No había pasado demasiado tiempo desde que había estado el ultimo novato que resultó ser un arcángel cuando dios había anunciado otro novato, las reglas eran claras, los cuatro arcángeles mayores pasarían a verlo y si ninguno encontraba una conexión entonces alguno de los otros ángeles mayores de una categoría alta podría probar suerte, pero los arcángeles se negaron a verlo.
Miguel ya tenía a Raziel, Lucifer a Azrael y Raphael a Samandriel, en cambio Gabriel no le interesaba tener un novato a cargo pues era demasiada responsabilidad.
Ya habían pasado más de dos filas de ángeles a verlo, pero nadie había salido con él, Gabriel observaba desde la puerta de entrada a la habitación donde estaba el pequeño, soltó un bufido de desesperación al escuchar a varios ángeles hablar sobre "Extrañas alas negras" y "Poca inteligencia" más que desesperación le había molestado que se refirieran a un novato de esa manera así que se abrió paso entrando a la habitación.
Los ángeles dentro le dejaron pasar para ver al angelito, era un bebé de cabello negro, unos brillantes ojos azules y alas negras, esto atrajo la atención de Gabriel, las alas negras no se conocían desde Lucifer, se acercó al pequeño que parecía meterse a la boca un trozo de una manta y chuparlo.
—Hola pequeño—saludo Gabriel, el pequeño ángel escupió la manta moviéndose por el suelo para acercarse al mayor con una sonrisa estirando las manos como intentando alcanzarlo—Pareces ser un serafín con mucha curiosidad y con una buena gracias ¿Por qué nadie te ha reclamado aún? —
El novato le miro como intentando entender lo que le decía pero al no entender se acercó a los pies de Gabriel jalándole de la túnica, Gabriel se agachó cargándolo y el pequeño lo tomo por las mejillas apretándolas y moviéndolas para después echarse a reír, Gabriel sonrió ante la pequeña risa que llenaba sus oídos.
—¿Tienes nombre? —pregunto Gabriel y el pequeño negó con la cabeza—Serás el ángel del jueves, el pequeño serafín Castiel ¿Te gusta? —
Volvió a escuchar otra risa en respuesta, Gabriel le abrazo más cerca sintiendo como se formaba una unión entre ellos, los otros arcángeles levantaron la vista de lo que estaban haciendo para sonreír, su hermano había logrado encontrar a alguien.
—Bien Castiel, vamos a casa, tienes muchos hermanos que quiero presentarte—
