Sus ojos se abrieron en sorpresa; al menos los de Mikado lo hicieron. A diferencia de Shizuo para él era nuevo que su novio se le presentase en falda. Cotoneando sus piernas pálidas y estirándola para cubrir los muslos.
Izaya se preguntó si Aoba pensaba devolverle el uniforme, espera que no lo ensuciase tanto… quería usarlo esa noche, aunque ya no arrancaba tantas sorpresas de la oca del rubio como solía hacerlo.
Al menos tendría excusa para que lo acompañase a comprar una y así teñirle las mejillas al encerrarlo consigo en un vestidor.
(…)
Algo que se escapo de mi mente cuando trataba de escribir otra cosa, no me convenció tanto pero me gusta jugar con la idea de que Izaya y Aoba tienen este parecido físico.
