¿INFRUCTUOSO SECUESTRO O BODA INFRANQUEABLE?

Era un jueves por la noche, la luna era fiel testigo de lo acontecido.

Dos jóvenes enamorados caminaban por la acera cogidos de la mano, se regresaban de su romántica cita; se podía sentir un ambiente de tranquilidad. El muchacho se preguntaba internamente si era el momento adecuado para pedirle que fuera su esposa, pero siempre sucedía algo que truncará sus planes, cuando pensó en esto último se entristeció no quería dejar pasar la oportunidad así que tomando aire y girándose para enfrentar a su acompañante la miró, le cogió una de sus manos y se arrodilló.

-Rukia, dijo el muchacho mirándola a los ojos, sé que llevamos saliendo 8 meses pero, estoy completamente seguro que mi vida jamás sería lo mismo sin ti, eres mi mundo me has hecho ver lo que realmente hay en mí, sacas lo mejor de mí, Ichigo dirigió su mano al bolsillo de su pantalón y de éste sustrajo una pequeña cajita de terciopelo roja, que al momento en que la abrió dejó ver un pequeño pero significante diamante, Rukia ¿Te gustaría compartir el resto de tu vida conmigo?

Ela al escuchar estas palabras se quedo impresionada estaba enamorada de Ichigo pero, casarse con él tan precipitadamente le parecía algo incorrecto, pero como siempre se hace lo que se siente y no lo que se piensa, le dijo:

- Sí, acepto gustosamente.

Ichigo al oírla cogió el anillo y lo puso en su dedo, luego de esto se levantó quedando a su altura solo para cogerla por la cintura y darle un beso en los labios, Rukia por su parte lo rodeó por el cuello con sus brazos.

Había sido el momento más feliz de sus vidas que de ahora en adelante la harían ambos, juntos incondicionalmente. Siguieron su camino, esta vez tomaron un taxi, se dirigían a casa de Rukia para comunicar la noticia, pero en transcursos de segundos se fueron quedando dormidos y el chofer cambio drásticamente la ruta que los llevaría a un destino incierto.

Entre susurros y con apenas voluntad de caminar, se escuchaba y se apreciaba como eran conducidos hasta una vieja edificación, a una calles del la plaza principal, fue extraño la calle estaba desierta y apenas había ruido. Nadie pudo haberlos visto.

Nadie jamás imaginó que sucedería algo por el estilo, no era posible, no querían creerlo, ¿Cómo eras posible que lo hicieran? Sin duda la desaparición de los jóvenes, Rukia Kuchiki e Ichigo Kurosaki era la comidilla del día.

Se levantó perezosamente, casi ni había dormido pero tenía que comenzar el análisis del caso. No comprendía cómo es que esos jóvenes habían desaparecido, no había pistas, nadie había visto algo.

Urahara Kisuke, ese era el nombre del detective al cual le habían asignado el caso, ya en su oficina revisaba los papeles del informe y aún no comprendía, faltaba algo; exasperado salió necesitaba un respiro.

Recorrió varias veces el lugar de los hechos, pero no encontró nada, se metió a una cafetería a dos cuadras de donde se encontraba, topándose con el hermano mayor de Rukia, Byakuya Kuchiki. Se acercó al hombre y le dijo:

- ¿Perdone pero…es usted el hermano mayor de esta joven?, preguntó el detective mostrando la foto de la chica.

-Así es le contestó, pero me temó que no sé dónde está, y ¿Usted es…? inquirió el hermano -soy Kisuke Urahara, detective, investigo la desaparición de su hermana y de Ichigo Kurosaki, ¿Sabe usted si ellos mantenían alguna clase de relación? Le preguntó.

A lo que el hermano solo se limitó a afirmar con la cabeza, para luego decir:

-Ellos estaban saliendo desde hace unos 8 meses, pero lo que más me sorprende es que justo en este momento cuando mi empresa está pasando por una crisis, tuvimos que aceptar la fusión con la empresa Kuchiki y no solo eso mi contador desapareció solo dejo su credencial de trabajador. Esa era una pista, al menos ya tenía algo, era un inicio.

-¿Y cómo se llama su contador? Preguntó

-Su nombre es Aizen Sosuke.

Continuará...