Nota: Bien chicos, antes de seguir me gustaría decir que esta historia se me ocurrió mientras venía de camino del trabajo. Estaba pensando en la otra fic de "Siempre hay una razón para todo" y de repente mi mente saltó a una versión mas modernizada de Fire Emblem. Como siempre, mi pareja principal seran Soren y Mia. Espero que les guste. Y no se preocupen, pienso terminar "Siempre hay una razón para todo" Así que no se preocupen.


Capítulo 1: Nuevo ambiente

Una larga limosina se parqueaba en la entrada principal de un gran edificio, el chofer salía de su asiento para abrir la puerta de los pasajeros, donde salen dos hombres jóvenes, uno de larga cabellera verde oscura y piel muy pálida, tan pálida como la porcelana y ojos rojos muy intensos. Tenía rasgos muy finos y aparentaba ser más joven de lo que era. De apariencia muy delicada y casi femenina, a simple vista cualquiera diría que es una mujer. Portaba ropas muy encubridoras, un abrigo largo de lana y unos vaqueros con unas botas, aun cuando era verano, siempre iba muy abrigado. El otro joven, que bien se veía mas alto y mas fuerte, su piel estaba tostada por el sol. Su cabellera era muy corta y de un color azul intenso que iban perfectamente en juego con sus ojos. Tenía rasgos muy masculinos y medía un metro ochenta, al contrario de su compañero el portaba una camiseta roja lisa y unos vaqueros con unos tennis algo sucios y rotos de tanto uso.

Ambos hombres rodaron las maletas que sacaron desde el baúl de la limosina hasta la recepción de dicho edificio. Ese lugar era inmenso, pero ¿Cómo no lo iba a ser? Después de todo era la universidad mas grande en todo Tellius, la universidad Emblema de Fuego estaba ubicada en Sienne la capital de Begnion. Begnion era el país mas rico y mas desarrollado de todo Tellius, no era de dudar que los hijos de funcionarios de otros países tales como Daein, Crimea o incluso Gallia mandaran a sus hijos a estudiar a ese lugar. En ese lugar solo entraba la excelencia.

Se puede decir que la mayoría de los estudiantes era hijos de ricos, funcionarios o incluso de embajadores, sólo la minoría era n becados.

La universidad, si se le podía llamar así era mas bien una ciudad universitaria. Cualquier novato que llegara a ese lugar terminaría perdido en tan solo minutos de poner un pie en el campus.

Los jóvenes entraron a la recepción donde les atendieron dos mujeres muy bien vestidas, llevaban una chaqueta negra, una blusa blanca con cuello y una falda negra por encima de las rodillas. El chico de larga cabellera verde, le entregó un sobre sellado a una de las secretarias, la cual solo asintió.

Luego de unos minutos salieron de la recepción y se dirigieron al dormitorio masculino, los arreglos se habían hecho de tal forma que hasta sus habitaciones estaban en el mismo pasillo, una frente a la otra.

-Vaya… No pensé que tu padre nos pusiera tan… cerca… -Escucho suspirar a su compañero, lo cual le hizo voltearse para verlo de frente.

-Sabes como es mi padre, creo que sería buena idea desempacar.

-Ya… Me alegra estar aquí, no te imaginas lo agradecido que estoy. –El mas alto sonreía ampliamente.

-Ike… No tienes que agradecer, solo me alegra saber que estas aquí es todo.

-Bueno… Eres un gran amigo Soren . –El peliazul le daba varias palmaditas en la espalda. –Iré a desempacar.

-Bien… Yo también iré a desempacar, si necesitas ayuda ya sabes que hacer. –El mas alto asentía.

Y así cada uno se fue a su respectivo cuarto a acomodar sus cosas. Soren entró a su dormitorio, se había quedado justo en la forma en la que lo dejó al graduarse. Cabe destacar que Soren es una eminencia, un joven de apenas veinte y un años de edad ya había hecho la carrera de finanzas, ahora iba en camino a la de lenguas. Todo esto por petición de su padre. El no tenía ningún interés particular por alguna carrera, solo hacía lo que su padre le pedía ya que seguiría la línea de su padre.

Colocó su maleta sobre la gran cama que estaba situada en el centro del cuarto y comenzó a desempacar. No era persona de llevar muchas cosas, solo sacó su laptop, alguno que otro libro y su ropa, la cual fue colgando en el perchero.

Miró su habitación, aun tenía ese mueblo de color horrible y esas cortinas tan gruesas que le encantaban, ya que así podía asilarse de la luz del sol. Eran muchas las veces que su amigo Ike le comentaba que necesitaba sol o se iba a volver vampiro de tan pálida que estaba su piel. Soltó un largo suspiro y una vez que su habitación estuvo organizada se echó adormir una pequeña siesta, la verdad estaba muy cansado y las clases no comenzarían hasta el otro día.


Mientras tanto en el dormitorio femenino se veía a una pelimorada perdida en los pasillos. Tenía ojos verdes esmeralda y era algo alta. Se le había olvidado donde se suponía que su habitación debía de estar. Sacó una hoja que estaba doblada en el bolsillo de su chaqueta y leyó bien el número de su habitación.

-¡Ay rayos! Era en el otro piso… -Con desanimó sujetó la agarradera de su maleta y la arrastró hacia las escaleras.

Al llegar hasta ellas, utilizó su fuerza a su favor y la cargó hasta el siguiente piso, donde terminó con un fuerte dolor de espaldas. Pero eso no era nada, tenía que seguir caminando hasta llegar a su habitación.

La chica iba tan distraída que no se dio cuenta de lo que pasaba a su alrededor y terminó chocando con una persona , tanta fue la fuerza del impacto, que la otra persona cayó de sentón a suelo.

-¡Ay! ¡Fijate por donde caminas! –Le gritó una voz muy femenina.

-…Am…Lo siento no me fije…

Al fijar mejor su vista pudo ver a una chica de larga cabellera negra tirada en el suelo y un poco mas lejos su maleta, la cual se había ido mas lejos por la fuerza del impacto. Pudo notar que tenía ojos de color índigo, y llevaba un vestido muy fino. Ya eso era suficiente para darse cuenta de que no era una chica normal, seguramente era la hija de un embajador o algún presidente.

-De verdad lo siento… -La joven pelimorada le extendió su mano , y para su sorpresa la otra chica la aceptó.

-No importa… Solo fíjate por donde vas. Disculpa tengo cosas que hacer. –Recogió su maleta y estaba dispuesta a irse, pero algo la hizo devolverse hasta donde estaba parada la otra chica.

-¿Sucede algo? –Sus ojos verdes vieron con interés a la otra chica.

-…¿Sabes donde queda la habitación 1A?

-¡Oh! Esa queda justo en frente de la mía, yo la estaba buscando.- Sonreía. –Me llamo Mia… Mia Katti –Le extendía la mano.

-Yo soy Aqua… Aqua Exilión. –La morena tomaba su mano. –Mucho gusto Mia y si… Podemos buscar nuestro cuarto juntas si quieres.

-¡Bien! Mira ya estamos en el piso correcto, por lo que dice esta cosa.. –La chica le mostraba su hoja. – Nuestras habitaciones están en el fondo.

-Tu guiarás el camino. –Le veía algo aburrida, pero de igual forma seguía a la mas alta.

Al llegar al final del pasillo cada una pudo localizar su habitación a Aqua le toco la 1A a Mia la 1D, se despidieron y cada una se fue a su respectiva habitación.

Una vez dentro Mia no pude evitar sorprenderse de lo grande que era su alcoba, pero al mismo tiempo algo así se esperaba, después de todo solo la élite asistía una universidad tan lujosa como esa. La habitacón tenía un pequeño mueble, que por alguna razón le pareció horrible a Mia y una cama tan grande que podían caber dos personas en ella. Unas cortinas muy gruesas que impedían que entrara correctamente el aire, hizo nota mental de cambiarlas luego y la pared tenía un estampado floral que hacía juego con los colores de las cortinas y las sábanas. Iba a desempacar sus cosas pero estaba demasiado cansada como para hacerlo en ese momento y mejor optó por tomar una siesta. Dejó la maleta recostada de uno de los muros y se echó en la cama a dormir.


Se había hecho de noche y Soren aun no podía creer que había dormido por tanto tiempo, lo que mas le sorprendía aun era el hecho de que tenía hambre, cosa que era muy inusual en el ya que era de poco comer. La suerte de ser hijo de un funcionario de su país era que las habitaciones de esa universidad contaban con baños propios y eso era algo que agradecería entermente.

Rápidamente tomó una ducha y se alistó para ir al comedor. Una vez fuera de su cuarto, encontró que su amigo Ike ya se estaba encaminando hacia las escaleras para ir a comer.

-Oye Ike… Esperame… Iré contigo. –Su compañero arqueó una ceja, pero no dijo nada.

-Esta bien, quiero ir antes de que se acabe la comida. –Decía rascándose la cabeza.

-Descuida aquí hay suficiente comida como para una población completa. ¿Dónde te crees que estás Ike? –El moreno usaba uno tono sarcástico.

-Lo se… Pero tu sabes que tengo hambre.

-Y ya vamos a comer .

-Bien..

Para la suerte de Ike Soren conocía todo el lugar como la palma de su mano y no tuvieron problema alguno en llegar al comedor. Allí el peliazul pudo apreciar lo inmenso que era, parecía un castillo. Podía ver como varios estudiantes iban y venían con bandejas de comida y tomaban asientos en distintas mesas hechas de un material que el no pudo recocer, pero que seguramente era muy caro.

Cada uno fue a buscar algo de comida, Soren optó por manzanas y ensaladas. Ike por su parte decidió que tenía mucha hambre y se sirvió carne, patatas, una bebida energética y un pastelillo. El moreno sólo negó con la cabeza al ver la montaña de comida que llevaba su amigo .

Cabe destacar que la montaña era tan grande que obstruía la vista del peliazul, y precisamente por eso se dio cuenta muy tarde cuando chocó con alguien y toda la comida le cayo encima. Lo único que puedo darse cuenta fue de un grito de rabía por parte de una voz femenina.

-¡Oye! ¿¡Que rayos te pasa!? –Le gritó una voz femenina.

Pero el se había quedado inmóvil, estaba totalmente perdido en los ojos de color índigo de aquella hermosa mujer, que aun estando sucia de comida se veía completamente hermosa y angelical frente a sus ojos.

-¿Ike? ¡Ike! –Escuchaba una voz masculina llarmale a la distancia pero le hizo caso omiso.

No fue hasta que alguien le echó un vaso de agua en su rostro que recobró sus sentidos.

-Oye amigo ¿Estas en la tierra? -Muy aturtido vio como una mujer de larga cabellera morada le miraba algo divertida econ las manos en la cintura.

-… -Silencio. Estaba generando que había acabado de pasar, pero no pudo pensar mucho porque Soren lo jaló con fuerza hasta sacarlo del comedor.

-Ike ten cuidado, acabaste de bañar a la princesa.

-¿Princesa? –Preguntó aun aturdido, dirigiendo su miraba al comedor donde pudo pudo ver a aquella joven de larga cabellera negra ser auxiliada por la de cabellera morada.

-Si vas a comer hazlo con moderación para evitar mas accidentes como estos. ¿Me ecuchas? –Su amigo usaba ese tono de regaño cuando hacía algo que no debía.

-Si Soren… Ya entiendo.

-Eso pensé…


Nota: Bueno chicos ¿Qué les pareció? Por favor diganme su opinión en un review la apreciaría mucho n.n