación el reprodujo de sus labios su nombre- no puedes seguir así, no podemos…. Hinata yo-no dudo un solo instante en dejarla sola y despojada de todo, excluida de todo. Pensó solo en el, en su miserable escuchaba las palabras atentas, despejándose de su cruda realidad un instante. Mirándolo fijamente a los ojos rogándole a que no se separara de el y que la acompañara en estos, los peores momentos de su vida.-Me iré-sin expresión alguna empacó todo lo que le pertenecía, recorría el lugar con rapidez, evitando su mirada vacía. -¿Cuantos días?-la pregunta se formulo al instante sin desear quedarse nuevamente sola, le aterraba la idea siquiera. Temblando le imploró con la mirada a lo que ella temía, sin el sería el golpe mas duro aun para su frágil corazón.-No Hinata… no se trata de…-pero lo interrumpió levantándose de golpe y acercándose a paso firme hacía el-¡¿Cuántos días? –le reclamó-No, no, no me dejes sola, temo a la soledad-se aferro de su chaqueta apretando los puños, como cuando pequeña lo hacia…."Vamos Hinata, ya pasara, solo fue una pesadilla"La voz de su padre hizo eco en su cabeza. -S-solo es… eso…-se convencía tratando de que en realidad fuera cierto-una pesadilla-esta vez su voz se escuchó-¿Es lo que crees?, vamos Hinata no eres una nena pequeña… lo superaras- cogió las manos de ella y las separó de el en una rápida hazaña.-Tu y yo….Nos….nos casaríamos- susurrando soltó aquellas palabras-Y quieres saber el por ¿que?- y ella lo miró confusa-tu padre prometió que me ayudaría con mi galería de arte, me haría famoso, ¿lo entiendes?...pero ahora… esta muerto-como veneno escupió las palabras hacia ella, no le importaba herirla y si le odiaba mejor sería alejarla de el, luego sería problema de otro. Le tomo el mentón con rabia, casi lastimándola-En ese estado, no me sirves para nada Hinata.-la soltó de golpe-El cielo se desplomó a su espalda, no se creía capas de sobreponerse a lo que estaba viviendo. ¿Es que la vida se empeñó con ella? Definitivamente no era merecedora de nada relacionado con el realidad le cayó de golpe, tantas cosas, tantos suspiros. Lo recordó a el en los inicios de su enamoramiento. Cuando el y ella se conocieron y cayó en el juego del amor.
"¿Cual es su nombre bella dama?"
"Hinata y el ¿suyo?"
"Sai, es un placer conocerla."...
En ese momento creí estar viviendo un sueño, tus ojos chocaron con los míos y me enamoré.
"Hinata... ya no puedo... ¿huir de un sentimiento es tan malo?""Si, si se sabe dueño del sentimiento""¿Lo soy? ¿Soy realmente el dueño?""Completamente"Entonces…
"Nos casaremos, juro que lo haremos"
Y luego...
"E-es... imposible""Lo es""No... Es que... no puede estar pasando""No te preocupes, nunca me separare de ti"
"Nunca me separare de ti"Te desvanecías en mi recuerdo…."Nunca...me...separare de ti"Te olvidabas de mi…."nunca..."Te fuiste de mi…
Y esas palabras suenan tan ajenas. Ahora estoy ...
-Adiós- Ojeó por última vez el cuarto que compartían y se deslizó por la puerta cerrándola a su paso. Su alma se quebrantó y finalmente quedó vacía.
Los días pasaban sin mas y las cuentas de sus deudas aumentaban, tres mes, solo tres meses habían pasado desde la muerte de los suyos y aun no se recuperaba de la tristeza, nunca se habría imaginado que su vida sin sus seres queridos descendería a tal punto de no tener nada, nada. Se esforzaba por conseguir empleo en esas frías calles de París, solo pudo conseguir algo para mantenerse estable, ni siquiera sabía si podía con la renta al final del mes, era invierno, el mas helado de Francia, en donde el frío se adentraba, y hacia el efecto de carcomer los huesos. Pero no era ese el problema, sus fuerzas se estaban agotando, aunque no se rendía….-Un-una carta-llegó a aquella habitación y volteó a varias direcciones, tratando de encontrar algún indicio que le indicara quien le había dejado eso en su puerta…. La observo bastante tiempo, encontrando la razón de aquello, pero no se le vino nada a la mente… sin más la cogió entre sus manos y entro en aquel cuarto. Se sentó en la cama que tenía al frente y contempló la letra, estaba escrito en japonés. Su lengua padre se había alejado de aquel lugar cuando ella tenía unos cuatro años, viéndose en tales condiciones se vio obligado a enseñar a la pequeña Hinata una segunda lengua madre, se convirtió en bilingüe, dominó el idioma a la perfección, como la mayoría de las cosas que aprendíó la carta y definitivamente estaba dirigida a ella, toco las letras, una caligrafía excelente, seguramente era de una mujer, la abrió sin mas y comenzó a leerla.
Señorita Hinata:Junto con saludarla adjunto a esta carta mis condolencias, sin ir a mas, esta carta transmite la ansiedad que mi señor a sentido por usted. Su hermano Sai, nos ha comentado los sucesos y en cuanto nos enteramos le escribimos de inmediato.¿Hermano? Pero… ¿Era una broma?...

Siguió leyendo…
Mi señor quiere tenerla ya bajo su protección, y no desea que usted pase miserias, en cuanto llegue hablaran a gusto, en cuanto usted este de acuerdo y envié su respuesta…

Toc toc….
No sabía quien era, así que pregunto. Temía a que fuera alguien extraño, escondió la carta y se colocó detrás de ésta.-Señorita Hinata, no me ha pagado lo de la semana y ya estamos a Sábado-dijo una voz prepotente-Yo… señora, le pagare todo el Lunes, se lo prometo-Esta bien, pero sino, le agregare dos días a la cuenta, ¿entendido?-S-si-Y la señora se alejó del lugar dejándola nuevamente con su lectura, retomándola en el lugar que se acordaba…
….la dirección esta anotada en ésta… Esperando una pronta respuesta a dicha carta, me despido en nombre de mi señor.
Sakura Haruno.

Aun no se creía lo que acababa de leer, pero… miró a su alrededor y se sintió miserable, desprotegida y si bien leyó la carta indicaba que aquel señor la protegería. Lo malo de todo este asunto era el caso de que ella no lo conocía, aun es mas, ni siquiera a su padre escuchó hablar de el… pero… la carta no indicaba nada de eso…
"¿A quien le escribes?"El trataba de ocultar lo que escribía."¿Sai?""Un amigo, Hinata" Le miró a los ojos."Esta solo, ha perdido lo que es ser amado y ahora es un tipo amargado, le escribo para saber de el""mmm… que pena me da, espero le indiques que deseo lo mejor para él y seria un honor conocerlo""Si Hinata, ya veras, lo conocerás"Sonrió, convenciéndola de todo con una sonrisa que le daba confianza.

No entendía en ese momento el porque de aquel recuerdo, llego a su mente como un rayo, queriéndole dar información de todo aquello, pero aun así ella lo dejó pasar. Esa noche meditó como nunca todo en su vida, desde que era una pequeña niña asustadiza hasta el mas cruel recuerdo de tener que ver las tumbas de su padre y de su hermanita, su primo se había alejado de ella cuando tuvo quince, por causas de la familia su padre lo había separado de ella, y ahora que tenía veintiuno no había vuelto a verlo, todo contacto fue disuelto por su tío, queriendo borrar las raíces que llevaba el mismo encerrándose en un odio contra el destino por no ser él el heredero de tal magnitud de riqueza. Hyuuga´s corp, era la mundialmente conocida industria, ¿de que? Hinata no lo sabía y sin duda su padre se llevo el secreto a la tumba… ella no deseaba ser heredera y se lo dio a demostrar, la única cosa en que ella se reveló fue esa, pero aun así estaba su pequeña hermanita. Y ahora nada, nada de un poderío de industrias, nada de familia, nada de hogar, nada de nada. Al ella no ser parte de la herencia de ser la sucesora los directivos de la empresa decidieron despojarla de todo bien adquirido de su padre, sin mas ella debió abandonar su antigua vida. Su vida definitivamente era miserable. Lloró como lo hacía hace días, nublándole completamente la vista mientras el cielo se entristecía y la acompañaba un poco en su sufrimiento, el cielo de pronto se oscureció.

Domingo por la mañana su alma ya había descargado su pena en lagrimas, ahora veía por la ventana la lluvia caer….

JapónAngustiosamente esperaba la respuesta, si ella no aceptaba era capaz de arrastrarla hasta su lado, la extraña sensación de sentirse solo lo estaba alocando de apoco. No sabía nada de ella, solo su nombre, su "amigo" Sai le había explicado que ella necesitaba de un marido que mantuviera todos sus caprichos y el estaba solo, se había cansado de mirar cada noche a su alrededor y no encontrar la mas mínima presencia de alguien, ni siquiera un hijo el destino le había concedido, su primera esposa había muerto de una enfermedad, a causa de esta no la obligaba a engendrar un bebé, y su estado de salud la deterioró rápidamente, murió al año de matrimonio y la soledad ya lo estaba matando , de cabello castaño y amorosa personalidad, era la destinada para el, desde pequeños sus padres firmaron el acuerdo, el acepto el trato y decidió casarse para engendrar al heredero de la familia, pero el destino no fue amable hacía su persona. El no la amaba, la estimaba y respetaba como esposa, porque así había sido su padre. Cuidó de ella hasta los últimos días, hasta que le dijo adiós, de ahí su mirar se convirtió en sombra y todo a su alrededor le pareció sombrío, esa pérdida le hizo perder parte de su alma. Nadie lo obligaría a amar, pero si debía tener herederos, y realmente Sai le dio la oportunidad en bandeja de plata.-Hijo-Su madre, que se aproximaba a los cincuenta lo sacaba de su trance sombrío, cubierto de nubes negras.-ella responderá, ten paciencia-lose, aun así-estaba en una pequeña sala de la enorme mansión, su lugar favorito para pensar y razonar de cosas triviales-hace años deje la paciencia a un lado, debo cumplir con mi deber-y no digo lo contrario-ella se acerco de manera ágil y le tocó el hombro- no la amas, apenas y la conoces, ¿será llevadero un matrimonio de esa manera? Y ¿si ella se rehúsa?-el le tomo la mano con la de el y le besó con calidez- pobrecita, esta sola y desamparada-lo se madre…. Y con respecto al matrimonio lo eh pensado, pero hablaremos todo a su tiempo-calmo la inquietante necesidad de estar ya con ella, por lo que se había enterado ella perdió a sus familiares hace algunos meses y el hace un par de días se había enterado. Por los periódicos y según las descripciones de Sai era la misma chica que a el le describió, afirmándole lo que las noticias le indicaban, pero aun no tenían previsto conocerse, adelantando todo, contrató a investigadores que la buscasen por todos los rincones. Con esas características no fue difícil encontrarla, Sai no se equivoco en describirla, todo dicho y hecho solo faltaba la respuesta de parte de la implicada. Ya casi atardecía cuando su madre irrumpió en su sala favorita.-Hijo-¿Si?-dijo distraídamente mientras miraba por uno de los ventanales el amplio jardín.-me retiro, estoy algo cansada y tu padre no tarda en volver, mañana volveré-el a paso ligero se acercó a ella y le beso la frente en acto familiar.-descansa, madre-le sonrió como no lo hacía con cualquiera. Era casi pasada las siete de la tarde, su madre se marchaba del lugar, el sentía los pasos dirigirse a la salida, era miércoles y aun nada. Sintió como su madre saludaba en especifico y giró su cabeza, su rubia cabellera se meneó con el movimiento y sus ojos de un azul intenso se clavaron el la persona que se adentraba en el lugar, la miró de soslayo y la examinó, esperando respuestas, respuestas que el deseaba oír.-Señor, buenas tardes-inclinó su cabeza un poco indicándole respeto, una ceja rubia se alzó y ella se enderezó en ese instante.-A que juegas siempre Sakura, nos conocemos de niños-caminó en una dirección la cual indicaba su escritorio para escuchar la hablar, se sentó y espero a que hablaraElla sonrió y le dio un sobre-¿y esto?-estiró sus manos y tomo aquel papel-Su respuesta mi señor-la miró de manera fulminante y a ella le hizo gracia- -Para tu actuación, que seas mi secretaria no quiere decir que seas tan formal-Lo se,lose, pero te enoja que lo haga y me parece divertido- El rodó lo ojos y centró su mirada en aquella carta. La abrió de apoco, desdoblándola despacio, como si fuera cámara lenta y los últimos rayos de sol terminaron por desaparecer del díó con calma, y al terminar dobló la carta de la misma manera en la que venía en aquel sobre. Colocó los codos sobre la mesa y entrelazó sus dedos.-Y ¿bien?-ella había colocado ambas manos en sus caderas esperando palabras salir de la boca de el-ya dilo. ¿Si o no?-Si, ella ah aceptado venir…. Y también acepta el convertirse en mi esposa.-La idea le resultaba descabellada, pero aun así no le era insatisfecha su decisión, si ella le había aceptado no le era indiferente ser la nueva señora de su casa.

Francia, ya era viernes y aun no cancelaba la deuda de la semana anterior y mas encima a esta semana se le sumaban a los dos días extra, ella luego de pensárselo durante todo un día, viendo las condiciones de vida en las que vivía, las tortura en el trabajo, la falta de alimento y la falta de sueño la estaban llevando al límite, dejándola exhausta, quería estar protegida, no le importaron las circunstancias, si el le entregaba lo que ella necesitaba, ser acogida, no le importaría alejarse de esa fría ciudad, y del pasado que la atormentaba, se había recluido ella misma en su piececita de alquiler y se hacía la idea de que pronto la rescatarían de ese ó durante horas y nada, en la tarde sus fuerzas se agotaron, flaqueando por fin se recostó en la dura cama y cerró sus ojos…al poco tiempo de ella tenerlos cerrados golpes en su puerta la despertaron. Con miedo abrió de apoco la puerta encontrándose con una mujer de su similar estatura, se notaba refinada y bien educada al igual que ella lo era, pero en sus circunstancias no lo demostraba, de pelo exóticamente rosado, de unos ojos bellísimamente verdes y cuerpo despampanante.-¿Señorita Hinata Hyuuga?-su voz era aguda, pero aun así no era molesta.-Si-si,…si me permitiese preguntar, ¿Quién es?-con miedo esperaba que no fuese alguna persona que la humillara aun mas.-Sakura Haruno, yo le envié la carta, ¿lo recuerda?-Si, claro que si-sonrió cálidamente, y pequeñas lágrimas asomaron por sus ojos opalinos.- pensé que ya no vendrían-¡Oh! No, no,… como ya ve, estamos aquí-revisó con una rápida mirada las condiciones en las que dormía, busco mas a fondo y vio que ella no tenía nada de comida, y finalmente la examinó a ella, delgadísima, mas de lo que se imaginaba y haraposa, era una imagen deprimente.-levante sus cosas Hinata, hoy mismo deja este lugar-de sorpresa la tomó y con una rápida afirmación con su cabeza comenzó a guardar hora mas tarde ella ya se encontraba lista para marchar.-Todo bien, nos vamos-pero una duda le vino a la mente-Yo…yo no…-como si en sus ojos se leyera todo lo que pensase Sakura le respondió de inmediato.-Su deuda esta cancelada, de eso descuide-Un alivio la inundo y se dejó guiar hasta donde la esperaba un lujoso auto, el chofer les abrió la puerta, entraron y ella descansó finalmente de todo miraba las calles de parís, despidiéndose de todo por fin, de su miseria y de su triste pasado. Tras salir de allí se prometió jamás volver y se atrevió a preguntar a donde se dirigían.-Japón, mi señor la espera allá-mi tierra natal-su mirada era de profundidad y de nostalgia-Si, regresara a su patria-ella le regaló una sonrisa calidad, y pos amabilidad Hinata le devolvió la misma.-y… ¿que haré yo allá? O sea… yo…-explíquese, por favor no logro entenderle- Su mirada era de real confusión, no la entendía, ¿acaso no leyó del todo la carta?-¿en que trabajare?... –La miro aun mas confusa- o ¿estaré bajo la custodia de su señor?-Usted Hinata…-intentó contener la risa instantánea que se le había formado- Es la señora Uzumaki para nosotros, al aceptar la carta, ah aceptado ser la esposa de Naruto, nuestro señor-Hinata abrió los ojos a mas no poder, no se esperaba algo así, creía en la generosidad de aquel sujeto, que le daría protección y ella a cambio le pagaría con trabajo ¿No se supone que era así?-Pero yo… o sea…-su mirada de apoco se fue tornando borrosa, escuchó como Sakura la llamaba y luego vio todo de color negro.
Hinata ya se había desmayado.

Este es el primer capitulo ^^, espero les guste :D