Disclaimer. Como ya pueden adivinar, estos personajes no me pertenecen lamentablemente, a excepción, claro, de algunos agregados.

Espero les guste.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Perdida y Encontrada

Odaiba parecía distinta, casi un mundo diferente a lo que ella recordaba de niña.

En los años que estuvo fuera no la había vuelto a ver más de tres veces, y nunca había reparado en los pequeños cambios que, en ese momento, significaban mucho. Ahora regresaba, y esperaba ya poder instalarse permanentemente ahí.

Por la ventana trasera del auto podía observar todo. Sus papás estaban perdidos entre las calles que no recordaban alguna vez haber recorrido, así que el viaje se divisaba largo, pero eso le permitía admirar mejor su antigua ciudad. Las calles parecían más largas, los colores más vivos, e incluso la luz parecía alumbrar diferente.

Después de veinte minutos, sus papás lograron encontrar el camino, no sin antes terminar en una ruta diferente. Su antigua casa había sido vendida cuando la familia se había mudado a Estados Unidos, las pocas veces que la chica había ido a Japón a visitar se había quedado con sus abuelos y nunca había vuelto a pasar por su viejo hogar.

Ahora iniciaba una nueva etapa, entraría a la misma preparatoria que sus antiguos amigos, regresó de Nueva York y volvía a tener su cabello castaño, ya por fin libre de estrellas.

Cuando le dijo a Sora de su mudanza inmediatamente acordaron salir, con todos los antiguos elegidos, la noche de su llegada. A Mimi no le gustaba desempacar inmediatamente, sentía demasiada presión, además de que en su cuarto aún no estaban todos sus muebles. Así que decidieron encontrarse en el parque en el que se solían reunir.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

A pesar de la oscuridad, la noche parecía llena de vida. Mimi disfrutaba completamente esas caminatas, era la oportunidad perfecta para escuchar música y perderse en sus pensamientos.

Lo cual la llevaba al predicamento que intentaba lograr resolver antes de llegar al lugar de reunión.

A los diez años, la castaña había quedado prendada de el que le parecía el mejor modelo de persona. Al llegar a ese extraño mundo digital había necesitado de alguien que la ayudara a sostenerse, que la ayudara a no derrumbarse. Así fue como su corazón de niña se había enamorado de Taichi. El líder parecía tener siempre una palabra de aliento y en más de una ocasión la había hecho ver sus errores. Su mente lo había idealizado por la valentía y caballerosidad que el entonces niño le mostraba. Después de tanto tiempo esos sentimientos habían ido perdiendo fuerza, pero temía que al volverlo a tener enfrente, todo regresara a ella.

Y no solo estaba eso. En su última noche en esa ciudad, Mimi había cometido el terrible error de comentar sus sentimientos, no al causante de ellos, por suerte, pero al rubio callado y de apariencia despreocupada, Yamato. Aún no lograba entender que la había llevado a decírselo, tal vez pensó que él de alguna manera la ayudaría con su amigo, o simplemente llevaba tanto tiempo ocultándolo, que no los pudo callar más, o tal vez tenía algo que ver con ese artículo que había leído alguna vez en una revista, ese que explicaba que a altas horas de la noche el cerebro se cansaba y solo dejaba salir información, sin filtrar. Sea lo que fuera esa noche había sido la primera vez que confesó sus sentimientos por el castaño en voz alta.

Había salido a caminar, intentaba absorber cada minuto que le quedaba. Sus papás estaban dormidos y ella había escapado para despedirse de Odaiba. No supo cuánto caminó, que no debió de ser mucho pues encontró rápidamente el camino de regreso, pero en el trayecto se tropezó con el rubio mayor. El muchacho la acompañó unos minutos antes de llevarla a su casa. Ahí fue cuando la chica no pudo contener las palabras, no podía recordar si había llorado o no, probablemente si, era muy sentimental, pero recordaba lo que él le había dicho. Le dijo que una niña tan llena de vida como ella, no debía estar así, las personas como ella actuaban, no se sentaban a esperar. Después de eso no conseguía recordar más, pero ahora le parecía que le faltaba algo en esa historia.

Sea como fuera no era el momento. Había llegado a su destino.

Tres personas la esperaban. Uno alto y de cabello negro-azulado, una chica más baja y pelirroja, y finalmente otro joven alto y de cabellera castaña.

Mimi se detuvo por un imperceptible momento, respiró profundamente y siguió caminando. A sus ojos Taichi se había vuelto más apuesto, y ese cambio la revolvía por dentro.

Sin necesidad de palabras su antigua amiga y ella se encontraron en un largo abrazo, no recordaba cuanto extrañaba su presencia, pero terminaron separándose y la castaña continuó con los saludos. Joe se mantuvo serio pero dejando traslucir su gusto por volver a verla. Tai le dio un gran abrazo, como si intentara sacarle el aire, la elevó un poco, y la volvió a colocar en la tierra.

Mimi no tenía palabras, no solo por el ansiado reencuentro, pero porque la cercanía del castaño de alguna manera la mareaba.

"Hikari se suponía que iba a llegar con Miyako hace como diez minutos" comenzó a explicar Sora por la tardanza de todos sus compañeros "T.K y Yamato vienen en camino, creo que Koushiro fue a casa de Cody para que lo dejen salir, y Ken no debe tardar, solo fue a asegurarse que Davis llegara"

Las lágrimas se acumulaban en los ojos de ambas, no era solo el volver a verse. Era saber que así sería por mucho más tiempo.

Tuvieron que pasar diecisiete minutos, pero todos terminaron llegando.

Comenzó con Ken, que el haber convivido con Miyako, su ahora novia, lo había hecho un poco más abierto. Davis llegaría en unos minutos. De él siguió la pelimorada junto con Hikari, ambas chicas se le abalanzaron sin darle oportunidad de ponerse firme, por lo que las cuatro, ya que Sora terminó agregándose a la catástrofe, terminaron en el suelo. Koushiro y Cody llegaron con solo un par de minutos de diferencia y la joven se alegró como nunca de volver a ver a su antiguo compañero de clases y al ahora no tan pequeño.

Al ver llegar a los rubios a Mimi se le cortó la respiración. No era la impresión, o que la hubieran atropellado como sus amigas, no fue ver a ambos maduros y apuestos.

Sino que al volver a ver esos ojos azules como el mar, Mimi recordó lo que había pasado esa última noche.

La muchacho no pensó en ese momento, era por eso que no lograba recordarlo, simplemente actuó. Ni siquiera había sido algo grande, no más que un pequeño rocé de labios, pero había sido su primer beso y lo había olvidado completamente.

Esperaba que el rubio, igual que ella, lo hubiera olvidado y aun siguiera así.

Dio un fuerte abrazo a su pequeño amigo, ya nada pequeño, e intentó prolongarlo lo más posible, en verdad no deseaba acercarse a Yamato.

Pero el tiempo iba pasando y, aun cuando todos eran conscientes de la casi nula relación que existía entre ellos, los demás comenzarían a sospechar.

Así que se acercó, lo tomó en brazos y por un momento sintió que no la quería dejar ir. Al separarse la castaña quedó extrañada, pero le sonrió a su amigo y se situó entre Sora y Tai.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

El tiempo pasó sin que ninguno de los presentes lo sintiera, las horas parecían volar, y antes de lo esperado, era momento de separarse.

Mimi inició su recorrido, pero pronto alguien se le unió. Yamato estaba a su lado. La castaña no podía sentirse más incómoda, pero si el rubio estaba intentando acompañarla como amigo, ya era momento para que ellos fortificaran su relación.

Por más que se repitió eso, no pudo lograr encontrar un buen tema de conversación, así que continuaron caminando en silencio. Lo cual en realidad no le parecía tan malo, era poco usual que la castaña se mantuviera callada, pero el momento se rompió al recordar la chica que su suéter había quedado abandonado en el parque.

No estaban tan lejos así que ambos se dispusieron ir a buscarlo, por más que la de ojos miel intentó convencer al otro que mejor fuera a su casa. Pero al llegar no solo encontraron su prenda.

Tai y Sora habían decidido permanecer entre los árboles un momento más, solos. Muy juntos. Mimi vió los brazos de su amiga alrededor del rostro del que fue su primer amor, mientras él mantenía las suyas en la cintura de la chica.

Mimi se volvió sin importar que su suéter permaneciera en el suelo.

"No quería que te enteraras así" por un momento había olvidado que el de ojos azules la acompañaba, bajo un poco la velocidad y se situó junto a él.

No quería hablar. Hablar sobre eso significaba que la afectaba y aún no estaba segura siquiera si lo que sentía por su castaño amigo era lo mismo que años antes.

Pero al llegar a la puerta de su casa las palabras volvieron a escapar de sus labios sin ella proponérselo, enfrente del rubio.

"¿Cuánto tiempo?" fue lo más largo que logró estructurar la oración.

"No más de tres meses" el muchacho se dedicaba solo a contestarle lo que le preguntara, nada más.

"Pero, pero ella fue tu novia" eran cosas tontas y ella lo sabía, pero era lo que la mantenía de desplomarse.

"Fue hace más de tres años Mimi, las personas cambian" la joven vio que lo que el chico decía era verdad. En sus ojos no había dolor por la nueva pareja, solo lastima por ella.

No dijo nada más, solo permaneció junto a ella y cuando la muchacha se sintió lista para entrar a su casa, se fue.

Esa noche Mimi lloró. No fueron lágrimas como ríos, ni hubieran logrado inundar la ciudad. Pero sentía un pequeño hueco en el pecho y esa noche durmió con una almohada mojada.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

En verdad espero les gustara y me puedan dejar un comentario con su opinión. Es mi primer fanfic de Digimon y tenía que comenzar con mi pareja favorita, pero espero poder hacer más, si es que les gusta la idea.

Tengo unos pocos capítulos adelantados, pero cuando estaba trabajando en uno, descubrí que mencionaba a todos los elegidos a excepción de Davis, mi cerebro lo borró completamente de todos los eventos. Así que tuve que añadirlo de una manera un poco rara, porque sería raro que mencione a todos los elegidos a excepción de él.

Sin más, nos leemos después.