N/A: Bien, heme aquí de nuevo (No me extrañaron...o sí? XD). Primero que nada, quiero agradecer profundamente todas sus palabras de aliento para mi y mi pequeña historia "Acerca de Miel y Suspiros", realmente no esperaba que nadie lo leyera XD
Gracias a eso, me he atrevido a prepara un nuevo relato, este dividido en dos parte, la segunda esta en pleno proceso, es más, mientras preparo esto, la voy escribiendo XD, por lo que estimo estará publicada en la brevedad.
Disclaimer: Ningún personaje de este fic me pertenece, son todos propiedad de J.K. Rowling (Dios sabe que yo no les hubiera dado esos destinos XD)
Una Ultima VezLas nubes en el cielo se arremolinaban en salvajes gamas de morados y grises, mientras en el horizonte se dibujan rayos de luz al compás del imponente rugido de los truenos. Los terrenos de Hogwarts se dibujaban tétricos, el césped, normalmente verde, no era mas que una masa marrón y pantanosa. A su vez, los árboles del campo, así como los del bosque prohibido crujían de manera escalofriante, como si fuerzas invisibles pugnaran por liberarlos de raíz.
Este lúgubre panorama era el único testigo de la carrera de un hombre desesperado, un hombre ajeno a los festejos del resto de sus compañeros, quienes celebraban con alegría el final de la segunda guerra, y, en consecuencia, la caída de Lord Voldemort.
Las pesadas gotas caían con fuerza sobre sus cabellos, de un color castaño claro, volviéndolos así de un tono un tanto mas oscuro, sus ropas, despedazadas y embebidas en agua helada y sangre parecían hacerse cada vez más pesadas, sin embargo, nada parecía importarle ya, pues ahora seguía las huellas del traidor, por lo visto, hoy sería el día en que finalmente saldara cuentas con Peter Pettigrew...
Su poderoso olfato se hallaba un tanto confundido por las fuertes cantidades de sangre, provenientes de todas direcciones, sin embargo, con cada paso, el aroma familiar se hacía cada vez más intenso, así como su deseo por alcanzarlo.
-Por lo visto... – Remus Lupin reflexionó para si mismo, sin detener en ningún momento su carrera desesperada – Peter no es el único que ha decidido retirarse...-Corroboró su afirmación al sentir como los aromas de los distintos mortifagos se dispersaban, en su mayoría rumbo a Hogsmeade – Supongo que veían esto como una victoria segura...también olvidaron que nadie puede desaparecerse en estos terrenos... Su estupidez será su tumba.
Corrió, esquivó fosos, eliminó gorros rojos y corrió un poco mas, cada paso representaba el acercamiento a su viejo amigo, un paso rumbo al pasado, un paso rumbo al futuro.
Por simple conmiseración al deseo de Harry, decidió perdonarle la vida hace cuatro años, sin embargo, no supo aprovechar ese perdón, al contrario, solo reafirmó su lealtad al lado oscuro, por su culpa, Voldemort, el mago tenebroso mas poderoso que el mundo halla visto regresó a la tierra, por su culpa, el chico Diggory tubo que morir, por su culpa, los mortifagos tenían derecho a caminar entre las demás personas, solo por su culpa...Es que Él tubo que dejar este mundo...
Finalmente, llegó a un claro, en el que un único árbol danzaba con el viento, el Sauce Boxeador agitaba sus ramas golpeando en vano los millares de gotas que caían sobre su copa. Unos metros mas allá, la espalda de una figura rechoncha se mordía las uñas y buscaba un escondite de manera expectante.
-Supongo que habrás notado el hechizo que bloquea tu transformación en estos terrenos – Comentó mientras trataba de calmar su respiración tras su viaje maratónico – Es un toque personal de mi parte, Peter – Al percatarse del origen de la voz, la sombra se volteó horrorizada, mostrando a un hombre encogido, con la coronilla calva y la nariz puntiaguda, los ojos acuosos de Peter Pettigrew no habían cambiado
-Re...Remus!- susurró en un tono aterrado mientras sus ojos tomaban la forma de galleons y sus labios temblaban, divididos entre el frío y el pánico.
-Supongo que entenderás el hecho de que tendré que matarte, mi buen Peter – Comentó el hombre lobo con la mayor tranquilidad, como quien comenta el clima.
-Ja! – Reprochó el otro con sarcasmo, su voz temblaba, pero parecía un tanto envalentonado – Hace 16 años pude encargarme de tu..."querido" Sirius...jeje, que te hace pensar que tu representas un riesgo? – Ambos se lanzaban miradas asesinas, mientras las gotas de lluvia bañaban sus cuerpos y los rayos acompasaban sus latidos – El señor de las tinieblas me llenó de conocimientos, poderes con los que tu, bestia asquerosa, no podrías ni soñar.
-Pero a cambio de eso, perdiste mucho más... – comentó con frialdad, para luego suspirar ante el rostro incrédulo del mortifago – Haz dicho que tu Señor te enseñó trucos...pero Él ahora esta muerto, y te juro que, en nombre de ellos, pronto tu también lo estarás...Varita preparada! –gritó alzando su propio instrumento.
-Demasiado caballeroso...-comentó el otro con una risita arrogante, en lugar de sacar su varita alzó su mano derecha y gritó- Erdbeben! – El camino que los separaba se vio abierto por una potente explosión, quedando en su lugar, tan solo un surco humeante, sin embargo, con un batir de su capa, Remus se había desvanecido.
-Maleficio del Terremoto? – Siseo una voz al oído del animago quien se sobresaltó con espanto – Eso es muy del manual... mi buen Peter
-Pero que demo... Petrificus Totalus!- gritó girando en sus talones, solo para dar de lleno en el tronco del Sauce quien en lugar de quedarse quieto, se agitó con aún mayor violencia, agitando sus ramas como si fueran puños amenazantes
-Petrificus Totalus?...Ese es el truco que te enseñó tu maestro? – Susurró en forma burlona una voz proveniente desde ningún lado – En ese caso tendré que andar con cuidado!
-Que diablos está pasando!... – El hombre de baja estatura giraba sobre su propio eje, buscando el origen de la voz, sin embargo, no podía ver nada mas que lluvia y lodo- Nadie puede desaparecer ni re aparecer en este maldito lug...- No pudo terminar la oración, pues un potente rayo de chispas azules lo derribó, llenándolo de lodo y manchas de césped, además de darle una quemadura desagradable en el hombro izquierdo, levantando su vista del fango contempló a un Lupin con una mueca sonriente, quien sujetaba en su mano izquierda un genero plateado, sus ojos entonces se abrieron con entendimiento.
-Verás Peter...-comentó el hombre lobo con frío sarcasmo, apuntando con la varita a su viejo compañero de clases – Esto es lo que llamamos una capa invisible, tiene la rara cualidad de volver...invisibles a las personas que las usan – Lo miró con desprecio y prosiguió- Levántate y pelea como un hombre, no me interesa acabar con la vida de un niñito asustado que gimotea por salvación...
-Mi buen Remus...- susurró de manera temblorosa- no te recordaba de tan mal genio, juraría que odiabas la violencia...
-Y aún lo hago – Consintió el otro – Sin embargo, cometí el error de confiar en ti, y eso es un error que debo corregir...
-Tus poderes son muy grandes, Remus – comentó Peter en susurros, mientras sus ojos analizaban todo el terreno en busca de posibles rutas de escape – Sin embargo, tu sabes que nunca serás aceptado en esta sociedad, por más que lo intentes, nunca serás como ellos, mi señor te ofreció su apoyo, la posibilidad de la libertad para la raza de los hombres lobo, te ofreció la posibilidad de vengarte de todos aquellos que hicieron y harán de tu vida un infierno, entonces...por qué? Por qué no lo aceptaste?
-El que me preguntes el porqué es la mayor muestra de que nunca supiste apreciar la amistad que se te ofreció – Sentenció el joven de cabellos castaños con frialdad
-Ja!- volvió a pronunciar de manera despectiva- Yo ofrecí amistad, y tan solo recibí burlas, solo fuí el zángano de James y el bufón de Sirius cuando Snape no estaba cerca, y tu...siempre perfecto, recibiendo todas sus atenciones y cuidados, ellos eran hermanos, y tu su favorito...no te imaginas cuanto los odie!
-Dios Santo...estas enfermo – Susurró con repugnancia, y bajó un tanto la varita, consecuencia de la ira contenida
-Después de todo, las personas malvadas no nacen... – alzó su brillante mano derecha y extendió el dedo índice que se estiró varios metros, atravesando el hombro derecho del hombre lobo, quien se vio derribado por la fuerza del impacto, mientras su varita voló unos tres metros. Finalmente, Peter se puso de pie y retorció un poco mas el dedo que ya poseía una longitud de aproximadamente 6 metros y fijaba con fuerza al hombre de cabello castaño contra el suelo pantanoso, el hombre lobo cerraba sus ojos con fuerza para no gritar de dolor - ...Sino que se hacen
-Esa...esa mano – susurró con dolor, tratando sin éxito, de quitar la varilla de 10 centímetros de diámetro con ambas manos
-Te gusta? – Preguntó moviéndola en modo circular, provocando un alarido de dolor por parte del Profesor Lupin- Fue un regalo de mi Señor, un premio a mi lealtad y servicio, esta hecha de plata pura y puedo moldearla a mi voluntad...en lo personal me parece más útil que una capa vieja...Por cierto, no que la plata es...
-Un poderoso veneno para los hombres lobo...Si – coincidió Remus- La plata es venenosa para cualquier sangre, sin embargo, las dosis ínfimas son capaces de neutralizar a las criaturas oscuras, como hombre lobos y vampiros...me asombras Peter, pero aún no puedo morir, no hasta que hayamos saldado cuentas...
-Remus, no estas en condiciones de negociar nada- comentó el roedor- Con solo un movimiento...-susurró estirando el dedo medio de su mano de plata, hasta que se encontrara a unos milímetros de la frente del hombre lobo- puedo terminar contigo, incluso ahora, la plata ya esta en tu cuerpo, aunque no te mate, tu capacidad de movimiento debe ser casi nula...Por cierto, supongo que habrás notado que el señor de las tinieblas sigue vivo y está contra atacando... Puedes olerlo, no es así? –Fue el turno de los ojos de Remus para tomar el tamaño de galleons, sus fosas nasales se vieron llenas de ese intenso olor a muerte y sangre, giró un tanto su rostro, en dirección al castillo, y pudo comprobar con horror como centenares de rayos y chispas rojas iluminaban el cielo nocturno.
-El nunca se fue- comentó con una risa engreída- Puedo decirlo por que esta mano –movió un poco mas el dedo provocando un nuevo grito de Remus- esta hecha a base de su mismísima fuerza vital, si la mano sigue entre nosotros, su creador también...Sabes algo Moony? No me sentía tan bien desde hace años! No me divierto así desde hace 16 años...que tiempos aquellos, no lo crees?
-Fu...ck...You –contestó en un susurro adolorido
-Eres un perro muy mal hablado- comentó con una mueca desagradable alzando una varita bastante corta con su mano izquierda- Será mejor que te re eduque...Crucio! – La sensación de cuchillos candentes cortando su cuerpo lo obligaron a retorcerse, haciéndose aun más daño por el fuerte agarre de la varilla metálica en su hombro. Tan rápido como comenzó, el efecto del maleficio terminó – Ha...esto me llena de recuerdos...
-Recuerdos...-repitió el otro de forma mecánica, en un estado de semi conciencia
-Si...recuerdos... Durante nuestros comienzos en Hogwarts...Siempre me subestimaron bastante, ya fuera para burlarse, o para tenerme lastima...siempre me subestimaron, los profesores creían que era un idiota, al igual que la mayoría del colegio...También recuerdo... recuerdo cuando me enamoré...-Peter dibujó una sonrisa nostálgica- Fue en el tercer año...era un amor prohibido, sabía que esa persona estaba fuera de mi alcance, sabía que de cierta forma me apreciaba, si... pero no lo haría nunca de la manera que yo deseaba...Merlín, ni siquiera podía aspirar a ser una de sus tres personas favoritas! –suspiró- Hice de todo para que me notara, pero como crees que me pagó?...ENAMORÁNDOSE DE LA MALDITA EVANS! – gritó con enojo mientras el rostro de Remus se llenaba de asombro- Así es, desde ese entonces estoy enamorado de James Potter...Me enfermaba dormir a solo unos metros de él y no poder tenerlo, solo por él te acepté a ti, así como solo por el me transformé en un maldito animago y solo por él me metí en tantos malditos problemas! – Su respiración era agitada, furiosa- No es justo, por que es que tu, un condenado hombre lobo, pudo tener la oportunidad de ser correspondido mientras que yo no tuve nada!...No te imaginas como los odie por eso... tu con tus sonrisitas tímidas y Sirius con esa manía de tocarte cuando creían que nadie los veía, los odiaba por que sin proponérselo llegaron mucho más profundo al corazón de James de lo que yo jamás habría soñado con llegar
Finalmente, odie a Evans, su estúpida intromisión alteró todo el orden de mi condenada vida, por ella tuve que perder a Prongs del todo, la odie por habérmelo arrebatado y a ustedes por haberlo consentido y alentado para que lo hiciera.
-Así que...por eso es todo esto?- Preguntó Remus, agitando la cabeza para espantar la sensación de nauseas, e intentando liberarse del abrazo de la plata con todas sus fuerzas.
-En el séptimo año...- Prosiguió el sujeto de baja estatura, como si no hubiera sido interrumpido- Lily y James entraron a nuestro cuarto llorando, tú y Sirius jugaban al ajedrez y yo terminaba un trabajo para Flitwick...Al ver como estaban, nos asustamos, pensamos que habían sufrido un ataque o algo así, después de todo, el hermano de Natalie Parker había caído luchando contra los mortifagos hacía solo tres semanas...Pero cuando preguntamos, solo negaron...entonces Lily alzó su mano izquierda y lo vimos, un anillo relucía con fuerza, todos comprendimos y comenzamos a llorar a mares, Sirius te beso y luego comenzaron a abrasarse...Yo también lloré por ese anillo...no te imaginas cuanto
-Peter...
-Evan Rosier...recuerdas ese nombre? El era un Slytherin, dos años mayor que nosotros, pero también era mi primo...durante el verano tras el final de nuestro séptimo año...apareció una noche en mi departamento, me prometió una cura para mi dolor, y sin dudarlo, lo acompañé al encuentro de su maestro...El Señor de las tinieblas...me recibió con los brazos abiertos, me dijo "Si me sigues de manera incondicional, te ofrezco las cabezas de quienes te han hecho sufrir"...Esa misma noche me transformé en su espía.
-No tenías derecho, aunque James no halla podido corresponder tus sentimientos...Ni Él, ni Lily, ni Sirius, ni yo...Ninguno de nosotros te dañó nunca a intención – Su única respuesta fue una segunda varilla de plata, esta vez enterrada en su hombro derecho, el sopor de la lluvia constante se vio cortado por un grito desgarrador
-Como te decía...-comentó el otro sin más, agitando un tanto el dedo anular, castigando a su rival por su interrupción- Durante los siguientes meses, mi señor fue armando su plan, para sembrar el rumor de que existía un espía entre los miembros de la orden, realizó alianzas con los clanes de hombres lobos mas poderosos...luego...
-...Se apareció en nuestra casa... mientras nosotros cenábamos...y... me ofreció un lugar de privilegio en sus planes, luego se desvaneció, pero Sirius y yo...
-Dos días después de eso, Sirius llegó al cuartel general, solo estábamos Lily, James y yo...Parecía aterrado, aterrado ante la posibilidad de que fueras a aceptar ser parte de ello, pese a que Lily y James se lo negaban rotundamente, tras llorar por al menos una hora decidió que cambiáramos, me transformó en el guardián del secreto, me otorgó la vida de James y Lily...Sirius tenía razón, fue el mejor momento de mi patética vida. – Su vos fuerte y clara se transformó en un siseo venenoso- Nadie lo vio venir, el castigo para quienes destruyeron mi corazón fue la muerte, el castigo para quien me humilló tantos años sería una vida de culpa y eterna humillación, para ti, dueño de la perfección eterna...solo una vida de eterna miseria, por que ambos sabemos, mi querido Remus, que el haber perdido todo cuanto amaste, es aún peor que la misma muerte
-Definitivamente estás enfermo! – Gritó el otro, mientras intentaba sofocar las lagrimas de ira e impotencia que resbalaban por su rostro – Como pudiste ser tan injusto con quienes de una forma u otra abrieron su corazón para recibirte?
-La vida es injusta Remus!-Gritó el animago Pettigrew mientras un rayo rugía en la distancia- Siendo un hombre lobo deberías saberlo! – Rió ante su propio comentario, batiendo enérgicamente su mandíbula, mientras el hombre de cabello castaño hacía intentos inútiles por liberarse de su prisión de plata- Como fuere...Va siendo hora de que me retire así que...alguna ultima declaración?
Los ojos dorados de Remus Lupin brillaban de manera hipnótica, el flujo de las lagrimas se había cerrado por completo, siendo limpiamente lavado por la cortina de lluvia constante.
No parecía tener ningún plan de escape, tampoco lucía amedrentado, al contrario, su expresión furiosa e impotente se vio reemplazada por una sonrisa incentivadora, muy similar a la que usaría para animar a un alumno que pareciera inseguro acerca de su respuesta sobre las propiedades de los boggarts.
-Sabes por que los magos usan varitas?- preguntó de manera profunda mientras los mechones veteados en gris se hundían mas y mas como consecuencia de la lluvia
-Qué? – Preguntó el otro, sin disimular su desconcierto, su ceja derecha arqueada con poca elegancia y una mueca estúpida en sus labios.
-Pregunté si sabías el por qué los magos usan una varita...- Comento en tono cortes, como si se mantuviera en una charla con un alumno particularmente lento – Como explicarlo...Veras, la magia que reside dentro de los hechiceros es como agua dentro de un tanque, si se acumula demasiada magia dentro del tanque este explotaría, del mismo modo, si quisiéramos liberar solo un poco de esa agua, terminaríamos por encontrarnos con un torrente destructivo, en cambio, si usamos un grifo, saldrá solo la cantidad precisa de líquido.
-Y...qué con eso? – Preguntó arqueando una ceja de manera descortés
-Oye, vas a matarme aquí! – Comentó con un calmo tono resuelto - Qué mas te da si te ilumino un poco antes de que lo hagas?
-No me provoques...- Murmuró mientras el dedo medio de su metálica mano volvía a enfocarse en un punto entre los ojos del hombre lobo
-Como te decía – Comentó de manera fuerte y clara, como si continuara en su vieja aula –La magia dentro de los hechiceros es inestable, como una caldera con demasiado vapor por lo cual no puede ser usada directamente, de lo contrario, podría herirse de manera mortal a otras personas, o incluso al mismo usuario. Las varitas no producen magia, sino que la regulan, la hacen estable y apropiada para el uso...sin embargo, existe una clase de magos que poseen la habilidad de manejar sus poderes sin el uso de varitas, una cualidad muy rara, dominada solo por aquellos con cualidades natas para la magia...fascinante, no lo crees?
-Sin duda...-comentó tratando de suprimir un bostezo- Ahora, si no te importa...-comentó alzando el brazo izquierdo, en el que, la varita ya danzaba liberando un ligero haz de chispas verdes
-Sabes por que te cuento todo esto, no...? – preguntó el joven Lupin, quien hace rato desistió de luchar contra las varillas metálicas que lo oprimían y, por el contrario, se mostraba de brazos cruzado y con una ceja arqueada, como si hubiera pescado a su enemigo comiendo goma de mascar en su clase
-Haciendo tiempo para ver si alguien viene a rescatarte...? – Preguntó el otro, un tanto al azar, mientras apuntaba con cuidado
-No...-Respondió el otro con suavidad, inclinando un tanto el rostro, dejando fuera de la vista sus brillantes ojos ambarinos, finalmente, los ojos de miel encontraron las pupilas acuosas, y concluyó – Solo quería explicarte...¡EL PORQUÉ TE MORIRÁS HOY!
Con una rapidez abismal, atribuible solo a su condición lupina, Remus alzó su mano derecha y, ante el horror de un estupefacto Wormtail, su palma expulsó una potente y enorme bola de fuego, con la consistencia de un puño gigantesco, el cual impactó de lleno en el estomago del mortifago, alzándolo por los aires y depositándolo unos diez metros mas allá, en las cercanías del sauce boxeador, liberándose así Lupin de su prisión de plata.
-Ma...maldito – Susurró el hombre de calva coronilla con respiración agitada, usando sus largos dedos metálicos a forma de grotesco bastón, la mitad delantera de su túnica se mostraba carbonizada, y algunas partes de su piel lucían brillantes quemaduras, intentó incorporarse, solo para recibir el golpe de una de las ramas mas poderosas del árbol encantado, que bastó para hacerlo rodar colina abajo, solo a unos metros del hombre lobo
-Por cierto...-Comentó en tono casual el sujeto de cabello castaño mientras contemplaba con fascinación las heridas en sus hombros que lejos de cicatrizarse, habían tomado un color verde ponzoñoso, mantenía los brazos cruzados y su capa ondeaba al son del viento tempestuoso- Eso fue un hechizo no verbal, significa que no hace falta que hable para poder patearte el trasero – Wormtail se limitó a gruñir- Ahora de pie...Varita preparada!
Continuara
N/A: Espero les haya gustado esta primera parte, si desean dejar un review ( u opinión si eres nuevo/a y no sabes de que hablo XD) solo oprime el botón color...índigo? del rincón izquierdo. XD
Por cierto, me han dicho que por una nueva regla no se nos permite a nosotros, los autores, responder a los reviews, así que solo dejo saludos generales, si a cualquier lector le interesa charlar conmigo, puede hacerlo a Pent,sage (reemplaza la coma por un guión bajo y es cuenta de hotmail)
Como fuere, saludos y sincero cariño de mi parte
Les deseo Suerte
Viosil Uab
