Disclaimer: La historia me pertenece. Personajes pertenecientes a Stephenie Meyer.
Todos humanos.
Sumary:- No me puedes amar – Claro que si Isabella... Eres mi Flor de Loto, que crece en las zonas mas horribles pero aun así estas llena de pureza y belleza... eres única... así como dicen los griegos eres mi diosa que se convirtió en una hermosa flor después de tantos fracasos...

Flor de Loto

CAPITULO I

Isabella Swan, de 17 años, una chica de cabello castaño hasta la cintura y ojos marrones. Hija del jefe de policía del pequeño pueblo, Forks. Su madre había fallecido cuando ella tenía apenas 5 años, y su padre con un trabajo tan ocupado como Jefe del departamento, solía dejarla con una niñera hasta los 10 años, después ella le demostró que podía cuidarse por sí misma. No era una chica rodeada de amigos, era demasiado introvertida y tímida, solo habían dos personas con las cuales solía hablar más de la cuenta y una de ellas era Charlie, su padre. Cuando ingreso a la escuela solía ser la antisocial, algo que sus compañeros se dedicaban a recordarles en todo momento.

- Nerd

- Cerebrito

- Ratón de biblioteca

- Mojigata

- Ñoña

La castaña suspiro dejando sus cuadernos en el casillero, mientras se preguntaba "¿por qué siguen llamándome de esa manera? ¿Es que no se aburren?" Estaba vestida con unos jeans negros, una playera holgada blanca y encima una chaqueta color verde musgo que le llegaba por los muslos, con una gorra del mismo color. Un suspiro salió nuevamente de sus labios y dio media vuelta para dirigirse hacia su otra clase.

- Isabella! – ella se giro y encontró a su compañera de Literatura, Alice Brandon

- Hey Alice – susurro, la pelinegra era nueva en Forks, había llegado ese mismo año, por lo que era una de las pocas personas, personas que se pueden contar con una sola mano, que la trataban bien

- Porque susurras? – al no tener respuesta de en congio de hombros – Quería pedirte un favor, puedes ayudarme con literatura? A ti se te da de maravilla esa asignatura, cosa que a mí no – refunfuño –Solo de ver lo que tenemos que estudiar mi cerebro se apaga – se quejo apoyando su espalda en el casillero

Isabella la miro, era un poco más baja que ella, de pelo negro azabache, corto y dirigido a todas direcciones, y ojos color miel, su piel era blanca, no tanto como la de ella. Siempre que la veía estaba con distinta ropa, nunca, desde que la conocía, la había viso con una prenda repetida. Era hija de uno de los dueños de restaurantes más conocidos en Italia, aunque ella le había mencionado que vivió solamente tres años en ese país, estaban empezando a internacionalizarse en Estados Unidos. Y su madre una gran diseñadora, que decidió que vivirían en el tranquilo Forks para tomarse un descanso, Alice iba a tener un hermanito.

- Claro, no hay problema – la chica la miro y sonrió

- Entonces nos vemos en la salida! Iremos a mi casa – se giro para marcharse pero la castaña la detuvo

- Después de clases no puedo! Tengo que ir a algún lado, que te parece si voy a tu casa a las 5? – hoy salían a las doce, tendría tiempo de sobra.

- Claro! Sabes donde vivo?

- Todo el pueblo lo sabe Alice, hasta yo – rio dejando a la pelinegra asombrada –que? – pregunto tímidamente

- Tienes una risa muy bonita Isabella, es "Bella"... Bella... te llamare de esa forma! Isabella es muy largo, y un poco anticuado – sonrió – entonces Bella... deberías reírte más a menudo – rio – buenos, nos vemos en mi casa... ADIOS! – grito

"Bella... me gusta" Isabella sonrió y fue hacia su siguiente clase, Algebra. Como siempre era la primera en llegar, se instalo en su asiento, que era el de la primera fila. Y se puso a escuchar música mientras garabateaba en su cuaderno. Estaba tan concentrada que dio un pequeño salto cuando le quitaron su cuaderno. Se quito los audífonos y levanto la mirada

- Que haces ratoncillo? – era Lauren, una de las chicas que mas la molestaba

- Nada - susurro

- Nada? Debes dejar de mentir, te crecerá la nariz y se pondrá más fea de lo que es – la castaña inconscientemente se llevo la mano a la nariz logrando que la rubia se carcajeara – idiota – siguió riendo mientras le tiraba el cuaderno a la mesa y se iba a su lugar.

Bella la miro de reojo. Lauren Mallory, su cabello era de un rubio brillante, pero ella sabía que se lo había teñido, iban en el mismo curso desde el preescolar. Y la recordaba como una chica de cabello castaño claro, no rubio. Tenía los ojos azules y un buen cuerpo. "Un chica perfecta" pensó, pero después negó con la cabeza, ella no era la chica perfecta, no... Su personalidad dejaba mucho que desear, siempre pasando por encima de los demás y andando con chicos diferentes, como ahora que estaba rodeada de varios de sus compañeros mientras ella reía y enredaba en su dedo unos de sus cabellos. La castaña bufo, la única chica que conocía que podía alcanzar la perfección era Alice Brandon.

Las clases habían terminado y todos salieron casi corriendo, ella se levanto calmadamente y guardo sus cosas y salió despidiéndose del profesor, el asintió con una sonrisa y volvió la vista a su escritorio. Iba caminando cuando escucho risitas y murmullos "Genial... que me habrán pegado ahora?" se llevo una de sus manos a la espalda, pero no encontró nada... confundida se giro a ver a las chicas que se reían. Las encontró mirando por la ventana, Isabella miro a ver qué es lo que les llamaba la atención y que las hacia comportarse de manera tan estúpida. Y lo vio...

- Edward Cullen – susurro

Edward era un chico de 19 años, y estaba en un curso más adelante que ella. Aunque debió de haber salido ese año, se había quedado un año atrasado. Habían varios rumores sobre eso. Rumores basados en su aspecto. El chico tenía el cabello cobrizo desordenado y ojos verdes como esmeraldas, por lo que ella sabía era hijo del Director del hospital de Forks, Carlisle Cullen, había llegado hace dos años, con su madre vivían en Seattle, por el trabajo de ella, pero se dice que el comportamiento de Cullen, obligo a su madre a traerlo a este pueblo.

Lo miro y pensó "serán cierto los rumores?" estaba sentado bajo un árbol, con la espalda pegada a el tronco, usaba unos lentes oscuros, Ray Ban, una playera gris que se moldeaba a su pecho, y una casaca de cuero, pantalones negros y por ultimo unas converse del mismo color, se le veía tranquilo, desde ahí se podían observar los audífonos blancos y su reproductor en la mano.

- Es tan hermoso – escucho que decía una de las chicas – pero tan amargado – rio, las demás la siguieron

- Escuche que Rachel le pidió salir

- Se atrevió a preguntarle? – exclamo la primera. Isabella igual se sorprendió, todos sabían que Cullen rechazaba a todas las chicas. Uno de los rumores por el que había venido era por eso, decían que había tenido tantas mujeres que dejo embarazada a varias y su madre, castigándolo lo trajo.

- Si, pero él la rechazo – menciono otra – pobre aun esta triste y eso que fue el mes pasado, ninguna chica se atreve a preguntarle de nuevo, ni siquiera a hablarle... yo... – siguió hablando pero Bella la ignoro.

Edward... realmente era alguien apuesto, siempre que lo veía estaba sentado en el mismo árbol, o en otro lado, pero siempre solo. Suspirando siguió caminando.

Cuando por fin término la última hora Bella salió corriendo, se había quedado unos minutos con el profesor aclarando unas dudas, pero su torpeza se hizo presente y cayo sentada en las escaleras

- Ow – gimió, y no tardaron en llegar la risas y burlas, sonrojada se acerco a su camioneta, una vieja Chevy Pick up roja. Al encender el motor se escucho un gran estruendo.

- Isabella! Porque demoraste tanto? Pensé que ya no vendrías

- Perdón Rosie, es que me entretuve en el colegio

- Con quien? – pregunto su amiga

- Con el profesor – susurro algo intimidada con la mirada de Rosalie

- Con un profesor? –Bufo – yo creía que con algún chico – sonrió – bueno, como sea... los chicos te esperan, le dijo mientras se dirigían a la sala del hospital

Rosalie Hale, 24 años, enfermera del hospital de Forks, área pediatría. Era realmente hermosa, rubia con el pelo largo un poco más arriba de la cintura, cuerpo espectacular y mirada azul eléctrico. Era por decirlo, su mejor y única amiga en la vida. Aunque al principio se habían llevado realmente mal, con el tiempo empezaron a hacerse amigas.

Todo empezó cuando a los 14 años, Bella tuvo a su cuidado al hijo de su vecino, Riley, de 7 años. El pequeño tuvo fiebre y sangrado de nariz toda la noche, por lo que decidió llevarlo al hospital a emergencia, sus padres habían ido a Seattle por el fin de semana. La que lo atendió primero fue Rose, después de haberlo visitado unas cuantas veces, se encariño con el resto de los niños, así que cuando Riley se mejoro, Isabella siguió yendo al hospital a visitar a los pequeños, ella siempre había deseado tener un hermano menor, pero su padre no se había vuelto a enamorar, y no quería hacerlo.

Rosalie al principio se mostro fría y distante, pero al darse cuenta de que la castaña iba a visitarlos un día le pregunto "y tu, porque vienes casi todos los días? Es que no tienes amigos?" a lo que Swan respondió negando con la cabeza, Rosalie entendiendo que esos pequeños eran los únicos que la acompañaban, le menciono al director y él le dejo visitarlos todos los días. Ahora hasta a veces los curaba.

- Isabella! – mencionaron los pequeños al verla

- Hey chicos – les sonrió

- Isabella! – se acerco Laurent un pequeño de 12 –adivina!

- No soy adivina, tendrás que decirme

- Me dieron de alta! – Exclamo abrazándola ella sonrió y lo felicito – Isabella... – ella ya estaba cansada de escuchar el "Isabella" así que recordó el apodo que le había puesto Alice

- Dime Bella...

- Bella? – pregunto Rose que estaba cerca de ella

- Er... si – se sonrojo – una amiga me llamo de esa manera... y me gusta... pensé que... – la rubia al verla balbucear nerviosa soltó, una risita

- Bella... me gusta – le sonrió

- A mi también! – le sonrió Laurent

- Me alegro – después de decirle a la mayoría... todos ya se acostumbraron a llamarla Bella.

- Oye Bella – la chica sonrió al escuchar su nuevo apodo y la miro pidiendo que continuara – recuerdas a la pequeña que estaba en coma? – le menciono en un susurro mirando hacia abajo

- Elizabeth? – la rubia asintió – que paso? – pregunto nerviosa, ella siempre le iba a contar cuentos y a peinarla, cuando podía

- Ella... despertó! – Rosalie la abrazo mientras reía. Bella que al principio estaba sorprendida también rio junto con ella

- No puedo creerlo! Cuando fue eso!

- Hace algunas horas, el, kinesiólogo, el Doctor Stewart esta con ella ahora – le sonrió – quizás puedas verla mañana... ahora mismo estará con sus familiares y todo

- Claro que la iré a ver!

- Oh, pero mañana es tu cumpleaños! – exclamo cuando recordó la fecha – no es así?

- Oh... si... pero no te preocupes vendré igual, mi padre tiene turno todo el día, seguro me dará un abrazo en la mañana junto con un regalo y listo, no es gran cosa – le resto importancia, los festejos en su casa nunca eran gran cosa. Ni siquiera navidad.

- Como que no es gran cosa? Bella es tu cumpleaños! Ya sé! Iré...

- No quiero celebrar nada Rosie – le interrumpió – de veras

- Ugh! Eres tan aguafiestas, pero está bien

- Feliz cumpleaños hija – le felicito Charlie, dándole un incomodo abrazo, al otro día en la mañana

- Gracias papá – le devolvió el abrazo, su padre nunca fue de esos que demostraba su afecto con palabras, y mucho menos con contactos físicos, a lo mas que le hacía a diario era golpear su hombro o desordenarle el pelo. Pero lo entendía

- Ten – le entrego un paquete

- No tenias que...

- Claro que si – la interrumpió - espero que te guste – Isabella rasgo el papel, y se encontró con una cámara digital – para que empieces a guardar recuerdos de tu vida en el instituto antes de graduarte, solo te queda un año

- Oh, gracias – recuerdos, lo único que no quería recordar de esta edad era todo respecto al Instituto

- Bien – se levanto después de desayunar – eh de irme, no me esperes despierta, tengo turno esta noche – ella asintió – lamento no pasar el día contigo hija

- No te preocupes papá – le sonrió, el le devolvió la sonrisa y salió

Bella llego al instituto, no había llegado casi nadie.

- Bella! – se giro,

- Alice... – y recordó – oh Alice! Lo siento no fui a tu casa ayer... lo lamento yo...

- Descuida! Te perdono! – Rio – se nota que eres despistada, por lo mismo dame tu número de teléfono así podre llamarte media hora antes preguntándote – la castaña asintió – ten – le paso su celular para que ella mismo lo anotara – y préstame el tuyo para anotar el mío – Bella se lo paso y vio a la chica anotando un numero y sacándose una foto.

- Cuando te llame aparecerá mi foto! – Rio – oh!... – había sonado su celular avisando un mensaje – lo siento he apretado leer sin... – pero se quedo en silencio después la miro con reproche

- Que sucede Alice? – pregunto temerosa

- Isabella Swan! "Bellita hermosa, feliz cumpleaños espero que la pases realmente bien, y que llegues pronto te tengo una sorpresa, cariños y abrazos. Rosalie" – leyó el mensaje en voz alta - Porque no me dijiste que era tu cumpleaños! – le grito a lo que todos se volvieron a mirarla

-Eh...Alice! baja la voz – la pelinegra la siguió fulminando con la mirada – lo lamento de verdad Alice, no pensé que fuera necesario

- Tengo que ir a comprarte algo! A la salida iré al centro comercial, así en la tarde entregártelo

- No hace falta, en serio – trato de persuadirla

- Claro que sí! me lo debes por dejarme esperando ayer – le reprocho a lo que la castaña solo un suspiro

- De acuerdo, pero que no sea demasiado costoso

- Eso lo decido yo, es mi dinero Bella – le sonrió – nos vemos en literatura!

- Por fin! – Exclamo Alice – escuchar a la profesora Smith me da sueño – rio mientras salían del aula, literatura era la última clase del día – Me esperas? Tengo que ir a dejar estos papeles al entrenador – Bella la miro confundida – practico gimnasia rítmica Bella – rio – no te había contado?

- Oh, cierto. Si me habías contado – le sonrió - entonces te espero afuera – la pelinegra asintió y se retiro

Bella esta vez salió caminando calmadamente mirando los escalones, iba con la mirada agachada por lo que no vio a los chicos y chicas que la rodeaban, levanto la mirada asustada al sentir la primera bomba de agua

- Feliz cumpleaños cerebrito! – rio Lauren – ahora! – y todos los demás empezaron a aventarles globos pequeños con agua y pintura

- Basta! – murmuro y cayo sentada en la escalera mientras trataba de protegerse la cara

- Oh, miren ahora sí parece un ratoncito – exclamo divertido uno de los chicos, los demás rieron y siguieron

Isabella se hizo un ovillo mientras los sollozos salían de su garganta, "'¿por qué lo hacen?" se preguntaba