Descargo de responsabilidad: Yo no soy dueña de Victorious.


Capítulo I: "Impresiones"

"Lo suficientemente cerca como para empezar una guerra, todo lo que tenía, está en el suelo. Solo Dios sabe por qué estamos peleando. De todo lo que digo, tú siempre dices más"


Cuando Beck y Jade dejaron de ser Beck y Jade, todos tuvieron diferentes hipótesis con respecto a la ruptura, sobre distintos temas. Uno de los temas de los cuales se hablaba y de los más comentados y favoritos de los estudiantes de Hollywood Arts era el tema del porqué rompieron.

La mayoría de las chicas dijeron que el rompimiento había sido idea de Beck ya que, había encontrado (según ellas) la manera de mantener a su familia a salvo de las garras de la bruja de West, sí, ellas creían que el motivo por el cual el chico Oliver salía con Jade era porque esta tenía amenazada de muerte a su familia.

La mitad de la población masculina creía que Jade rompió con Beck porque ya no aguantaba los celos que este le provocaba al saber que él en realidad estaba detrás de Vega, entonces Jade se rindió y decidió dar un paso al lado. La otra mitad de los chicos creían que era la hipótesis más estúpida e improbable de todas.

Esa otra mitad creían que Beck había terminado con ella por sus continuas escenas de celos, esta teoría era la que a la mayoría de las personas "normales" encontraban acertada.

Sin embargo, el porqué terminaron era un misterio para todos menos para sus amigos; André, Tori, Cat, Robbie e incluso hasta Trina, aun así, ninguno decía nada y mantenía en secreto aquel tema tan en boga.

El otro tema del cual se hablaba de la pareja era el "quién sería el primero en pedir perdón al otro y rogar a que volviesen". En este punto no había tanta diferencia entre una opinión con otra, todos apuntaban a que Jade lloraría para volver a los brazos de Beck, pero las reacciones del chico eran las que cambiaban, el cuarto de la población estudiantil de Hollywood Arts creía que el chico de piel aceitunada volvería con ella, el otro, decía que Beck no caería en lo mismo dos veces.

Y el último tema del cual se hablaba sobre estos dos conocidos personajes de la escuela de artes escénicas era el "quién sería el primero en encontrar a otra persona". No habían opiniones distintas, todos apuntaban a Beck, sin embargo, algunos decían que el personaje sería una chica x y otros su gran amiga Tori Vega.

Mientras tanto, todos se daban cuenta de los "avances" de la ex pareja, pasaron dos semanas en las que ni se hablaban, luego se dirigieron palabras frías y cortantes, ocho días después se dirigían saludos distantes y cuatro semanas más en volver a dirigirse palabras cortas pero cordiales.

Su relación se estancó ahí y todos sabían que era producto a que ambos se encontraban en el mismo círculo de amistad. Aunque todos creían que André, Tori y Robbie eran más amigos de Beck, parecían haberse equivocado, porque los tres chicos parecían no hacer distinciones entre la antigua pareja. Se relacionaban con Beck y con Jade de la misma manera.

A excepción del almuerzo.

Jade solía comer sola la mayoría de los días en los que Cat estaba haciendo cualquier otra cosa que no fuese almorzar. Luego Tori se le unió a su mesa y muy pronto todos comieron juntos otra vez, pero Jade y Beck se ignoraban olímpicamente, como si no estuviesen en la misma mesa, o en la misma escuela.

Después de dos semanas más vieron a Beck coquetear tranquilo en los pasillos de la escuela con Verónica Foster, una linda rubia de cabellos lacios. Salieron por un par de días y luego no se volvieron a hablar.

Entonces, cayó una bomba en Hollywood Arts.

Llegó un estudiante de intercambio a la escuela de artes escénicas proveniente de Australia.

Alan O'connor.

Sería mentira si se dijese que el muchacho no llamó la atención de la población femenina. 1,80, de cuerpo escultural, cabello azabache corto y ojos redondos y de un bonito color caramelo, sus ojos podían compararse a la miel, además de por el color, también porque reflejaban cierta dulzura que hizo suspirar a todas las mujeres.

Excepto a una.

Quizás fue por eso que a Alan le llamó la atención Jade.

—Oh, no —le dijo un compañero de matemática mientras él observaba el cabello rizado y oscuro de West—, terminarás muerto si decides acercarte a ella.

—¿Muerto? —preguntó el chico ladeando su cabeza hacia un lado, por el rabillo de sus ojos puso ver como la chica tomaba un mechón de su cabello para inspeccionar sus puntas.

Su compañero, que no recordaba el nombre, sacudió su cabeza positivamente.

—Aquí en Hollywood Arts, Jade West es conocida como "la bruja del oriente" —respondió.

—No se ve tan mala —contradijo Alan, sintiéndose cada vez más interesado en la pelinegra de ojos grandes y grises.

—Créeme, su apariencia oscura es mucho más clara de lo que es su alma —contestó el chico.

Alan sonrió ligeramente.

—Tonterías.

A la semana siguiente el estudiante de intercambio fue sorprendido por una pequeña niña pelirroja mientras observaba fijamente desde atrás de una muralla como Jade West sacaba sus cuadernos de su casillero.

—¡Diablos! —maldijo él dando un respingo cuando la pelirroja tocó con suavidad su hombro.

Cat Valentine se tapó la boca con ambas manos y ensanchó sus ojos oscuros.

—Haz dicho una mala palabra —le acusó.

Alan se removió incomodo en su puesto. Esta escuela tenía cada personaje, uno más extraño que otro.

—Lo siento —susurró.

Entonces la pelirroja se quitó las manos de su boca y sonrió divertida.

—Estás espiando a mi amiga —rió y Alan enarcó una ceja oscura como la tinta.

—¿Tú amiga?

—Oh, sípi —respondió ella—, mi mejor amiga Jadey.

Alan sonrió.

Esta era una buena oportunidad si quería acercarse a la extraña chica gótica.

Para el almuerzo de aquel día había logrado sonsacarle información a Cat sobre Jade y su relación con ella. Mentalmente se dijo que no habría flores para Jade, que odiaba que la llamaran por su nombre completo (Jadelyn), que le gustaban las tijeras (extraño), que la mayoría de los chicos de Hollywood Arts la encontraban sexy en demasía pero temían acercársele y que en todos los años en que ha asistido en esa escuela a salido apenas con un solo chico, con el cual terminó hace un mes y medio aproximadamente.

Tiempo suficiente, se dijo Alan, para olvidar a un ex novio.

Se sentó junto con Cat para el almuerzo y movió su pierna con nerviosismo, esperando que Jade se sentase junto a ellos para comer.

Sin embargo, eso no pasó.

La chica de cabellos oscuro miró en la dirección en donde Cat estaba sentada con el nuevo estudiante y siguió de largo para sentarse en la última mesa de atrás.

Alan la siguió con la mirada y luego bufó frustrado.

—¿Por qué no se ha sentado aquí? —preguntó entonces.

Cat, como lo venía haciendo desde la mañana, soltó una risilla divertida.

—Porque estás tú —respondió como si fuese obvio.

—¿Y qué tengo que hacer para acercarme a ella entonces? —frunció el ceño, sin despegar la vista de la pelinegra que pinchaba con su tenedor un pedazo de lechuga de su ensalada.

La pelirroja se encogió de hombros y soltó como si fuese más claro que el agua.

—Solo empujar —respondió.

Alan contrajo el gesto y pegó sus ojos mieles en los de la chica.

—¿Empujar? —preguntó.

—Ajá —dijo y sonrió enormemente—, para que te deje entrar.

El pelinegro se mordió el labio con fuerzas y pensó en la metáfora que le había dicho la pelirroja.

Muy bien.

Empujaría.

Aquella noche se durmió muy entrada a la madrugada viendo los vídeos que Jade había subido a la página de la escuela "The Slap", las cosas que ella odiaba y las cosas que amaba.

Un chico como el café.

Bueno, a él le gustaba el café un poco, ¿era ese un avance?, ¿no?

Al día siguiente se acercó a ella para preguntarle si podía ayudarlo con una tarea de música, ella se negó.

Tres días después él le dio un regalo.

—¿Por qué? —preguntó Jade mirándolo con desconfianza, con la bolsa que recién el pelinegro le había tendido.

Alan se encogió de hombros.

—Ábrelo.

Jade frunció el ceño y se lo tendió.

—No —fue su corta respuesta.

—Oh, por favor —pidió el chico—, estoy seguro que te va a gustar.

La pelinegra enarcó una de sus perfectas cejas y entrecerró los ojos.

—Mira —habló Alan nuevamente, no podía perder esta oportunidad—, te apostaré, si te gusta el regalo, entonces aceptarás ser mi amiga, si no te gusta, pues jamás en la vida te volveré a hablar.

La chica West arrugó el ceño y apretó la correa de la bolsa en su mano, Alan pudo notar vacilación en sus bellos ojos.

—¿Por qué tendría que aceptar la apuesta? —preguntó Jade con voz cortante.

Alan sonrió ligeramente.

—Porque si no lo haces entonces recibiré un punto, o sea, que eso quiere decir que tienes miedo a que gane —aseguró el australiano.

—¿Por qué quieres ser mi amigo? —preguntó entonces la pelinegra, sintiéndose cada vez más confundida y ¿por qué no decirlo? Curiosa.

—Porque eres la única chica que me ha parecido interesante en mi no tan corta vida y no voy a dejar pasar esta oportunidad —aseguró.

La sombra de una sonrisa se dejó ver en el rostro de la pelinegra, Alan sintió un suave calor invadir su pecho al darse cuenta de aquello.

Jade abrió el regalo entonces y sus ojos se ensancharon al darse cuenta de lo que era.

—¿Cómo…cómo supiste? —lo miró cuestionándolo con fiereza.

Alan se encogió de hombros.

—Solo me esforcé —reconoció—, me estoy esforzando para conocerte.

Esta vez la chica sonrió y miró fijamente al estudiante de intercambio.

—Buena jugada, chico —afirmó Jade.

Alan había sido inteligente, no intentó acercarse a la chica con los clichés de siempre, la había estudiado y se había interesado tanto por ella como para saber sus gustos, era por eso que le había regalado la película "Tijereteando" en Blue Ray con escenas nunca antes vistas. O'connor sabía que ya había ganado un punto con ella.

Tres días después Alan se le declaró cuando llegó con un café negro con dos de azúcar al casillero de Jade. Ella lo rechazó, Alan lo sabía, sin embargo, no se dio por vencido. Y trece días después logró tener una primera cita con la impredecible Jade West.

—¡Holis Beck! —Cat saltarina se acercó al canadiense, él le devolvió una sonrisa y con un movimiento de cabeza la saludó—, ¿cómo has estado chico despeinado? —se rió de su propia mala broma.

—Muy bien —reconoció el muchacho.

—¿Cómo estuvieron las vacaciones en Canadá? —preguntó la pelirroja mirándolo fijamente.

Beck asintió con una sonrisa.

Era su primer día de clases después de dos semanas y un par de días ausente, se había ido a Canadá por el noveno cumpleaños de su tía abuela.

—Divertidas —contestó el chico. Cat sonrió.

—Es divertida la palabra Canadá —dijo y Beck rodó los ojos. Algo típico de Cat, cambiar el tema y decir algo completamente incoherente, estaba acostumbrado a eso.

Aquel día, sin saber porqué, Beck se sentía observado, como si la mayoría de los estudiantes de Hollywood Arts estuviese atento a cada uno de sus movimientos. Era extraño, sin embargo, creía que era por haber desaparecido por tantos días y la gente se había preguntado hacía dónde había ido.

Sin embargo, cuando terminó de sacar lo cuadernos de su casillero y se giró para ir a clases con la voz de Cat en su oído mientras contaba una historia sobre su hermano y algunos canadienses supo el porqué había sido el centro de atención aquel día.

Jade entró a la escuela con un vaso de café en su mano y justo detrás de ella, muy cerca de su cuerpo se encontraba el chico de intercambio. Alan O'connor.

Beck sabía que el chico iba tras de Jade, pero pensó que dos semanas siendo rechazado por su ex novia aburrirían al chico. Pero parecía que no sucedió y que fue al revés, al final, Jade se había aburrido de rechazarlo.

Casi igual como sucedió con él.

—¡Jadey! —gritó Cat a su lado, Beck hizo una mueca de disgusto ante la voz chillona de su amiga pelirroja que lo sacó de sus pensamientos.

Cat se acercó saltarina a la chica y comenzó a hablar sobre quizás qué cosa.

Beck seguía mirando fijamente a su ex novia, detrás de ella seguía el chico de intercambio, mientras Jade hacía como si le prestase atención a su amiga Cat, O'connor había sacado su celular y se había puesto a revisar quizás qué cosa.

Frunció el ceño.

Bueno, que él estuviese tan cerca de Jade no quería decir nada, ¿verdad? Es decir, André también se acercaba así a Jade y eso no quería decir que ambos estuviesen saliendo o algo por el estilo.

Decidió disimular de mejor manera su escudriño hacia la situación en la que estaba su ex novia, así que sacó un cuaderno e hizo como si leía la materia mientras que por el rabillo del ojo seguía observando la situación, se apegó a la esquina de los casilleros e intentó agudizar sus oídos, pero lo único que oyó fue la voz de Cat.

Unos segundos después, O'connor guardó su teléfono en su bolsillo y miró a Jade. Escuchó algo de que tenía que ir a clases y que la vería luego, y entonces, pasó.

Él se irguió hacia la pelinegra y le robó un beso en los labios.

Beck quedó aturdido y pegó su vista por completo en donde estaba Jade. ¿Había visto bien o al estar mirando de soslayo la perspectiva le jugó una mala pasada? Jade no podía haber permitido que ese nuevo chico la besara sin hacer nada, ¿o sí?

No podía creerlo, realmente no podía hacerlo. Es decir, a él le tomó casi un año y medio lograr que Jade se fijara en él y de pronto aparecía ese australiano y en apenas un mes conseguía a su ex novia.

Cerró su cuaderno con fuerzas y se giró caminando con rudeza, sabía que había llamado la atención de más de algún estudiante, pero los ignoró, de cualquier manera, ya había llamado la atención apenas había entrado a la escuela.

Encontró a Tori y a André cantando una canción en el teatro caja negra. Se acercó a ellos pareciendo casual y apenas ambos lo miraron le sonrieron.

Tori se levantó de su asiento y se acercó a él para abrazarlo suavemente.

—Te habíamos extrañado, Beck—habló la media latina.

Beck falseó una sonrisa.

—También los extrañé —aseguró y luego acercó una silla hacia donde estaba André junto a su teclado—. ¿Alguna novedad? —preguntó intentando parecer casual.

Ambos amigos se dieron, por unos milisegundos, unas miradas significativas que no pasaron desapercibidas por Beck.

—Bueno, tenemos nueva canción —dijo Tori con una sonrisa nerviosa.

—Tienen nuevas canciones cada semana —apuntó Beck, dando a entender que aquello no era una novedad.

André rió nerviosamente.

—¿De qué novedad hablas? —preguntó entonces el moreno.

Beck se encogió casualmente de hombros.

—Ah no sé, quizás que Sicowitz dejó el agua de coco, o que Robbie se deshizo de Rex, o que Jade está saliendo con ese chico nuevo de intercambio —al decir lo último elevó una ceja, tanto André como Tori lo miraron con la boca abierta.

La media latina se removió incomoda en su puesto y miró al chico, preocupada.

—¿Te molesta? —preguntó la chica sintiéndose culpable.

—No te quisimos decir porque creíamos que no te iba a importar —reconoció André hablando atropelladamente.

Beck sacudió su cabeza con suavidad.

—No me molesta —aseguró él—, Jade y yo hemos roto, ella puede salir con quien quiera, sin embargo, no por eso no me voy a preocupar por ella, quiero decir, que el chico sea bueno y la cuide.

—Créeme —susurró Tori—, es bueno con ella.

—Sí, hombre —continuó su mejor amigo—, la cuida y realmente le gusta, Alan es agradable.

Beck quiso arrugar el gesto, ¿eso quería decir que Jade ya lo había presentado a sus amigos?

—¿Él ya ha salido con ustedes? —preguntó el canadiense, ambos muchachos sacudieron sus cabeza afirmativamente.

—Fuimos a Nozu, él es agradable —aseguró André.

Beck torció una sonrisa nuevamente.

—Me alegra oír eso —respondió.

Ambos chicos se miraron por unos segundos para luego mirar a Beck. El canadiense les dio una última sonrisa antes de avisar que iría a clases, se levantó de la silla y salió del teatro. Sabía que sus amigos no le habían creído, pero, ¿cómo iba a pedirle a sus amigos que le creyeran si ni él mismo lo hacía?

No era como si siguiese enamorado de Jade, porque no lo estaba…Es decir, ellos rompieron hace ya bastante tiempo, era obvio que ambos iban a rehacer su vida, ¿por qué entonces sentía como si algo no estuviese bien?

Quizás, solo quizás, era porque tenía el presentimiento que ese tal Alan O'connor escondía algo, algo malvado, como un secreto oscuro o algo así.

Beck sonrió para sus adentro.

Sí, eso debía ser y por mucho que ya no amase a Jade, no podía permitir que alguien le hiciese daño, después de todo, ella siempre sería alguien muy importante para él.


"No puedo seguir con tu forma de dar vuelta las cosas, debajo de tu pulgar, no puedo respirar." -Turning table, Adele.


¡Hola! De nuevo.

Ya sé, ya sé, ¿por qué estoy actualizando una nueva historia si aún no termino la anterior (Entre mundos), bueno, muy fácil de contestar, no es que no he tenido tiempo ni nada, solo falta de inspiración con esa historia pero créanme que ya volverá porque prometo no dejarla inconclusa, ni menos faltando solo un capítulo para el final.

Ahora, con esta historia. Me he dado cuenta (desde que me volví adicta a esta hermosa pareja) que hay tan pocas historias Bade en español, que espero mis locas historias puedan contribuir a la causa que yo misma cree de "crear más Bade en español", no es una causa muy grande, de hecho soy la única participante. Como sea, este fanfic constará de capítulos cortos, sin sobre pasar las 3000 palabras y creo que será largo, porque bueno, la trama recién comenzará (es decir, el climax de la historia, de lo que tratará principalmente) como en el capítulo 10 o algo así, ya voy bastante avanzada en realidad, voy como en el capítulo cinco, es solo que no quería subir nada porque, bueno, no estaba segura de tener toda la idea formada en mi mente, pero ahora sí que la tengo y bueno, por eso que lo subo.

Espero les guste y me lo hagan saber dejando algún comentario, son muy bienvenidos y me alegran el día.

¡Saludos!

Cuídense.

Emilia.