Capitulo 1: Un Regalo de Francia

Sirius se lanzo contra la cama, hundiendo la cabeza sobre la almohada, en claro gesto de desesperación.

-Debe ser una broma –Su grito apenas era audible sobre la almohada, su mano sostenía un pergamino con fuerza, más bien arrugaba el pergamino como si eso fuera suficiente para resolver el problema.

James y Remus lo miraban sin entender lo que le pasaba.

-¿Qué? –Pregunto James-. Malas noticias, ¿qué te dice tu tío Alphard?

Pero Sirius se negó a responder, comportándose como un niño berrinchudo. James cansado le arrebato la carta y comenzó a leerla en voz alta.

-Querido sobrino... han llegado noticias fabulosas sobre Lilian, seguro te encantará saber que regresa a Londres, después de estar cuatro años en Beauxbatons, cuando transfirieron a tu tío William a la embajada de Paris... ¿Quién es Lily Evans? –Pregunto de pronto sin despegar sus ojos del pergamino.

-Es mi prima –Dijo Sirius molesto-. Mi tío dice que no podrá recogerla porque esta en Hamburgo y quiere que vaya yo en su lugar

Sirius suspiro ruidosamente y después continuo.

-Esto es completamente injusto, sin el tío Alphard en la ciudad nadie de mi familia querrá ir por ella a la estación

-¿Por qué no?

-Porque es una Evans, los Black y los Evans no simpatizamos mucho, ¿sabes?. El padre de Lily es muggle, cuando mi tía se caso con él prácticamente la desterraron del árbol genealógico de la familia

-¿Y esa es la razón por la que te desagrada?

-No, yo no tengo problema con el matrimonio de mi tía, el problema es Lily, ella es insufrible, la chica más odiosa que he conocido, es la única de la familia que fue aceptada en Hogwarts y en Beauxbatons al mismo tiempo, pero se largo a Francia porque aparentemente Hogwarts no es demasiado bueno para ella

-Creo que te lo estas tomando muy apecho, mañana inicia el año escolar y a ella solo la verás hoy, así que tendrás el resto del año para olvidarte de ella

-¿Iras conmigo verdad James?

-Lo siento hermano –Dijo James algo apenado-. Pero papá quiere llevarme a la feria de escobas voladoras, y ya sabes lo sentimental que se pone un día antes de volver a Hogwarts

Sirius parecía desilusionado, pero entonces giro su cabeza y se dio cuenta que su brazo estaba recargado sobre el hombro de Remus, primero le sonrío y después le dirigió una mirada que parecía más suplicante que petitoria.

-Ah no –Soltó Lupin, sabiendo hacía donde se dirigía Sirius-. No cuentes conmigo...

-Vamos Remus, hermano, ambos sabemos que lo harás, no me pidas que te suplique. Si dices que si, te llevare cargando hasta la estación de tren


-1010 –Dijo Lupin mientras verificaba una nota que llevaba en sus manos-. Ese es el tren Sirius.

-Pues vamos y acabemos con esto de una vez

Desdicha, eso era lo que sentía Sirius Black sin el más mínimo de exageración, pues uno de sus grandes temores se estaba cumpliendo, hacía años que no veía a su prima y hubiera dado cualquier cosa por que las cosas siguieran así, tenía una familia números y agradecía que todos estuvieran dispersos por toda el mundo, ya era suficiente con tener que tolerar a los que Vivian cerca de él. Ahora tenía que agregar una molestia más a la larga lista.

-Esto es injusto. Me estoy perdiendo de la mejor feria anual de escobas voladoras, yo debería estar montado en una Moontrimmer ó una Ninbus 1000... pero gracias por venir conmigo Remus, en verdad valoro que te estés perdiendo de toda esa diversión por mi

-Prácticamente me arrastraste

-Claro es la regla, si yo soy desdichado por solidaridad uno de mis amigos debe serlo también

Lupin sintió el impulso de rodas los ojos, Sirius a veces era demasiado dramático.

-¿Qué es exactamente lo que buscamos?

-Una francesilla horribles, pecosa y delgaducha y... Oh, Hola lindura –Dijo de pronto, mientras divisaba a una jovencita de cabellera larga y rojo brillante, que en ese momento bajaba del tren-. ¿Cómo me vería con una pelirroja Remus?...

-Si me lo preguntas, no creo que tu reputación mejore

-Esa chica es preciosa

-Y una completa extraña

-Remus amigo, se necesitan solo 2 minutos para enamorarse de Sirius Black

-¿Y cuantas semanas le darás esta vez?

-Pero de que estas hablando Remus, ella podría ser la madre de mis hijos, más respeto

-¿2 semanas?

Sirius miro a su amigo con una sonrisa de suficiencia.

-No, ella es linda creo que le daré 3 semanas

-¿Sirius? –Grito de pronto aquella jovencita haciendo que ambos chicos de Gryffindor cayeran en su asombro-. Primo Sirius...

-¡Por Merlín, es Lilian! –Literalmente la mandíbula de Sirius cayo al suelo, y cuando despertó de su asombro comenzó a toser y escupir como si de pronto sintiera asco de si mismo-. ¿Acaso estoy enfermo?

Lily había cambiado tanto, estaba lejos de ser la niña pecosa delgaducha y de horribles trenzas, se había convertido en una mujer.

-No lo puedo creer... –Exclamo ella cuando se acerco a él, ver a Sirius era tan aterradoramente sorprendente como maravilloso-. Mirate, has cambiado tanto

-Y tu, tu... tu sigues... afortunadamente muy diferente a como te recuerdo

Lily se cruzo de brazos y lo miró con una media sonrisa, pero muy poco le duro el disgusto, porque en ese momento se echo a sus brazos y se fundieron en un largo abrazo. Sirius parecía un poco mareado con la situación, Lily se estaba comportando tan agradable, que no podía dejar de verlo sospechoso.

-Lastima que sigues siendo el mismo tonto de hace 5 años –Susurro ella en su oído y después se separo. Oh si, ahí estaba la Lily que recordaba-. ¿No vas a presentarme a tu amigo?

-Ah, si, él es mi amigo Remus

-Oh, bonjour Remus –Saludo Lily y lo beso en ambas mejillas.

-Bonjour ma chérie –Respondió Remus, y Lily lo miró encantada.

-Que encantado –Dijo ella sonriéndole.

Pestañeo, inclinación de cabeza, sonrisa. ¿A caso estaban coqueteando?, Sirius miraba la escena irritado.

-¿Podemos irnos ya? –Dijo y comenzó a empujar el carrito que llevaba las maletas de Lily.

-Es simpática –Le dijo Remus a Sirius por lo bajo.

-¿Ah si?, pues dale tiempo

La ventaja de todo esto es que tan solo tenían que dejarla en el Caldero Chorreante, donde el tío Alphard la recogería al día siguiente. No había necesidad de llevarla a conocer el pueblo, ni tener que fingir por más de una hora que le agradaba. Remus y Lily no pararon de hablar en todo el trayecto, Sirius que caminaba delante de ellos, estaba al borde del aburrimiento. Finalmente llegaron a la calle Charing Cross Road y el enorme letrero de madera del pub estaba frente a ellos, al fin habían llegado.

Sirius abrió la puerta del diminuto pub y dejo que Lily entrara primero, el lugar estaba vacío y eso lo hacía lucir más grande, aunque su aspecto era tan sucio y pestilente como siempre. Sirius los encamino hasta el fondo donde Tom el tabernero y una mujer de cabello negro y mediana edad parecía esperarlos.

-Hola... –Dijo Sirius, pero Lily se le adelanto.

-¿Usted es la señora Brown?

-Si querida –Dijo la mujer con amabilidad.

-Tengo algo para usted –Le dijo Lily y le entrego una nota.

-Oh, claro tu debes ser Lily –Exclamo cuando dejo de leer el mensaje-. ¿Y como esta el viejo Alphard?

-Mucho más feliz de lo que estoy yo, supongo –Le dijo Sirius a Lupin por lo bajo.

Lily y la señora Brown simpatizaron de inmediato, se hablaban con tanta familiaridad que parecían conocerse de años. Finalmente después de una larga espera la dueña del pup dijo lo que tanto ansiaba escuchar Sirius.

-Bueno tengo una habitación para ti, te ayudare a subir tus cosas.

-Gracias –Sonrió Lily, pero antes de seguirla por las escaleras, se volvió para mirar a Sirius-. De verdad me dio mucho gusto verte

-Ah... a mi también –Vacilo un poco el muchacho, pero se veía sincero.

-¿Te veré pronto?

-Claro que no, ¿Cómo se te ocurre? –Soltó Sirius, que no se dio cuenta que lo había dicho en voz alta-. Digo, si, es decir no, bueno… dije no porque yo estaré en Hogwarts y tú te irás a casa de mi tío

-Esta bien, yo entiendo. Remus fue un placer conocerte.

Lupin le devolvió el gesto amablemente.

-Por fin –Exclamo Sirius con dramatismo, soltando un ruidoso suspiro de alivio, mientras ambos chicos se internaron en el Callejón Diagon-. ¿Verdad que es odiosa?

-Creí que ella sería la madre de tus hijos –Soltó Remus con ironía.

-Acaso estas enfermo –Exclamo con gran exageración-. Que no te engañe esa dulce mirada, estoy segura que por dentro tenía deseos de golpearme

-Eres un paranoico


Ya habían pasado dos horas desde que dejaron atrás el andes 9 ¾ en la estación King's Cross. Los merodeadores habían hecho una entrada triunfal en el expreso de Hogwarts, una más que sería recordada, al menos por los alumnos de Slytherin, pues en el momento en que entraron a uno de los vagones, una bomba fétida les dio la bienvenida logrando que al menos dos de ellos cayeran desmayados por el olor.

El festejo vino después cuando James compro todo lo que había en el carrito de la comida para darse un banquete de ganadores.

De pronto la puerta del vagón donde James y compañía celebraban se abrió abruptamente y por ella apareció un muchacho de piel pálida y nariz ganchuda.

-Son unos idiotas –Bramo aquel muchacho en forma de saludo.

-Quejicus -Exclamo Sirius como si le diera mucho gusto verle-. ¿Pasaste bien tus vacaciones?

-Déjate de tonterías, sabes perfectamente a lo que vengo Black

-A saludar supongo... ¿qué tal la familia?

-¿Se creen muy listos verdad? –Pregunto Snape, ardiendo en cólera.

-No nos gusta admitirlo, pero si –Respondió Sirius con mucha seriedad.

-Sabemos que fueron ustedes, así que más vale que no mientan –Hablo un segundo chico que en ese momento hacía acto de presencia, llevaba un pañuelo con el que se tapaba la boca y nariz.

-Damian, cuanto tiempo sin verte... ¿qué tal las vacaciones? –Dijo de nuevo Sirius con una sonrisa.

-Ustedes tres dejaron una bomba fétida en nuestro vagón

-Esa es una acusación muy grande -Hablo James con aire ofendido.

-Esta vez las cosas no se quedaran así, me las van a pagar

-Si, como digas, que tu abogado, se comuniquen con el nuestro –Exclamo James sin darle mucha importancia y les cerro la puerta en la cara.

Y como si aquélla interrupción jamás hubiera ocurrido, Sirius miro a sus amigos y tomo la palabra.

-Amigos míos... Este será el mejor año de nuestras vidas

–El mejor año de nuestras vidas... –Repitieron James, Peter y Remus poniendo sus manos encima de la de Sirius, mientras se miraban con satisfacción.

El primer día en Hogwarts era por lo general el que más satisfacción traía a los chicos, el reencuentro con sus viejos amigos, la añorada sala común, Nick Casi decapitado dándoles la bienvenida, y el reencuentro con los viejos amores.

-Blacky, Blacky -saludo una chica rubia, que se aferró al hombro de Sirius apenas lo tuvo enfrente-. ¿Cómo pasaste tus vacaciones cielo?

-Katie –Dijo Sirius con una sonrisa-. Te estuve buscando por todos lados, te extrañe. -Katie lo miraba radiante.

-Hola Jimmy, hola Remus... Peter –Saludo ella a los acompañantes de Sirius.

-¿Paso algo emocionante en vacaciones? –Cuestiono Lupin a Peter, que por lo general era al que menos veían durante el verano, pero fue Katie quien respondió.

-No te lo imaginas –Exclamo con cierta excitación-. Estuve en Paris, es una belleza, la torre eiffel esta wow!, Ósea de otro mundo...

Katie siguió parloteando durante el recorrido a la sala común aferrada al brazo de Sirius, a éste parecía no molestarle, pero por otro lado James y Remus tuvieron que hacer un esfuerzo sobre humano para tolerarla. Había salido con Sirius a finales del semestre pasado y pese a que las reglas impuestas eran irrefutables, pasadas las tres semanas de plazo para una novia, Katie no fue desechada, simplemente porque no se quiso ir.

A la mañana siguiente, la primera profesora en darles la bienvenida fue McGonagall, quien no dudo en abordar desde el inicio el tema de los exámenes. El siguiente profesor en hablarles y marearlos con el tema de los Exámenes Terribles de Alta Sabiduría e Invocaciones Secretas fue Filius Flitwick, James en especial adoraba su clase, porque el profesor Flitwick siempre le daba la razón. El resto de las asignaturas se desarrollaron de la misma forma, para cuando las clases terminaron los muchachos ya tenían suficiente con el tema de los Extasis.

Esa tarde, era la primera practica de quidditch del equipo de Ravenclaw, pare ser el segundo día se mostraban muy entsiastas, aunque para James parecía mas bien un equipo desesperado, hacia varios años que Ravenclaw no se lleva la copa del torneo y estaban decididos a conseguirla. James estuvo presente en la practica animándolos, pero claro toda esa adulación tendría una recompensa, pues Jane la cazadora y capitana de Ravenclaw era la meta a lograr éste año, le gusto desde el momento en que ambos cruzaron miradas en el torneo del año pasado y ahora era tiempo de iniciar la conquista.

La practica término con excelentes resultado, James había conseguido una cita y ahora solo quería llegar al castillo para decírselo a los muchachos. Cuando camino cerca del lago escuchaba ruidos, pero ni siquiera se molesto en dar un vistazo, estaba seguro que era el calamar gigante.

Volvió a sumergirse en sus pensamiento y evoco a Jane y la forma tan sugestiva que uso para conquistarla, el roce de labios, la sonrisa, las palabras dulces murmuradas en su oído. James era un jugador en toda regla.

Repentinamente otro chapuzón volvía a escucharse en el lago, esta vez se sintió tentado a dar un vistazo, el agua era tan cristalina que todas las tonalidades de azul se reflejaban, pero con toda sinceridad era lo ultimo que le importaba, pues al fin pudo descubrir la causa de aquellos sonidos, alguien estaba nadando, no había ropa regada alrededor, pero estaba desnuda no tenía duda de eso. James siempre pensó que era un experto rompiendo reglas, pero esta jovencita lo llevaba a otro nivel.

Cuando ella comenzó a nadar hacía la orilla, aparto su vista para darle un poco de privacidad y continuo su camino, solo unos pasos, era un caballero, pero vamos, tampoco era ningun tonto, quería ver el rostro de aquella dama. Cuando volvió mirar hacia el lago ella ya se había ido, inspecciono el terreno con mucho cuidado, sería de Gryffindor, de Hufflepuff, de Ravenclaw, de Slytherin no, ó si.

Parpadeo un par de veces para sacudirse esos pensamientos de encima, era una tontería no recorrería las cuatro casas para buscarla y menos después de que Jane le dio el tan esperado SI.

-James... ¿viste eso? –Se escucho la voz de Sirius, que repentinamente caminaba hacía él, Lupin estaba a su lado-. ¿La viste?

Y entonces James se dio cuenta de que sus mejillas ardían y sonrío con la misma sonrisa petulante que se dibujo en Sirius.

-Y vaya que la vi –Dijo James-. Tiene un cuerpo precioso

-Pues "cuerpecito precioso" será la próxima chica Black, cualquiera que se atreva a desnudarse en el colegio merece tener el privilegio de salir conmigo

-¿Y que hay de Katie, blacky blacky?

-Claro, después de que termine con ella

Entonces Sirius miro con detenimiento a James quien aun llevaba el uniforme de quiddtich.

-¿Qué tal la practica?... ¿mejor dicho que tal la operación Jane?

James soltó una sonrisa de superioridad, le encantaba hacerse el interesante, estaba a punto de responder cuando fue interrumpido.

-Sirius... –Dijo una voz a espalda de ellos.

El cuerpo de Sirius se tensó, él conocía esa voz, giro sobre sus talones lentamente sintiendo una fuerte sacudida en el estomago.

Oh maldita sea

-No, no es cierto –Soltó con brusquedad-. Remus es... es un espejismo, dime que es un espejismo, dime que es un espejismo

-Esperaba un recibimiento más acogedor, pero olvide que no se pude esperar mucho de ti –Exclamo una pelirroja, que miraba a Sirius con los brazos cruzados.

-Pero si te deje en el Caldero Chorreante, ¿cómo rayos llegaste aquí?... más bien ¿qué demonios haces aquí?

-Afortunadamente el tío Alphard es intimo amigo del profesor Dumbledore, y no tuvo ningún problema en recibirme, llegue por la vía Flu... ¡sorpresa!

Fue en ese momento cuando la histeria del joven Sirius se hizo presente, pues aunque las palabras de Lily habían sido muy claras, estaba completamente seguro que todo era producto de su imaginación.

-¿Qué es tan gracioso? –Pregunto Lily, al ver las sonoras carcajadas de su primo.

-Por... Por un momento. creí... es que... es que... –Sirius apenas si podía comunicarse, la risa le impedía hablar, incluso Remus y James que al principio también sonreían ahora lo miraban asustados-. Por un momento... por un momento creí que tú... te quedarías en Hogwarts...

-Eso dije, sabía que la noticia te pondría de buen humor –Ironizo Lily-. No te dije nada porque quería darte una sorpresa, pero terminare mi ultimo año aqui –Dijo haciendo énfasis en sus palabras.

Sirius paro de reír de golpe, pero no tuvo mucho tiempo de explotar con insultos, porque al mirarla detenidamente noto que bajo una larga túnica, Lily estaba envuelta con una toalla que cubría su desnudez.

-Por Merlín ¿eras tú? –Pregunto Sirius que se había puesto pálido.

-¿Qué?

-La chica del lago –Y ahora era James quien palidecía.

-Ah, eso... verás como hacía mucho calor y las clases terminaro creí que...

-No, no, no andes creyendo nada, ya no estas en Francia, no puedes nadar desnuda en publico y hacerlo ver como algo normal

Lily estaba lejos de sentirse avergonzada, al contrarío miro a los tres muchachos con mucha lastima.

-Bien, dejare de hacerlo si dejas de comportarte como un estúpido conmigo. Y vamos a dejar una cosa en claro, no te conozco, no se nada sobre ti y tampoco tenemos ningún parentesco, por los próximos meses fingiremos que somos dos desconocidos. Lo que menos necesito es que me asocien contigo

-Por mi esta bien –Grito Sirius.

-Bien, con tu permiso debo ir a la sala común antes de bajar a cenar. Por cierto estoy en Gryffindor, y por tu cara se que te gusto mucho la decisión –Ironizo la chica, para después marcharse sin mirar atrás.


Jamás me vi escribiendo un fic sobre James y Lily, pero siempre hay una primera vez, espero no decepcionar a los seguidores de esta pareja. Nuevamente una historia alterna, tenía la idea guardada en mi cabeza, hasta que me decidí a escribirla. Saludos y nos vemos en la próxima actualización.