Dos años después de que el Señor Tenebroso murió, no se había vuelto a saber de Lucius Malfoy, su más fiel sirviente, muchos pensaron que él mismo se había causado la muerte sumido en la vergüenza, agobiado por haberse convertido en un odiado hechicero más allá de lo que él hubiera deseado. Él había deseado ser temido, respetado, jamás pensó que el apellido Malfoy sucumbiera al terrible destino de convertirse en parias, después de haber sido una poderosa y temida familia por generaciones, él había terminado con aquella perfecta y sádica monarquía. Dos meses después de su desaparición Narcisa Malfoy se suicidó, creyendo que así estaría cerca de su amado.
Draco Malfoy cambió su vida el mismo día que su padre desapareció, fue tan sólo a dos semanas de la caída del Innombrable, que su padre parecía haberse desvanecido. Draco sintió demasiado en su interior, había rabia, enojo, tristeza, pero sobre todo sintió un gran alivio, la presión que su padre ejercía sobre él se esfumó y sorpresivamente se le veía muy allegado al Golden Trío, ellos primero lo incluyeron en el grupo sintiendo algo de pena por él, pero después de un tiempo comenzaron a hacer muy buenas migas.
Al terminar los estudios en Hogwarts, Draco se unió al Ministerio de Magia y al parecer durante un tiempo tuvo una vida tranquila, hasta el día que se cumplieron dos años de la desaparición de Lucios Malfoy.
Hermione era quien más lo frecuentaba, se sentía unida a él pues ambos habían perdido a su familia, no había romance entre ellos, sino más bien hermandad, después de que Hermione y Ron se dieran cuenta de que su cariño no iba más allá de la amistad, Hermione comenzaba a creer que estaba destinada a estar rodeada de amigos-hermanos y que jamás sentiría ese estúpido delirio hacia un hombre.
"Mejor así", pensaba, "tengo demasiado en mente ayudando a la Orden del Fénix a atrapar a los mortífagos que aún rondan el mundo mágico", pero en el fondo ansiaba sentir pasión por alguien.
Todos los jueves se reunía con Draco para conversar, ella sentía que él necesitaba mucho más de la gente que ella misma, lo veía muy solitario y aquella tarde en el café muggle en Londres, donde acostumbraban reunirse, lo vio muy desmejorado y meditabundo. Ella trataba de animarlo con una anécdota de George y Fred, pero Draco estaba distraído y sólo hizo algunas muecas que simulaban una sonrisa.
-Draco…¿está todo bien?- se animó a preguntar mientras levantaba su tasa de café.
Malfoy se movió incómodo en su asiento y miró a ambos lados de la cafetería, sintiéndose observado.
-Hermione…creo que vi a mi padre.
La chica dejó abrió un poco la boca, sorprendida, dejó de inmediato su café sobre la mesa.
-¿Viste a tu padre?
Draco suspiró y reflexionó unos instantes, se sentía incómodo, aunque Hermione se había convertido en su amiga, una gran amiga, de repente no sabía si confiarle aquello que parecía una locura.
-Hace un mes más o menos desperté de pronto, en la madrugada, me despertó un horrible aullido…era el aullido de un hombre lobo…
Hermione sintió escalofríos, recordando al fallecido profesor Lupin y la forma espeluznante que tomó esa noche en el Bosque Mágico.
-No era un aullido cualquiera Hermione…era una advertencia, un lamento…Hermione, ese hombre lobo estaba pidiendo piedad, pedía misericordia por su vida…alguien…ALGO lo estaba atacando.
Ambos se quedaron en silencio, afuera comenzó a obscurecer, había nubes púrpuras en el cielo, la calle y la cafetería estaban desoladas, el ambiente se sentía muy tenso; Hermione tragó saliva y respiró profundamente clavando la mirada en su amigo.
Draco continúo la historia:
-No me atrevía a levantarme de la cama, sólo fijé mi vista al enorme ventanal que tengo frente a ella; los aullidos eran cada vez más desgarradores, yo estaba sudando frío, pero también vi que mis ventanas se estaban empañando, había un frío invernal que no sé de dónde venía, era un frío denso y …sobrenatural…no era la magia de un mago…aquello era la magia de la muerte…Después todo quedó el silenció, el silencio lastimaba mis oídos, sabía que ahí estaba el asesino del hombre lobo, estaba cerca…estaba ahí por mí…traté de no apartar mi vista del ventanal, pero el miedo me paralizó…y fue entonces que lo vi…
Los ojos de Draco miraron al vacío, llenos de pánico y desesperanza, Hermione pudo sentir la aflicción de su amigo, le cogió la mano que estaba sobre la mesa, y sacudiéndola un poco lo regresó a la realidad.
-Hermione, era él…pero…su mirada tenía un brillo intenso, rojizo, era…malvado y…triste…me miraba como una tristeza muy fuerte…
Hermione volvió a sacudir un poco la mano del chico.
-¿Y qué hiciste?, ¿por qué no le hablaste a tu padre?, ¿por qué no saliste de tu casa a por él?
Draco miró nuevamente al vacío, recordando algo terrible, algo sumamente tenebroso.
-Porque…Hermione…olía a muerte y sangre…y porque lo veía ahí, imponente en el ventanal…Hermione…el ventanal está a tres pisos de altura…
Hermione se cubrió la boca con asombro y terror.
-Él estaba levitando…
No hacía falta que Draco dijera más…Los magos no pueden flotar en el aire…los vampiros sí.
