El regreso de los merodeadores

Cap I: vuelata a Grimmaud Place.

Este era un verano oscuro, triste y, sobre todo, muy caluroso. Era el segundo gran calor que azotaba a Privet Drive, aunque no era tan cruel como el anterior.

En el número 4, en una de las habitaciones superiores de la gran casa, un muchacho de unos 16 años, los cuales los cumplía ese mismo día, estaba tumbado boca arriba.

Este era un muchacho delgado, pero con algo de músculo, con el pelo azabache revuelto y unos hermosos ojos verde esmeralda, aunque ahora apagados y tristes.

El nombre del susodicho era Harry Potter y su mayor cualidad, o maldición en contadas ocasiones, era ser un mago, un hechicero que había pasado sus últimos cinco años en el colegio Hogwarts de magia y hechicería, el mejor de toda Inglaterra.

Harry en el mundo muggle( no mágico) era despreciado por su única familia, los Dursley, su tío Vernon, su tía Petunia y su primo Dudley.

El culpable de que el tuviera que vivir con ellos era el mago más poderoso y temido de la época: Lord Voldemort, el asesino de sus padres, al cual se había enfrentado cinco veces. En la primera ocasión él solo tenía un año de edad y, asombrosamente, salió ileso del ataque que había matado a tantos magos poderosos, consiguiendo solamente una cicatriz en forma de rayo en la frente, cicatriz que lo marcaría de por vida. Su segundo encuentro fue en su primer año en Hogwarts, donde solo era un ente que necesitaba de otros para vivir. En segundo se enfrento contra el recuerdo de este en la cámara de los secretos. El anteúltimo enfrentamiento había ocurrido dos años antes, donde lo vio retornar; y el último había sido no menos de dos semanas, en el ministerio de la magia.

El motivo de su tristeza se debía a lo ocurrido en esa ocasión: su padrino, el único ejemplo de padre que tenía, había sido asesinado.

En la habitación, Harry miraba fijamente por la ventana y una par de lágrimas caían por su rostro. Decidido a que así no podía seguir, se limpió la cara, acarició a su blanca lechuza, Hedwid, y abrió las cartas que sus amigos le habían enviado por su cumpleaños.

Todas le deseaban un feliz cumpleaños y que no se preocupara y Remus Lupin (su ex profesor de defensa contra las artes oscuras y mejor amigo de Sirius Black, su padrino y su padre, James Potter) le invitó a pasar lo que restaba de las vacaciones en el número 12 de Grimmaul Place, la casa de Sirius. Él no sabía si se sentía preparado para soportarlo.

Sin mucha convicción, Harry bajo hasta el comedor donde los Dursley estaban viendo TV. Silenciosamente se acercó a ellos y se sentó.

¿Se puede saber qué quieres?- preguntó despectivamente su tío.

Nada, solo salir de mi habitación- respondió el joven sin prestar mucha atención.

Antes de que tío Vernon pudiera reprocharle algo, sonó el timbre. Tía Petunia abrió.

Vernon, es Marge- dijo la mujer seguida de cerca por otra muuuuy parecida al Sr. Dursley, y detrás de ella...

¡BLACK!- saltó Harry al reconocer a la joven.

¡No!¡Tú no!¡Potter!- se lamento una bella muchacha morocha con unos penetrantes ojos azules grisáceos, Sabrina Black, la hija de Sirius.

¿Se conocen?- pregunto tío Vernon furioso.

Lamento decir que si- dijeron al unísono lanzándose mirándose con odio.

Vernon, perdón por traerla, pero su madre me pidió que la cuidara esta semana- se excusó tía Marge.

Mamá/Mary-dijeron Sabrina y Harry respectivamente.

Descuida, no es ningún inconveniente, tía- dijo Dudley sonriéndole estúpidamente a la chica- Potter, súbele el equipaje.

No es necesario, dudo que tenga la capacidad mental de agarrar algo y caminar al mismo tiempo, y no tengo ganas de que me arruine las cosas- se burló ella agarrando su equipaje- con permiso.

Y mientras subía, Harry la miraba y su semblante se debatía entre la alegría y la furia. Esa chica lograba sacarlo de sus casillas y quitarle el sueño con la misma facilidad con la que respiraba.

En otra habitación de la casa, una furiosa chica hablaba por celular con su madre.

¿SE PUEDE SABER EN QUÉ ESTABAS PENSANDO?

Tranquila, amor- dijo una voz femenina al otro lado del teléfono-sinceramente no sabía que irías a la casa de Harry.

Y te voy a creer porque...- le contestó irónica, un poco más tranquila, Sabrina- estoy segura, doy mi vida, en que papá y James están metidos en esto, seguramente hasta Dumbledore con su complejo de Cupido.

Hola, princesa- dijo esta vez una voz masculina- ¿Cómo estas?

Encima te haces el gracioso.

No te entiendo, cariño.

Júrame por tu peine que no lo hicieron adrede.

Palabra de merodeador.

De acuerdo, te creo- aceptó un poco desconfiada.

Gracias, pequeña.

Bueno, besos a todos.

Adiós.

Adiós- dijo cortando el teléfono.

Cuando cortó escuchó que alguien tocaba la puerta.

Adelante.

Y al abrirse vio que el que se encontraba en la puerta era Harry, el cual se la quedó mirado y, lentamente, se fue acercando a ella hasta que la arrinconó contra una pared.

Antes de que la chica pudiera replicar hizo algo que ni él mismo se creía capaz de hacer... la besó. Fue un beso que, aunque simple, los descolocó a ambos.

Cuando se separaron, lentamente abrieron los ojos y se miraron fijamente, sin saber que decir. Él tenía las manos en la cintura de ella, y Sabrina tenía en el pecho de Harry y la otra acariciaba su cabello.

Después de cinco minutos, Harry se acercó a su oído, y le susurró un "te amo" a lo que ella lo miró a los ojos, y al ver que no mentía, le sonrió y volvió a besarlo.

Estuvieron así un rato hasta que un par de lechuzas entraron en la habitación, cada una con un sobre.

El primero iba dirigido a Harry, era la lista del colegio y... los resultados del los MHB:

APROBADO: DESAPROBADO:

Sobresaliente (S) Pobre (P)

Excede expectativas (E) Desesperante (D)

Aceptable (A) Troll (T)

Adivinación (P)

Defensa contra las artes oscuras (S)

Pociones (E)

Historia de la magia (D)

Transformaciones (E)

Botánica (E)

Cuidado de criaturas mágicas (E)

Y en la carta de los materiales había un mensaje que hace que por poco le de un infarto:

¡CAPITÁN DEL EQUIPO!- gritó eufórico- este es el mejor cumpleaños de mi vida.

Es cierto, aprobaste CASI todas las materias, por lo menos podrás seguir con los EXTASIS para ser auror, eres capitán, estrenas a una fantabulosa novia y...

¿Y?¿Hay algo más?

Bueno, esto es largo.

Tengo tiempo.

Esta bien- dijo sentándose en la cama y Harry recostó su cabeza en el regazo de Sabrina- le pedí a Fudge un permiso especial, para hacer magia negra muy poderosa y antigua.

¿Magia negra?

Si, le pedí permiso para practicar la necromancia, la habilidad de traer a la vida a los muertos.

Eso quiere decir...

Que reviví a tus padres, a papá y a la mujer e hija de Snape.

¿Snape es casado y padre?- pregunto alarmado con la idea de que Snape tuviera descendencia.

Si, pero ambas murieron hacía quince años, en realidad mataron a Donna, la mujer, cuando estaba embarazada.

Pero los trajiste de vuelta, a todos.

Sipi.

Te amo, eres la mejor.

Lo sé.

Que graciosa- dijo él dándole un beso- apropósito, ¿Qué dice tu carta?

Habían dejado en el olvido la carta que había recibido Sabrina, era del ministerio, donde ella trabajaba, la tomó y la leyó, cuando terminó una enorme sonrisa adornaba su cara.

Saluda a la nueva jefa del departamento de aurores- dijo orgullosa mirando a su novio.

Y como toda respuesta la besó en los labios. Luego de un rato entre besos y caricias, Sabrina le contó a Harry que lo iban a llevar, dos semanas antes de que terminen las vacaciones, o sea la siguiente, a Grimmaud Place y le presentarían a la nueva orden.

Cuando paso alrededor de media hora bajaron y, para sorpresa de todos, tomados de la mano. Fueron hacia el comedor para tomar un libro que Harry había dejado allí.

Subieron el libro y salieron a dar una vuelta. En cuanto pusieron un pie afuera, se encontraron con el grupo de Dudley, el cual, al ver a Harry besando a Sabrina, se le subieron todos los colores. Llamó a su primo y cuando éste se dio vuelta, le pegó en la cara haciendo que le sangrara la nariz.

¡Animal!- le grito Sabrina corriendo a ver a su novio.

Luego se fueron dejando a un Dudley completamente atónito. Éste se volvió a sus "amigos" y los miro con furia, y susurrando un "me las van a pagar", se fue a su casa.

Los otros dos estaban en la habitación del morocho, mientras Sabrina le curaba las "heridas".

De repente, mientras Sabrina estaba regañando a Harry por no quedarse quieto, se escuchó un" plop" y dentro de la habitación apareció un espectacular hombre morocho de ojos grises, Sirius Black.

Hola, papá- saludo la chica sin prestar atención.

Hola, muñequita, Harry.

Harry, el cual hasta ese momento no había abierto la boca, se acercó a Sirius, le pegó y lo abrazó con lágrimas en los ojos.

Estuvieron un rato así hasta que se calmaron y empezaron a hablar como si nada hubiera pasado. Después alguien tocó la puerta, era tía Petunia, y al ver a Sirius en la habitación de su sobrino, se aterró.

No... no puede... no puede ser- tartamudeó.

Hola, Petunia- saludó alegremente el hombre- justamente venía a hablar contigo.

¿Sobre qué?

Tu hermana, está viva.

¿Qué?¿Estas loco? Ella murió hace quince años.

Si, pero alguien la trajo a la vida- dijo mirando como padre orgullosos a su hija- y quiere llevarse a Harry, así que, como padrino del susodicho, vengo a "pedirte permiso" para llevármelo.

Pero, ¿No era la semana entrante?- preguntó confusa Sabrina.

Si, pero se adelantó la fecha.

Mejor- respondió Harry- tía, por favor.

De acuerdo, vete, le diré a tu tío.

Gracias- y por primera vez en su vida abrazó a la hermana de su madre.

Cuando se fue, Harry se volteó para ver a los Black y sin mediar palabra, besó a su novia (bajo el asombro del mayor) y se puso a empacar.

Esa noche los tres tomaron el autobús noctámbulo y se fueron a Grimmaud Place, la gente los miraba mucho, ya que eran los más "famosos" del momento (Sirius había recibido la libertad gracias a los Potter, y al no poder atrapar a Colagusano Sabrina se lo puso como meta personal), se la pasaron hablando y Sirius les dijo que les tenía una sorpresa preparada.

Al llegar, entraron en el número 12 y para Harry fue volver a vivir; enfrente suyo estaban sus padres: James era el calco de su hijo (¿O al revés?)pero con los ojos castaños, y a su lado, se encontraba una hermosa mujer pelirroja con los mismos ojos verdes de Harry, Lili.

Apenas entró, Harry se acercó a ellos, y entre lágrimas abrazó a su madre, luego a su padre, ninguno de los tres podía creer que estaban juntos de nuevo, en especial su primogénito.

Luego saludó a Remus Lupin, el cual le presentó a su mujer, Chris, y a su hija, Lisa, la cual no tenía más de un año.

También a Dumbledore, su director; a McGonagall, su profesora de transformaciones y jefa de la casa Griffindor; a sus mejores amigos, Ron Weasley y Hermione Granger; a Alastor Moody, Arabella Figg, Tonks, la sobrina de Sirius; Mundungus Fletcher, a sus ex compañeros del equipo de Quidditch, Angelina Jonson, Alicia Spinet y Oliver Wood; a Katy Bell, una compañera un curso por encima de él; a los Weasley, Fleur Delacuore, una bruja francesa que conoció en el torneo de los tres magos; a Penélope Clearweter, la novia de Percy, uno de los hermanos de Ron; Mary, su suegra; a Snape, su profesor de pociones, a Donna y Sophia, la familia del anterior; Hagrid, el guardabosque del colegio, a Madame Máxime, la directora del colegio de magia en Francia, Beauxbatons; y a Neville Longbotton, un amigo del colegio, y sus padres.

Y también le presentaron a Michel Young, hermano de Donna, junto a su mujer Sydney, y a Adalbert y Fionna Trelawny.

Luego de los saludos y presentaciones, Harry y Sabrina anunciaron su noviazgo, igual que Bill y Fleur, y Charlie con Tonks. Fueron al comedor para cenar todos juntos y celebrar el cumpleaños de Harry.

Allí estaban reunidos hablando y festejando, por primera vez, todos juntos. En cierto momento de silencio, los merodeadores (Sirius, James y Remus), junto a los mellizos Weasley, Fred y George, dieron un espectáculo digno de un rey con fuegos artificiales.

Ustedes nos tenían que decir algo, ¿No?- dijo Sabrina mirando a sus padres.

Cierto, me había olvidado- dijo James.

Cornamenta, como te vas a olvidar de algo tan importante como eso.

¿Qué es?- preguntó desesperado Harry.

No sé si decírtelo...- empezó Remus pero al ver las amenazantes caras de los jóvenes rectificó- bueno, si ustedes insisten...

¡NOS VAMOS A LAS BAHAMAS!- gritaron los "mayores" a la vez.

Hubo un momento de silencio y de pronto... AHHHHHHHHH! Las chicas se habían desesperado, saltaban, gritaban y cantaban asustando al resto.

Se pasaron toda la noche hablando del viaje que sería al día siguiente, y organizaron un "baile" en honor al cumpleaños de Harry. Rieron, hablaron y bailaron y, Ron y Hermione tuvieron lo que se dice un roce: el pelirrojo la molestó y ella le vació la jarra de zumo de calabaza en la cabeza.