Travesuras
Prólogo
Por fin abrió los ojos mostrando una profundidad absoluta que podría haberla absorbido si no hubiese retirado la mirada de la de él. Parecía enojado, aquel ceño fruncido y los labios hechos una sólida línea recta solo podían indicar que realmente estaba muy disgustado con ella.
Miró sus pies descalzos que reposaban en el alfombrado piso, sobándose sutilmente contra este, apaciguando su nerviosismo y la tensión en la que la ponía ese hombre. No podía levantar la mirada y enfrentar la de él, no en esos momentos, porque estaba muy segura de que él tomaría eso como un impertinente desafío, algo que no estaba dispuesto a tolerar después de lo que ella le había hecho.
Un sonoro resoplido, imitación humilde de un suspiro, repiqueteó en el amplio salón, haciendo eco en sus oídos, haciéndola tiritar de los pies a la cabeza, pues ya sabría lo que vendría luego… él comenzaría a hablar, resondrarle, reprimirle salidas, de seguro nada bueno podría venir de esa boca. Nada bueno.
Aclaró su garganta para empezar con el sermón, mirando atentamente esa pequeña figura de turbadora inocencia, aquella muchachita de cuantiosos desafines que lo llevaban al límite con sus incontables travesuras, travesuras que le provocaban tanta gracia al atraparla con las manos en la masa. Ella ponía cara asustada como lo haría cualquier niño que se ha dejado pillar y él la miraba como un padre cómplice que forraba esa fachada con cara de pocas pulgas, pero… ni ella era una niña, ni él era su padre.
- Sabes lo que haz hecho allá afuera, ¿No es así, Sakura? – comenzó a decir, y a ella le pareció que la saliva que corrió por su fino conducto no pasaría con facilidad, pues en el intento se ahogaría.
-L-lo lamento, Sasuke. No volverá a ocurrir. –no levantó la vista en ningún momento, sino que se apretó contra sí misma para evitar el temblor en su cuerpo y el no pudiera notarlo, pero eran intentos vanos, pues aquellos ojos analizaban cada célula, que ni siquiera el sudor de sus calurosas manos fueron eludidas.
-Sabes que ahora ya no te serán útiles las promesas estas. Haz roto cada una de ellas antes, ¿Qué puede garantizar que, esta vez, cumplirás con tu palabra? No se puede decir que tomes muy enserio lo de prometer y cumplir. No está en tu… naturaleza. – Sakura reveló la sorpresa en los ojos instantáneamente, se los mostró y Sasuke tuvo que apoyar su cuerpo contra la pared fría, calmándolo de cierto modo.
- Yo… - no sabía que responder a ello, él jamás, en toda su vida como su tutor, jamás le había hablado de aquel modo, siempre fueron resondras, reproches, regaños y más regaños cada vez que ella hacía de sus travesuras. Pero esta vez… Sasuke no parecía estar molesto cuando le hablaba, se mostraba molesto, claro, pero su voz no contenía el espesor arrastre de sílabas. Nada de eso, él… es más, parecía estar encantado. ¿Eso significaba algo bueno o malo? ¿Tendría un castigo, acaso? ¿No saldría de su habitación por una semana, un mes, un año?
-Tus padres me confiaron la tutela de tu cuidado. Pero la pones muy difícil con esa actitud malcriada. Por lo que… tendré que ser más estricto contigo, ¿Eso es lo que quieres, no es así? - ¡Ay por dios! La iba a encerrar en el sótano de su casa y no la dejaría salir por una década. De seguro que eso haría, así cuando cumpla su castigo, ella ya tendría 27 años y él… él… ¡Era un monstruo!
-¡No me vas a encerrar en el sótano, maldito monstruo! – disparó sin pensar, aun estaba en el trance de sus estúpidas cavilaciones, y de ello fue consciente cuando llegó a la puerta de la habitación y la mano fuerte de Sasuke la sujeto contra ella, apretándola en el proceso, contra la puerta y el duro muro de pectorales del que estaba hecho.
-¿Quién habló de encierro? – su pregunta no requería una respuesta, por lo que sin dejar que Sakura hablara continuó: No pienso encerrarte en un sótano, o en el armario de esta habitación, aunque la idea se haga tentativa, quizás así aprendas… – susurró contra sus cabellos - pero entonces no estaría haciendo mi trabajo como es debido. ¿No es así? Sin embargo, tendrás un castigo… - ella tragó saliva, pero no sabía si era por el mensaje que la amenazaba o por sentir a Sasuke tan pegado a ella, olisqueando su cuello, apretando sus manos contra su carne caliente. – Sí… me parece que este sería un buen castigo, así ya no volverás a escapar de casa, ni mucho menos a desobedecer mis órdenes. – hablaba tan bajo que le costaba trabajo poder entender lo que decía, o era el hecho de no poder aguantar aquel insufrible calor que sentía quemarle, no, arderle entre las piernas, fundiendo sus sentidos.
-¿Qué es lo que harás, conmigo? – ahogó un gemido, Sasuke estaba demasiado cerca… podía sentir su poderío entre las nalgas.
-¿Qué piensas que haré? – creyó oír. Su cuerpo se mostraba inquieto, impaciente, buscaba algo que no sabía qué…
Por instinto comenzó a restregar el trasero contra la pelvis de él, haciendo que este bramara, y al mismo tiempo, encontrando la llave de su sed.
-M-me castigarás…
-Eso es un hecho…
- Harás que… ¡ah! Dios… - encorvó la espalda y estranguló la manga de la chaqueta de Sasuke que se apoyaba en la puerta.
-Qué… - incitó, su mano libre caminó libre por la cremallera de sus pantalones cortos, bajándolo con lentitud dolorosa y escabulléndola en la profundidad de una seda fina, entre aquellos risos encontró la matriz de calor de Sakura, donde acarició con extrema suavidad aquella lengüita sobresaliente entre esos carnosos labios húmedos.
- ¡Por favor! – estaba fascinada con lo que esas manos podían hacerle, y si ese era su castigo… ¡Juraba portarse mal todos lo días y a cada momento! Sus piernas temblaban tanto que dudaba si al cabo de los siguientes segundos fueran capaces de retener su peso, el corazón le atornillaba el pecho y su cavidad le ardía tanto que hasta le dolía, ella necesitaba algo más… necesitaba que algo se hundiera en ella, pero no sabía qué exactamente, y solo rogaba que Sasuke corriera un poco más sus dedos hacia su centro, solo un poco - ¡Por favor! Uhm…
-No… - dijo seco, separándose de ella totalmente. Dejándola temblando y gimoteando contra la puerta. - ¿Gustas del estado en el que te encuentras? – ¡Era un monstruo! Y muestra de ello era su sonrisa mefistólica.
Calló sobre sus rodillas, tratando de recuperar el aliento y tranquilizar los nervios caóticos. Su respiración silbante resonó en todo el lugar, y él continuaba ahí parado.
Avanzó unos cuantos pasos, colocándose justo a un costado de ella, giró el pomo de la puerta dispuesto a salir, deteniéndose ya estando casi afuera, solo para mirarla y agregar con la voz enronquecida por el deseo…
– Ya sabes cual será tu castigo, si vuelves a desobedecerme… y no dudaré ni un solo segundo en reprenderte.
- Ahh - Que bien se siente regresaa las andanzas después de un buen tiempo...
Mis disculpas por el retraso con las otras historias, aun no tengo las continuaciones completas pero trabajo en ellas.
¿De que va esto?
Sakura es una traviesa empedernida y Sasuke un maniaco de las reglas... u.u No sé que puede resultar de esto u.u En pleno siglo XXI, esto se sabe llamar PEDOFILIA, mas no significa que lo sea pero que importa cuando hay atracción y/o ¿amor?
