HEEEEEEEEEEEEEY!
ja! no me imaginé que estaría de regreso a FF tan pronto, es más aun debo de escribir la adaptación de Bioshock Infinite, pero eso de imaginar historias en la madrugada mientras escuchas el soundtrack de Valiant Hearts...pos aquí me tienen de nuevo. Aclarando ciertas cosas este fic tendrá muchas similitudes con otro que tengo que se llama cartas desde Verdún, solo que aquí espero bajarle al drama y escribir algo más ameno y menos triste, retomo el estilo de escritura epistolar con el diario de Levi así que espero les guste, por cierto que dedico este fic a Kat Harley, una de mis autoras favoritas en FF que por sucesos desafortunados decidió mudar todos sus fics a otro sitio, le mando un abrazo y espero les guste esta nueva historia sin más les dejo el ya típico...
la mayoría de los personajes aquí mencionados perteneces a Hajime Isayama.
Tras la última bala disparada, el último soldado caído en batalla, el último plan de guerra efectuado y la derrota de Alemania toda Europa comenzaría a paso lento a regresar a la normalidad, quienes tuvieron suerte de seguir con vida pudieron curarse las heridas y regresar a vivir, a pesar de que los horrores de la guerra dejan una cicatriz que cala en lo profundo de quienes la sufrieron, siempre existe la posibilidad de mirar hacia el mañana con la esperanza de las generaciones futuras no cometan los mismo errores.
Entre los afortunados en decir que había sido un soldado que logro vivir para contar otro día más durante los 6 años que duro la guerra, se encontraba el sargento Levi Ackerman, originario de Francia se unió al ejercito al poco tiempo que Alemania atacó su nación, después de todo los Ackerman siempre habían sido hombres de batalla, como el padre de Levi antes que él y su abuelo antes que su padre, se las arregló para sobrevivir en toda pelea y asedio en el que se encontrase, tal vez por amor a la patria, instinto, rabia, deber; sim embargo Levi pasó por todo esto para poder volver a ver a su familia. Tras los primeros bombardeos en Lyon el padre de Levi decidió que era mejor escapar al extranjero cuando aún había tiempo.
Despedirse de Hanji fue difícil, a veces una simple promesa de regresar con vida no basta, menos cuando existía una mar de separación, sabiendo que la comunicación sería poca y que muy posiblemente no habría un reencuentro, sí en definitiva era difícil, pero la despedida se volvió casi un imposible cuando Levi tuvo que explicarle a su hijo de 3 años que iría a un viaje con mamá y los abuelos pero que papá no estaría con ellos, que él tenía que quedarse. Levi aún recuerda lo que le dijo a su hijo esa tarde en el puerto de Marsella…
-¿recuerdas los truenos de hace unos días?—preguntó Levi a su hijo mientras lo tenía en brazos
Gabin solo movió su cabeza afirmativamente ante la pregunta de su padre.
-entonces recuerdas lo mucho que te asustaron ¿cierto?—recibió otro silencioso sí—bueno no iré con ustedes porque debo de detener esos horrendos truenos, además alguien debe de quedarse a cuidar la casa
-Sonny y Bean pueden hacer eso papá
-tal vez…pero puedo hacer un mejor trabajo que solo dos perros
Levi le dedico una leve sonrisa, le dio un beso en la frente y le pasó a Gabin a Hanji; un beso y un abrazo de despedida después, vio como toda su familia subía a un barco rumbo a América. Ver la mirada de Hanji por última vez y la de su hijo sembró en el Sargento la determinación de que pasara lo que pasara e hiciera lo que hiciera, los volvería a ver, cumpliría su promesa, tanto de eliminar los truenos que le causaban miedo a Gabin como el de reunirse con ellos en algún punto en el futuro cuando toda esa situación bélica se terminara.
Y ese punto en el futuro, ese día… había llegado, ahora Levi Ackerman era el que estaba en el puerto de Marsella, estaba tomando un barco para reencontrarse con su familia, con su amada Hanji y con su ya no tan pequeño hijo. Dada la poca comunicación que pudo mantener con ellos, solo sabía que se habían asentado en Nueva York, en la isla de Manhattan para ser más exactos, de esto ya hacía más de 4 años, tenía la esperanza de que siguieran viviendo en la misma casa, no se había molestado en intentar enviarles otro telegrama ya que por los estragos de la guerra las comunicaciones entre Estados Unidos y Francia eran limitadas al uso exclusivo del gobierno, y en cuanto a mandar una carta…bueno él posiblemente llegaría primero antes que la carta misma. Así que ahí estaba Levi, montado en un barco con destino al reencuentro.
Diario de Levi Ackerman
16 de noviembre de 1945
Parece como si fuera apenas ayer que besé los labios de Hanji y la frente de Gabin por última vez antes de que subieran al barco junto con mis padres, debo de admitir que esa escena se repitió en mi mente una y otra vez cada que cerraba los ojos todas las noches al dormir en las trincheras, en las barracas, con la espalda pegada a un tronco, también me ponía a recordar tiempos más felices cuando caminaba con la tropa hasta algún otro punto estratégico, sin embargo debía de auto suprimir los recuerdos, para que no me mantuvieras con la mente ocupada cuando el cuerpo tenía que reaccionar.
Si soy honesto en cuanto a vea a Hanji quisiera encerrarme con ella en una habitación al menos 3 días para poder amarnos como hace mucho no los hacemos, no sin antes primero jugar con Gabin, contarle historias y decirle como lo he extrañado. Estoy llegando a un momento en que no puedo creer que dentro de unas cuantas semanas los volveré a ver, poder abrazar el cuerpo de mi esposa mientras el olor de su cuerpo me arrulla, escuchar de nuevo los cuentos inventados de Gabin intentando encubrir una travesura, el olor a té que mi madre me prepara especialmente a mí y las partidas de ajedrez con mi padre.
Haciendo una lista de todo lo que quiero hacer apenas los vea, puedo decir que todo ha valido la pena al menos para mí, las heridas de bala, los gritos de soldados que ya no están con vida y que se empeñan en seguir su lamento en mis pesadillas. Aunque me pregunto si todo eso valió la pena para el resto, para los gobiernos y para los dictadores, haber ocasionado tanta muerte…y al final para qué, para que las cosas terminaran igual solo que con familias enteras destruidas al igual que los cimientos de las ciudades y pueblos. A este enfrentamiento le tengo un rencor descomunal, me separó por mucho tiempo de lo que más amo y se llevó la vida de muchos de mis amigos, debo de considerarme afortunado por poder haber tenido la oportunidad de sacar a mi familia del país antes de que la suciedad de la guerra los alcanzara.
Hablando de suciedad…no hay lugar en el que no aprendas a valorar la limpieza y el orden que el campo de batalla, jamás me agradó la idea de arrastrarme por el fango para poder evitar el fuego enemigo sin embargo el lodo, la sangre y la mugre eran un monto justo a pagar con tal de seguir con vida un día más, me di cuenta que no hay aliciente más grande que las ganas de volver a ver a tus seres queridos, claro está sin la preocupación de que tal vez ya no sigan con vida. Como sea ya se lo que le diré a Gabin en cuanto lo vea, hijo terminé con los truenos…
espero les haya gustado, ya sabes que cualquier cosa me la pueden hacer saber con un chulo review.
gracias por leer
ELI251
