Prólogo: Apocalipsis.
((Por cierto, que se me olvidaba contar que significa el título del libro.
Lunasticio: Es un fenómeno astronómico, que se da en Las Palmas de Gran Canaria, Tejeda y consiste en que la luna pase por el medio del Roque Nublo,coincidiendo con el ocaso. Este fenómeno ocurre cada 18,6 años,relacionado con el ciclo de la regresión de los nodos de la órbita lunar. Se cree que los aborígenes canarios observaban el lunasticio.
Digamos que creo que igual para los que no seamos Canarios, es un término con el que no estamos muy familiarizados con el término, viene a ser como el solsticio; y creo que el título hace referencia a un hecho importante en esta historia: el desencadenante.
Espero que os guste, jejeje.))
(Voz de Bella)"¡Me da igual que estemos en guerra!" Afirmé medio llorando. "¡Tengo que encontrar a mi marido!. ¡Tiene que entender!"
"Bella, no seas ilusa." Me avisó Chad. "No te va a escuchar."
"¡Claro que me va a escuchar!" Afirmé preparándome para irme.
"No, no lo hará." Me dijo Rosalie. "Sabes que Edward es un poco cabezota con lo que respecta a tradiciones. Lo que hicieron esos dos es una herejía, y de las gordas."
"¡EL AMOR NO ES HEREJÍA!" Afirmé gritando furiosa.
Me daba igual que estuviesen todos los alumnos de la escuela en aquella especie de hall que se formaba a la entrada a la escuela, me daba igual que hubiese niños pequeños delante.
"Yo estoy de acuerdo con Bella." Afirmó Alice. "Amarse no es herejía, y aunque lo fuese, esos dos ya han pagado por ello."
"Me cuesta creer que no vayamos a volver a verla." Afirmó Ivvan.
"Bella, deberías calmarte un poco." Afirmó Louie suavemente. "Mira a tu alrededor. Los huérfanos aún están delante, todo el mundo siente la pérdida que les acabamos de contar."
Era cierto, allí todo el mundo parecía llorar, los que podían llorar tenían la cara mojada por lágrimas; los vampiros también lloraban, era un llanto seco, pero también llorábamos.
Había vampiros de todas las edades, los que aparentaban ser más jóvenes parecían los más afectados. Sus hijos estaban allí, los gemelos pelirrojos tenían a los morenos en brazos, estaban abrazados a ellos llorando contra su pecho mientras estos me miraban a mí con los ojos brillantes.
Todos tenían los ojos brillantes, y la gama de color iba desde el rosa rojizo pero apagado al marrón apagado por completo, ambos diferentes por completo a los colores que solíamos tener cuando estábamos furiosos o sedientos…
"Aquí todos hemos perdido a gente querida." Afirmó Giorgio en voz baja para nosotros que hacia apenas un día que habíamos llegado. "Pronto organizaremos un plan para tratar con lo que se nos viene encima, pero por ahora sería aconsejable que olvidases tus venganzas personales y tu ira y ayudases un poco a calmarnos."
Chad, ese 'cabeza-loca' seguro que me apoyaría. Le miré en busca de apoyo; tenía a los chicos juntos y rodeados a un par con cada brazo.
Parecía realmente tocado.
"Chad está…" Murmuré.
"Ivvan y él también amaban a mi prima." Me dijo Louie suavemente. "Para ellos más que para nadie junto con los hijos ha tenido que ser un golpe muy duro."
Se me había olvidado… De pronto me sentía estúpida. Deseé que Edward pudiese ver aquello; todo el dolor de aquella gente, sus caras de dolor, licántropos adultos, hombres llorando en silencio, niños y adolescentes que lloraban sin poder soltar ni una lágrima, el silencio solo roto por los llantos.
Por muy diabólico y herejía que pudiese ser aquello, ya había acabado. No había motivos para seguir con aquella estúpida rebelión, no cuando había gente desgarrada por el dolor de la pérdida.
Me caí de rodillas al suelo, junto a Seth con Sari y Nessy, abracé a Sari, intenté darle mi calor.
Había sido muy injusto para los más pequeños, aunque tuviesen hermanos mayores que les cuidarían, aunque su familia fuese grande y allí en la escuela tuviesen todo el apoyo del mundo… era muy injusto que se les hubiese privado de padres a una edad tan temprana aún.
(Salto espacio-temporal)
(Voz de Louie)
"Alice, tú lo viste todo ¿no?" Le pregunté a la morena de los Cullen.
"Sí." Afirmó suavemente.
"¿Sería mucho dolor… cómo fue?" Le dije.
Hasta a mí me costaba sacar las palabras justas.
No podía creerme lo que estaba pasando; había estallado una guerra; mi prima, mi líder de la familia y de raza había muerto y no sabíamos exactamente cómo…
Una parte de mí tenía miedo a saber, pero la otra, deseaba saber cómo murieron… Mi prima, Isabella Alexandrine… ella era fuerte, lo había demostrado sobreviviendo a tanto durante tantos siglos. Y ahora estaba muerta… No habíamos encontrado su cuerpo, nadie sabía dónde estaba. Sin ellos ahora esto iba a ser un caos.
Bueno, a mí me había pedido que ocupase su lugar al frente de todos hasta que eligiésen al sucesor, Sari se haría cargo de nuestra familia, creo que dejó a Jacky y Eddy al cargo de la familia, es decir, los 5 hijos y el abuelo; Ivvan iba a ser el nuevo cabeza de ese grupo-manada que hacían su familia y el grupo de manadas de intinerantes… y al cargo de la escuela se iba a quedar Giorgio, o eso había dicho.
"Alice." Le dije. "Necesito… tengo que saberlo." Le pedí. "Tú lo viste. ¿Cómo fue?"
Al principio me pareció que no iba a decir nada, pero entonces, habló. Le temblaba la voz, parecía que le costase hablar casi tanto como al resto de los familiares de ambos miembros de la pareja muerta.
Me extrañaba no ver a ninguno de los miembros de la familia de Jacob, pero supongo que o no se habían enterado o estarían como locos de dolor.
"Estaba todo helado, había tormenta, los rayos cruzaban el cielo." Afirmó la pequeña morena con voz suave y débil. "No, no estaba desierto, había unas figuras por las paredes, en salientes, eran perros. No, perros no, lobos." Afirmó, parecía que hasta a ella le costaba recordar los detalles.
Le costaba o le dolía. La mente tiende a olvidar lo que nos hace daño…
"Estaban gruñendo, con el pelo en punta, pero… eran muy grandes para ser simples lobos. Eran licántropos."
¿Licántropos?. ¿En medio de la nada donde se supone que había llevado a su marido para dar el paso?
"Estaban saltando al suelo. Había alguien; una mujer y estaba quieta… Tenía el pelo cortado de forma rara, era como si le hubiese cortado en un peinado largo y lácio pero a trasquilones. Estaba lloviendo aguanieve…"
"Isabella…" Susurré dándome cuenta que lo más probable es que si llovía el pelo estuviese empapado y se le hubiese alisado con el peso del agua que lo empapaba.
"Los licántropos la estaban rodeando, ella tenía los ojos negros, el ojo entero parecía pupila… Parecían querer atacarla, pero ella no se defendía. Estaba herida. Estaba cubierta de sangre, de rodillas, con las manos en el regazo y como si estuviese esperando algo. Había estado acurrucada, pero se había sentado cuando los licántropos bajaron en su forma animal de los salientes donde estaban antes… Acababa de cerrar los ojos, tenía sangre por la cara también. Entonces me di cuenta de que no estaba herida."
¿No estaba herida? No era posible, si tenía sangre entonces o había desecado a su marido o ella sangraba…
"Si estaba cubierta de sangre entonces no hay otra explicación que estuviése herida." Le dijo Bella.
"También podía haber enloquecido y haber desangrado a alguien." Afirmó uno de los jóvenes.
"Imposible." La defendió Lancelot. "Ella nunca jamás bebería sangre de alguien vivo. Y al parecer el único que había por allí era su marido."
"De todas las personas que podría atacar, su marido nunca jamás sería una." Afirmó Giorgio.
"A nadie querido." Afirmó Ivvan mientras consolaba a Lily.
"No, no estaba herida, era como… era como si llorase. La sangre salía de sus ojos. No había sangre por encima de estos, brotaba directamente de los ojos, como si fuesen lágrimas, como si llorase de verdad."
Ahí se hizo un silencio.
"Si es necesario les pediré a Sam y su manada que me den el toque de gracia. Me dejaré matar, expiaré mis culpas. Y delegaré en un triunvirato formado por Louie, Marianne y tú." Dijo Carlisle suavemente. "Eso es lo que ella dijo cuando nos consultó a mi hijo Edward, a Chad y a mí sobre los peligros médicos que conllevaba lo que intentaba hacer… tuvimos una charla ella y yo en privado y cuando le dije que pensase en qué pasaría si algo salía mal y su marido moría en el intento me contestó eso…"
Así que eso era lo que pasaba. Su marido había muerto en el intento de convertirse en vampiro, y como ella había matado a su propio compañero, había decidido el suicidio. Como un vampiro no podía suicidarse de los métodos habituales apuesto a que había pedido a la antigua manada de su marido que lo hiciesen por ambos.
"Hoy es un día trágico…" Afirmé. "Un día negro para la familia de los Valerius…"
"Y para nosotros." Afirmó uno de los profesores.
Uno a uno todos fueron diciendo eso, los alumnos, su familia de sangre, su comuna… todos y cada uno de sus amigos.
"Un día negro para todos." Afirmó Aidan.
"Deberíamos celebrar un funeral." Dijo Seth sujetando a Sari entre sus brazos.
"Un funeral ahora sería algo absurdo." Les dije.
"Louie, los chicos han perdido a sus padres, Chad y yo hemos perdido a alguien a la que queríamos casi como a una esposa, Bobby ha perdido a una hermana y Lily ha perdido a su madre." Me dijo Ivvan. "Aunque fuese algo corto, deberíamos celebrar un funeral."
"Está bien." Cedí. "Haremos un funeral, pero debe ser corto, ahí fuera acaba de estallar otra guerra."
"Vampiros contra licántropos y viceversa." Afirmó uno de los licántropos de la escuela.
"No, todos contra todos." Afirmó Jacky. "También vendrán a por los que defendamos a nuestra madre."
(Salto espacio-temporal)
(Voz de Marianne)
"No es posible." Afirmé cuando leí la carta que acababa de recibir de Volterra. "No está tan loca como para hacer algo así…"
En la carta me ponía que iba a hacer algo muy peligroso, que si ella moría entonces delegaba una parte de poder en mí por ser una de las vampiros más antiguas, un poder que debía compartir con Louie Dubois como representante de la rama Valerius y con Carlisle como representante vegetariano. También especificaba bien claro que eso debía ser así hasta que los hijos cumpliesen el siglo y entonces deberíamos juzgar si eran dignos de ostentar el poder y cederlo sin dar problemas.
"¡Sam!" La llamé. "¡Samantha, Alissa!"
"Sí." Dijeron las dos apareciendo.
"Creo que en Europa va a liarse una gorda ¿os importaría investigarlo un poco?" Les dije.
"¿En Europa?" Me dijo Sam. "¿No estaba 'la cazadora' allí?"
"Por eso mismo." Afirmé. "Sam, me gustaría que fueses allí, Alissa, tú vete con una o dos chicas e iros a buscar a Isabella. En cuanto sepáis algo avisarme."
"¿Y qué pasa si hay problemas?" Me preguntó Alissa.
"Tenéis permiso para defenderos." Afirmé. "A vosotras o… a los que queráis."
"Sí." Dijeron ambas a la vez.
Esperaba que ambas se fuesen pero… Sam se volvió en la puerta y la cerró.
"Marianne, yo… fuera hace un viento huracanado, el cielo se ha cubierto… ¿crees que ha ocurrido?"
"¿A qué te refieres?" Le pregunté.
"Ya lo sabes." Me dijo seria. "He oído rumores, uno de los últimos condenados causaba temporales… ¿crées que ella ha…?"
"No lo sé." Afirmé. "Por eso quiero que investiguéis."
"¿Y si hubiése… muerto?" Me dijo.
"Entonces yo iré a Volterra a cumplir su última voluntad…" Afirmé.
(Salto espacio-temporal)
(Voz de Edward)
"¡Cuidado!" Me dijo Jasper apartando de un golpe a uno de los vampiros a los que estábamos atacando. "Edward, tienes que hacer caso."
"¡Si no quieres pelear no lo hagas!" Le dije. "¡Pero déjanos al resto en paz!"
"¡Tienes que escucharme!" Me dijo Emmet cogiéndome para retenerme. "¡Esto no tiene sentido!"
"¡Claro que tiene sentido!" Dije intentando soltarme.
"¡No, no lo tiene!" Me dijo Emmet. "¡Ya han recibido su castigo!"
"¿Qué dices?" Le dije.
Emmet estaba diciendo tonterías.
"Oh, eres una montaña de músculos sin cerebro." Le dije intentando soltarme de nuevo sin conseguirlo.
"Han muerto." Me dijo Jasper. "Jacob no resistió el cambio y ella se suicidó al poco. La han matado unos licántropos, ella no presentó pelea."
Eso me dejó paralizado. Sinceramente, no esperaba aquello. No se me había pasado por la cabeza que pudiese fallar, que fuese biológicamente imposible aquello.
"¿Qué le estáis haciendo a mi compañero?" Dijo Sorien dándole un golpe a Emmet y quitándomelo de encima.
"Sorien, esto no tiene sentido." Le dijo Jasper. "Acaba de una vez con esta locura."
"No seas idiota." Le dijo Sorien ayudándome a levantar. "Una persona que está a favor de experimentos prohibidos no es digna siquiera de vivir. ¿Verdad?"
"Sí, claro." Dije un poco confundido. "Pero… creo que ha muerto…"
"¿Y te lo han dicho ellos?" Me preguntó para sonreír. "Te recuerdo que ellos no están a favor de nuestra causa."
"¡¿Insinuas que estamos mintiendo, serpiente asquerosa?!" Le dijo Emmet tirándole un golpe sin acertarle.
"Exactamente." Afirmó Sorien. "Vosotros no estabais de acuerdo con nuestra causa, nunca lo habéis estado, seguro que os habéis inventado todo para que paremos y así luego podréis convertir a todos los licántropos en vampiros mucho peores que los de 4º o 5º grado."
"Es posible." Afirmé.
"¡No puedes ir en serio!" Dijo Emmet. "¡¿En serio vas a creer a esta serpiente antes que a tus propios hermanos?!"
"Menudos hermanos, que son incapaces de ayudarle cuando comenzó la pelea." Afirmó Sorien.
"¡Cállate, maldita serpiente!" Le dijeron ambos para ir a pegarle.
No podía permitirlo.
"No me creo que hayan muerto." Afirmé parándoles los golpes hacia Sorien. "Y si no queréis ayudar no os metáis. Vamos a aplastar a todo el que se atreva a protegerla."
