Death Note
Note memories - Not only humans
Capítulo 1 - No todos son humanos
Un cuaderno marrón, no muy distinto de un cuaderno de apuntes normal, apareció de repente en el cielo. Su procedencia: desconocida. Lo único que se distinguía en él era la portada, la cual sólo contenía unas letras blancas en las que podía leerse "Cuaderno de Muerte". Dicho cuaderno cayó muy alejado de la civilización, en lo que parecía ser una gran pradera, posiblemente propiedad de algún agricultor. Allí el día, aunque tranquilo, estaba nublado y unos grandes nubarrones negros se movían por el cielo, amenazantes con intenciones de tormenta.
El cuaderno tocó el suelo, que parecía regado recientemente, quizás por una anterior lluvia. La única persona que lo vio caer vivía muy cerca de allí. Dicha persona, intrigada por el extraño objeto que cayó del cielo, decidió acercarse a él. Nada más verlo de cerca se quedó parado, mirándolo...
-Death Note... ¿eh?- murmuró hacia la nada que le acompañaba. -¿Un cuaderno de muerte de shinigami? ¿De dónde puede haber salido?
Miró hacia el cielo, recordando que lo acababa de ver caer. Eso significaba que el shinigami debía estar cerca, y podría volver, por lo que decidió esperar junto al cuaderno.
Los minutos pasaron y se convirtieron en horas. El cielo, ya más despejado, dejaba ver una bonita puesta de sol en el horizonte. Mientras la persona se sumía en sus pensamientos, observando el paisaje, más minutos pasaron y con ellos llegó un personaje… extraño.
-¡¿Porqué no coges el maldito cuaderno, humano estúpido?!- gritó una voz ronca, con clara irritación. El humano ni se inmutó.
-Mide tus palabras, Shinigami- respondió fríamente, casi haciéndole reír.
-¿Eh? Qué caña, ¿cómo puedes verme? Si no eres más que un simple humano…- la sorpresa era evidente en su voz, pero también lo era la diversión. ¿Quién era este humano que podía verle y que le hablaba de esa forma tan fría a un Dios de la Muerte?
-No te confundas, no soy "un simple humano", así que más te vale no tratarme como tal- dijo con dureza. - Soy un Shinigami, nacido del vientre de una madre humana y tratado como humano. Al menos así fue hasta que todos se percataron de mi extraña condición.
"Vaya, había oído hablar sobre humanos que podían ver Shinigamis sin tocar un cuaderno, pero esto es nuevo "pensó el Shinigami, que no salía de su asombro.
-Antes de cogerlo, tengo una duda sobre este cuaderno... y sobre ti. ¿Eres el Shinigami que le dio el cuaderno de muerte a Kira, no es cierto? ¿Cómo te llamas?
El asombro del shinigami no hacía más que aumentar, pero con él también aumentaba la diversión. Tenía la impresión de que podría divertirse con este chico.
-Vaya... así que te interesa mi nombre, ¿eh? Puedes llamarme Ryuk. Sí, yo soy el Shinigami que dio a Kira el cuaderno de muerte, en concreto ese- señaló el cuaderno que seguía sobre la hierba junto al chico.- Sólo 4 personas lo han usado: Light, su novia Misa Amane y los difuntos Teru Mikami y Kiyomi Takada.
-Interesante... ¿Misa Amane sigue viva?
-Aún no han pasado los dos años de vida que le quedaba, por lo que sí, debería seguir viva. ¿Por? ¿Te interesa? - Ryuk trató de aguantarse la risa.
-Si este fue el cuaderno que ella usó para matar criminales debería recuperar sus recuerdos en caso de que lo tocase, ¿no?
-Así es. Todos los recuerdos que perdió relacionados con el cuaderno de muerte volverán.
-Bueno... en ese caso me lo quedaré por un tiempo- por un momento los dos shinigamis se quedaron en silencio, que enseguida fue roto por Ryuk.
-¿Puedo hacerte una pregunta, Akira?
-¿Eh? Adelante.
-¿Qué se siente al ver morir a todo ser querido mientras tú sobrevives eternamente?- Ryuk lo dijo casi con malicia, como si supiera perfectamente los puntos débiles del chico que estaba junto a él.
Esta vez el silencio duró unos cuantos minutos, antes de que Akira encontrara las palabras para contestar.
-Es un sentimiento angustioso, al menos al principio- su voz seguía siendo fría y parecía imperturbable, incluso hablando de sus propios sentimientos. - Una vez que el mundo se percata de tu condición, cuando ven que no entras dentro de lo que ellos ven "normal" te marginan, hasta el punto de tener que vivir solo el día a día.
Miró hacia algún punto lejano en la pradera, parecía perdido en sus recuerdos. Tras unos segundos de silencio, continuó hablando.
-Conforme pasa el tiempo ves a tu familia morir, convertirse en polvo. Persona tras persona todos tus seres queridos mueren, y tú quieres morir con ellos y dejar de sentir la perdida de tantas personas importantes para ti, pero no puedes. Tu naturaleza te lo impide. Cuando pasa el tiempo te acostumbras, consigues sobrellevarlo, se alivia un poco el dolor. Aún así, incluso después de miles de años, el dolor sigue ahí. Al final tienes miedo, miedo a encariñarte de alguien, a sentir afecto por las personas. Y esa marginación que el mundo crea hacia ti crece y crece, llegando al punto en que te encuentras en una situación como la mía, viviendo sólo en un campo en lo alto de una montaña, sin nadie en kilómetros a la redonda. Así es mejor...
-Ya veo... menos mal que Light no encontró forma de convertirse en Shinigami, si no ese sentimiento hubiese podido con él, por muy fuerte que fuese. Bueno, ¿qué vas a hacer con el cuaderno, Akira?
-De momento voy a buscar a Misa Amane – dijo Akira mientras abría la puerta de su casa. -Ya tengo mi propio cuaderno, por lo que realmente este no me sirve de nada. Quizás encuentre mi paz de esta forma.
-¿Eh? No te entiendo...- esta vez Ryuk estaba realmente confundido.
-Ya lo verás Ryuk. Dijiste que Misa viviría dos años más a partir de la desaparición de Kira, ¿no es cierto?
-Sí.
-Entonces le haré una visita, pero como está muy lejos y ya es de noche me acostaré ya y mañana a primera hora saldré para Kantó- parecía que el chico ya lo tenía todo planeado.
"Hay que ver... este chico se parece mucho a Light... me pregunto cómo de listo será."- pensó Ryuk.
Unas horas después Akira se levantó, eran aproximadamente las 5 de la mañana. El cielo estaba realmente oscuro y la niebla no ayudaba mucho a favorecer la visión, no se podía ver nada a dos metros de distancia.
-Vaya Akira, te levantas muy temprano. Creí que dijiste a primera hora de la mañana- comentó Ryuk cuando vio al chico entrar en la cocina, ya preparado para salir, vestido con una simple camiseta negra y unos vaqueros desgastados. Su pelo era de un color extraño, un blanco grisáceo que ayudaba a darle un aura todavía más fría.
-Y así fue, pero ya que me acosté algo temprano no tengo más sueño- dijo Akira cogiendo lo primero que pilló en un armario para desayunar.- De todas formas así llegaré antes a Kantó, igualmente necesito dos días para llegar.
-Ah... ¿Y no puedes usar alas o algo para ir más rápido?
-No, sigo teniendo un cuerpo de humano. Además, ir volando por ahí sólo causaría revuelo.
Durante el primer día de viaje nada fuera de lo normal ocurrió, el tiempo era bastante bueno, a pesar de la espesa niebla que desde bastante temprano rociaba todo lo que tocaba. La niebla no se despejó hasta pasado el mediodía. El sol relucía brillante en el cielo, y aunque estaba tapado por algunas nubes daba más calor del que muchos podrían desear en una tarde de invierno. Akira caminó casi sin descanso durante 12 horas, tiempo en el cual llegó a una posada en la que pasó la mayoría de la tarde y de la noche. A la mañana siguiente se levantó bien entrada la mañana, a eso de las 10 y media, para subir a un tren y llegar a Kantó, lugar donde Misa Amane aún vivía.
-Hay una cosa que no entiendo- dijo Ryuk. Se encontraban caminando por una de las calles de Kantó, atestada de gente que iba y venía de sus casas y trabajos. Nadie podía ver a Ryuk y Akira no llamaba para nada la atención, así que podían hablar sin preocuparse de que la gente los escuchara.
-¿De qué se trata?
-Siendo inmortal podrías haber sido el jefe de una gran empresa o algo por el estilo, te hubieses hecho rico y famoso. Con el cuaderno de muerte podrías quitar a la competencia, como hizo la Yotsuba.
Akira casi sonrió.
-¿Cómo crees que un humano normal reaccionaría al ver una persona inmortal como jefe de una empresa? Obviamente yo no puedo morir fácilmente, por lo que un cargo público no sería lo más apropiado...
-Sí, bueno... aún así sigue pareciéndome estúpido. Todos los humanos tienen predilección por la riqueza, mayormente son avaros, muchos desean la inmortalidad. Y tú, que podrías tenerlo todo, desaprovechas la oportunidad y vives recluido...
-No todos los humanos pensamos y actuamos igual, aunque supongo que llegarías a esa conclusión después de darle a Light el cuaderno.
-En parte sí, pero observé esos rasgos en la mayoría de los humanos con los que tuve contacto. Todos, aunque fuese secretamente, anhelaban poder, poder sobre algo o alguien...
-Quizás tengas razón Ryuk, aunque sea muy secretamente todos tenemos esos sentimientos. Por otra parte, que el ser inmortal sea revelado al mundo público no es que sea muy de mi agrado. He llegado a imaginar científicos examinándome para conocer el porqué de mi inmortalidad, y eso lo veo bastante desagradable...
-Sí, no es muy agradable que todo el mundo te mire mal...
Se detuvieron frente a una casa, mirándola con detenimiento.
-Ya hemos llegado, esta es la casa de Misa Amane. Espero que esté aquí...- dijo Akira antes de llamar a la puerta.
