Spoilers de la tercera temporada
Nada mío, todo pertenece al cerebro de Tim Kring
El tiempo era ,indiscutiblemente, algo increíble…
En un momento eres un enfermero desconocido, un don nadie, con un hermano poderoso que acapara toda la atención del mundo.
El que da lástima, al que miran con tristeza. Pobre chico, sólo cuidará a gente moribunda hasta conseguir un empleo de verdad.
Eres aquél que nadie toma en cuenta. Nadie te observa más de una vez, ni espera nada para tu futuro, aquél que estará en segundo plano permanentemente…
Te guste o no.
Y ahora, sin previo aviso, te conviertes en la esperanza de la humanidad, en la salvación del mundo, el único tan noble (o tan demente) para luchar por una causa justa, para ganar, para eliminar el mal en todas sus formas.
Pero claro, no siempre te gusta eso.
Porque ser un héroe es fácil, ¿verdad? Te pones un traje ridículo y sales a combatir a los villanos en la calle. Y te premian y te aman por eso…
No, esa versión no puede estar más alejada de la realidad.
Ser un héroe es sacrificarte, es no importarte tu propia vida con tal de darle otra oportunidad al universo. Y a veces los villanos te dan lástima, y no puedes combatirlos…
No cuando son tu sobrina o tu hermano…
O uno de tus amigos, que anteriormente te habían ayudado…
Cuando tus seres queridos cambian de bando, cuando se ponen contra ti, ¿Ya no es tan fácil ser un héroe, cierto?
¿Y cuando no estas seguro de que puedas hacerlo? ¿Cuando eres joven e inexperto? ¿Cuando los villanos son mucho más poderosos? ¿Cuando estas solo?
¿A quién recurre el héroe cuando está solo?
A veces crees que ser villano es más fácil, que ellos tuvieron la oportunidad de ser heroícos y la negaron, y decidieron ir al lado oscuro por su cuenta, aprovechar todo para sus propios fines…
Según tú, éste es tu destino. Salvar el mundo, sin importar el costo.
El mundo siempre necesitará ser salvado.
Los problemas nunca se acaban, las amenazas siempre existen, el miedo prevalece a pesar de todo, y cuando por fin vences algo, cuando aparece tu victoria y crees que todo por fin acabó…llega otro, de nuevo.
E intentas vencerlo, una, y otra, y otra, y otra vez.
Y el tiempo te consume, las batallas te agotan, no puedes confiar en nadie, y te vuelves paranoico a veces.
El problema de haber sido tan inocente e ingenuo.
Y crees que todo sería mucho más fácil sin los poderes. Te gustaría más ser un desconocido que haber perdido todo lo que no tienes ahora. Que haber pasado por todas esas situaciones desagradables.
Por eso, el extraño día del eclipse, cuando tus poderes se fueron, te sentías extrañamente liberado, como si el universo se hubiera desprendido de tus hombros. Sólo eres uno más, por fin.
Pero claro, no te duró mucho.
Sin embargo, no puedes luchar contra tu destino, sabes que seguirás con ese círculo vicioso, una y otra vez, hasta el final de tus días. (Aunque si hubiera por lo menos una persona a tu lado, no sería tan malo)
Y, de cierto modo, ya te acostumbraste a la idea.
Y se escuchan gritos, de nuevo, y tú corres, de nuevo, en ayuda de quién sea que esté allí. Porque ese es el trabajo del héroe, porque el mundo está en tus manos... y porque el tiempo se ha encargado de decidir tu destino.
