Hola chicas! esta es una nueva creacion que comensaré a compartir con ustedes, espero de corazon que les guste y que se enganchen, dejen sus comenterios y pasense por mis demas historias; espero leerlas pronto y pueden hacerme las preguntas que gusten, prometo contestar... gracias.

A LEER!


CAP1: VERDE CARAMELO

-Oh sí…. Sigue, sigue – él me penetró más rápido y más duro justo y como quería que lo hiciera, mi cuerpo estaba contra el suyo y la pared del baño, pero no me importaba, yo quería más, más, más, ¡MÁS MALDITA SEA!

Este perfecto imbécil no llevó muy lejos y tuve un mediocre orgasmo, ¡ag! eso me pasaba por meterme con impotentes, ni más me dejo llevar por una calentura, ok…tal vez sí me deje llevar, pero la próxima escogería mejor.

-¡Wau! – exclamó.

"SÍ… Yo no diría lo mismo" pensé.

Recostó su cabeza sobre mi hombro obviamente cansado, y yo pregunto ¿de qué?, no hizo gran cosa, pasaron unos segundos hasta que yo me calmara (lo poco que estaba de agitada) y lo separé de mí dejándolo contra la pared en la que antes yo estaba recostada, busqué mi ropa interior y me la puse completamente decepcionada de este poco hombre y su miniatura a la que llamaba pene, chicas acompáñenme y gritemos juntas:

¡IMPOTENTE!

Me arreglé la falda y la blusa que estaban un poco desaliñadas, me abotoné los 4 botones que él había conseguido desabotonar y tomé mi bolso lista para salir de uno de los baños de hombres, (que olía como los mil demonios) debo aclarar, ¡dios! ¿Qué mierda comían los hombres?, creo que recién estaban botando toda la caca que tienen en sus cerebros.

Saqué el seguro de la puerta y cuando estaba por abrirla una mano me detuvo cerrándola de golpe, me voltee pare ver que más quería este imbécil.

-¿Ya te vas? – preguntó confundido mientras se subía los pantalones.

-Si – contesté cortante.

-Bueno, al menos ¿te puedo dar mi número? – si creía que esto se repetiría aún no había votado toda la caca que tenía en su cerebro, así que traté de explicárselo.

-Mira…. – ¿cuál era su nombre? Que importa no lo volvería a ver, así que daba igual.

Él mal interpreto mi silencio por duda y rápidamente sacó una tarjeta de su bolsillo y me la extendió, la recibí por cortesía, porque sabía que si no se la recibía estaría molestando hasta que yo le gritase que el sexo con él era un asco; bueno, él se lo buscaba, ahora estaría esperando una llamada que nunca recibiría.

Lo miré por última vez, sus ojos azules tenían un brillo peculiar y su cabello rubio estaba despeinado, sin duda era lindo, ¿Por qué me había revolcado con él? Ah, claro por su lindo trasero, pero nada más, al parecer los lindos son los peores; me voltee de regreso a la puerta y la abrí, salí y antes de cerrarla, le dedique un leve adiós, me miré en el espejo fugazmente y al salir del baño de hombres tiré la tarjeta sin molestarme en ver dónde caía.

Entré rápidamente al baño de mujeres y me paré enfrente del espejo, mi cabello estaba desordenado y mi maquillaje corrido, si salía así Alice me mataría, saqué mi maquillaje y me arreglé apropiadamente para que nadie se diera cuenta de que me había acabado coger con un chico del que no me acordaba ni su nombre; me arreglé el cabello, me maquillé y me coloqué un poco de perfume, recogí mis cosas y salí con la cabeza en alto como si nada hubiese pasado.

-¿¡Bella dónde estabas?! – chilló Alice a poca distancia del baño.

-Lo siento, tuve un inconveniente – inconveniente ¡ja!

- Ok vámonos – yo la seguí en silencio.

Estábamos en el centro comercial de compras; sí, soy lo suficientemente estúpida como para ir con Alice de compras sabiendo cómo es ella en su habita natural, estaba cansada, habíamos caminado por horas buscando ropa para ambas, aunque en realidad ella escogía yo solo modelaba, nunca me gustó todo esto de la moda pero Alice encontraba la forma de que fuera y me probara todo lo que a ella le gustaba, ¿Cómo?, obligándome todos los fines de semana a ir a remodelar nuestro guardarropas, yo me cansé de luchar con ella así que solo la dejo hacer lo que quiera conmigo.

-Alice ¿ya nos vamos? – pregunté.

-¡Noooo! – gritó con desaprobación como si acabase de decir una blasfemia – aún queda mucho por comprar.

Suspiré

-Tienes un problema, admítelo – declaré.

Me fulminó con la mirada y siguió caminando a otra tienda de ropa, ¿¡es que la tortura nunca acabaría?!, es por eso que me había tirado al primer cara bonita que vi, ¡estaba aburrida!, tenía derecho ¿no?, pero al final no valió la pena, seguía aburrida y con un orgasmo deprimente; pasamos por algunas tiendas más mientras ella me hacía modelar cada prenda que ella consideraba ¡divina!, yo estaba muriendo del aburrimiento y cansancio, no busqué más chicos para pasar el rato, estaba de un humor de perros por mi "casi orgasmo", si a eso se le podía llamar así, unas horas después Alice se sintió al fin satisfecha y me hizo cargar todas las bolsas de regreso a su auto.

Yo se las cargué gustosa, ¡cualquier cosa por salir de aquí! , su porche amarillo no era nada discreto así que fue fácil encontrarlo entre tantos autos estacionados, al llegar frente a él ella abrió la puerta trasera y me ayudó a meter todas las bolsas, una vez que todo quedó dentro de los asientos traseros abrí la puerta del copiloto y me senté. Suspiré cansada y aliviada de que todo esto acabara.

-¡Ay mujer no seas exagerada! No fue para tanto, o ¿sí? – dijo mi amiga.

Me giré a verla con la cara de pocos amigos.

-Ok ya entendí, no mas compras por ahora – replicó.

Arrancó el auto y como siempre manejó a gran velocidad, cuando la conocí yo me la pasaba reprochando su forma de conducir pero con el tiempo me acostumbre, encendió la radio y puso una canción muy movida que yo no reconocí, ¡dios! estaba hecha una mierda, me sentía fatal, solo quería ir a mi departamento y darme un baño relajante.

El camino a mi departamento se me hizo larguísimo a pesar de que el reloj me decía que solo habían pasado 5 minutos.

Alice aparcó frente a la puerta del enorme edificio en donde vivía, se bajó del auto sin decirme nada mientras yo hacía lo mismo, una vez fuera me entregó más o menos unas…10 bolsas.

-Esto es tuyo – dijó.

-Ok, gracias – estaba a punto de despedirme pero recordé algo – ¿te veré mañana?

-No lo creo, Jasper vendrá a verme y pasaremos todo el fin de semana juntos – me miró arrepentida – lo siento.

¡Mierda! Odiaba estar sola.

-Está bien, yo lo entiendo – suspiré.

-Deberías conseguirte algún novio amiga…

-O – la interrumpí – mejor consigo alguien con quien pasar la noche.

Esta vez fue ella la que suspiró

-Sabes lo que opino de eso – dijo seria.

-Sí, ya sé – contesté aburrida, a Alice no le gustaba que yo tuviera aventuras con chicos en lugar de una estable relación…bla, bla , bla, ya había escuchado su discurso de moral la primera vez que me vio besándome con un chico y 5 minutos después con otro en una alocada fiesta, era cansado mentirle así que le confesé toda la verdad, que era prácticamente una ninfómana( prácticamente) - no te preocupes Alice me has dejado lo suficientemente cansada como para salir a cazar hoy – ¿o no? Uhmm… quien sabe.

-Eso espero – advirtió señalándome con su pequeño dedo – bueno… - recuperó la sonrisa – ya me voy, me llamas la próxima semana y salimos a comer ¿te parece?

-Sí, claro – contesté un poco confundida por su cambio de ánimo tan repentino,

¡Esa era mi amiga bipolar!

-¡Listo, entonces quedamos! ¡Bye! – me dio 2 besos en ambas mejillas y rodeó su auto dando saltitos, entro en él y colocó la música a todo volumen, arrancó y se fue cantando alegremente como teletuvi.

¡Esa era mi amiga bipolar e imperativa!

Me quedé allí viendo como provocaba gritos por su forma de conducir, suspiré y entré a mi edificio, saludé al portero y me adentré en el ascensor, mientras iba subiendo sentía como las piernas me fallaban, realmente estaba agotada y no necesariamente por el "sexo" en el baño.

Llegué a mi piso y salí arrastrando los pies, busqué mis llaves en mi cartera y entré a mi departamento, al verlo suspiré por enésima vez en el día, esto era hogar, mi trabajo como abogaba me había dado frutos, era socia de una importante firma en Chicago, esto daba ventajas y una de ellas era vivir en el edificio más caro de la cuidad y en un departamento de ensueños; dejé las bolsas en el piso de mi sala y me metí en el baño, necesitaba urgentemente un baño relajante, me tomé mi tiempo para quedarme allí hasta que sentí que el agua se estaba enfriando, salí perezosamente, me envolví en una toalla y me dirigí a mi habitación, me coloqué algo cómodo, mis short de tela y un polo que decía "facil" al frente, ¡ja! nunca mejor dicho, me quité el maquillaje y me hice una cola alta, descalza fui hasta mi cocina y busqué algo de comer en mi enorme refrigerador, encontré un pote de helado y sin pensarlo 2 veces lo tomé, caminé alegremente por mi departamento hasta llegar a mi sofá favorito, me encantaba, apenas lo vi me enamore de él, era espacioso y cómodo, pero sobre todo tenía el diseño de la piel de una cebra, me senté en él y prendí mi televisor de plasma, estuve cambiando de canal y comiendo mi helado hasta que sin darme cuenta me quedé dormida.

Entonces desperté repentinamente, me encontraba en mi cama ¿Cómo había llegado hasta aquí?, aun era de noche pero curiosamente podía ver casi a la perfección, me levanté suavemente y caminé hacia la cocina, necesitaba urgentemente un vaso de agua, no se me ocurrió prender las luces pero al llegar a mi destino perdí visibilidad, traté de prenderlas pero no se encendieron, trate otra vez y nada, suspiré frustrada, tendría que arreglar eso, caminé casi a tientas guiándome por el borde de la mesa cuando toqué algo suave, antes de que pudiera reaccionar y retirar mi mano algo me sujetó fuertemente de la muñeca, di un grito ahogado y subí la mirada para encontrarme un rostro demasiado cerca del mío, ¡un momento!, yo conocía ese rostro, era…él.

-Hola corazón – ronroneó con esa peculiar voz que no había podido olvidar.

Mas que ser atrayente, ese sonido me asustó y demasiados recuerdos me azotaron, más de los que mi corazón podía soportar, solo había una persona que podía hacerme sentir tan débil y esa persona estaba frente a mí, yo como de costumbre, cada vez que me visitaba, no podía hacer nada.

-¿Me extrañaste? – preguntó con una sonrisa.

No podía dejar de mirar esos ojos verdes de los que me había enamorado hace ya mucho tiempo, estaba completamente indefensa ante él, y me odiaba por eso.

-Te quiero – murmuró de repente – pero recuerda que me iré – continuo, la sonrisa desapareció de su rostro.

-Sera como si nunca hubiese existido…

Y desapareció

-¡NOOOOO! –grité desesperadamente sentándome de golpe en el sillón.

Un sueño

Miré a mi alrededor confundida y asustada esperando verlo por alguna parte, pero no estaba y yo no dejaba de respirar agitadamente, miré el reloj de la pared, eran las 6:00 am y yo ya estaba tan despierta como si fuera medio día, como de costumbre no me permití pensar, decidí salir a correr, era así como disolvía esos estúpidos sueños y recuerdos, ni siquiera me permitía pensar en él hace 6 años y no lo haría ahora.

Me cambié de ropa, me hice una cola alta, tomé mi ipod y salí muy entusiasta de mi edificio, saludé al guardia de turno y caminé unas calles hasta llegar al parque en donde solía correr algunas veces, era muy lindo, grande y silencioso, perfecto, me ate el ipod al brazo y comencé a trotar tomándome un tiempo para ver las hojas de los arboles caer suavemente; estábamos en otoño, mi época favorita del año, corrí por en medio del parque, a ambos lados habían árboles y algunos bancos vacios, al pasar el tiempo comencé a acelerar el paso, música lenta sonaba a todo volumen en mis oídos evaporando mis últimos pensamientos y haciendo que olvide esos ojos verdes.

Unos minutos más y volví hacer yo, suspire aliviada y me relajé.

Al parecer la ciudad comenzó a despertar por que el parque poco a poco fue llenándose de gente, con ello vinieron dulces para los ojos, me faltaban ojos para mirar a tantos hombres notablemente comestibles, así que disminuí mi ritmo para distraerme con los bombones que pasaban por mi lado ¡uy!, en eso estaba, soñando una y mil maneras de follarmelos a todos cuando choque fuertemente y cuando digo fuertemente es FUERTEMENTE.

¡Auch!

Sentí como si me hubiera dado contra una pared, pero esta pared se movió al sentido contrario cayendo conmigo, quedé en el suelo con los ojos cerrados por el impacto, una vez que reaccioné el culo me dolió horrores, ¿Quién mierda me hizo caer?, busqué con la mirada al responsable de este desastre con la intención de decirle un par de verdades, cuando frente a mí ,se encontraba sentado en la misma posición que yo, un dios, juro que casi me hago en los pantalones, las palabras se me quedaron en la garganta.

Unos perfectos ojos caramelo me miraban burlonamente mientras sonreía de una forma que me hizo tener un orgasmo…

"¡Follame!" pensé.


¿Se dieron cuenta que esta historia es un poco diferente? pues la verdad me cansé de leer fanfics con Bella de inocente y decidí hacerla diferente, espero que dejen sus comentarios plisssssss...

las quiero! nos leemos el otro capi

tukiz