Fanfic en primera persona de un personaje favorito.

Drabble, 600 palabras

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De las pérdidas

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No pude ver viva a mi madre, desde que nací.

Las fotografías solamente retrataban su aspecto. Como hubiese querido conocer sus pensamientos.

Hoy me he levantado con poco ánimo. Usualmente mis días los ocupo para las clases. Hoy no hay ni una.

Mi nodriza me ayuda a vestirme. Veo mi imagen en el espejo. Dicen que me parezco a mi madre. El vestido que uso es para visitar su tumba.
Mi nodriza hace un moño con el lazo negro para atar mi vestido oscuro.
Mi nodriza acomoda un sombrero negro en mi cabeza.

—Su padre le espera en el living, señorita Integra —ella dice.

Ella me acompaña en el pasillo iluminado hacia la escalinata. Veo a mi padre junto a la puerta; a diferencia de lo cotidiano, su traje ahora también es oscuro.

Él sonríe.

Tomo su mano y caminamos hacia el auto.

Hoy dormí dos horas. Veo mis ojos en el espejo y parecen escaldados. Hoy estoy vistiéndome sola. Mi tío hizo que mi nodriza se fuera. Ella me dio un fuerte abrazo y besó mi frente. Ayer ella vestía de negro, hoy, yo lo hago.

Creo que a la mañana le soy indiferente, su luz lastima mis ojos cansados.

Uso el mismo vestido negro que suelo usar para visitar la tumba de mi madre. Hoy, en contra de mis deseos, mi padre será enterrado.

Padre dijo que debía ser fuerte. He llorado sola durante estos dos días.

—Tengo miedo.

El sombrero negro lleva una malla, espero que pueda ocultar el rostro que veo ahora en el espejo. No es muy sano, mis ojos se ven rojos y me siento fea.

Nadie me acompaña por el pasillo. En el living un empleado me espera, abriendo la puerta.
Bajo la escalinata, no quiero subir al auto.

Afuera de la mansión hay mucha gente, pero solo uno es mi familiar. Mi tío no se ha acercado a mí durante estos dos días. Le veo subir al auto.

Todos van en vehículos distintos. En cambio, a mi me dejan sola, aunque así me siento mejor. El empleado conduce, seguimos el carro fúnebre.

El día es bastante iluminado, el aire es fresco pero no violento.
A mi padre le gustaban este tipo de días. Cuando íbamos a visitar a madre, nos sentábamos en la banca más cercana a su tumba. Si el día era como este, nos quedábamos todo el día hablando sobre ella.

Aprieto mis manos enguantadas de negro. Muerdo mi labio. Quiero resistir las ganas de llorar. El cardenal dicta una oración; siento que no puedo entenderla muy bien… solamente desearía que quien está dentro del féretro fuese otra persona y no él.

Mi padre dijo que debía ser fuerte, pensé en serlo, mas siento que mi cuerpo tiembla demasiado ¿Debería sucumbir ante esta pena intensa?
No quiero llorar frente a todos, la gente de la organización me ve. Él no hubiese querido que me viesen como una niña frágil. Yo tampoco espero que me vean de esa manera.

Vuelvo a apretar mis manos para detener el temblor de mi cuerpo, espero que nadie lo note. Me siento muy angustiada, pero te prometo padre, que lloraré sola en mi habitación.

Me llaman para que me despida de ti. En contra de mí, lo hago.

Nos veremos…

—Integra aun estará dormida, le dispararé en la puta frente…

¡Dios mío!

Algo en mi interior me dice "lo sabía". Él siempre fue lo contrario a mi padre.
Anoche no dormí, gracias Dios, de lo contrario, ahora, yo estuviese en arropada en mi habitación.

El pasillo es interminable, no podré salir de casa.

Ayúdame, Dios, a salvar mi vida.

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