El castigo de Marc Clark

De cuando Lee se convirtió en maestro

La fría noche le pesaba sobre los hombros a un joven de pelo y ojos castaños, que revisaba la hora en su telefono. Era la hora de cenar y se había pasado más tiempo del esperado en la biblioteca, repasando para su examen de francés. Aligeró el paso al ver como los números digitales de su pantalla táctil cambiaban a un minutos más, y otro, y otro...

-¡Maldita sea!-Masculló entre dientes, al notar un terrible frío y dolor en el tobillo derecho. Frenó un poco, caminando despacio para recuperarse de aquel esfuerzo.

Nunca había sido muy atlético, el atlético de la familía era su hermano mayor, conocido en el instituto por sus músculos y bíceps, por sus grandes cualidades atléticas y su belleza. Como casi todos los deportistas del centro tenía que llamar la atención entre las chicas, y los no tan chicas. Dobló una esquina, al tiempo que notaba el frío calarse más en sus huesos, y se llevó una mano al hombro iconscientemente, pues le dolía a causa del frío. Era extraño, pero se encontraba sensible tras estar de lo más confortable en su silla de la biblioteca, alejado del barullo y las molestias, sumergido en un enorme libro de letras y letras y gramática. Lo que hubiera dado por encontrar un rincón semejante en su casa, siempre llena de balones voladores, gritos sin sentido y música alta y constantes charlas sobre el ahorro y el ecologismo, algo que respetaba; pero necesitaba tiempo para estudiar, y en la casa del árbol era incómodo. Cruzó la calle y se escabulló al lado de un escaparate cerrado, pues ya eran altas horas de la noche. Habrían terminado de cenar en casa y sus padres estarían enfadados. Estornudó y se llevó un dedo a la nariz. Simultáneamente apareció ante él un chico más alto, sosteniendo una chaqueta, tendida hacia él.

-¿Lee?

-Me tenías preocupado, Marc.-Anunció su hermano mayor, pasándole la chaqueta por encima de los hombros.-Debes de tener frío.-Apuntó. Caminó a su lado de regreso a casa, escuchando las disculpas del otro.

-Siento llegar tan tarde, pero me entretuve estudiando, el examen es muy importante, y...

-No pasa nada, sé que eres un empollón.-Se burló el otro con cariño.

-...Y siento que hayais tenido que sufrir la ira de mamá y papá por mi culpa.

-No fue nada, solo despotricaron un poco.-Admitió, encogiéndose de hombros.

-Y siento que te hayan mandado a buscarme...-Lee se detuvo.

-Nadie me ha mandado a buscarte. He venido porque he querido.

-Lee...-Murmuró el castaño.

-Estaba preocupado por ti.-Repitió. Le pasó un brazo por los hombros a su hermano pequeño, regalándole un poco de calor humano, pues no le vendría mal, y le mostró una amplia sonrisa, la misma que llevaba de calle a más de medio instituto, incluída Tammy. Marc se sonrojó, y se sentía peor porque Lee hubiese salido a buscarlo, pero sonrió en agradecimiento.

-Gracias, Lee.

-No hay de que, genio.-Era el mote cariñoso que le había puesto a Marc. A decir verdad, a parte de Tony, a quien llamaba pequeñajo cuando estaba enfadado, ningún otro tenía mote cariñoso, ni siquiera Megan. Marc se sentía resguardado por el mayor cuando lo llamaba "genio", y le gustaba sentir que, para uno de sus hermanos, era alguien especial, o considerado bueno en algo, sobre todo si era el hermano al que admiraba por su éxito. Pero, aún así, Marc sabía que el protegido de Lee era Tony, por ser el menor.

Se encontraron frente a la puerta de casa y Lee se alejó de Marc para sacar las llaves y abrir. Se llevó un dedo a los labios para darle a entender que no hiciera ruido.

-¿Por qué?-Se extrañó Marc, al ver que la luz del salón estaba encendida.

-Nos prohibieron ir a buscarte por el enfado que tienen, pero me escapé. Si quieres pagarme lo que he hecho por ti dejame pasar delante y luego finges haber llegado solo.-Le explicó Lee. Marc asintió con la cabeza, serio. Lee le dio un golpecito en el brazo y entró, pasó lentamente hacia las escaleras y subió, a mitad del trayecto le señalizó a Marc que entrase y cerrase la puerta, y él subió como un rayo. Marc obedeció.

-Hola.

-¡Marc Clark!-Empezó su madre-¡¿Qué horas de llegar son estas?

-Mamá, papá.-Intentó llamar su atención para exlicarse.-Mañana tengo un examen final de evaluación y me quedé estudiando hasta tarde sin darme cuenta. Lo siento mucho, no volverá a ocurrir.

Poco tiempo después de un sermón, una vez estuvo su madre más relajada, dejaron subir a Marc a su cuarto con las sobras de la cena.

Abrió su cuarto y vio a Tony en su cama.

-Hola.-Saludó el pequeño.-Ya has vuelto.-Afirmó.

-Sí.-Dejó el plato sobre el escritorio.-Tony.

-¿Hm?

-¿Podrías dejarme solo? Necesito despejarme.-Pidió con una amable y cansada sonrisa.

-¡Oh, sí!-Dijo.-Yo me iba a ver un rato la tele. Hoy hacen una peli de terror, y quiero ver si mamá me deja verla.-Acto seguido se abrió la puerta y salió al pasillo. Marc tomó asiento frente a su plato e intentó no pensar en el castigo impuesto, mientras pinchaba un trozo de carne y se lo llevaba a la boca con desgana.

Sintió a alguien tras él y, al ver el reflejo por la pantalla del ordenador, se dio la vuelta de golpe. Solo era Lee, en pantalones de chandal y descamisado.

-¿Que haces aquí?

-Venía a ver que tal el sermón.-Se sentó en el escritorio, junto al plato de Marc, que giró la silla y lo miró.

-Bueno, no han gritado mucho, pero han sido severos.

-¿Cual es el castigo?

-Mamá me ha dicho que voy a trasladarme un mes a tu cuarto y tengo que recoger todas tus cosas, y además tienes que enseñarme a ser más responsable con los horarios. Puesto que tu tienes uno muy agetreado tendré que seguirte el ritmo para aprender a administrar mi tiempo-Explicó.

-Bueno, no sé si el castigo es para ti o para mi.

-Para mi.-Se enfadó Marc.

-Era broma, genio.-Marc sonrió.-Pero más que castigarte te han premiado, hermano.-Se burló el hermano semidesnudo.

-Bueno, mientras no seas cruel conmigo...

-La verdad es que te será muy pesado seguir mi ritmo, pero bueno, pasaremos más tiempo juntos.

-He ahí el castigo.-Rió el castaño.

-Ja-ja.-Rió irónicamente el mayor.

-Creo que deberías irte a dormir para aguantarme todo el día de mañana.-Sugirió Marc.

-Tu deberías hacer lo mismo en cuanto acabes de comer.

-Lo sé, seguirte no será fácil.

-Bueno, pues hasta mañana.-Se despidió Lee sin saber que más decirle a su hermano. Marc lo notó algo... ¿tímido? ¡Imaginaciones!

-¿Que ocurre?

-No, nada. Solo pensaba.

-¿En quien?-Lee sonrió ante el interés de Marc.

-Más bien en qué. Tranquilo, no voy a quitarte a tu chica, sea quien sea.

-No tengo novia.-Se sonrojó.

-Pero alguna habrá que te guste.-Lee le guiñó el ojo antes de salir por la puerta y decir:

-Pensaba en tu tarea de mañana.-Se limitó a decir maliciosamente. Se marchó a su cuarto, dejando el olor de su nueva colonia en la habitación. Marc agradecería poder tener que pasar tiempo con él para ver si era ese maravilloso olor el que atraía a las chicas y se le pegaba algo. Se sorprendió a sí mismo pensando esas cosas y terminó cenar, aún sonrojado. Bajó el plato vacío a la cocina y subió a acostarse, tras escuchar como su madre le recordaba a Tony que "aún era muy joven" para ver una película de esas y las quejas de este.

La verdad es que Tony ya tenía trece años, Megan y él tenían catorce y Lee ya había cumplido los quince, no entendia que aún los considerasen pequeños, pero no le dio importancia. Se metió en la cama, mirando hacia la puerta por si aparecía el bromista de Lee, pero solo entró Tony con el ánimo por los suelos, acompañado de Megan.

-Te grabaré la película si no me molestas en un mes.-Anunció ella.

-Está bien.-Cedió Tony. Marc supo que el nuevo objetivo de las bromas del pequeño sería él, por lo que maldijo a su melliza, pero no hizo caso a ese pensamiento, sino que se mentalizó para el próximo mes en el que tendría que compaginar sus deberes y estudios con su trabajo de espía y al mismo tiempo estar pegado a Lee para que ÉL fuese su maestro.

Eso era lo más irónico...


Sé que este capítulo ha sido cortito, pero es solo para introducir mi primera historia de The Amazing Spiez! sobre mi personaje favorito, Marc el cerebrito. Espero que os guste, y dejéis reviews, porque no subiré un capítulo nuevo hasta asegurarme de que la gente lo lee y le gusta.

N: estoy acabando el 2º capítulo y voy a empezar el tercero. Van a quedarse ahí hasta que que me pidan que los suba ;) Muajajajaja xD