Sé muy bien que debería de estar actualizando otros fanfics y que debería de estar trabajando, pero esto era inevitable :v Quiero y necesito con urgencia escribir, por lo que me decidí por la primer idea más sencilla y mejor planteada que tengo en mente. Este fic tiene saltos temporales grandes y pocas explicaciones, por lo que es normal si no le entienden muy bien al principio

Este fanfic está basado en el manga Ai Dano Koi Dano de Otsuki Miu, por lo que el parecido será muy notorio.

Espero que esto me ayude a superar mi bloqueo mental de los últimos días, ya que quiero escribir algo original para participar en un evento de la universidad ;w;)/ ¡Échenme porras por favor!

Sin más que agregar, les doy paso a esta nueva historia tan homo 3

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SIEMPRE AMÁNDONOS

ACTO 1

– ¿Adrien? ¿Qué pasó? – El rostro del moreno sólo mostraba temor por los fuertes sollozos de su amigo que estaba frente a la puerta de su hogar.

El rubio se dejó caer en los brazos de su mejor amigo. Las gotas salinas que provenían de los ojos jade estaban mojando la playera favorita del aspirante a DJ. No comprendía mucho de lo que estaba pasando, pero cuando escuchó el hilo de voz de su compañero diciendo "me dejó", supo a la perfección de que se trataba todo.

Nino agradecía que sus dos padres estuvieran de viaje por el trabajo, así su amigo no tendría que pasar por una situación vergonzosa en que se disculpase con los mayores por lo que estaba haciendo. Era pasada la media noche y era seguro que se había pasado gran parte de la noche vagando o tratando de rogarle a esa chica que no lo dejara.

Lahiffe suspiró con cierta pena mientras una de sus manos conseguía acariciar la melena dorada. Los fuertes sollozos de Adrien, la incómoda posición en el piso siendo abrazado con fuerza, el aroma de las lágrimas. No entendía. Su mente no era capaz de comprender porque alguien lloraría amor. Y, no era que no creyera en ese sentimiento, pero simplemente su mente no captaba un mensaje que todos creían simple, no importaba si ahora mismo su corazón parecía contraerse.

. . .

– Nino, ¿sabes dónde está Adrien? – Quién interrumpía su almuerzo era Iván junto a su novia Mylenè.

– No. Hoy no vino.

La pareja habían sido compañeros de él durante los dos primeros años de la preparatoria, ahora que estaban separados según su área de interés ya no convivía demasiado con ellos. ¿Qué necesitaban de él? Tal vez alguno de sus otros compañeros les mandó a preguntar para saber porque esa chica estaba toda normal en la escuela, mientras que su mejor amigo no había hecho acto de presencia en lo que llevaba del día.

– Ya veo… Le preguntamos a M… – El que estaba comiendo fingió estornudar para no escuchar el nombre de ella. – Pero dijo que no le importaba.

– Ja, ja.

Ellos le vieron preocupados y simplemente se retiraron. Si hubiese sido sincero, diría que Adrien estaba durmiendo en su casa mientras su teléfono sonaba como loco porque Nathalie buscaba saber su ubicación exacta a cada minuto.

– ¡Nino! – Hablando del Rey de Roma…

– Iván y Mylenè vinieron a preguntar por ti. Creo que te estaban buscando para algo importante, ¿por qué no vas con ellos? – Cuestionó al contrario que le sonreía ampliamente.

– Es más tranquilo a tu lado.

– Supongo…

– Oye.

– ¿Qué pasa?

– Gracias por lo de ayer. – El de cabellos oro sonrió de lado, mientras que con el rabillo del ojo observaba a ella.

– Hombre, para eso están los amigos. – Su acompañante lo abrazó de tal forma que perdió el equilibrio y obligándolo a mirarle de frente. – Por cierto, te vez como toda una mujer con todo ese correctos para ocultar las ojeras y el color rojo.

– ¡Cállate! ¡Nathalie me obligó! – Bufó sonrojado. – Era esto o unas anticuadas gafas negras.

– Si tú lo dices…

– ¡Lo digo en serio!

El timbre que anunciaba el fin del receso sonó y la pareja de jóvenes caminó lentamente a su salón entre juegos. Las clases de la tarde las pasarían juntos, sentados uno al lado del otro como era desde sus quince años.

Al salir de la escuela, Adrien le pidió permiso a su asistente para poder volver a pasar la noche con el moreno. La fémina no tuvo más opción que aceptar con la condición de que no faltara al día siguiente a clase. Estaba emocionado, otro día más junto a Nino.

Pero para el otro chico, no fue tan emocionante. El chico Agreste le había convencido de comprar cervezas para beber mientras jugaban videojuegos hasta tarde, pero todo había sido con la intención de emborracharse. Por segunda noche consecutiva, el ojiverde lloraba desconsoladamente la lejanía de esa chica.

– De nuevo ella. – Dijo al aire el de piel canela mientras revolvía el cabello de su acompañante con si se tratase de un cachorro.

– Realmente eres alguien de buen corazón. – Le dijo el otro hipando.

– No lo creo.

– Claro que sí. – Le abrazó haciendo pucheros. – Eres el único que me consuela de esa forma.

– Es porque sólo yo sé lo que está pasando.

– No es sólo eso.

– Como digas.

La calidez del otro, una sensación única, que pocas veces se repetía entre ellos. Le gustaba, era algo que le hacía pensar que lo que pasaba entre ellos, dentro de aquel pequeño hogar, se trataba de algo único e irrepetible.

¿Acaso también hacía este tipo de cosas con ella o era justo creer que esto era algo exclusivo de ellos dos? ¿Era egoísta creer que sólo se pertenecían el uno al otro? Bueno, no era justo creer eso, después de todo este tipo de cosas sólo sucedían porque él lloraba y buscaba un sitio donde no fuese juzgado, pero donde tampoco se encontrara solo.

Si lo pensaba detenidamente, era la primera vez que veía esas expresiones tan dolorosas en el rostro del Agreste. Sabía que muchas veces había fingido sonrisas para no tener que responder preguntas absurdas del resto de sus compañeros, pero frente a él podía poner mala cara e incluso enojarse por esas cosas que sucedían dentro de su hogar, en el trabajo, con su padre. Pero ahora… Era muy diferente. Esa mañana no había visto ninguna mueca que pudiese simular una sonrisa. Le dolía y agradecía que todos sus camaradas fueran tan tontos para no notarlo.

– Es hora de dormir. – Ordenó Nino ayudando a su amigo a ir a la habitación a dormir.

Continuará…

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Lo sé, es un capítulo muy corto y seguro así serán los demás. Disfruten de esta sencilla historia. Espero que no lloren en los demás capítulos /3 Los quiero :'3