DISCLAIMER: Yuri on Ice no me pertenece, ya que si lo hiciera habría desamor y posiblemente alguna muerte en la historia.
La captura de un tigre
Hay momentos que cambian la vida de las personas, en casos favorables suceden cuestión de minutos, a veces tan solo en segundos y en ocasiones puede que en un solo parpadeo la vida de una persona haya dado un giro de 180° que ni siquiera fue capaz de prever, para Yuri Plisetsky este acontecimiento vino de la mano de la muerte de su abuelo; la única familia viva que le quedaba o al menos eso creía y hasta cierto punto no hubiera sido tan malo que su situación se quedara así.
En el piso 35 de un lujoso hotel el rubio observaba sentado en su balcón como los colores rosas y naranjas comenzaban a pintar el cielo de la ciudad, la mañana era fría en un claro indicio de que el cambio de estaciones estaba cerca, su enorme abrigo lo protegía del frio pero aun así sentía que algo en su interior comenzaba a congelarse y sospecho que no tenía nada que ver con el aire un tanto helado que golpeaba su rostro.
Los minutos seguían pasando convirtiéndose en horas lo que fue un amanecer frio se convirtió en una mañana cálida con todo y que los rayos del sol muy apenas lograban traspasar las nubes espesas que se habían formado, recordaba que según el pronóstico del tiempo para la tarde de ese día se esperaba una tormenta y el joven no pudo más que sonreír ante el irónico clima que representaba muy bien las festividades.
Pasadas las diez de la mañana se escucharon los golpes no fuertes pero constantes en la puerta de su habitación, de mala gana se levantó de aquel lugar en el que había estado desde que llego en la madrugada. Cuando abrió se topó con la figura un tanto imponente de su padre que lo miraba con molestia, Yuri al verlo solo rodo los ojos y se hizo a un lado para dejar que el hombre pasara.
-¿Por qué no bajaste a desayunar?-pregunto imponiendo su autoridad.
-Porque no me dio la gana- respondió con desinterés, había pasado un tiempo desde que ese tipo de acciones de su progenitor le eran indiferentes.
-¿A qué estás jugando Yuri?-pregunto exasperado.
-Aquí el único que juega eres tu padre, jugaste con la vida de mi madre, lo haces con la mía ahora, no eres más que un bastardo que nunca ha sabido que hacer con su vida y utiliza la de los demás- no había dicho nada gritando pero el coraje que imprimía en cada palabra era suficiente para demostrar su odio.
-¡Eres un malagradecido!- dijo el hombre furioso tiñendo la mejilla de su hijo de rojo gracias a la bofetada que le había dado.
-Y tú que siempre te has jactado de tu compostura, ¿acaso a estas alturas también apostaste tu serenidad padre?-el rubio hablo con burla sin inmutarse ni tocar su rostro para intentar calmar el dolor que el golpe provocaba, pero sus palabras sirvieron para que el hombre suspirara intentando serenarse.
-¿Dónde estuviste ayer?-dijo con seriedad.
-¿Qué importa?- camino hasta un sillón individual dejándose caer en él.
-Tenías que estar al pendiente de las preparaciones, hoy es un día importante- reclamo.
-Siempre te dije que yo no movería ni un dedo para la creación de este estúpido circo-dijo con desdén.
-Tu no entiendes todo lo que está en juego-hablo entre dientes.
-Si no lo entendiera hace mucho hubiera escapado de esta mierda-ni siquiera miro a su padre.
-No tardan en llegar las mujeres que te ayudaran a arreglarte, asegúrate de estar a tiempo para ceremonia-menciono antes de salir de la habitación.
-Sí, sí, para cuando se levante el gran telón- hablo con burla y resignación al viento.
Poco después de eso llegaron tres mujeres que arreglaban la que sería su vestimenta y preparaban lo que utilizarían para peinar su cabello mientras él tomaba un baño con las sales aromáticas supuestamente relajantes que le habían preparado especialmente para ese día, pero que no hacían nada para ayudarlo.
Una vez que arreglaron su cabello salieron de la habitación dándole espacio para que colocara el traje blanco que pulcramente habían colocado sobre la cama que él no se había molestado en utilizar la noche anterior.
Camino despacio para observarse en el espejo de cuerpo completo que se encontraba en la habitación, quiso reconocer lo que había sido un día en aquel que le regresaba la mirada a través del cristal, pero ya no estaba hace mucho había dejado de estarlo, unos horas atrás pensó que lo había recuperado, que aunque fuera un poco aún existía dentro de él algo de esa persona que había sido junto a su madre y su abuelo, pero cuando piso de nuevo la habitación en la madrugada, cuando recordó cuál era su realidad eso pequeño que lo había acompañado termino de esfumarse y de nueva cuenta solo quedo un cascaron vacío.
Y mirándose al espejo se hizo una promesa, saldría de esta con lo poco que le quedaba de su orgullo intacto, se prometió que su último acto de cobardía se iría con aquella ceremonia, ya que después de eso solo se tendría a sí mismo y no pensaba fallarse ni una vez más.
Suspiro y con pesadez se dirigió a la puerta de su habitación para salir de ella, el momento había llegado era el momento de su boda o su funeral…
Realmente, ¿Cuál era la diferencia?
Continuara…
*Nota: Últimamente he estado bastante ocupada así que llevo mucho sin escribir, así que de antemano lo lamento si estoy un poco oxidada, esta historia no será demasiado larga ya que escribir algo muy largo no es mi estilo pero aun así prometo hacer mi mejor esfuerzo C:
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