Bueno mis sensuales lectores xD aquí les traigo otra historia Rivetra, salió de una imagen que vi y me pareció hermosa, así que ahí les va, espero les guste lo hago con mucho cariño para todos… :D

No tiendo a escribir prólogos, este es primero, es malo lo se, pero ahí esta.. es pequeño y luego el capitulo 1 :D Disfruten! :3

Disclaimer: SNK no me pertenece y ninguno de sus personajes escribo para entretener :3 (solo escribo una vez el disclaimer xD)

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*Prologo*

Los caminos a los que nos lleva el destino, son tanto inciertos como sorpresivos y debemos estar preparados para enfrentar lo que venga, pero… ¿qué pasaría? si ya tienes un plan de vida establecido y de de repente ¿aparece alguien viene a complicarlo todo? Y no siendo aun suficiente, es alguien que según tu, es un "completo extraño", pero extrañamente ¿tienes sueños y sobre todo recuerdos de esa persona?

Así es como dos personas que al pasar de los siglos estuvieron separadas y el mismo destino que un día los separo, hoy quiere volver a unirlos, sin embargo como siempre los problemas se harán presentes ¿podrán lidiar con ellos y salir victoriosos? ¿o se dejaran se dejaran vencer por ellos perdiéndose el uno al otro una segunda vez?...

Esta es la historia de cómo Petra y Rivaille volvieron a encontrarse en sus otras vidas cumpliendo el juramento que un día se hicieron…

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~Capitulo 1: Un nuevo comienzo~

—Mi querida Petra estoy tan emocionado de que ya entres a la universidad…— suspiro con melancolía el señor Ral, mientras llevaba a su hija, a la nueva universidad donde de ahora en adelante estudiaría — … que hace que eras una pequeña, ¡eras tan linda!…eres el vivo retrato de tu madre, espero que no te olvides de este viejo que te ama demasiado— le sonrió a su hija mientras esperaba que el semáforo se pusiera en verde para avanzar

La pelinaranja sonrió complacida tomando entre sus manos el relicario que colgaba de su cuello— Papa, no hables como si no volviéramos a vernos, recuerda que iré a verte en las vacaciones de navidad— suspiro abriendo el relicario y viendo la imagen de su madre en el

—ella estaría tan orgullosa de ti, espero que te conviertas en una gran abogada como ella y desde el cielo la hagas sentir más orgullosa de lo que ya esta— la chica regalo una sonrisa forzada a su padre, a lo que este se la devolvió.

La madre de Petra era una gran persona, una gran esposa y madre. Su fama como abogada no podría ser mejor, saliendo ganadora hasta en los casos más difíciles y complicados, siempre amable y sonriente, confiaba en la justicia ciegamente. Murió muy joven a causa de una rara enfermedad terminal que la ataco de repente, dejando a Petra con tan solo ocho años de edad y a un señor Ral devastado. El como buen padre procuro lo mejor que pudo por su hija desde entonces, consagrándose en cuerpo y alma a ella, ni siquiera pensó en casarse nuevamente, Petra y el recuerdo de su amada esposa, eran todo para él. Su sueño era verla convertida en una gran abogada como su madre, cosa que Petra jamás había cuestionado, a pesar de ella y de sus sueños, que eran otros. El amor a su padre y el deseo de verlo feliz la reconfortaban y la impulsaban a seguir a pesar de no ser eso lo que ella deseaba hacer.

— bueno mi pequeña, llegamos…— dijo quitándose el cinturón de seguridad y bajando del auto— ¡¿no estás emocionada?! ¡Mira qué grande es esta universidad! —

Petra bajo del auto y camino hasta su padre — si papá… ¡es enorme este lugar! —

—es la universidad en la que estudio tu madre… es maravilloso que aprobaras el examen para entrar en este lugar! ¡Estoy tan feliz! — el señor Ral abrazo a su hija con mucho cariño mientras Petra asintió sonriendo, nada era más hermoso que ver a su padre orgulloso y feliz

Bajaron las maletas del auto, se vieron unos segundos y después se abrazaron muy fuerte, con cariño —Mi hermosa pequeña, estudia mucho, esfuérzate, haznos sentir orgullosos a mí y a tu madre, te quiero mucho ¡eres lo más sagrado que tengo! …¡La casa se sentirá tan sola sin ti!— pequeñas lagrimas comenzaron a asomarse en los ojos del señor Ral

Petra lo abrazo mas fuerte —no te pongas así papá, ¡el tiempo pasara más rápido de lo que piensas y nos veremos muy pronto! Prometo esforzarme y ¡ser todo lo que tu esperas! — dijo dándole un beso en la mejilla a su padre

El señor Ral limpio sus ojos y dijo — una cosa más querida, ten cuidado con los muchachos, no todos son buenos, no me gustaría que tu y alguien más hicieran… y luego tu quedaras em… —el señor Ral trago con fuerza imaginándolo

—¡sshhhh! — Petra lo callo de inmediato —no te preocupes papá yo sé cuidarme sola—

El señor Ral la miro con dulzura — es mejor que ya me vaya o nunca podre dejarte aquí— Petra asintió y volvieron a abrazarse, luego el señor Ral subió a su auto, Petra lo observo hasta que se perdió en el horizonte, luego suspiro, tomo sus cosas y con el mapa del campus en mano se dirigió a buscar su dormitorio

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—305… 307…— Petra caminaba por los pasillos buscando su habitación — ¡ahí está, la 310! — sonrió feliz al encontrar su habitación

Abrió la puerta algo expectante, no sabía cómo serian sus compañeras de cuarto, esperaba que fueran ordenadas y limpias, por alguna extraña razón cuando estaba en un lugar polvoso y desordenado se preocupaba, era como si alguien fuese a regañarla por eso, a pesar de que su padre era muy relajado en ese aspecto, igualmente se preocupaba, un vago recuerdo venia a su mente. Entro a la habitación, encontrándose con una chica de cabellos plateados y de lentes que desempacaba sus cosas —disculpa, ¡Hola! Mucho gusto…eemm… según esto, esta es mi habitación, entonces supongo que somos compañeras de cuarto, soy Petra Ral— la otra chica la miro con seriedad al principio, pero luego suavizo su expresión y respondió a su saludo estrechando su mano— Hola, también es un gusto conocerte soy Riko Brzneska, estudiante de contaduría pública— Petra le sonrió

Un estrepitoso ruido de varias cosas cayendo al suelo se escucho, una castaña salió del baño y sonriendo saludo a una asustada Petra — oh! ¿Así que tu eres la otra? — dijo tendiendo amistosamente su mano

Riko volvió a ponerse seria — Petra ella es Hanji Zoe, mi dolor de cabeza, estudiante de Antropología e Historia, esta obsesionada con una raza de "súper humanos" que se dice, fueron gigantes. No permitas que te hable de eso, jamás podrás callarla— bromeo la peliplata

—¡Oye! No le des una idea equivocada a nuestra nueva compañera— dijo la castaña haciendo puchero

Petra le sonrió —no te preocupes se ve que eres buena persona y ¿sabes? Me gustaría oír un poco de la historia de esos "súper Humanos" — los ojos de la castaña brillaron al oir sus palabras, mientras cruzada de brazos le sacaba la lengua a Riko con aire triunfal

La peliplata suspiro— bueno después no digas que no te advertí— Petra asintió

—¿dónde puedo poner mis cosas? — pregunto a las otras dos chicas

—puedes dormir en esa cama— señalo la parte de arriba de una litera —esos son los cajones y hay espacio en el armario para tu ropa—

—¡gracias! — dijo mientras dejaba su maleta al lado de la cama de abajo, luego escucho a Hanji gritar —¡kkkyyyyaaaaaa! ¡Chicas vengan a ver! — la castaña veía por la ventana

Riko rodo los ojos y fue hacia ella junto con Petra —¿y ahora que sucede? —

—¿que estas ciega? ¡Son los chicos del equipo de futbol! — Hanji daba pequeños saltitos de emoción, mientras Riko la miraba molesta y Petra se asomaba con curiosidad por la ventana

—son Gunter, Erd, Auruo, Mike, Rivaille y ¡Erwin! —

—¡hasta los nombres te sabes! ¡Que coqueta eres! — Riko le dio un zape en la cabeza a Hanji

La castaña comenzó a sobarse detrás de la cabeza —¡eso no es cierto! A mí solo me gusta uno… Erwin, el capitán del equipo… ¡aahhh! Es un sueño, lindo e inteligente… como quisiera que se fijara en mi— la otra chica de lentes, negó con la cabeza, era inútil contradecir a Hanji pensó.

Petra los observo uno por uno, era verdad todos era apuestos y si estaban en el equipo de futbol debían ser buenos estudiantes, ya que para permanecer en el equipo debían tener un buen promedio. Le paso la mirada a cada uno, pero ninguno le llamo la atención, hasta que sus ojos se posaron en el más bajo de todos, un chico de piel muy blanca y cabello color azabache, parecía muy fuerte y serio, traía una patineta que sobresalía de su mochila, vestía una camisa a cuadros roja abierta y con una camiseta blanca adentro, jeans y tenis. El corazón le dio un vuelco al verlo, el mundo parecía haberse detenido por unos momentos, un vacio invadió su estomago sintiendo como la temperatura de su cuerpo bajaba y su piel palidecía por la impresión.

Dio unos cuantos pasos hacia atrás y se aparto de la ventana, las otras dos chicas la miraron extrañadas —¿ocurre algo malo? — intervino Hanji

Riko la tomo por los hombros y la sacudió un poco — ¡Petra despierta! — en ese momento su mente pareció volver de un lejano lugar — ¿eh? Si… si! Estoy bien, solo vi algo que me sobresalto un poco… pero no importa olvídenlo— dijo sonriendo nerviosa mientras las otras dos la veían preocupadas —¿Saben dónde puedo ir a pedir mi horario y las otras cosas que necesito?— pregunto intentado relajar la situación

— ve a la librería del campus, ahí están los voluntarios que dan la bienvenida a los nuevos estudiantes, busca la mesa de los de tu carrera, ahí te darán todo lo que necesitas— contesto Hanji amablemente

Petra asintió — gracias chicas, volveré pronto— salió de la habitación a toda prisa, no quería que le preguntaran nada mas

Hanji se volteo hacia Riko riendo divertida —esa chica es un poco extraña— la peliplata se cruzo de brazos — si, mira quien lo dice— dijo con sarcasmo

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Petra siguio las indicaciones de Hanji y caminó hasta la librería del campus, llegando hasta la mesa donde había un gran rotulo que decía: "Carrera de Derecho: Bienvenidos a todos los nuevos estudiantes", estuvo un rato de pie haciendo una fila, esperando su turno, viendo a su alrededor a todas las personas que caminaban junto a ella. Vio a muchos estudiantes en sus mesas recibiendo sus libros, mientras otros se abrazaban con cariño, reencontrándose después de las vacaciones. Se quedo ida por unos momentos, escuchando después la voz de alguien llamándola — ¡siguiente! ¡Siguiente! ¡ey! ¡tu chica, tu sigues! —

Saliendo de su trance, camino rápidamente a hacia la persona que le llamaba — ¡Mil disculpas! Estaba distraída ¡lo siento! — decía muy avergonzada

—No hay problema linda— respondió el chico que atendía en la mesa —este es tu horario— indico, cuando Petra se dispuso a tomarlo el chico la tomo de la mano rosándola suavemente con la suya, Petra tomo el papel y retiro la mano rápidamente — gracias— respondió apenada —por cierto, me llamo Auruo Bossard, si hubiera sabido que eras tan linda hubiera llevado tus cosas a tu habitación personalmente—

Petra se incomodo por el comentario — Le agradezco, ahora ¿puede darme mis libros por favor? — el chico sonrió de lado, y tomo una montaña de libros, poniéndoselos sobre los brazos, luego Petra agradeció con seriedad y procedió a retirarse —gracias— Auruo suspiro —para ti lo que sea preciosa— susurro mientras la veía marcharse.

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Los libros eran muy pesados y como los llevaba apilados era difícil ver por dónde iba, mientras se tambaleaba por el medio del campus, pensaba en que sería genial tener algo así como un carrito de compras, para poder llevar todos los libros de una vez, sin tantos problemas, sonrió divertida ante la idea, imaginándose con el carrito de compras mientras todos los demás estudiantes en el campus la veían como un bicho raro. Todo era felicidad hasta que de repente sintió tropezar en algo o mejor dicho en alguien, viendo como si fuera en cámara lenta, como sus libros caían delante de ella, para terminar cayendo sentada súbitamente en el suelo de concreto. Después de salir del shock por la caída y sobándose los golpes, vio como las hojas sueltas que llevaba volaban por todos lados, mientras sus libros abiertos hacia abajo yacían en el suelo. Rápidamente se puso de rodillas y empezó a recoger todas sus cosas, se agacho a tomar una hoja de papel, pero su mano se topo con la de alguien más, Petra al ver quien era de inmediato aparto la mano asustada

—¿que estas ciega o eres estúpida? ¿Por qué no ves por dónde vas? — decía el chico con el que había tropezado, mientras levantaba la hoja de papel del suelo y se la entregaba a ella.

La chica no sabía que decir, cada segundo estaba aun mas asustada, al ver en los ojos del azabache gran enojo — eeste.. yo… emmm.. — él la estaba poniendo nerviosa, la veía directamente a los ojos, esos ojos que parecían un par de navajas que se clavaban es su pecho, en cual estaba su corazón, saltando descontroladamente a punto de salirse de su lugar, sucumbiendo ante la presión de aquella que para ella era una perturbadora presencia

—¿eres retardada o te haces? — dijo exasperado, ella trato de controlarse y negó con la cabeza —¡no señor no lo soy! — respondió fuerte y segura, como si estuviera haciendo un saludo militar, ambos se quedaron extrañados por su reacción, el chico arqueo una ceja —¿señor? No soy militar que yo sepa— la chica bajo el rostro avergonzada. El suspiro resignado y se levanto del suelo, extendió su mano para recoger su patineta de la que había caído por tropezar con Petra, la chica levanto la mirada y observo que el brazo del chico goteaba sangre, en ese momento instintivamente se preocupo mucho por el —¡Espera! ¡Por favor! ¡Mira tú brazo! — él azabache observo de reojo su brazo, el cual a causa de la caída tenía un gran raspón que iba desde su codo hasta su muñeca, el golpe en su codo parecía algo profundo, el hiso caso omiso de sus golpes y quiso marcharse, pero ella lo detuvo —¡por favor!…— él se dio vuelta de pronto asustándola un poco — ¡p-por favor! ¡No te vayas! Te lastimaste por mi culpa, déjame curarte—

El chasqueo la lengua con molestia — No necesito que me cures— respondió dándose la vuelta. Él practicaba en su patineta desde niño, por supuesto que sabía mucho de caídas y raspones

Petra pensó en dejarlo ir así, pero su conciencia no se lo permitiría, así que dejando sus libros en el suelo, fue hasta él y lo jalo suavemente de la manga de la camisa —déjame hacerlo, te lo suplico—

Al ver la insistencia de la chica, rodo los ojos y asintió —por favor que quédate aquí, ahora vuelvo— le dijo, dejándolo sentado en una banca con sus libros. Mientras ella volvía, se tomo la libertad de hojear sus libros, aun no les había puesto nombre, cerro el libro preguntándose que ¿para que buscaba su nombre esos libros?. Cuando en medio de uno de ellos encontró su horario de clases, lo tomo y de manera casual comenzó a leerlo, miro los lugares en los que estaría a determinadas horas y por inercia suavizo su mirada y su expresión mientras una casi imperceptible sonrisa se poso en sus labios, pero cuando la vio venir a lo lejos, borro la sonrisa de su rostro y guardo el horario donde estaba, poniendo nuevamente su cara de indiferencia y molestia.

—¡volví! — dijo con la voz agitada, se notaba que había corrido

—no me digas… pensé que me dejarías aquí con esta pila de libros— respondió con sarcasmo

Ella no le prestó atención y le tomo el brazo —traje agua, jabón, alcohol y unos vendajes de la farmacia—

El azabache la miro con algo de sorpresa —¿fuiste hasta la farmacia? — la farmacia quedaba algo lejos

—pues claro, no creerás que los saque de mi bolso o de un cesto de basura— bromeo — ahora quédate quieto— dijo, mientras lavaba la herida con agua y jabón. El chico no se quejo en ese momento pero cuando sintió el alcohol caer en su piel, retiro el brazo de inmediato — Petra se lo tomo de nuevo y ante la mirada de sorpresa de él siguió curándolo, durante el tiempo en el que hacia todo el proceso de curación en su brazo, no pudo evitar verla, definir en su mente cada una de sus facciones, la forma de su nariz, la textura de su piel, el color de sus ojos y lo que parecía una dulce suvidad en sus delineados labios…

— ¡Listo! ¡Terminé! — afirmo ella, mientras le hacia un nudito a las vendas, sacando con su voz al chico de sus trance

Moviendo su brazo, noto el buen trabajo que la chica había hecho, se levanto de su asiento, quedando frente a ella —te agradezco por todo, ahora me voy— dijo cortésmente

Petra lo llamo —¡espera! No me has dicho cómo te llamas—

ÉL, con una ceja arqueada respondió — me llamo Rivaille— ella sintió una inexplicable emoción al oír su nombre

—¿y tú? — le pregunto tratando de sonar indiferente

Ella extendiendo su mano amable y sonriendo ampliamente dijo —soy Petra Ral, mucho gusto—

En el instante en que escucho su nombre, su corazón dio un brinco súbito y un recuerdo lejano pareció posarse por un segundo en su mente. Ese nombre, ese rostro, esa voz y esa sonrisa, estaba seguro de haberlas visto y oído antes, pero no podía recordar cuándo, era como un dejá vu, no sospechaba la razón, pero un calor en su pecho que nunca antes recordaba haber sentido, le indico que ella era importante, una fuerte melancolía invadió su alma, como si algo que le fue arrancado estuviera volviendo a él después de mucho tiempo, era como si una parte de su alma que estaba perdida, había sido nuevamente encontrada…

Extendiendo su mano y apretando la de ella, sintiendo un calor familiar, dijo — el gusto es mío…—

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¡Y ahí está! Mis chiquillos hermosillos xD dejen sus opiniones a ver que les pareció :3 no necesitan cuenta ewe, pueden dejar Favs o Follows igual son bienvenidos :3 cuídense mucho y nos vemos en el próximo :3

Bye! :D